Partida Rol por web

Ilias abrió el asalto a los cuatro guardias que patrullaban el pasillo. Un fogonazo de su lanzallamas cubrió a uno de los guardias. Afortunadamente para el guardia su armadura le protegió pero el aceite Ka del inquisidor seguía incandescente sobre la sinteseda del guardia.

Pegado a la pared el magistrado lanzó un certero disparo sobre uno de los dos guaridas que avanzaban por el pasillo. La bala de Ulrich se fue a alojar sobre un hombro del soldado que avanzaba por el pasillo. Éste devolvió el disparo deteniéndose en mitad del pasillo y su bala impactó sobre un brazo del magistrado.

Mientras, el novicio Novicio Nicarius se sentía extrañado con un arma láser en sus manos. Sin mucha confianza apretó el gatillo pero el haz de luz del arma salió descontrolado y sin posibilidad de acertar al guardia que venía junto al que había disparado Cestmir.

La situación se estaba complicando. Por un lado el magistrado y el novicio eskatónico intentaban contener a los dos guardias que avanzaban por el pasillo. Al otro lado, el novicio Ilias intentaba contener con su fuego purificador a la otra pareja que disparaba intentando alejar al Avestita.

En el medio, Daynee permanecía bien cubierta junto al Hermano de Batalla. Este asintió.

—Tenemos que ayudar. ¿Sabe luchar? Si tuviera mi espada...

Sin pensárselo dos veces Limper corrió hacia la posición del novicio Avestita que claramente era superado en número.

Ilias intentó esquivar las balas enemigas dando un brinco hacia su derecha y buscando la cobertura de la pared. Movió el cañón del lanzallamas hacia el otro hombre y soltó de nuevo un chorro de aceite ardiente mientras apretaba los dientes con rabia.

Esperaba que el hombre en llamas sucumbiera al fuego ... si no tendría que tomar métodos mas directos.

El magistrado había hecho un buen disparo, pero con un arma como esa no podía dar por acabado su trabajo, ni mucho menos. Les devolvían el fuego y el hecho de no llevar protección le dejaba en muy mal lugar a la larga, así que había que ponerse bien a cubierto. Y si de paso podía acertar a alguno de los guardias, pues tanto mejor. 

La mujer asintió imperceptiblemente a la pregunta del Hermano de Batalla mientras salía de su cobertura para atacar a uno de los soldados que avanzaba por el lado que estaban disparando el monje eskatónico y el magistrado.

El estoque era ligero, cómodo y casi se adaptaba a su pequeña mano como un guante. Movió ligeramente la muñeca mientras avanzaba, el silbido de la fina hoja al cimbrear se oyó perfectamente.

Daynee sonrió mientras su brazo se estiraba haciendo un fondo para alcanzar al guardia.

Nicarius intentó tirarse al suelo cuando el guardia disparó pero no fue lo suficientemente rápido. El impacto le alcanzó en la clavícula, derribándolo por la fuerza del mismo. El sacerdote contuvo las lágrimas mientras se agarraba con la mano la humeante herida de su hombro. ¡El no era un soldado! ¡Estaba asustado y probablemente moriría en aquel pasillo! Rezó unas plegarias al Pancreator con la esperanza de que la llama divina pudiera salvarlo. Arrastrándose por el suelo retrocedió un metro intentando meterse nuevamente en la habitación. Si sus compañeros no acababan con los guardias estaba perdido.

Nicarius había sido el peor parado en el primer baile de disparos. El joven novicio se retiró de nuevo a la habitación de la que acababan de escapar intentando retener la poca vida que le había dejado el disparo del guardia.

El intento del Avestita por esquivar el disparo de uno de los dos guardias con los que se enfrentaba había sido nulo. Las balas habían conseguido alcanzar Ilias pero al menos su movimiento había dejado paso a Limper Semperius que corría en su ayuda. Nuevamente el lanzallamas del monje escupió fuego. Esta vez las llamas abrasaron al guardia mientras el vibrocuchillo que ocultaba el hermano de batalla comenzaba a zumbar. Lo siguiente que vio Ilias fue como Limper pinchaba en una pierna al otro guardia antes de que ambos oponentes dieran un paso atrás para volver a disparar sobre ambos monjes.

