Partida Rol por web

Los tres Perdidos dan comienzo su marcha por los caminos espinosos del Seto, siempre teniendo de lejos, como farol de todos los Perdidos que se movian entre la barrera de Arcadia y el mundo Mortal, las torres erguidas de la Sagrada Familia, asomandose por las murallas gigantescas formadas por almendros blancos como la nieve.

[Avenida Gaudi, Casa Mila, 2 de mayor 2013. 23:40]

La Cantina, La pedrera, uno de las obras de artes que dejo el maestro Gaudi durante su vida, diseñada para acomodar mortales en un mundo de ensueño, es ahora mas un monumento y un foco cultural para los mortales, quedando pocos residentes reales. Sin embargo, no se puede decir lo mismo de los Perdidos, cuyas puertas estan siempre abiertas como todas las demas.

Durante la noche, cuando solo quedan los guardias, varios Perdidos se escurren entre las sombras, y usan las instalaciones como una sala de reuniones para temas privados, sobre todo la corte de Verano, debido a su proximidad con la Sagrada Familia, los mas temerarios, optan por tomar un apartamento como suyo, y disfrutar del lujo y la comodidad de dormir entre paredes modernistas.

Botas era uno de ellos, atreviendose a conectar el Hueco-base de Verano con uno de los apartamentos, y tomarlo como suyo. Segun el, no era un lugar muy adecuado para vivir, ya que sufria de no poner sus trofeos en las paredes, pero el lugar le traia añoranza y le permitia disfrutar de comodidades mundanas, como una cocina con encimera.

En una mesa, se sienta los dos gladiadores de Verano, Xavi con su armadura, y Tatiana por igual, aunque esta ultima parecia haber intentado pulir un poco su atuendo, no sin mucho exito. En cambio Botas, estaba vestido de manera mas informal, con solo unos pantalones, y un delantal negro de bordes dorados que reza "Acaricia el cocinero", trayendo e iendo por platos para colocar en la mesa.

El festin consiste en varios platos, todos ellos centrados en productos de la mar, con especial enfasis a un guiso hecho con merluza y molusco.

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Al entrar en las estancias no puedo sino arrugar la nariz por el olor a pescado.

- ¿A esto le llamas tú un buen banquete? - le digo a Botas. Se nota que eres un minino, sólo hay pescado. ¿Donde están la Carne? Filetes, Chuletones, Piernas de Cordero, ...  Desprecias lo mejor de la Gastronomía.

Ahora portaba mi armadura y mis armas aún así no podía evitar sentirme incómodo en este lugar. Nunca me ha gustado allanar propiedades privadas y sin embargo a ciertos miembros de nuestra corte no le importa lo más mínimo, como Botas, nuestro minino anfitrión.

-Eso explica tantas cosas sobre tu fisico, aun me asombra el hecho de que quepas en esa armadura.- Me burle del ogro, intentando no distraerme mientras colocaba los ultimos platos.- El pescado es un alimento rico en nutrientes, necesario para mantenerse vital y fuerte como un roble, ademas de proporcionar un digno pelaje. Mientras que la carne que tu mencionas, solo sirve para volverse lento y fofo, como la barriga de un rey mimado. No hay mejor carne que la carne azul.- Explique, quitandome el delantal y sentandome a la mesa junto mis compañeros de mesa.- Hazme caso y pruebalo, antes de arrugar ese hocico como un cachorro de teta ¿Vino?

Mientras se decidia, cogi el sacacorchos y empece a abrir una botella tan antigua, que bien podria haberse dejado barba y llegar hasta el suelo.

Un joven con alas en la cabeza, y esta un poco en las nubes, y una joven con piernas muy peludas estaban delante de una puerta dentro de un edifcio peculiarmente familiar, y sin embargo tan curvado y extraño, que uno diria que pertenecia mas al Seto que al mundo mortal. Habian sido llevados ahi por la propia corte de Verano, cuando habian preguntado por Botas, aunque costaba creer, que un Perdido habia hecho de la Cantera, obra de Gaudi y patrimonio de la humanidad, su morada.

Berry, la satira, llevaba entre brazos, una gran paquete sin nombre o detalle, aparte de un gran lazo rojo carmesi.

-Oh dios mio, oh dios mio, oh dios mio.- Repeti una y otra vez, sintiendo que el corazon estaba a punto de salirme del pecho ¿De verdad nos habiamos colado en "La Cantera"?¿Y yo misma tenia que darle un regalo a "Botas"?¿El ex-amante de la misma reina? Esto tenia que ser una pesadilla, una mala pesadilla.- Si, eso debe ser, debo estar en un sueño. Nada mas puede explicar este sinsentido.

