Partida Rol por web

- Fui malignamente invocado, oh Tipo Con Bigote -informó He-man señalando el grimorio. Su voz era viril y grave, pero no dejaba de bailar al ritmo de Perseo, arrejuntándosele bien-. Desime, ¿Porqué he sido llamado? 

Parese ser que que la bruja solo hablaba en estranjero

-Oh, is very dificult todo esto.

No obstante la abuelita habia trabajado al servisio de su majestas, siendo la agente 007,32 del servisio secreto de la reina de UK (Umbria Komunity, un pais tan secreto que no salia en los mapas) asi que hablaba con viscosidad no menos de 8 idiomas, uno de ellos klingon.

Oh querida witch, mai chair is maked shit. Plis can yu repair it? Ai nid it tu walk. Señala la silla, para que haya menos dudas sobre que le pide. 

If yu fix it , ai invite yu to a cafe con leche in plaza mayor.

- ¿A relaxing cup of café con leche?- dijo asombrada Sweet Brown-. Of course!! I will fix your... -dijo, yendo hacia el automotor de la buena muerte, y se detuvo asombrada- Ohhhh!!! What is this?? A real Deadly Chairwheel!! Since mi abuela that no veía una!

Ominosamente miró a la Abuelita:

- I can repararla. But you tienes que traerme los prepucios de tres filisteos para el hechizo. ¡Una  Deadly Chairwheel siempre está sedienta de blood!

Oh señor de vos viril...yo le llamé porque estos perfidos hombres me están maltratando a mi y a mi fiel mascota. Me han robado...así pues ve lo que yo no veo, se han quedado con mis únicos dos bienes. Oh señor o mi señora santa FARIS de las santisimas damas de nuestro señor...oh...que alguien ayude a esta lisiadita

Lisabella lloraba y lloraba con una sinseridad que superaba con creses a las falsisimas poses de los dos aseitados, cuya actuación era solo superada por los falsos atropellos telenovelescos.

Víctor Alfredo parpadeó confuso tras la aparisión del chichón en su cabesa. Su espresión maligna cambió, recuperando la mirada bondadosa que era habitual en él mientras la sonrisa sínica se evaporaba como si nunca hubiera esistido.

Miró a su alrededor, la bola de espejos, Perseo bailando sensualmente con un héroe rubio y aseitado, la siega con su cabra llorando y disiendo cosas que le resultaban inesplicables... Y ese estraño libro que tenía él mismo en la mano. 

Se llevó una mano a la cabesa y carraspeó, moviendo el bigote de forma ondulante mientras el héroe rubio se dirigía a él. - Oh... Pues... No lo sé, ¿quisás fue llamado para encargarse de las caballerisas? - Aventuró, sin tener ni idea de lo que había susedido en esa sala desde que llegó. - Creo que escuché a mi papasito desir que contrataría un nuevo caballeriso, tal ves sea usted. - Terminó, encogiéndose de hombros. ¿Por qué ese tipo le preguntaba a él qué hasía allí? ¡El sabría para qué le habían llamado!

Con un nuevo vistazo a su alrededor empesó a caminar hasia la puerta. Le dolía la cabesa, quisá se había dado un golpe y por eso no recordaba haber entrado en la sala. Podría ser que se hubiera caído y quedado inconsciente hasta ese momento. Al pasar junto a la mesa dejó el libro estraño sobre ella, sin dedicarle más que una breve mirada. ¿Cómo había llegado ese libro a sus manos? Quisá se lo había encontrado en el suelo al caer. En cualquier caso, había sido una noche muy larga y el ambiente en el salón estaba de lo más raro, así que lo mejor que podría haser era dormir. 

Antes de salir por la puerta recordó que en su habitasión debía estar esperándolo Isabelita. Con un poco de suerte ella ya se habría dormido y no tendría que fingir que se alegraba por el tema del herederito, que maldita la grasia que le hasía.

- Bueno, gente, yo me retiro a mi recámara. - Anunsió antes de salir, hasiendo un gesto de despedida con la mano. - Diviértanse, no se preocupen por nada. - Miró al chulaso rubio antes de desirle algo más. - Si necesita cualquier cosa pídasela al servisio, mañana podrá hablar con mi papasito y ya él le esplicará seguramente cuáles serán sus tareas en la hasienda. - Terminó, tratando de ser un buen anfitrión.

