Partida Rol por web

La conserje, contenta con lo que acaba de pasar alza su hacha, gritando como una posesa. Parece ser que no solo a Kim se le había ido la olla, todo parecía un complot para acabar con vosotras.

Jennifer y Danni están tan fuera de control que piensan que pueden acabar con aquella super animadora 3000 llamada Kim que ahora tira rayos láser. Eleanor es más precavida y trata de apartar a sus amigas de ahí en medio pero es demasiado tarde, primariamente porque las animadoras son unas psicópatas de base y ahora tenían la razón para dejar salir toda aquella pasivo agresividad guardada. Horas de entrenamiento, estar siempre perfectas, ganar al equipo rival... Demasiada presión que iban a descargar en aquella entrenadora rubia.

Jennifer trata de golpear a Kim, pero esta es más rápida y la esquiva con facilidad. Lo mismo pasa cuando Danni trata de hacer un movimiento.

Kim saca sus rayos láser de nuevo tratando de apuntar a Jennifer de nuevo, pues ya estaba herida, pero no consigue acertar.

-Parad de moveros, así no me ponéis las cosas fáciles- les grita a las tres, intentando que su puntería para el siguiente tiro sea más certera.

Eso sí, apuntar no apuntaría bien, pero su pelo y su cara seguían siendo monísimas y divinas, no se lo podían negar: maquillaje perfecto y ni un mechón despeinado. Intento de disparo, no sale, pues morritos.

No quería entrar en combate, Eleanor era muy zen y esto se estaba yendo de las manos. Jennifer y Danni fueron al ataque, aunque no le hicieron nada si la rubia tenía más cirugías que años de vida y era todo plástico. ¡Seguro el colágeno es un buen escudo!

Intentó también ofrecer un buen golpe, quizás la clásica grulla de karate kid o un un movimiento utilizando su chi, lo que sea, iba con el pie pero la rubia demostró que necesitaba practicar un poco más porque ni cerca estuvo. Quizás era más fácil romperle una uña que darle una patada. 

¡Pero bueno, otra vez! ¡Pues no iba la zorra de Kim y le dispara de nuevo!

-Oye, guarra. Como me jodas el peinado te vas a enterar.

Sin más preámbulos, caí sobre ella para arrearle un guantazo que le hiciera saltar los empastes.

Los imbéciles de los chicos me dejan allí con una excusa de mierda. 

—¿Pero seréis putos? ¿Quién va a ser mejor que nosotras? ¡NO HAY NADIE MEJOR QUE NOSOTRAS, PUTO!

Pero ahí estaban, pirándose. Miré a la puta aquella que venía con el hacha. Agarré una piedra grande y me tiré a por ella. 

—¡Te voy a reventar el toto, cerda, quiero ese hacha para cortar los huevos de esos maricas! 

Ya le daba igual todo. Cuídate de la furia de una mujer despechada, y allí estaba una retrasada que iba a recibir unas cuantas hostias hasta que le pudiera robar su interesante hacha. 

La falta de aliento me obliga a hacer una parada técnica. Hubiera preferido que se debiera a un maratón erótico con Josh, pero a veces los plot twist del destino son del todo sorprendentes. 

Miro un poco alrededor, atenta, a sabiendas de que la conserje tenía un ritmo inusualmente rápido para una morsa. Sin duda, estaba claro que había pasado a otro nivel y a estas alturas se habría cargado a alguna virgen. El campamento le daba acceso a un nicho de población rara y cada vez mas escasa. Era consciente que era difícil competir con eso a ojos del Señor Oscuro. 

Pero no era momento para pensar en eso. Tenía una idea bien clara ahora mismo: salvar a mis amigas de Betsy. Después ya habría lugar para plantearse otras cosas. Por eso la pausa dura segundo tras lo cual trato de orientarme para volver al campamento. También compruebo la cobertura de mi móvil, porque dar la voz de alarma era necesario: avisar a Papá. 

El primer intento de ahostiar de Danni había resbalado en el aire porque estaba en frío y cabreada y eso va en contra. No lo había hecho bien. Se había dejado llevar.

...haz lo que sabes, Danni...

Lo que sabía. Sabía que en las largas noches en bikini en la piscinita en tuich, controlar los tiempos, los gestos y qué parte del cuerpo mover cuándo y cómo alargaba las erecciones, las llevaba al límite de la paciencia y eso era, al final, lo que les hacía meter pasta en la cuenta.

...cuando te cambies de outfit, siempre en la misma habitación y que la cámara pille 3 cm de ti... que sepan que estás ahí, despelotándote, sin prisa... que se peguen a la pantalla intentando verte el papo...

Eso le dijo una vez Amouranth, esa perra, y era cierto. Otra cosa no, pero Amouranth sabía de lo que hablaba. Y Danni aprendía rápido.

Eso era lo que tenía que hacer. El tao del tuich. Controlar la carne. Controlar el tiempo. Respiró hondo, hizo su kata, el famoso FireFingers con el que acababa el 80 % de sus sesiones en el Only (saldría como merchandising para Platanomelón el mes que viene)...

...y se lanzó a por la Kim de los cojones.