En el otro lado del pasillo las cosas habían ido mejor. El rápido movimiento de Daynee hacía otro de los guaridas había despistado a ambos y sus disparos se fueron a estrellar contra las paredes del pasillo. Sin embargo, ambos guardias fueron heridos levemente por las armas de Daynee y el magistrado.

El joven novicio se retiró a la habitación como animal que huye a lamerse las heridas. Desde una esquina observaba el cruce de disparos que se estaba sucediendo en el pasillo incapaz de ayudar.

Esa actitud observadora hizo que Nicarius cayera en la cuenta de algo en lo que no había reparado antes. Todos los guardias eran prácticamente iguales, pudiera decirse que fueran clónicos. Además sus movimientos eran muy mecánicos, como si fuera criaturas animadas artificialmente. ¿Qué clase de engrendro tecnológico eran esos guardias?

Un vistazo más reveló un detalle más al joven novicio. Los guardias llevan un cinturón con un emblema. No lo reconocía pero sabía que no se trataba del emblema de ninguna de las casas mayores... en ese caso Nicarius lo hubiera reconocido sin dudar.

A ver que me pierdo, que no tengo los manuales a mano e hacia siglos que no le daba al juego XD

Entonces he recibido los 4 puntos de daño de antes no? Y ... cuantos puntos de vida tengo? Y los penalizadores cuales son?

La armadura de cuero endurecido no hace nada? (bueno, quizá se supone que no la llevo debajo del traje espacial? XD)

Como está ese al que he hecho 7 de daños? es mucho o poco?

Si continuo disparando a los guardias hay peligro que impacte en el otro monje?

- ¡No son humanos! ¡Los guardias no son humanos! ¡Son golems!

Nicarius desconocía si esta información podía serle de algún valor a sus compañeros y sólo deseó que el fuego y el acero dañaran igualmente a los guardias, fueran humanos o no. Lo que tenía claro era que su 'anfitrión' era un tipo de lo más abyecto, que no dudaba en utilizar la más prohibida de la tecnología para sus fines.

Mas aclaraciones, siento mi torpeza.

Antes comentaste que tenia que hacer una prueba de esquiva cuando me habían atacado o recibía daño y falle la prueba. Luego e el siguiente ataque me comentas que me como 5 daños si no esquivo ... pero ahora has hecho ya las pruebas de armadura del segundo ataque.

Eso me hace plantear si no he entendido mal tu ataque y las pruebas de esquiva las estoy haciendo para el siguiente ataque y no el previo.

Es decir, si ahora hago esquiva sirve para esos últimos daños o para los siguientes???

El magistrado había actuado eficazmente. Las cosas iban por su lado mejor de lo que podía esperarse teniendo en cuenta la situación. De momento se podría decir incluso que estaban igualados y que conseguirían librarse de los guardias, seguramente por retroceder estos, ganando algo de tiempo. Después la situación se complicaría, pero ya pensarían en ello cuando se diera el caso. De momento había que acabar con aquellos guardias. El magistrado, sin mediar palabra, siguió tratando de cubrirse contra la pared y continuar disparando lo mejor que podía. No parecía dársele excesivamente mal, la verdad.

Ilias soltó mas chorros de fuego alertado por las palabras de Nicarius sobre el origen de los guardias, si era cierto, sus esperanzas de que se rindieran se habían desvanecido por completo.

¿Golems? Daynee sacudió ligeramente la cabeza, pero su mejor opción seguía siendo atacar y que siguieran fallando. Y eso es lo que hizo. Ya se preocuparía después por lo que pudieran ser esas ¿cosas? 

En el mismo momento en que Ilias lanzó la llama contra uno de los guardias algo les detuvo. Inertes, todos cayeron al suelo.

Los miembros del grupo miraron a su alrededor un tanto sorprendidos por la situación. Al final de uno del pasillo Daynee cayó en la cuenta de una mujer que sostenía algún tipo de aparato en una mano. Estaba tirada en el suelo, visiblemente magullada.

Se trataba de una mujer humana que se encontraba tirada en el suelo apoyada sobre un costado. Tenía el brazo izquierdo estirado y sobre él descansaba la cabeza. Una tímida sonrisa iluminó su rostro antes de cerrar los ojos agotada.

Seguía viva, al menos eso parecía, pero estaba agotada y visiblemente magullada. Vestía un mono de trabajo raído y bajo él se podían ver enormes moretones.