Partida Rol por web

Herbert se encoge de hombros. No había que ser un gran científico para saber que el chico no era causante de que hubiera esos mosquitos venenosos y Herbert no era de los que creía en supersticiones.
- Menuda tontería. - dijo y se encogió de hombros. De todas maneras no iba a interferir con el chico pero se recordó a si mismo que debería llevar un arma encima, por si acaso, aunque se desenvolvía bien con los cuchillos, sabía que si había disparos estaría en desventaja.
Dio un paso atrás como dejando pasar al muchacho, pues no quería inmiscuirse en los problemas de nadie.

Jim observó a Tembaqui duramente, y sin apartar la vista del líder, levantó la voz para contestar al Lord.

- Tenemos un herido, el doctor deberá atenderlo. Y una situación que merece su atención, señor. 

lo más que se podría hacer sería revisarlo para ver si tiene algo que atraiga a los tse-tse, pero no más de eso dice buscando una solución para todos

Dorothy asiente a las palabras de su esposo, pero luego les indica que le sigan, coge a Molly por un brazo y tira de ella hasta la cubierta. La señora quería saber qué había pasado y ayudar en caso de que fuera necesario, no se dio cuenta de que tiraba de Molly demasiado, estaba nerviosa por su primo y por aquel joven negro que podría estar siendo apaleado o algo peor.

Una vez en cubierta trató de buscar a ambos con la mirada.

Escucháis la voz de Lord Cottonwell desde arriba

-¿un herido? bien, ¿puede subir? esperen un momento y bajamos con Fondec-

Escucháis encima vuestro resonar las tablas cuando Lord Cottonwell se va de la barandilla, suponéis que no tardará mucho en bajar con el doctor, aunque tanto Costigan como el prisionero podrían subir sin problemas

Aun asomado Lord Cottonwell responde a alguien, creéis que Farewell aunque no lo escucháis bien desde donde estáis

-¿un herido? bien, ¿puede subir? esperen un momento y bajamos con Fondec-

Luego vuelve con vosotras

-Parece que los porteadores se han alterado pero hay alguien herido, supongo que el disparo que escuchamos seria al aire para dispersarlos. Voy con Fondec y bajaremos, prefiero no dejaros solas-

Dicho esto va con paso rápido hasta donde están Fondek y Stoker. Al cabo de un momento vuelve con ellos y bajáis a la cubierta inferior

Aunque Doyle le deja paso el muchacho se queda parado indeciso. Escucháis como Lord COttonwell habla a gritos con alguien, seguramente de los que bajaron a la cubierta inferior, y al cabo de un momento llega con paso rápido, con un rifle de caza al hombro

-Deprisa, tenemos un herido, coja su maletín y acompáñeme Fondec-

Cuando se detiene ve a Omai ahí parado y lo mira con dureza un momento -tu mejor quédate aquí chico, y si sube algún porteador escóndete entre los fardos-

Sin esperaros vuelve por donde ha venido, dando por hecho que le seguiréis, se nota que esta acostumbrado a mandar

Lady Cottonwell asiente fuertemente a su esposo y dice: Estamos bien, hay que ver quién está herido. Espero que no sea el joven que acogimos.

- Molly, no te despegues de mí, dijo tratando de cuidar de la joven, por un momento Dorothy parecía llevar perfectamente el control de la situación y no parecía la joven señora asustada de siempre.

Después continuó junto a su esposo, sin estorbarle, pero atenta a todo lo que sucedía a su alrededor.

muy alarmado, sujetando el maletín con mucha fuerza, sigue a Lord Cottonwell, preparándose para trabajar

Molly se había dejado arrastrar por Lady Cottonwell, todavía un poco en shock por los disparos y la sensación de peligro, así que se dejó guiar por ella, viéndola segura de sí misma.

- Dejadme hablar con Lord Cottonwell a mí, por favor. Una cosa es hacer justicia, y otra ser justos, dijo entre dientes Jim, mientras esperaban al doctor. Su mirada se posó particularmente en el exacerbado William y en el militiar.

Herbert atiende a las palabras de Edmund, pues quería ver que había pasado y tampoco se quería quedar a solas con ese chico.
- Vamos - dijo mientras seguía unos pasos por atrás al medico y al lord.

William asintió a las palabras de Jim mientras subía al herido Boring a cubierta. El temperamento de Bill era como un tornado: arrasaba todo en los momentos de pasión o furia pero desaparecía como si nunca hubiera sucedido al calmarse.

Subió las escaleras para evitar que los demás pasajeros bajaran a la zona de los porteadores. Había sido suficiente con la excursión anterior.

Bill sube las escaleras que comunican las cubiertas ayudando a caminar a Costigan que aprieta una mano contra su costado intentando detener la hemorragia de la que debe ser una herida seria, ya que ha perdido bastante sangre.

Siguiéndole de cerca suben Jim y Boring, parece que solo Costigan ha resultado herido.

A su encuentro llega Lord Cottonwell, llevando un rifle de caza al hombro, seguido de cerca por su esposa, Molly y el doctor Bluisur. El último en llegar es Stoker, que observa la escena con precaución

Lord Cottonwell se acerca y mira la herida con ojo crítico pero sin alterarse -Diantre, es un buen corte, Bluisur ocúpese de el, rápido- ayuda a Bill a dejarlo suavemente en el suelo antes de mirar a los demás que fueron a la cubierta inferior

-¿nadie esta herido?¿pueden explicarme que ha pasado ahí abajo? escuchamos un disparo antes-

tranquilos, esto es fácil, limpiamos un poco aquí, algo de alcohol allí, suturamos un poquitín por aquí yyyyy..... listo, un bendage simple te dejaría como nuevo dice muy satisfecho con su trabajo

Molly se separa de Lady Cottonwell y acude junto al médico- Monsieur, si necesita ayuda, yo tengo algunos conocimientos de enfermería y no me impresiona la sangre- Ya era hora de dejar de comportarse como una niña y asumir el control de sí misma, que había perdido un poco con los últimos acontecimientos....

- ¡Oh Dios mío! gritó Lady Cottonwell al ver a Costigan herido. ¿Qué ha pasado? Salió de detrás de su esposo sin miedo a la situación preocupada por aquel hombre con el que casi no había conversado en todo el viaje.

Lejos de parecer molesta, nerviosa o asustada, vio como Molly, se acercaba a su primo para ofrecer su ayuda, sonrió, sabía que aquella joven despertaría en el viaje, no era para nada una niña asustadiza ni tímida, simplemente tenía que darse cuenta el valor que se escondía en su interior como ella descubriera hace mucho tiempo.

Esperó aún así paciente cerca de su esposo a que los presentes contaran lo que había ocurrido, pero no pudo evitar echar un vistazo atrás, donde había quedado Omai, aquel joven que habían recogido y que parecía tenía a todos en una situación cuando menos peligrosa y molesta.