Partida Rol por web

CAZADORES DE SANGRE [Finalizada]

Crónica Común (Gehena): Noches de Sangre

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08/10/2008, 23:47
Esmeralda

Entro en el local, subiendo en el ascensor con un cosquilleo en el lugar que en otro tiempo era mi estómago. Nervios. No debería sentirlos, debería sentir paz, tranquilidad. Voy a ver a mi maestro. Pero se que las cosas son distintas ahora, lo que voy a ver es una incógnita para mi. No soporto la incertidumbre. Pero peor es la falsa confianza. La que sentí hacia mis hermanos, ahora declarados enemigos. Al menos Hamza y Dominic. Ahora, pensandolo con calma, reconozco que no puedo achacarles demasiado a Mariela y Steff. ¿Que podían hacer ellas? ¿Enfrentarse a su Ductus? Quizás si hubiera contado todo... si hubieran sabido toda la verdad... Pero entonces me considerarían traidora por delatar a mis hermanos. Es un circulo vicioso. No había nada que hacer.

Llego a la planta, lo que se hace evidente por el estruendo. No logro entender cómo está tan generalizado entre los vampiros una música como ésta, pero supongo que la mayoría pensaría lo mismo de mis gustos. Camino hacia la barra con decisión, sentándome en una de las altas sillas y esperando a que el camarero me atienda. Cuando lo hace, le sonrío cercana y sensual casi por inercia. Costumbres grabadas durante años que no puedo evitar.

  • Ponme una copa. Sangre, si puede ser con alcohol, mejor -Siempre me ha parecido curioso el sabor de la sangre cuando hay un cierto grado de alcohol en ella- Tengo una cita en las salas Vip, con Vasily. Me dijeron que darían aviso. Me llamo Esmeralda.
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09/10/2008, 00:49

La noche se abre paso como siempre, llenando la sala haciendo que el local parezca "vivo". Una metáfora divertida... La pista está ya repleta de cuerpos que bailan, cantan, y se funden en diferentes rituales... A veces, sangrientos.

El Gehena nunca ha sido discreto... Esta noche tampoco.

Cuando te acercas a la barra el camarero te mira fijamente. Podría decirse que te observa, pero de un modo diferente al que acostumbras. Es como si te examinara. Tus facciones, tus rasgos, tu ropa, tu cabello.

Finalmente responde tu sonrisa, con una franca y abierta.

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09/10/2008, 00:52
Leo

Cita:

* Ponme una copa. Sangre, si puede ser con alcohol, mejor. Tengo una cita en las salas Vip, con Vasily. Me dijeron que darían aviso. Me llamo Esmeralda.

Sin dejar que su sonrisa se marchite, busca una botella bajo la barra. La muestra ante ti, y sonríe de nuevo, más abiertamente.

- Vasily ya está dentro, pero ha dejado ésto de su parte. Cree que será de tu agrado, es una "reserva especial".

Su mirada te busca, enigmática. Después de unos segundos casi incómodos, ríe brevemente y añade.

- Me pidió que te dijera que no está envenenada. Yo suelo creerle. Nunca miente con las propinas.

Sin esperar tu reacción por más tiempo tiende una copa y un posavasos, abriendo la botella y derramando parte de su contenido sobre el vaso. Al igual que tú, Vasily gustaba de sus viejas costumbres mortales, tal vez eraís los únicos a los que el viejo sabor del vodka macerado con nueva sangre os resultaba tentador.

La botella era una Diaka Vodka* , teñida de un color rojizo vivo y sugerente, que en la copa se hacía casi irresitible. Sin duda, Vasily y tú teniaís gustos en común. Un pasado en común, incapaz de ser borrado por un sólo error.

Notas de juego

Sonando en la sala: "Radio" Gehena

*Diaka Vodka es el Vodka más caro del mundo, y suele ser considerado el mejor.

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09/10/2008, 17:22
Esmeralda

Cita :

Me pidió que te dijera que no está envenenada.

Me cuesta un gran esfuerzo no mostrar mis sentimientos ante esa revelación. Mostrar mi ira, mi indignación, mi decepción. De modo que es esa la idea que tiene de mí, de la lealtad que le profeso, de la confianza que tengo en él. Cree necesario asegurarme que no quiere mi muerte, y lo hace a través de un camarero nada menos. haciéndolo público, desvelando nuestras tiranteces, nuestras diferencias, nuestros problemas...

Que son nuestros y solo nuestros.

Cosas de familia, íntimas, personales.

  • Eso te pidió ¿eh...?

