Partida Rol por web

Guiados por la ominosa presencia de los buitres avanzáis con cuidado y atentos a una posible emboscada. Los pájaros hacen imposible que os perdáis y al cabo de poco tiempo observáis un pequeño grupo de árboles en la sabana. Apenas puede ser considerado un bosquecillo.

En su interiór hay unas formas colgadas de los árboles y parece que solo los buitres se mueven en ese siniestro cuadro

Seguimos a los buitres hasta llegar a un grupo de árboles de los que cuelgan algo.

- ¿Qué diantres es eso que cuelga de los árboles? - digo señalando en esa dirección. Espero que no sea lo que estoy pensando.

Avanzáis con precaución al interior del bosquecillo atentos a sorpresas inesperadas, y según os acercáis a los objetos colgantes se van confirmando vuestras peores sospechas, y peor.

Los objetos colgantes son cuerpos humanos colgados boca abajo, despellejados y decapitados. Cuando los carroñeros se alejan espantados por vuestra presencia observáis con horror que la identificación es prácticamente imposible, ni siquiera podéis saber si eran hombres blancos o negros

A vuestras espaldas los seis porteadores que os acompañan hablan entre si, y aunque intentan mantener la voz baja su tono se eleva por momentos.

Uno de los soldados se aparta a vomitar a un lado

Avanzaron para encontrarse con lo que temían. Unos cuerpos descompuestos y llenos de heridas. Seguramente fueron hechas después de muertos causadas por los carroñeros. Estuvo a punto de hacerle compañía al soldado que vomitó, pero intentó calmarse.

Por desgracia, había poco que él pudiera hacer por los cuerpos, llevaban mucho tiempo muertos, ni siquiera sabían de quienes se trataban dado el estado destrozado de los cadáveres.

-Me será imposible diagnosticar la causa de la muerte, apenas queda carne. Recomiendo abandonar pronto este lugar, el olor a descomposición podría volver a atraer a bestias carroñeras, y esta vez podrían no huir al vernos.

Era poco cristiano dejar  aquellos restos que antes fueron personas abandonados a su suerte, sin entierro. Pero el doctor era más práctico que supersticioso.

Quizá lo único que deberíamos hacer es tapar los cuerpos para no atraer a más animales. Sin embargo, no creo que debamos perder mucho tiempo en cavar tumbas, ya que no creo que nos sobre el tiempo. Y tampoco es buena idea cansarnos con el trabajo que supondría cavar, aún tenemos que seguir andando.

Al llegar a la base de los árboles casi me cuesta mantener la compostura ante el macabro espectáculo.

- ¿Quién habrá sido capaz de hacer esto? - digo tapándome la nariz e intentando contener una arcada ya que el olor era repugnante.

William rastreó los alrededores en busca de pistas sobre aquella matanza. ¿Quién podría haber hecho aquella carnicería? Se preciaba de ser un tipo duro pero no pudo evitar palidecer ante aquella macabra visión.

Había visto cosas horribles en el campo de batalla, pero esto superaba con creces cualquier acto bélico vivido anteriormente… -¿¡qué clase de salvaje comete un acto de tal crueldad y demencia!?- …me pregunté en voz alta… -está claro que esto no puede ser obra de una persona mínimamente civilizada-.

A simple vista era imposible reconocer la identidad de los cadáveres… -no podemos llegar a la conclusión de que son ellos precipitadamente, ya que no podemos identificarlos, pero quizás el señor Blusiur, que de seguro esta mas familiarizado con el cuerpo humano, pueda decirnos si la estatura de los cuerpos se corresponde aproximadamente a la de nuestros compañeros y quizás también la complexión- …no podía cruzarme de brazos y dar media vuelta como si nada, debía seguir buscándolos o al menos cerciorarme de que eran ellos.

-Aunque el estado de los cuerpos haga imposible su identificación, debemos peinar los alrededores en busca de algún objeto que los relacione, ya sea un reloj o un trozo de ropa, algo tiene que haber- …de momento no pensaba en seguir un nuevo rastro, primero quería encontrar algún indicio de que eran ellos o incluso de sus atacantes, así que me puse a peinar los alrededores cercanos en busca de algo que sirviera para esclarecer tan turbio asunto.

-Espere un momento- le dijo a Costigan- intentaré ver cual es la causa de la muerte de estos pobres indivíduos. No será fácil, pero con suerte sabremos a qué nos enfrentamos.

Se acercó a los cuerpos, retirando alguno de los insectos atraídos por la descomposición, y buecó entre los restos alguna señal de heridas causantes de la muerte. Si no habían muerto por otras causas menos detectables dado el estado de los cuerpos.

Los alrededores estan llenos de sangre seca, maleza y rastros de carroñeros, no encuentras nada util

Buscas por los alrededores del arbol, no tardas mucho en encontrar una zona con los arbustos aplastados y mas sangre que en el resto del bosquecillo, es donde los cuerpos fueron desollados.