Me volvi a Macario, y le mire desesparada, con mis piernas haciendo ruido del castañeo de mis rodillas temblorosas.

-Macario, compañero e ilusion de mi mente. Debo pedirte un favor, pegame en la mejilla.- Le roge a mi colega, pidiendo misericordia de sus manos.- Y si no despierto, dame otra en la otra mejilla para estar seguros.

Jjajaj, Berry.  Te las daría, pero primero te tendría que vestir en cuero negro y amarrarte a algún ladito... jajaja.  Ah, esos de la primavera, no cambian. 

Si, estamos en efecto a punto de entrar con los de Verano.  Pero no te preocupes.  Los conozco de tiempo.  Son bien importantes para todos.  ¿Quién más está todo el tiempo con las armas en la mano para echarse a la primera Fae que quiera volver a llevarse a uno de nosotros?  Ese es verdadero miedo. 

¿Sabes que de no haber sido de Primavera, hubiera entrado al Verano?  Creo que es bien importante defendernos.  Hay que colaborar con ellos, amigarnos, para ser más fuertes...

Ahora, dicho esto... miró nervioso al paquete...  el regalo me preocupa.  Elemental de fuego y despechada, si este regalo no es algo peligroso es que no tengo alas de colibrí en las cien sienes.  

No podemos negarnos a entregar un encargo de nuestra reina, -la miró pensativo- pero no podemos entrar así nomás.  ¿Que se te ocurre?  

Lo examinó con cuidado... ¿Hay algo del paquete que nos pueda dar una pista de lo que es? 

-¿Uh?¡UH!- Me sonroje al instante ante el comentario de Macario, definitivamente no era un sueño. Los mios nunca tiraban a ese tipo de cosas, bueno si que tiraban, pero hasta ahora nada de cuero ¿Hasta ahora?- Creo que estoy aun mas confundida que antes.

Oi la opinion de Macario y sus palabras sobre nuestra situacion, y aunque bien no sabia que se hacia en estos casos, si que podia intentar adivinar que habia en el paquete.

-Dejame que eche la oreja.- Dije, antes de acercarme al paquete y agitarlo un poco. Del cual empezaron a salir extraños ruidos.- Oigo varios engranajes moviendose, y tambien... un tick-tack.- Abri lo ojos como platos, retirando la cabeza de inmediato.-¿No creeras que es una B-O-M-B-A?

O un pájaro cu-cu...  Que dilema, que dilema...   Si supiéramos que es una bomba, obvio no lo entregaríamos.  Si supiéramos que es algo leve, con la mayor tranquilidad vamos y lo dejamos.  Pero no saber...  

Igual y estamos exagerando...   la miró dudoso.

Nuestra reina no haría un ataque tan crudo, seguro.  No se, realmente. 

Pues para mantener la paz, hay que hacer que lo revisen antes, por seguridad, pero sin echarnos la culpa.  Prefiero una batalla sobre la base de un ataque frustrado a que ocurra sobre la base de un ataque exitoso.  ¿Aguanta usted compañera?

Igual y estamos exagerando y sólo veremos un cu´cu cruzado con pájaro de fuego...

-Yo en verdad, opinaria que la mejor tactica seria tirarlo por la ventana y correr de vuelta a la seguridad del Seto ¿Pero va ser que no?- Comente nerviosa, imaginandome que era peor ser objetiva directa de la furia de la reina, que solo una victima colateral.- Mira, entreguemos esto en mano y sea lo que dios quiera. Y si hace falta, pues yo diria de correr como alma que lleva el diablo y que se encarguen ellos, que para algo los del Verano llevan armadura, y nosotros guirnaldas de flores.- Bueno, era una expresion, lo cierto es que mas de uno de nuestra corte, iba con espada y capa, y de florido solo tenia el dibujo sobre la tela.

Mire a la puerta, como si fuera la primera vez que la veia, solo teniamos que tocar, saludar y dar el paquete ¿Sencillo, no? Y entonces, porque tenia los brazos tan rigidos como ramas de un arbol.

-Ugh, no me atrevo a tocar. Tengo la sensancion de que se me va caer encima en cualquier momento.- Comente a Macario, casi en una suplica.-¿Macario, podrias tocar tu? Despues de todo llevo el paquete, y lo menos que quiero es que se me caiga en un acto de torpeza.