Observo la copa con desgana, tratando de ocultar mis pensamientos tras una máscara de indiferencia. Neutralidad, mi nueva forma de afrontar los problemas, mi nueva manera de encarar la vida y las relaciones. De nada ha servido mostrarme como soy, o como creía que debían verme. Pronto no verán nada, ese debe ser mi objetivo. Indiferente y enigmática. No puedo abandonar mis pasiones, forman parte de mí, pero puedo ocultarlas, hacerlas invisibles a los demás.

  • ¿Te pidió también que le avisaras cuando llegase, que me hicieras pasar, que le esperase aquí...?

Dejo la pregunta en el aire, esperando a una de las posibles respuestas o a alguna otra en la que no haya pensado. Tomo un sorbo de la copa con un gesto tranquilo, clavando la mirada en el camarero en todo momento mientras contoneo ligeramente mi cuerpo sobre la silla giratoria. Hacia un lado y hacia el otro, al ritmo de la música. Tengo ganas de entrar, pero al mismo tiempo no tengo prisa. Después de todo, la incertidumbre respecto a lo que vaya a suceder solo es inferior al desasosiego que me produce cada nuevo gesto de mi maestro...

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12/10/2008, 13:39
Lujuria

Lujuria sale de la pista de baile con una idea clara: ¡¡Otra copa!!. No sabía que mierda la habian puesto en la anterior o quizás sería el añadido que había hecho en el baño, pero ¡¡Quería más!!. Donde estaria el chico...

Le molesta ver que una joven tiene la atención del camarero en esos momentos, se coloca a no mucho de ella, como a 2 metros y golpea la mesa con el vaso redondo y grueso, sabía que no se iba a romper con esa fuerza.

- ¡¡Camarero!!, ¡¡más de esto!!

Observa a los dos conversando mientras le muestra la botella de vodka a la chica...

De eso nunca nos ofrecen a los demás...

Observa a la joven de arriba a abajo lentamente, buscando que la difería de los demás.

Bueno si... que yo vengo con harapos...

Se gira de espaldas a la barra mientras intenta escuchar algo de la conversación y mira al frente, apoya los codos con una actitud pasota y con suma dejadez.

La música no le deja escuchar la conversación, pero le da ritmo. Casi incoscientemente comienza a mover la cabeza al son de la música y... ve algo.

Anda... el de la otra noche...

Deja el vaso sobre la mesa y sale desperdigada de nuevo hacia la pista de baile, como una serpiente detrás de su conejo...

Notas de juego

- Lleva las ropas de la última foto.

- Este conejo es manso... no como el del video.

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20/10/2008, 13:34
Leo

Observa tu rostro de una manera directa, sin disimulos. ¿Cuántas veces habrás venido por aquí? Te ha visto antes, pero no conocía tu nombre...

Así que eres amiga de Vasily. Éso te hace "especial" por aquí. Al menos "especial" para él. Los amigos de Vasily eran bienvenidos en el Gehena. Sabía a ciencia cierta que Gael y el Tzimisce se llevaban bien, que tenían siempre negocios entre manos.

Cita:

Eso te pidió ¿eh...?

Sonríe, casi seductor, un amateur en contraste contigo.

- Éso, y que te tratase como a una princesa. Ésta, y todas las noches. Has debido de hacer algo bien para que el "ruso" me pida un trato así.

Se apoya un poco en la barra, acercándose a ti.

Cita:

¿Te pidió también que le avisaras cuando llegase, que me hicieras pasar, que le esperase aquí...?

- Te está esperando. En la Zona Vip. Kairn ya está avisado. Pasa cuando desees. Parecía preocupado, afectado. Creo que nunca le he visto tan melancólico. Espero que todo os vaya bien.

Mi mirada se centra en la tuya, hablando un poco más de lo que tal vez debería.

- Puede que te sorprenda que "conozca" tan bien a Vasily. Pero es un hombre franco, siempre me ha tratado con respeto, y aquí, en este lugar, éso puede marcar las diferencias de forma absoluta. Llevo un año informándole de lo que se cuece en la pista, de lo que logró descubrir, de rumores, susurros y besos en los baños. Soy sus ojos en este sitio. Éso nos convierte en... ¿amigos?

Una mujer se acerca a la barra llamando la atención, con gestos rudos. La mirada de Leo se desliza hacia ella, con cierto aspecto malhumorado.

- A ésto es a lo que me refería.

Avanza escasos pasos hacia la nueva vástaga, alternando su mirada con ella y contigo. Se dispone a servirle otra copa cuando la mujer se marcha. El rostro de Leo refleja un ligero desdén.

Después te mira nuevamente acercándose a ti.

Notas de juego

*Kairn es el hombre del Gehena encargado de dar paso a la Zona Vip esta noche.