Sin nada más que añadir, salió, en direcsión a su cuarto de vuelta.

¡¡Ese...ese que se va me robó mi libro!! lloró Bellita de nuevo. Y ahora quiere disimular. ¿Por que querer haserme daño Victor Alfredo? ¿Acaso yo le he hecho algún daño?
En un ademán clasíco de tragedia Bellita se llevó la mano a la frente dejandose caer de rodillas mientras un foco de luz le apuntaba directamente a ella y una música melodramática sonaba.

- ¡Nooooooooooooooooooo! - Gritó Perseo Alberto Jairo Uribe en cuanto la fálica voz le abandonó Y ahora quien ashúdara a mi bella hermanita pensó en voz fúnebre y desolada.

Terminó su grito haciendo voletear su rojiza melena en un sensuoso movimiento que fue eclipsado por la pésima interpretación de la lisiada.

¡Maldita lisiada, me has robado mi foco! pensó apretando su cara como si intentara remediar su estreñimiento en un claro símbolo de rabia por el que le declaraba la guerra eterna. Aquella niña que parecía tan tierna e inocente era oscura muy oscura, tan oscura y turbia que había conseguido poner triste a su futuro hermano*, era tan malvada que poseía un ser infernal por perro y seguro que ni se inmutaba al no ver una araña.

Victor Alfredo Gonzalo parecía tan abatido que Perso Alberto Jairo Uribe ni siquiera le echo una mirada de reojo a su entristecido trasero antes de despedir y honrar su salida quitándose el sombrero para sujetarlo en su pecho cada vez más desbotonado mientras cruzaba el umbral.

Pero tal respeto terminó en cuando desapareció de escena. Volvió a colocarse el sombrero en su sitio y se peino la melena siguiendo las indicaciones de uno de los técnicos de más allá de la cuarta pared.

- Así que es usted un nuevo caballeriso, ah - preguntó al rubio ondeando sus cejas en esa ah para luego girar lentamente su cabeza con puro terror en sus ojos.

_aaaaaaaaaa_aaaaaah - grito temblorosos con un par de gallos de por medio al ver aparece un asesino con intensiones asesinas que le miraba asesinamente y con un asesino gesto le indicaba que le quería asesinar bien asesinado**.

-Te los traeré bien sangrantes, en un tupper ware. Que no le falte nada a mi silla, nomás.

Se vuelve a sus compañeros:

-Mañana mismo partiremos hasia Filistea, Región de Los Llanos, Venesuela. Con un poco de cloroformo haremos caer dormidos a los médicos del hospital, y con unas batas suplantaremos su identidad. La bata para Cablallo iba a ser un poco más difícil de haser, pero la abuelita había dirigido un taller de alta costura, aun sabia defenderse con la máquina de coser. Una ves le rompió una Singer 1409 en la cabesota a un tío que intento atracarle. Por supuesto nos infiltraremos en un quirófano de urología para fimosos.

Cablallo se sonrojó al tener a Lupita ensima sentada de aquella manera tan poco regía pero si muy sensual. Mirada al frente Carlos Antonio, se un buen corsel para las señoras.

Cablallo entendía algo de estranjero, ya que estudiaba mucho para encontrar una cura a la enfermedad de su mamasita. Pero entender las palabras no quería desir que entendiera un carajo de la situasión. En aquel rato ya había dedusido que la silla de la abuelita no era normal, pero para repararla hasían falta ¿prepusios? ¿Que clase de magia nigga era aquella?

Y según la había dicho Ivan Smirnoff, también conosido como Tornado, al día siguiente no sería un caballo, pero no podía dejar a la abuelita sola. Iba a tener que dar muchas esplicasiones.

Y aquella bruja le ponía bien nerviosote.

La Santa Faris de la Gamba Asesina de las Profundidades Asesinitas escuchó las orasiones de Bellita e hiso apareser... ¡a un médico asesinito! El público le reconosió, era el ginecólogo de Isabelita Carmela que solía pasar mucho tiempo copulando con la ídem fuera de ecsena. Además, que era raro que le hisiera dos revisiones por semana, debía de tener los ovarios más sanotes del multiverso, Isabelita Carmela.

