Partida Rol por web

Jim se acerca a Lord Cottonwell. No tiene intenciones de discutir esto con los demás; si el Lord da las órdenes, no tienen siquiera por qué opinar. Además, es por la insistencia de esas mujeres que todo esto se descalabró; y no piensa permitir que toda su expedición, y sus ganancias, se disipen por no respetar a África.

- Señor, si pudieramos hablar en privado, hay decisiones que solo usted puede tomar.

Lord Cottonwell asiente al ver que Fondec si parece conocer su trabajo, parecía tener alguna duda

Cuando Jim le dice de ir aparte asiente, aunque dedica una mirada a Boring que también bajo y podría querer contar algo mas

-vayamos al puente de mando, creo que el capitán también debería opinar si hay peligro de motin en su barco- Empieza a caminar hacia el puente de mando, aunque se gira a los pocos metros -quédate aquí querida, volveré enseguida-

Cerca de la zona de carga, a unos cinco metros de donde Fondec atiende a Costigan, Omai observa en silencio la escena con expresión circunspecta.

Los que habéis bajado a la cubierta inferior no podéis evitar preguntaros ahora por que los porteadores golpeaban aquella puerta

Herbert se quedó en segundo plano, intentando discernir que demonios había pasado ahí abajo.
- ¿Alguien me puede explicar que está pasando? - dice mirando a los presentes, alternativamente.

Jim observa a Boring, y se dispone a seguir al capitán. Primero debemos hablarlo con Lord Cottonwell. William se encargará de su seguridad, no se preocupe por ello. Supongo que mientras, habrán corroborado que no hay moscas en sus camarotes y se preparon para ellas?

Dirige la mirada a Molly. O se dedicaron a jugar a los tortolitos?

- ¿Tortolitos? Aquel hombre como siempre sacaba todo de su lugar... ¡Habrase visto! Miró indignada a su esposo, al parecer iba a contarle lo sucedido en privado... Jum... se enfadó e ignorando a los presentes se dirigió decidida hacia al joven negro Omai.

Al moverse de la sombra de su esposo y avanzar en solitario, se mostró mucho más claramente que se había cambiado de ropa, pero no solo eso sino que ahora vestía pantalones, una ropa además muy similar a la de su esposo pero en versión femenina, algo que para la época era muy raro amén de provocador. Pero ella parecía lucirlo no solo con gracia y elegancia, sino con la naturalidad de alguien que ya ha vestido ese tipo de ropa.

Una vez llega hasta el joven africano, se cerciora de que no tenga ninguna herida visible. ¿Estás bien? dice suavemente y muy despacio.

Molly mira al descarado guía con un gesto similar al de Milady- ¡Habráse visto! ¡Será descarado!- Comprobamos nuestra habitación, sí señor, gracias por haberla despejado de moscas. - responde en el tono más seco de que es capaz, con su pequeño mentón algo más elevado que de costumbre, mientras observa fijamente al alto guía.

Por un momento olvida lo extraña que se encuentra con la ropa que le ha hehco confeccionar Milady, con pantalones como los de ella.

Jim y Lord Cottonwell suben al puente de mando mientras los demás os quedáis en la cubierta, Costigan necesitará reposo, pero la herida era limpia y Fondec la ha cerrado bien

El muchacho está claramente nervioso, pero no huye ni nada asi, tampoco parece estar herido

-ellos perseguirme, yo entrar en habitación limpia y cerrar puerta, salir por ventana pequeña y trepar por alli-

Señala a la zona de equipajes, en la popa del barco, que es por donde estaban Stoker, Bluisur y Lord Cottonwell

En cuanto llegáis al puente el capitán da instrucciones al segundo de a bordo, un hombre próximo a los cuarenta que no suele hablar mucho, y va hacia vosotros

-Bueno, espero que me expliquen que diantres ha pasado, hacia tiempo que no veia semejante desmadre en un viaje de estos Jim-

Mientras habla saca una botella de ron de una armario y sirve tres vasos relativamente limpios

-adelante, cuentenme-

Lord Cottonwell te mira esperando tu respuesta, ya que el tampoco se ha enterado de mucho

La deducción parecía fácil. - Al parecer los porteadores culpan al muchacho del brote de moscas en el barco. Quizás no fue muy buena idea haberlo traido al fin y al cabo. No por las supersticiones, sino porque casi lo matan a él y a Costigan. - Boring bajo la cabeza arrepentido por haberse encabezonado en llevar al chaval.

 - Tirémoslo por la borda y acabemos con el problema.- dijo William totalmente en serio. Luego, al ver que los demás parecían a punto de escandalizarse por su comentario añadió: - Puede regresar andando hasta el poblado. - se acercó a Omai - Muchacho: si sigues con nosotros tarde o temprano alguien acabará contigo. Piénsalo bien. Podemos darte dinero y provisiones para que hagas tu camino.

- No se atreva a tocarle Señor Harthower. Primero hablaremos con mi esposo y después decidiremos lo que es mejor para todos. ¿Cómo puede siquiera plantear algo semejante? ¿Acaso ha olvidado los hipopotamos que hemos tenido que sortear? primero le miró indignada para hablarle, después se giró para evitarle.

- Señor Boring, venga aquí, no entiendo lo que el muchacho quiere decirme, a ver si usted... miró al joven de nuevo, repite lo que has dicho. ¿Dónde estabas?

Lady Cottonwell no se movió del lado del joven, por temor a que fueran contra él de nuevo, pero buscó la ayuda de Molly con la mirada.