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26/10/2008, 23:15
Esmeralda

Es abierto, sincero. Al menos en apariencia. Agradable. Genera en mi una sensación que me asusta, una ilusión de confianza y complicidad. No me lo puedo permitir. No puedo ser yo misma, hablar de lo que siento de verdad, mostarme como soy en realidad. No esta noche. No en este lugar. Trata de ser seductor, algo que en otro momento no sería sino el inicio de una larga sesión de juegos por mi parte. Juegos divertidos, personales, de incierto resultado pero interesante desarrollo. Seducción, uno de los mucho placeres que gusto disfrutar.

Pero no ahora, no con él.

No puedo.

Es... peligroso, ser como soy.

Mantengo una difícil, al menos para mi, expresión de indiferencia. Solo la endulzo un poco con un tenue y vergonzosa sonrisa cerrando los ojos unos instantes cuando me doy cuenta de que podría confundirlo con desdén. No quiero que vea lo que despierta en mi, pero tampoco lo contrario. Neutralidad, Esmeralda, esa es la clave. Tu triste destino, por la supervivencia.

Cita :

- Éso, y que te tratase como a una princesa. Ésta, y todas las noches. Has debido de hacer algo bien para que el "ruso" me pida un trato así.

¿Hacer algo bien? Lo dudo mucho. Temo que hace demasiado que no hago nada a derechas. Ni por Vasily ni por mis hermanos. ¡¡Ex!! ¡¡Ex-hermanos!! ¿Por qué me cuesta tanto asumirlo? Estoy fuera, me han dado la espada ¿Por qué no puedo yo hacer lo mismo? ¿Por qué esta rabia en mi interior, este calor desbordante con solo recordar sus rostros, por qué... sigo queriéndoles? Y a Vasily ¿Que hago aquí acudiendo a su llamada? Va en contra del buen juicio, de la desconfianza que despertó en mi con sus palabras por teléfono. Y aún así no puedo resistirme a acudir a él. Como una marioneta, me veo actuando en contra de mis propios deseos, llevada en bolandas por aquellos a los que he querido.

A los que quiero.

Yo no era así. Era un alma corruptora, una manipuladora, no una manipulada. Yo buscaba en el corazón de los demás lo que necesitaban para poder ofrecérselo, para ganarme su confianza y sus atenciones. Cadenas de favores, eso era mi negocio ¿Donde ha quedado todo aquello? ¿Cuando fuí sustituida por ese débil reflejo de mi misma, apoyada en otros para cubrir mis carencias, cayendo al vacío cuando me faltan esos pilares en que yo misma he sustentado mi existencia?

Cita :

- Te está esperando. En la Zona Vip. Kairn ya está avisado. Pasa cuando desees. Parecía preocupado, afectado. Creo que nunca le he visto tan melancólico. Espero que todo os vaya bien.

Nada va bien. Ese es el problema. Que Vasily esté afectado me asusta aún más. Casi preferiría que estuviera sencillamente enfadado, al menos sabría a qué atenerme. La melancolía es... un camino inexplorado, cuando se trata de mi mentor.

Cita :

- Puede que te sorprenda que "conozca" tan bien a Vasily. Pero es un hombre franco, siempre me ha tratado con respeto, y aquí, en este lugar, éso puede marcar las diferencias de forma absoluta. Llevo un año informándole de lo que se cuece en la pista, de lo que logró descubrir, de rumores, susurros y besos en los baños. Soy sus ojos en este sitio. Éso nos convierte en... ¿amigos?

Extraña confidencia. Creo que he dejado ver mi perplejidad a través de la expresión de mi rostro, aunque poco me importa en esta ocasión. Para ser alguien tan cercano a Vasily, lo desvela con demasiada soltura. Quizás sabe de algún modo que puede hablar abiertamente de Vasily conmigo, que ambos somos parte de su círculo de confianza.

Si es que yo continúo siéndolo.

Ya no doy nada por sentado.

O quizás se trate de un error, como tantos otros que yo misma he cometido. Pero una explicación omo la que me ofrece desvela la inteligencia de mi maestro. Un confidente como ése puede ofrecer muchísima información de los movimientos cainitas de la ciudad. Después de todo, este lugar es centro de reunión de practicamente todos los vampiros de México, un templo para los nuestros donde no tener que ocultar sus naturalezas más alejadas de las reglas mortales. No es de mi estilo, pero incuso yo respeto eso. Y alguien como él supone una clara ventaja. El tipo de ventaja de la que alguien como Vasily sabe sacar provecho.