Yo toco, tu entregas Berry.    No hay problema, ya se lo que diré.  Tu sígueme la corriente.

Y Macario tocó la puerta, una, dos, luego tres veces, como corresponde a la clave del verano, o eso creía.

En mitad de la trifulca, la puerta suena, no solo una, ni  solo dos, sino tres veces mas, alguien estaba tocando y esperando el puerta del hogar de Botas.

Antes de poder contestarle adecuadamente suena la puerta y miro intrigado a nuestro anfitrión.

- ¿Esperas compañía? - le pregunto enarcando una ceja mientras mis manos se dirijen instintivamente a la empuñadura de mis armas.

- Mmmm no, que extraño. Pero no te alteres de esa forma, hombre.

El felino se acercó a la puerta y la abrió. Sonrió al ver a los visitantes y se dirigió a ellos en tono afable

- Vaya, Berry y Macario, de la Corte de Primavera, ¿no? ¿Que os trae por aquí?

La puerta tardó unos segundos en abrirse y un aroma a guiso de pescado salió de ella.

- Vaya, Berry y Macario, de la Corte de Primavera, ¿no? ¿Que os trae por aquí? -dijo Botas en tono afable y sonriendo

El Changeling que había abierto la puerta tenía evidentes rasgos felinos, cubiertos por un pelaje anaranjado y llevaba simplemente unos pantalones y una camisa. Y no estaba solo; dentro había otros dos Changelings más, un hombre y una mujer, y ambos grandes y musculosos. El hombre era más bien fibroso, con un cuerpo de auténtico atleta olímpico; tenia las orejas y la nariz muy alargadas, y grandes colmillos que le salían de la boca como si fueran los de un jabalí. La mujer parecía más "humana" en el sentido de que no tenía rasgos salvajes como sus dos compañeros, pero desde luego era la más corpulenta de todos, grande, pesada y musculosa, y aún así femenina y bien proporcionada, sin la fea apariencia de las mujeres esas que se dedicaban al culturismo. Tenía el pelo blanco y corto, y la piel de un tono bronceado natural. Ambos iban vestidos con armaduras y estaban armados, pero estaban sentados en torno a una mesa con comida, así que no parecía que se encontrasen en medio de algo serio. Solo una "reunión informal" de Cortesanos de Verano.

En el umbral habían otros dos Perdidos; una chica pelirroja y pecosa, con cuernos en la cabeza y las piernas terminadas en grandes pezuñas cubiertas de suave pelo rojizo, y un chico moreno vestido con un elegante traje verde, con lo que parecían alas de colibrí en la cabeza y diseños florales en su piel dibujados como si fueran más un graffitti que un tatuaje. La chica sostenía un paquete adornado con una gran cinta roja y parecía nerviosa, mientras que el chico parecía algo más seguro y confiado.

Quiensabe quienes sean los otros...

Hola Botas.  Gusto en verte.  Macario le sonrió mientras su pelo tomaba forma de un tejado. 

Oye, pues, además de para saludarte, saludar-los -Macario inclina un poco la cabeza, mirando hacia adentro pensando en que sería si esa mujerona le diera un abrazo.  Una experiencia singular sin duda.  Rico estrujo, seguro.  

venimos de recaderos -dijo rápido.  Mira, aquí la Berry te trae un regalo de nuestra mismísima reina.    Peero... antes de abrirlo te quería decir que algo nos preocupa un poco -voltea a ver a Berry buscando reafirmación.  Resulta que en el camino lo descuidamos un rato, pequeño, en la estación aquella, esa que está cerca, ¿como se llama?  chasqueó los dedos.  Bueno, pues, cuando lo retomamos, Berry dice que oyó como un reloj dentro.  No sabemos si nos lo habrán cambiado por algo peligroso o si es un reloj cucú que te envía Jenny, pero , pues, te diríamos que hay que abrirlo con cuidado. 

Obvio no podemos regresarlo -aclara con un gesto de manos expresivo- la reina nos mataría por no entregar su regalo.  Así que, ¿podemos abrirlo con cuidado?  Nosotros te ayudamos y todo, a ver que es...   Se lo entrega cuidadoso en sus manos.   Igual y es algo lindo, -sonríe desarmando sus dudas, eso espera... 

Berry estuvo tentada de tirar el paquete y salir corriendo al ver a Botas abrir la puerta, y cuando Macario mencionó todo lo del sonido de relojería hubiera preferido que se la tragara la tierra, pero aguantó el tipo lo mejor que pudo.

- Por... por supuesto... si somos una molestia... nos podemos ir...