Buscando un poco mas encuentras media huella, ves que no es un pie desnudo, sino alguna clase de bota, el dibujo de la suela te resulta extraño. Y además es muy grande, el pie debe ser un número 50 al menos

No encuentras rastros que te indiquen hacia donde se fue tras hacer esto

Los alrededores están llenos de maleza, sangre seca y huellas de carroñeros, cuando estás a punto de desistir un fugaz destello llama tu atención. Debajo de los cuerpos y casi cubierto por la sangre seca hay un medallón, cuando lo limpias un poco ves que es una pieza de bisutería barata, abriéndolo ves el retrato de una mujer y una inscripción corta en frances

Examinas cuidadosamente los cuerpos, mas acostumbrado a estas cosas que los demás puedes ver que el trabajo de desollarlos ha sido limpio, incluso profesional. Dos de los cuerpos podrían pertenecer a Doyle y el cocinero, aunque es muy difícil saberlo. El tercer cuerpo es muy corpulento.

La causa de la muerte del cuerpo que supones de Doyle no te resulta evidente, la del cocinero (si lo es) es sin duda una herida como de garra, se clavo en su estómago y subió hasta destrozar el diafragma y el corazón. No parece la herida que causaría un león, sino un hombre con cuchillo, que lo clava y sube hasta el corazón.

La causa de la muerte del tercero es aún mas sorprendente, aunque evidente, tiene una herida en el pecho que le atraviesa de lado a lado, es una herida limpia, amplia y con los bordes cauterizados. Lo único que se te ocurre es un rifle de gran tamaño disparado a quemarropa, pero eso habría causado muchos mas destrozos

William rebusca entre unos matorrales. Luego se gira hacia los demás para informar de su hallazgo:

- Aquí hay huellas de una bota... esto no lo hicieron los salvajes. Al menos no lo hicieron solos. Eso sí, el tipo que dejó esta huella tendría que ser un gigante. Calzaba un 50 como mínimo.

Se encoge de hombros mientras regresa con los demás del grupo:

- Por desgracia no hay un rastro claro que podamos seguir. Esto es de lo más extraño y siniestro...

Tras un tiempo estudiando los restos, y con una expresión de perplejidad, el doctor se volvió a erguir y a hablar al resto de la expedición.

-Es más grave de lo que me temía. Al menos dos de estas personajs han sido asesinadas salvajemente, una a cuchilladas, la otra con un disparo de fusil- pero eso no era lo más alarmante- además, aunque con el estado de los cadáveres es difícil de determinar, la complexión y tamaño de los fallecidos concuerdan con el del cocinero desaparecido y quizá también con Doyle. El tercero es alguien corpulento, quizá algún nativo o del personal de seguridad.

Quizá fueran los que desaparecieron del campamento, desde luego la complexión encaja con algunos de ellos.

El buen William no pudo reprimir una sonrisa ante el comentario del doctor pese a lo macabro de la situación.

- ¿Es más grave de lo que temía? - miró los cadáveres deshollados - Pues no sé que se temía doctor... pero a mí me parece que estos pacientes no pueden estar más graves... 

Se rió de su propia gracia intentando, quizás, ocultar un toque de nerviosismo.

- Sea lo que sea que ha pasado será mejor que volvamos a informar al campamento. No tenemos ninguna pista que seguir y me temo que estemos en peligro.

Se llevó las manos a la cabeza al comprender lo que había dicho.

-Bien, discúlpenme, solo quería decir que me ha sorprendido descubrir que hayan sido tan brutalmente asesinados, uno no ve estas cosas a diario y de solo imaginarlo me he alterado. No obstante con lo de grave no me refería a ellos- obviamente- si no a nosotros. Si alguien ha hecho ésta barbarie no estamos a salvo.

Él no se esperaba que la amenaza para ellos fuera tan grande, si lo hubiera hecho, seguramente no habría abandonado el campamento. Aunque al menos tenían armas.

-¡Malditos franceses!- …digo tras inspeccionar algo que he recogido del suelo justo debajo de los cadáveres… -esos degenerados no tienen respeto por nada ni por nadie, pero esto ya llega a lo demencial hasta para esos desgraciados-.

Visiblemente alterado me acerco a Bill… -estoy de acuerdo con usted señor Harthower, no creo que hayan sido salvajes, o al menos no autóctonos, si esto no pertenece a las víctimas, pertenece a sus atacantes- …comento mientras le entrego a Bill un medallón de bisutería barata, el cual contiene en su interior el retrato de una mujer y una pequeña inscripción en francés… -quizás el señor Blusiur pueda decirnos que pone en el medallón, aunque de seguro será alguna falsa cursilería francesas irrelevante, que solo demuestra el doble rasero de estos malditos franchutes-

La presencia de un francés en esta situación era inevitablemente irritante, el solo hecho de pensar que los franceses podían tener algo que ver con lo sucedido me daban ganas de golpear a Fondec, solamente el hecho de que Dorothy no me lo perdonaría me retenía.

Lo que ha recogido Lord Cottonwell es un sencillo medallón con el retrato de una mujer y una sencilla inscripción que Fondec traduce como "te amare por siempre, Marie"

Un decidiendo que hacer a continuación de repente os sobresalta el sonido de disparos provenientes del norte, mientras escucháis estos disparos aumentan hasta que parece que se esta produciendo una verdadera batalla a tal vez un par de kilómetros de vuestra posición