Sin embargo, pensar que esa relación pueda trascender el mero negocio para cultivar una amistad real es algo que no me atrevería a aventurar. Tampoco soy quien para juzgarlo, ni estoy en la mejor situación para tratar ese tema. Ni siquiera se si yo misma soy amiga de Vasily. Antes lo hubiera afirmado sin dudarlo un instante. Amiga, hermana, hija. Todo. Ahora no lo se. No se nada.

El frío vacío que me provocan tales pensamientos se rompe cuando el camarero se ve obligado a atender a una ruda clienta, un mujer que no le muestra respeto ni cortesía. Ahora lo veo, dibujado en el rostro malhumorado de camarero. El resquicio, la fisura. Por ahí logró entrar Vasily. Él mismo lo ha confesado, Vasily le trató con respeto, y pocos por aquí parecen hacerlo.

Cita :

- A ésto es a lo que me refería.

Lo veo, claro y cristalino. Pero Vasily lo vio mucho antes, y supo aprovecharse de ello. Por eso es el maestro y yo una mera aprendiz. Un fracaso de aprendiz, que ha ignorado las lecciones. Por eso no vi en sus dos Aparecidos lo que pude ver en mi despedida. Porque no presté atención.

Porque nunca muestro atención.

Cuando regresa de nuevo hacia mí, no puedo evitar mirarle con una tenue sonrisa de la que no era consciente. Mi ojos brillan con un color especial, por la pena que destilan. Por él y por mi. Por lo que hubieramos podido disfrutar en esta noche, de ser distintas las circunstancias de este encuentro. O las venideras. Pero hemos tenido mala suerte, es una lástima. No puedo quedarme aquí charlando ni puedo mostrame tal como quisiera. Y siento que me estoy perdiendo algo importante. Que hubiera sido importante.

Tomo la copa en la mano y me bajo del asiento, empujando con una mano la botella hacia el interior de la barra para tendérsela al camarero. Probablemente la guardará.

  • No me has dicho tu nombre, cielo -Ni siquiera he sido consciente de ello, pero ya le he regalado un apelativo cariñoso. Las viejas costumbres son difíciles de eliminar. Cuando me responde, le tiendo la mano. Un apretón, una formalidad educada- Bien, Leo, ha sido un placer conocerte. Creeme que me gustaria quedarme a charlar contigo, pero creo que no debo hacer esperar "al ruso" -Sonrío abiertamente, dejando escapar un mueca divertida en alusión a su propia forma de definir a mi mentor. Miro la botella y me pregunto si Leo será un vampiro o solo un ghoul, una incógnita que despierta mi más concienzuda curiosidad- Si el contenido de la botella es de tu agrado, tómate una copa a mi salud. De lo contrario... -Comienzo a caminar en dirección a los accesos a la zona Vip, aunque me giro un instate guiñándole un ojo- ...ya te invitaré a tomar algo otro día.

En cuanto me despido de Leo y le ofrezco mi espalda, la sonrisa desaparece de mi rostro. Le doy un nuevo sorbo a la copa y camino hacia la zona Vip con toda la decisión que soy capaz de reunir. Parece que tengo que buscar a un tal Kairn...

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05/11/2008, 20:37
Leo

Cuando vuelve a ti, sonríe, como si lograse sentirse más libre, más cómodo. El trabajo esconde estas sorpresas... remansos en los que por un instante, casi puedes ser tú mismo. Espejismos que por un minuto te permiten alejar el disfraz, recordar quién ers, quién quieres ser.

El respeto es lo que da alas a Leo. Le hace sentir digno, le permite caminar erguido y orgulloso. Sabe que en el Gehena nadie "sabe"... Pero no es un esclavo. Nunca lo ha sido, no lo será. Hay algo en él, como en los suyos, que le permite estar ahí libremente... Sirviendo a unos intereses comunes.

Alianza. Una palabra repleta de sentido, que se suele olvidar.

Sonríes y no puede evitar sonreír, dejándose llevar. A veces, las emociones son como la música, contagiándose. La botella llega a mi empujada por tus manos, y la tomo con las mías, deseando haber sido un segundo más rápido para tal vez haber rozado levemente tus dedos.

El "ruso" tiene buena compañía... Cada noche se confirma.

 

Cita:

No me has dicho tu nombre, cielo

 

Sonríe ante tu adjetivo, y vuelve a apoyarse en la barra.

- Ya sabes lo que dicen sobre el poder de un nombre... ¿Puedo confiar en ti?

 

Su sonrisa se amplia, y su mirada se centra en la tuya.

- Soy Leo, es un placer.

 

Tomo tu mano y la estrecho, sin pretensiones, con naturalidad. Es agradable sentir cercanía sin más insinuaciones, sin intenciones secundarias.