—¡¡¡TE HUNDO EL PECHO CACHO PUTAAA!!!

Kim no esperaba que aquellas niñas de papá contraatacaran contra ella, una máquina mortal del futuro ultra preparada para cumplir su misión y borrar de la faz de la Tierra lo que sea que le hubieran pedido. En este caso las protagonistas de la partida historia. Pero todas se lanzaron a molerla a palos, a hostias, como quien se lanza por el último conjunto de victoria's secret de su talla rebajado a un 70%.

Eleanor es fácil de esquivar, pero la capitana le dio un cate que se quedó con él, dejándole algunas arrugas en su perfecta piel sin imperfecciones, ni poros dilatados, ni puntos negros. Que asco de piel de envidia tiene la puta Kim, tía. Pero enseguida se descubre porqué cuando la hostia atómica de sailor Danni le quita media cara de aquella leche.

-Esto me lo vas a pagar...- dice con un tono de voz más robótico, con una entonación de ser prima hermana de la Siri. Ahora iba a ir por esa perra de Danni, que le había quitado de encima su divino cutis. Pero la rabia hizo que fallara su tiro de nuevo.

Beth, cansada de los locos del bosque que querían ir a matarlas, coge una piedra y trata de lanzarla contra la conserje, con tan mala suerte que la piedra solo se separa un metro de ella. Porque las animadoras estaban todas muy en forma, pero eso de tirar cosas no era precisamente su fuerte.

La mujer, sin miedo a llevarse una pedrada, se acercó con su hacha. Tenía una espinita clavada de cuando intentó animar igualmente en aquel partido de fútbol y solo consiguió que se rieran de ella...

-¿Te piensas que por ser más delgada eres mejor, zorra? Pues se te nota la celulitis, te voy a desollar para que quitarte esos kilos de más...- dice al tiempo que salta con su hacha hacia delante. Pero el hacha no pasa ni cerca de Beth, por suerte.

Tu móvil por desgracia sigue sin línea. No sabes si porque de verdad en el campamento no hay línea móvil o si porque hubo un BOICOT a caso hecho, para incomunicaros del mundo, así como del equipo de fútbol al otro lado del lado. Estás retomando el aliento y dando una vuelta cuando te parece oír una voz conocida.

—¡Te voy a reventar el toto, cerda, quiero ese hacha para cortar los huevos de esos maricas! 

Eso sonaba a Beth... Te acercas, corriendo algunos metros, y efectivamente puedes ver a tu amiga esquivando un hachazo de la conserje Betsy.

Tras un largo rato, donde empiezo a pensar que estoy en el culo del culo del mundo, escuchar la voz de Beth hace que casi me mee encima del gusto. Parecía que la gorda acomplejada estaba intentando agredirla ahora a ella y en afán de defender a Beth, trato de buscar por el suelo alguna rama o piedra con la golpear la cabeza de Betty. 

Me agacho en la penumbra, tanteando cualquier cosa que me sirva de arma improvisada y tratando de que la operación sea lo más sigilosa posible para pillar a Betty por sorpresa. Si bien, la naturaleza es una mala puta y no cuento con posar una de mis manos encima de una masa blanda...

- Iuuu puto asco... - digo, conteniendo una arcada.

—¡Por supuesto que por ser más delgada soy mejor, morsa friegasuelos! La que menos come y más se esfuerza es mejor que la que mete la cabeza en el cubo de la mayonesa del McDonald. 

—¡Mucho tendrás que mejorar con ese hacha para llegar a rozarme, puta! 

De pronto, aparece Gillian. ¡Por fin una persona de verdad! 

—¡Esta es una asesina! ¡Y los chicos están compinchados con ella! ¡Y con Kim! ¡Y son retrasados! 

—¡OHHHHH DANNYY! ¡ERES LA HOSTIA! ME ENCANTAS—gritó a toda voz, confesando ahí lo que sentía—. A por esta zorra de hierro. 

Sin más juntó todo su chi, era su inmensa fortaleza y tras hacer unos movimientos típicos de las artes marciales para animarse, fue corriendo con toda la intención de lanzarle una patada en el medio de la cara.  

—KIAAAAA.

El hostión que le pegó no se lo creyó ni ella. Era la furia que tenía contenida desde que llegó a aquella mierda de sitio de pesadilla donde no podía stremear ni mandar stories.

La zorra se lo había ganado. Kim también.

La primera en la frente. Y de qué manera. Danni aterrizó de la voltereta con patada voladora a lo Chunli al mismo tiempo que la careta de Kim hacía chof contra un árbol.

Y vio ese careto.

—Jo.der. JO-DER. Tía, te basaste con la cirugía. OSEA. TÍA.

Un poco de cirugía cada año desde los 12 era necesario y normal. Pero a lo que había llegado la tipa esa era puto demencial. ¿Cuánto se habría gastado la Kim en todo eso? Danni no sabía ni cómo se llamaba la mitad de las cosas que se había hecho la reina de las animadoras. Entre otras cosas... tener webcams en vez de ojos.

Oh sí. Oh sí.