- ¡Te vengo a asesinar! -informó el doctor-. ¡Asesinamente! ¡Te asesinaré con...  -metió la mano en el bolsillo de médico y sacó unas cookies- ESTAS GALLETAS AFILADAS!

Se había marchado. Su amor recién encontrado la había dejado para dedicarse a una peligrosa vida de redadas antivicio alienígena y tráfico ilegal de aseite interestelar. Pero aún sabiendo que sus motivos eran honrados y nobles no podía dejar de sentir la marcha de aquel hombre de negro sensual.

- ¿Y ahora quién me tapará de noche si hase frío? - lloriqueó, echándose en su cama de un modo totalmente dramático, hundiendo la cabeza en las sábanas mientras intentaba recordar qué había en el guión para, acto seguido, levantarse a lo Escarlata O'Hara, puño en alto y expresión resuelta -. A la virgensita de Guadalupe pongo por testigo que voy a sentarme en mi trabajo hasta que un buen maromo se me vuelva a poner delante.

Se giró en lo que fue un revuelo de faldas, de pelo y de pechotes, recogió la maleta con las pastillas de la abuela y decidió que, ahora sí, era el momento de darle la nueva tanda de medicación a la viejita*.

Victor Alfredo, ensimismado y en sus cositas pensando, abandonó la habitasión. Como todavía le quedaba un poco de aseite en el cuerpo fue perdiendo prendas de ropa a medida que avansaba.

Cuando llegó al dormitorio, su prometida estaba durmiendo. Le había dejado un paquete al lado de su almohada:

Mi querido sipotón,  te regalo estos sedeses de los Yakson Faif.

Entonses, un sonido de un negro saltando por la ventana llamó la atensión de Víctor, que conosía perfectamente el sonido de un negro saltando por la ventana.

Escuchó también la vos de Ana Victoria disiendo:

- ¿Y ahora quién me tapará de noche si hase frío? 

Y ruido. Sí, Víctor era capas de distinguir a un negro saltando, pero el ruido de las cosas de mujeres era una cosa rara insospechada.

Ana Victoria cogió sus maletas de muerte -otros lo llamaban botiquín- y se fue a la habitación de la abuelita dispuesta a administrarla su "amor". Pero cuando llegó allí... oh horror. La cama estaba vasía, ni siquiera se había usado esta noche. ¿Cómo era eso posible? ¿dónde estaba la pérfida abuela?

- Veo mucho aseite por aquí y muy poca fiesta.  Me habéis invocado con el Grimorio, maldita gentusa, así que o me organisáis una fiesta o la monto travelar -espetó He Man mirando con su seño no depilado a Bellita y a Perseo. Curiosamente, o no tanto, actuaba como si fuera más importante su fiesta que la inminente muerte por galletas de Perseo.

Pues solusionado el trato con Sweet Brown, sólo quedaba a Abuelita, Cablallo y  Lupita volver a casa, haser las maletas y  -a Cablallo- dar algunas explicasiones. Al día siguiente, quienes quisieran partirían de viaje. 

La bruja vudú, que sabía reconoser un licaballocántropo cuando lo veía,  le puso un piercing en la oreja. No era muy viril, pero daba igual, con ese tolón...

-This mágico pendiente te permitirá to talk to your viejuna passenger and the joven empanated.

Y así era. Con ese pendiente sexy en su oreja de caballo, Cablallo notó que podía hablra.

Oh señor...haga que esos hombres malos me devuelvan lo que es mío..y me robaron. Únase al Dr. Horrible y lo dos estarán invitados a mi fiesta de diesiseisañera. dijo Bellita poniendo su mejor cara de niña buena que era. Porque claro era buena, y de buena tonta, pero si en una habitasión hay dos sipotes y te desaparesen tus dos posesiones más valiosas...pues como que se nota, aunque uno de los sipotes hubiese desaparesido. El surgimiento de más sipotes en lugar de ponerla nerviosa le había tranquilisado pues era seguro que venían por los ruegos de la santa virgensita de Faris. En aquel momento, Bellita era la auténtica protagonista de una película paralela, "Bailando con pollas", versión femenina de "Bailando con pollos" donde había mushas escenas como las que siguen a continuasión.

y sobre todo...