Cita:

Bien, Leo, ha sido un placer conocerte. Creeme que me gustaria quedarme a charlar contigo, pero creo que no debo hacer esperar "al ruso"

 

Sonríe de nuevo y asiente, con la mirada limpia.

- Recordaré tu nombre, Esmeralda. Las noches son muy largas, espero volver a verte por aquí.

 

Termino de guardar la botella, y observo tu mirada una última vez antes de que te marches, y la noche comience de nuevo, como con cada copa, con cada "cliente".

Cita:

- Si el contenido de la botella es de tu agrado, tómate una copa a mi salud. De lo contrario... ya te invitaré a tomar algo otro día.

 

Su mirada se abre, casi risueña.

- Los regalos del "ruso" son muy personales... Tienen un único dueño. Así que te tomo la palabra. La siguiente copa que compartamos correrá a tu costa.

 

Te alejas y observo tu silueta perderse hacia la Zona Vip, mientras miro a mi alrededor y sonrío. A veces ser testigo de todo lo que ocurría aquí era como vivir dos vidas.

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05/11/2008, 21:08

Tu semblante serio y tu búsqueda no tardan en ser el foco de una mirada. Has sido tú quién has sido encontrada. Junto a la entrada de la Zona Vip hay un joven menudo, ataviado de forma parecida a Leo. Piel pálida, maquillaje pseudo gótico, cuero y en este caso, una camisa de rejilla.

Podría ser cualquier "cliente" normal, pero hay algo en él que te hace sospechar que no se trata de éso. Hay serenidad en su pose, confianza, "saber estar". Algo que sólo te da la experiencia que otorga conocer un local, conocer un propósito, aprender a satisfacer deseos.

Hay algo en el joven que te recuerda a ti misma, tu fuerza ahora perdida, pugnando por no ser sepultada por tus cientos de dudas. Hay algo en su mirada, directa a ti, que te llama. Que llama a tu esencia verdadera, reconociéndola, aceptándola, en silencio.

Es como si de forma íntima e inexplicable, compartiéseis un momento de complicidad. El hilo que une a aquellos que viven del deseo.

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05/11/2008, 21:12
Kairn

He seguido la conversación transcurrida en la barra vagamente. Sólo siluetas entre la gente, interactúando, como cada noche. Nada cambia, es el ritmo de la sangre, una y otra vez, vertiginosamente rutinario.

Cuando las palabras fallecen, y comienzas a caminar hacia aquí mi mirada se posa en ti, sin dilaciones y sin titubeos. Soy un hombre... directo. No en el sentido típico de la palabra. No tiendo a mostar fácilmente lo que busco, lo que quiero. Pero, sin embargo, tiendo a mostrar mi voluntad y mi naturaleza casi sin proponérmelo.

Un pecado conocido, al que he llegado a tomar cariño. Tal vez no sea lo más inteligente, teniendo en cuenta los cientos de planes que barajo a lo largo del día... pero es mi "estilo". Mi mirada me permite gritar en silencio, mostrarme sin palabras y sin hechos.

Con sólo una mirada puedo decirle al mundo que estoy aquí, que no le temo a nada, que tengo fuerzas para levantarme una y mil veces...

La joven que camina hacia aquí parece envuelta en algo triste, y sin embargo, puedo ver ese aroma altivo prendido en ella... tan fuerte como en mí.

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09/11/2008, 21:35
Esmeralda

Mis pasos me llevan deambulando entre la gente, en la dirección que me ha indicado mi reciente adquisición. Alguien con quien hablar. Parece que no he perdido facultades, después de todo. Aún se relacionarme con los demás, aún se ganarme su confianza. He sido siempre un animal social, y eso no ha cambiado tanto como pensaba.

Y sin embargo, en algo he fallado en las relaciones más importantes que he tenido. Hamza, Dominic... todos. Incluso Vasily. Algún error que se me escapa. Si aún se ganarme la confianza de los demás...

Lo veo claro. Detengo mi caminar, y clavo mis ojos en la pista de baile, aunque en realidad no miro a ningun parte. Mi mirada perdida y vacía solo es reflejo de la evidencia que se abre ante mí. El error no ha sido por no ganarme la confianza de otros, sino por depositar ciegamente la mía. Exceso de confianza. Confié en ellos, y me relajé. No creí necesario mantener mi presa sobre sus cuellos, ganármelos cada día, mantener las distancias ¿Para qué, si ya eran míos, y yo suya? ¿Para qué, si la mutua lealtad era incuestionable, si no existía riesgo alguno? Pero sí lo había, y ahora sufro las consecuencias. La lealtad debe ser reforzada continuamente, cuestionada sin cesar. No hay lugar para la relajación. Ese ha sido mi error.