—Je. Jeje. Jeje. Ahora entiendo todo. Ahora sé por qué NO HAY WIFI. Te lo estás chupando todo, ¿verdad, perra? Estas grabando todo, ¿eh? No estarás emitiendo sin permiso, no? ¿Sabes cuánto valen mis colabs? ¿Me estás chupando followers? ¿ME ESTÁS SACANDO SIN PAGAR?

¿Kim era la primera en strimear la muerte de Yanet? ¿Tenía coño para atreverse a robarle a Danni la exclusiva de su dolor y lágrimas?

—Ahí no, eso sí que no, perra.

Y saltó sobre la Kim con uñas de gata para encaramarse en la cabeza y sacarle el wifi de los ojos.

—WIFIIIIIIII!!!

Sus chicas lo estaban haciendo bien. Danny sacó todo su odio interior para reventarle la cara a aquella puta loca. Pero cuando veo lo que hay debajo de la perfecta piel de Kim no puedo sino emitir un ligero grito de sorpresa ¿Pero qué cojones? ¿En dónde coño campamento se habían metido? Aquello me sacó de mi concentración zen haciéndome fallar el golpe.

-Joder con esta tía ¿por qué no te mueres?

La mujer trata de balancear su hacha para golpear a cualquiera de las dos, pero se ve desequilibrada por el peso de esta y con dificultad intenta no caerse al suelo cuando la cabeza del hacha da contra la tierra.

-Os vais a enterar, hijas de puta. Malditas niñas pijas delgaduchas con pompones- dice tirando del hacha de nuevo para tratar de alcanzaros. -¿Creéis que sois especiales? No sois nada. ¡Nada comparado con la gran Kim!

La patada de Eleanor hace que salten chispas ahí, como cuando estando de fiesta les dieron muchas ganas de mear, el váter estaba ocupado y les tocó echar el pis en el jardín sobre los cables del equipo de música. Sin querer. Ahí salieron las mismas chispas que salían de la cara de Kim en ese momento. Tampoco siguió a aquellas chispas el apagón que hubo aquella noche en la fiesta. Menos mal que Gillian siempre ponía su casa y pudieron mudar allí la fiesta en aquella ocasión, mucho más divertido.

-Ahora sí que se pondrán las cosas feas para vosotras...- dijo amenazante, pero se ve que no veía del todo bien con aquellos ojos rojos, como cuando a un conejo le das las largas en la carretera, porque el siguiente rayo láser da en un árbol.

La Kim se estaba llevando una de patadas voladoras en la cara que eso no lo aguantaba ni el quarterback estándar del insti. Después de la de Danni, la diosa Eli flotó en el aire como con las rutinas de animadoras y si con esa hostia no le soltó dos tuercas, no le soltó ninguna.

Dannielle se mordió el labio un instante al verla así, desbocada rubia valkiria con las cachas al aire, y en un microsegundo aparte del calor, supo calcular el anual outcome y el pico de suscripciones que podría traerle llevar a Eli a su tuich de vez en cuando como gamergirl en bragas y posible lengüetera en el onli.

...ni tan mal...

La vieja amenazó con poner las cosas feas.

—Habló de puta la tacones.

Con esa cara de lata no era ni un insulto. Era una definición. Cómo engaña el bótox y la laca Nelly, vírgen santa.

Disparó con poca puntería, dejándose en ridículo de inmediato, pero lo suficientemente cerca como para que Danni tuviera que esquivarlo, más pillada por sorpresa que otra cosa, y perdió buena posición para dejarle claro a la vieja quién mandaba ahí.

Así que la patada que le mandó se quedó a medio palmo del coño. Que si le llega a dar, le sale el zapato por la boca.

—¡Mierda, bitch!

Estaba emocionada, sintió en su cuerpo que los grandes personajes de las películas de karate habían tenido posesión de su cuerpo y se mostró motivada por ello. Si bien esa patada voladora no surtió el efecto deseado, si que se posicionó para otro ataque letal. No le importaba si a futuro debía hacer el truco de la mano que hacía Po con Kai en Kung fu panda tres. Haría lo necesario por vencer a Terminator, eso o echarle un buen balde de agua. 

Además ver a Danni haciendo esas cosas, le encendió un poco. Ya podrían más tarde practicar algunas poses, que se les daría de puta madre con la elongación que tenía la morena, pero eso sería en otro momento. Ahora debía centrarse, acumular su chi y preparar la patada milenaria. Si la misma que ayudó a ganar el Torneo de Karate al prota de Karate kid. 

Eleanor pensó en el maestro Miyagi, pensó en todo lo que debía ofrecer y comenzó a mover sus manos para iniciar la postura, como si fueran las alas de la propia grulla. Ya en un pie, dando pequeños saltitos buscó el perfil de Kim y no lo duda, la soltó. 

El combate pinta mal. No porque no podamos con la gorda sebosa, sino porque tiene un hacha y nosotras no. 

—Gilly... ¡Vámonos a la caseta de las herramientas! ¡Esta gorda no nos podrá seguir salvo que ruede y allí hay cosas para darle su merecido!

Dicho esto, la tomó de la mano y salió corriendo con ella. De la mano sin mierda, eh, que una es amiga pero no hermana.