Bueno tendremos que regresar a la hasienda y preparar el viaje, va a ser una misión difisil de de cojones prepusios, pero la silla de la buena muerte merese la pena. Es el mejor medio de locomoción desde los dirigibles, y no puedo ir en dirigible del dormitorio al baño o al salon, no cabe por el pasillo. Si no quereis acompañarme lo entendere y si me acompañais tambien lo entendere. Solo diosito dios sabe lo que nos depara tan largo camino.

Se vuelve a la bruja buena del pantano:

Le dejamos aparcada la silla aqui, no tiene sentido moverla hasta que no funsione... We aparqued here the chair. No le haserque las manos ni niños, le gustan pa comer.

Víctor Alfredo entró en su recámara sin ser consiente de que había perdido la camisa y los pantalones por el camino debido al exseso de aseite que escurría por su cuerpo. Se sintió aliviado al ver que Isabelita dormía, así no tendría que fingir alegría por el herederito y al ver los sedeses ensima de la almohada los llevó a sus labios y los besó antes de mirar hasia el techo, como si hablase hasia el sielo. - Muchas grasias, virgensita Chara  del Kotoko de todos los sielos, estos sedeses son esactamente lo que quería. 

Los guardó en el cajón de la mesilla de noche junto a la pokeball que contenía el pikachu salvaje y al verla la acarisió con un dedo mientras una sonrisa fásil se dibujaba en sus labios al pensar en cómo había rescatado a Lupita. El sabor de los labios de la chamaquita le hiso sentir mejor. Durante unos instantes su vida paresió menos negra ahora que la amenasa del bebé colgaba sobre su cabesa y se permitió soñar con huir de la hasiendita para ser felis junto a la mujer que amaba.

Pero no tardó en recordar que ella estaba prometida con su propio hermano, ¡Con Ricardito! Y el seño de Víctor Alfredo se arrugó sinuosamente al darse cuenta de que ella ni siquiera sabía que le había besado a él, pensaba que había besado al Hombre Aseitoso. 

Cuando estaba a punto de meterse en la cama escuchó un negro saltar por una ventana y miró hasia fuera intrigado. Pero al escuchar la vos de la enfermera de la abuelita comprendió que debía ser un amante que tenía a escondidas nomás. Y no se preocupó por el tema, volvió a la cama y se metió entre las sábanas intentando no moverse demasiado para no despertar a Isabelita. Serró los ojos y trató de imaginarse que era Lupita quien estaba a su lado, juntos durmiendo en un barco con el que recorrían el mundo, sin preocuparse por hasiendas ni mamarrachadas.

Waa_aaaaaaaaa^aaaaa_aaah - seguía gritando Perseo Alberto Jairo Uribe con ambas manos encogidas en dos temblorosos puños a lado y lado de su sensuoso (pero ahora poco explotado) mentón.

No, no me asesinamente asesine bien asesinado amenazaba en esos gritos producto de verse fuera de guión. 

Bellita, mi amor siegilla, ayudame. - le pedía a la niña llevando la mirada hacía ella.

aaaa_aaaaaaaaaa^aaaaaaaa^aaaa_aaaaaaaaaaaa^aaaaaaaaaaaaa_aaaaaaaa^aaaaaaa^aaaaa_aaaah

Finalmente su cuerpo le respondió y corrió a esconderse detrás de He Man, bueno de hecho solo necesito dar un paso hacia la derecha pero la camara utilizo el efecto barrido igualmente.

Bajó amabas manos todavía temblorosas para posarlas en el fálico artefacto del desaparecio vocero. Quizás si conseguía que esa luz que antes casi le saca un ojo volviera a aparecer....

¡La siega! pensó ¡ella tiene que saber usarlo, o quizás su cabra! en ese momento cualquier opción le valía.

Y la siega pareció ser la respuesta, al pensar en su inocente bondad y en su bondadosa inocencia el palote empezó a estirarse, el palote de luz azul claro estaba, él otro palote solo tenía ojo para el rubiales.