Un error que no volveré a cometer.

Mi mirada se vuelve más dura, ahora que veo lo que debo ser, en lo que he de convertirme. Cuestionando cada acto, cada palabra. Manteniendo la tensión. Sin descanso, sin relajación, sin dilación. No soy tan poderosa como para permitirme errar de nuevo.

Vuelvo a caminar, con paso firme. Estoy nerviosa, pero también decidida. No se lo que voy a encontrarme cuando me vea con Vasily, y tal como van las cosas esta noche eso me causa cierto pavor. Pero no voy a vivir con miedo. He vislumbrado un camino, y pienso recorrerlo. Tanto si me aleja de lo que he sido, como si me devuelve a ello.

  • Buenas noches. Me llamo Esmeralda. Vasily me espera.
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13/11/2008, 22:41
Kairn

Observo como te acercas, percibiendo una sensación extraña en ti. Una curiosa mezcla de indecisión y fortaleza... Dudas y resolución. Puedo sentir tus contradicciones rodeándote, y tu mirada que a pesar de otearlo todo, te busca a ti misma, dentro...

La mirada que acaricia el recuerdo.

Despacio, sonrío, sin saber si empatizo contigo o me divierte tu vulnerabilidad en este momento... Y sin embargo hay algo. Algo que fluye en ti, y promete una fuerza vertiginosa.

Sin duda, tienes cosas en común con Vasily. Algo que comparten todos los "suyos". Ese extraño vigor...

Cita:

Buenas noches. Me llamo Esmeralda. Vasily me espera.

Asiento y me hago a un lado, suavemente, con movimientos lentos y precisos. Mi cuerpo se muestra sereno, mis ojos vivos. Si te fijas detenidamente puedes ver que en uno de mis oídos hay un pequeño auricular negro, perfectamente disimulado y de aspecto profesional.

- Buenas noches, Esmeralda. Mi nombre es Kairn, bienvenida a la Sala Vip.

Mi mano dibuja una leve reverencia mientras señalo la puerta que guardo.

- Pasa, en efecto, está esperando.

Mis dedos empujan levemente la puerta de cristal, abriéndola solo para ti

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14/11/2008, 14:44
Esmeralda

Observo detenidamente al tal Kairn. Hay algo en él que no termina de agradarme. No como Leo. Demasiado frío, demasiado profesional. Lo veo en su mirada, con la que no disimula su escrutinio sobre mi. No me importa, yo también le estoy estudiando. Pero tengo la sensación de que ve más en mi de lo que yo veo en él. Quizás sea eso lo que me molesta.

El problema no es él.

Soy yo.

Una vez más, el problema soy yo.

Empuja la puerta, abriéndola para ofrecerme el paso. Veo un auricular en su oído, un pinganillo profesional que le mantiene en contacto con el resto del equipo. Trabajo en equipo, mentalidad de colmena. Manada. Lo que yo he perdido. No hay auricular en mi oído, no hay mensajes de nadie más.

Sola, para bien o para mal.

Sonrío a Kairn al cruzar el umbral de la puerta, susurrando un simple "gracias" mientras le miro con el rostro ladeado. Coqueta, sensual. Como siempre. Ya no significa nada para mí, no es más que simple costumbre.

Y me adentro en la oscuridad. No por falta de luz, sino por falta de visión. No se lo que me voy a encontrar, y ese pensamiento es bastante triste cuando se trata de mi maestro, de mi padre. Pero también se trataba de mis hermanos, hace apenas unas horas. Está esperando, ha dicho Kairn. También yo espero. Espero saber, anhelo conocer.

Conocer mi destino, mi final.

¿Final? El pesimismo comienza a adueñarse de mi. Debería dejar de pensar tanto. Solo dejame llevar.

Dejarme llevar...

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22/11/2008, 19:16

Cuando entras en el interior de la Zona Vip el panorama se descubre ante ti como un decorado lleno de lujo... siniestro y mórbido, y no por ello menos delicioso. El aroma tibio y embriagador de la sangre te envuelve con el primer paso. Está en el aire, formándo parte de él, llegando a ti sin reservas.

Es dulce y cobrizo, el olor de una herida que no cicatriza, que sangra despacio, caliente.

Hay un estrecho pasillo cubierto con azulejos negros, que reflejan la luz rojiza de los focos instalados en el techo, y una alfombra negra y suave, mullida e impecable, que absorve el sonido de tus pasos mientras avanzas.

Una sala cuadrangular, realmente amplia, se abre ante ti. La imagen que te abraza no puede sino sorprenderte.

