Partida Rol por web

De los dos orcos que atacan a Anar, el primero falla y el segundo acierta: 4 puntos.

De los tres que atacan a Borgil, los dos primeros aciertan y el tercero falla: 8 puntos.

En el caso de Menelcar, dos fallan pero el tercero consigue un gran éxito: 7 puntos.

En el caso de Till, ambos orcos se apuntan un gran éxito: 14 puntos, y uno de los ataques parece haber atravesado la armadura del hobbit. El tiempo parece detenerse un instante mientras todos miran al pequeño hobbit.

Abatí al último de los arqueros, esto sería vital, pero ni mucho menos había pasado el peligro, los orcos cayeron como una marea de cimitarras sobre nuestra vanguardia.

Los ojos se me abrieron de par en par cuando me di cuenta de que uno de esos gusanos infectos había atravesado la armadura de nuestro pequeño compañero.

- ¡Nooo! ¡Malditos! – Apunté al orco que lo había herido y disparé una de mis flechas.

La oscura espada se clava en su pecho, en el torso, y su temblor desata ondas de dolor por todo el cuerpo del mediano. Su espada cuelga de la mano, de repente sin fuerzas, mientras la otra intenta tocarla, como si fuera un espejismo, o algo surgido de una canción. No puede ser real...

El tremendo espadazo del orco parecía que iba a partir en dos al hobbit, pero éste consigue hurtar el cuerpo en el último momento, y todo y resultar lastimado, la gravedad del impacto no es ni con mucho la esperada.

En medio del choque, rugo. Pero no es a causa del dolor de mi herida no.
A mi lado, nuestro mediano compañero, se sorprendido por el ataque de uno de nuestros enemigos el cual, logra penetrar su guardia.
Y yo, desentendiéndome del bastardo que ya aulla de dolor ante mi, me adelanto para interceptar al orco que ha alcanzado a Till.
Y nada digo pues dejo que sea mi hacha la que se encargue de dar la replica adecuada.
Por segunda vez, aulla de dolor un orco en el campo de batalla. Y yo, entre dientes, me limito a añadir.
Hoy aquí, acabareis todos convertidos en carroña. ¡Que ninguno de estos chacales, se aproxime a nuestro compañero!. ¡Y ya sabéis cual es la mejor manera de lograrlo!

Han pasado unos meros instantes, pero parece que hubiera pasado una eternidad; ruge el combate. Tanto vosotros como los orcos habéis dado y recibido golpes, y durante unas fracciones de segundo parece como si el tiempo se detuviera, pero no hay tregua y la acción vuelve con toda su intensidad.

Menelcar se revuelve contra el orco que había impactado a Till (que había sido alcanzado por éste en su turno), y lo abate de un potente golpe de hacha, liberando al hobbit de uno de sus enemigos.

Borgil ataca al orco E, a quien ya había herido, y lo remata de un espadazo.

El Mediano estaba en una posición un poco delicada, en su mano estaba cambiar de línea, yo también me lo pensé pero era más hábil con el arco así que seguiría intentando hacer daño desde aquí.

Así que tras cargar otra flecha apunto a otro de los orcos y disparo.

Temblando de terror, o tal vez por la descarga de adrenalina, Till retrocede velozmente y se escabulle de los fieros y temibles orcos detrás del hombre. Estas cosas no le pasan al héroe! Entonces el pequeño recordó que él no era el héroe, que los héroes también sangran... y que a veces, las mejores historias son las trágicas epopeyas de los mártires.

Casi se caga en sus pantalones. No quería morir.

Till lanza una flecha contra uno de los orcos, pero falla por bastante.

Anar casi no miraba a su alrededor mientras se concentraba en descargar el hacha contra uno de los dos orcos que tenía frente a él. Había escuchado el lamento del mediano pero no era momento para pararse a preguntar. Levantó el hacha con furia y la descargó contra uno de los orcos acompañando el agresivo movimiento con un fuerte rugido.

—¡Si no fuera porque estas bestias se bañan en mierda esta noche tendríamos una opípara cena, compañeros! —gritó.

El enano, fiable como la piedra de la que se dice están hechos los hijos de Durin, acierta con su hacha en uno de los orcos que se le enfrentan, pero no lo suficiente como para tumbarlo.

Los orcos atacan a su vez, y los dos que atacan al enano impactan consecutivamente, el segundo con más fuerza que el primero: 11 puntos.

El elfo es el siguiente en recibir el impacto de una espada orca, también con gran fuerza: 7 puntos.

Los tres orcos que atacan a Menelcar parecen ponerse de acuerdo para impactar a la vez, los dos primeros con gran fuerza: 18 puntos.