Piscinas... de sangre. Termas de sangre tibia y líquida. Hay al menos 10 de ellas, con diferentes separadores de cristal translúcido y oscuro, con perchas y pequeños armarios del mismo cristal, extendiéndose en paralelo desde aquí, terminando en un espacio habilitado con sofás de cuero y una mesa también de cristal.

Cuando tu mirada recorre la estancia hasta el final, encuentras a Vasily, mirándote fijamente, frente a ti, sentado presidiendo la mesa, observando la entrada.

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22/11/2008, 19:25
Vasily

Oigo el sonido de la puerta, y mi cuerpo se estremece, despacio, dejándome sentir cada caricia de la inquietud que me recorre, extendiéndose a través de mi cuerpo.

Es miedo. Lo sé, lo conozco. Puedo saborearlo, aceptar su tacto gélido, inquietante.

Tengo miedo a todo lo que siento. A no poder actuar con firmeza, a no ser imparcial, a llegar a conmoverme con esa mirada... que tanto conozco. Que he visto tantas veces, en tantas situaciones.

Tengo miedo a la humanidad a la que no he renunciado, y a la bestialidad que nutre mi fuerza. Tengo miedo a no saber limitar ninguna de ellas. A mi ternura, y a mi ira. Tengo miedo a las sensaciones opuestas y enfrentadas. Al radical cambio en mi humor... habitualmente tan placentero como inesperado.

 

Oigo tus pasos, uno a uno, sintiéndo que acortas la distancia que nos separa, preguntándome lo lejos que te sientes realmente... Mi invitación no fue como esperaba. Mi voz se mostró dura, escondiendo un veneno que en realidad no sé albergar. No para ti. No para los míos.

Sólo pensar en ellos, en todos ellos... enfrentándose a ti, rompiendo lo que llevo años construyendo, me hace sentir la punzada del odio y el arrebatador susurro de la brutalidad. Pero aún no tengo todas las versiones. Aún no tengo tu versión... Ni la suya. Solo la voz siniestra y trémula de Nadia, disfrutando de nuestras heridas, macabramente parecida a mi padre.

La herencia de los Zantosa que llevo dentro de mí.

Lucho con impedir que la mera sombra del recuerdo se aproxime. Ése dolor es personal, privado. No debe acariciarme hoy. No debe interferir hablándome de las renuncias personales que ya he sido capaz de asumir... que aún me golpean, que me dañan tanto tiempo después.

No quiero más renuncias. No quiero ser de nuevo el hombre capaz de abandonar sus emociones buscando sólo el camino correcto para la familia... Familia tiene ahora un nuevo matiz...

 

Pero mis pensamientos no prosiguen. Tu imagen llega a mí como un beso de hielo, como la puñalada más profunda que pueda apenas esbozar en mi mente. El miedo tiñe mi mente con sus ecos mientras me acomodo en el sofá, buscando una serenidad fingida que sé que no poseo.

Deseo sonreír... Ofrecerte la fachada que mereces, mostrarte, como tu maestro, lo que debería hacer un buen Obispo, lejano a vuestros infantiles disputas. Ajeno a vuestro dolor...

Pero no puedo.

Sigo siendo Vasily. Aquel que os encontró uno a uno. Aquel que vió en vosotros su futuro.

Permanezco sentado, agradecido por la comodidad de ser yo el que te ha invitado, disfrutando del protocolo que te obliga a ti a dar el primer paso.

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24/11/2008, 14:09
Esmeralda

El lugar me acoge como un sacro santo a un peregrino. Me detengo uno instantes al cruzarla puerta, dejando que el sonido estridente de la música se vea atenuada cuando las puertas se cierran. Observo el lugar detenidamente. Al igual que un templo entre los nuestros, es finalmente un espacio de recogimiento donde adorar nuestra esencia y naturaleza verdaderas. Me siento embriagada por una sensación extraña, una súbita paz interior. Este es un lugar donde poder sentirme yo misma, lejos de todo y de todos. Un lugar donde encontrar...

...Paz.

Pero no estoy lejos de todos. Veo su imagen al fondo de la sala. Aquel de quien no puedo escapar, aquel a quien pertenezco. A él me he sentido dichosamente atada en cuerpo y alma, como me siento ahora con menos dicha.

Angustiada, apresada.

La traición genera simpares sensaciones. A pesar de que una parte de mi asume los errores que me han llevado a este trágico punto, otra parte sigue culpándoles a ellos. A los que ofrecieron hermandad con sus lenguas biperinas, pero no hicieron honor a tales palabras. A quienes me convencieron de un amor que no me profesaban, ofreciéndome un falso hogar donde poder mostarme vulnerable.

Traidores. Falsos y mentirosos traidores.

Y ahora, el castillo de naipes de desmorona. Una a una, las piezas van sucumbiendo. Derribada una, las demás se empeñan en seguirla, hasta que no quede nada. Sucedió en la Parroquia. Ahora sucederá aquí. Otra carta más. Ya pude ver cómo se tambaleaba, en la voz a otro lado del teléfono. Recuerdo sus palabras, me las he repetido varias veces desde que las escuché. "Me has fallado, Esmeralda. Te has fallado a ti misma". Reproches, acusaciones. "Quiero verte. Necesito verte". Necesita asumir el control. Dominar la situación. Pero esta es una situación ingobernable. Con la guillotina sobre mi cuello y mi fracaso manifiesto en lo deberes para los que me adiestró, no me necesita. Necesita a su manada, los Instintos Salvajes, su fuerza, su familia. A ellos, no a mi. Aunque aún me sienta integrante, no formo parte de ellos. Me han dado la espalda y me han enseñado sus dientes. Los necesita a ellos, no a mi ¿Por qué habría de ocuparse de mi, que soy una fuente de problemas sin utilidad?

¿Por amor? Yo ya no creo en el amor...

Aún con suspicacia, recuerdo su oferta. "Haré algunas llamadas, y resolveremos todo ésto". No es algo que se pueda solucionar con unas simples palabras. No se arreglará con unas llamadas. No puedes hacerlo. No quiero que lo hagas. No quiero ser la niña tonta que acude a su padre cada vez que tiene un problema. No quiero vivir mi eternidad bajo la protección de tu ala. Quiero ser yo, eternamente yo. Quiero contar con el poder para solucionar mis propio problemas, de ayudar a solucionar lo de otros, llegado el caso. No quiero depender de nadie, quiero que puedan contar conmigo.

Una familia a la que amar. A la que no temer.

Que me mire con orgullo, no con desprecio.

No con condescendencia.

Si aún fuera mortal, suspiraría. Pero no lo hago. No en este lugar. Comienzo a caminar, decidida. Con la mirada luchando por volverse dura y fría, aún con escasas esperanzas de lograrlo. Camino hacia el fondo de la sala, donde me esperan.

Siento frío. Pero ya no siento vacío. Se ha llenado con algo sólido, helado y macizo. Un peso que lastro con esfuerzo. Roca viva, la dureza que necesito para seguir adelante. Para no ser arrastrada por los vientos como me he sentido hasta ahora.

Cuanto más cerca estoy, más clara veo su mirada. Ve en ella al padre, al maestro. Veo a quien me rescató de una vida de supeditación a una guerra que no era mía, y me ofreció un verdadero objetivo, un hogar, una familia. Vi en él la esperanza.

Ahora... no se lo que veo.

Sus promesas no se han cumplido. No le culpo. No se trata de eso. Pero veo por primera vez algo más en sus ojos. Veo lo que ven sus enemigos y adversarios. Me veo a mi misma, reflejada en sus ojos. Es mi miedo.

Le temo.

Una hija no deberia temer a su padre.

Llego al lugar, y mi propia indecisión me sorpende. En otros tiempos, en otras circunstancias... Me habría lanzado sobre el sofá, tumbándome y contoneándome para disfrutar de su tacto. Me hubiera recostado sobre Vasily y probablemente le hubiera abrazado. Hubiera reido a carcajadas, en lugar de mantener este odioso silencio sepulcral. Ya estaría planteándome el sumergirme en una de esas piscinas rojizas.

En cambio, no se como elegir mis palabras. Y no parezco dispuesta a sentarme hasta que él mismo me conceda su permiso. El miedo es un arma poderosa. Coharta los movimientos y limita las acciones. Aún recuerdo cuando un odioso hechicero de la sangre utilizó mis miedos contra mí. Pero aquel terror irracional no era real. Era fruto de la magia, del control mental. Este es natural, fruto del instinto de supervivencia. Reacciones a las acciones sufridas. No se como comportarme porque mi comportamiento es lo que me ha puesto en peligro.

Abro la boca para hablar, y me doy cuenta de la gran cantidad de emociones que se arremolinan en mi garganta, gritando, implorando salir. Pero me veo obligada a contenerlas, a volver a mostrar mi máscara de neutralidad.

  • Me has llamado. Y aquí estoy.

Neutral. Inexpresiva. Leal.

¿Que es lo que quieres? Eso deseo gritar ¿Vas a matarme, o realmente quieres ayudarme? Por un instante mi mente vuela hacia la pistola que esconde mi bolso, como si fuera a servirme de algo en caso necesario ¿Me odias, padre, me desprecias? Mis ojos quieren llorar, pero no se lo permitiré ¿Que vas a hacer conmigo...?