Partida Rol por web

Cinderella Phenomenon

Efemérides

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04/01/2020, 07:17
Réamann Lockheart

Dos meses atrás. The Marchen. Un día después de la fiesta de bienvenida

El cuarto de Réamann era como el de los demás... tal vez, demasiado. No había indicaciones de que fuese suyo o que él durmiese ahí, salvo por donde guardaba sus cambios de ropa y que debajo de la cama se podía ver el mango de una espada. Estaba un poco escondido, pero se notaba que aquello se veía por una mala posición como si alguien lo hubiese puesto mal o simplemente no lo guardó como se debía. 

El peliblanco llevaba un camisón de color claro que llegaba hasta los codos y gracias a ello se pudo ver que en la muñeca derecha del chico se depositaba un brazalete negro donde una cabeza de serpiente parecía morder su cola. Debido a sus ropas de ayer que eran de manga larga aquello no se había notado, pero ahora resaltaba debido a la simpleza que emanaba el chico y que eso destacase por su color azabache. El título del libro parecía hablar de relatos y fábulas, pero no se dio tiempo de leerlo bien porque cerró la obra y lo puso al lado para dejar que en la mesilla se colocase el té con los bocadillos.

Era contrastante ver que ayer su rostro reflejaba un dolor inmenso y en estos momentos era la tranquilidad andante... o indiferencia, cualquiera era buena para describir su cara. Miró a Stella sentarse y parpadeó un par de veces hasta que tuvo la oportunidad de hablar.

-No tienes que disculparte-contestó negando una sola vez, pero cuando se mencionó si aquello tenía que ver con su maldición, Réamann sujetó con la mano izquierda aquél brazalete bajando la vista a tal ornamenta-. Así es, es mi maldición-alzó su mirada y se pudo ver por una brevedad de tiempo que parecía debatir si contarlo o no. Todos en The Marchen debían conocer parte de ello, y si Stella viviría ahí....-. Cada vez que hago un esfuerzo físico mi corazón duele al punto que me puedo desmayar-dejó se sujetar el brazalete y se notó un poco que su cabello era un poco más largo, tal vez porque estaba bastante desarreglado-. Si permito que el dolor se extienda o perdure, moriré.

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04/01/2020, 07:29
Stella Brewster

Dos meses atrás. The Marchen. Un día después de la fiesta de bienvenida

Los ojos de Stella se posaron con curiosidad sobre toda la figura de Réamann. Reafirmaba lo que pensó al verlo el día anterior; era guapo, pero la actitud que tenía opacaba un poco eso. Quizá si se expresase un poco más...

Todo lo que Stella pensaba se esfumó al escuchar la voz del chico. Su vista también se paseó al brazalete cuando Réamann lo miró, y luego volvió a mirarle a los ojos para seguir escuchando. Escuchar cuál era la maldición de Réamann creó un pequeño vacío en el estómago de Stella. Aunque no hubiese sido adrede, el que se tropezase había puesto en riesgo al chico. Pero no podía permitirse el lujo de mostrar una mirada triste; lo hecho hecho estaba y Stella estaba agradecida con Réamann.

Eres un tonto, debiste dejarme caer. Pero... te estoy agradecida —Stella alisó los pliegues de la sábana a un lado de ella, bajando la mirada a su mano—. Perdón por comportarme de esa manera ayer contigo —se levantó con calma y llevó ambas manos detrás de su espalda. Era verdad, cada maldito debía cargar con un peso que alguien normal no podría comprender—. Eres un poco grosero, pero pareces un buen chico —sonriendo un poco sacó una de sus manos y se la extendió a Réamann—. ¿Te parece que comencemos de cero? —Stella aclaró un poco su garganta— Mi nombre es Stella, soy nueva en The Marchen. Será un placer trabajar contigo.

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04/01/2020, 07:50
Réamann Lockheart

Dos meses atrás. The Marchen. Un día después de la fiesta de bienvenida

La mirada de Réamann parecía observar todo el rosto de Stella mientras ella escuchaba su explicación y su consecuente reacción, aunque la faz en general del joven no reflejaba otra cosa. ¿Estaba acostumbrado a eso o no le importaba? Era complicado de desentrañar, pero aquello solo era una capa superficial porque existía la posibilidad de descubrir más de él y de todos los demás malditos, ¿no es así? Las cosas que podrían ser pequeñas podían delatar a cualquiera, como por ejemplo el peliblanco. Si era consciente que ayudar a la chica iba a ponerlo en riesgo, ¿por qué lo hizo de todas maneras?

-No iba a permitir que te lastimases-fue una respuesta seca, pero hasta ahora había sido sincero. De pocas palabras, pero directas-. No te disculpes, no es necesario-contestó ante las disculpas de Stella, callando hasta que ella tendió su mano y volvió a presentarse. Réamann miró aquella mano y así estuvo hasta que comenzó a alzar la suya. Al principio parecía un poco vacilante, pero al final la estrechó y la joven notó que su mano era cálida, firme y con su piel áspera a pesar de que actualmente no hacía ningún esfuerzo físico-. Réamann Lockheart-esta vez mencionó su apellido y luego miró a los ojos de Stella-. A la luz del sol tu cabello adquiere un tono violeta-parecía que iba agregar algo más, pero se quedó callado.

Soltó su mano con cuidado y entonces sujetó la taza de té que habían traído para comenzar a beberlo. Utilizó sus dos manos debido al esfuerzo que aún debía hacer. 

-¿También beberás algo?-preguntó luego de dar un sorbo silencioso y depositar el recipiente en la mesita. 

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04/01/2020, 08:07
Stella Brewster

Dos meses atrás. The Marchen. Un día después de la fiesta de bienvenida

Bueno, no quedaba duda de que era realmente amable. Un chico extraño y grosero, pero sincero y amable. Cuando Réamann estrechó la mano de Stella esta sonrió un poco más. Con el comentario sobre su cabello levantó un poco las cejas, no era algo que le hubiesen dicho antes. 

Una vez Réamann le soltó la mano, Stella se la volvió a llevar detrás de la espalda. Había dejado de sonreír, pero parecía de buen humor. Le complació ver que el peliblanco estaba tomando lo que ella le había traído, así como también se sentía bastante más aliviada de saber qué había sucedido con él.

No, estoy bien así —respondió de manera afable.

Lo que se escuchó durante los siguientes minutos fue el silbido del viento que entraba por la ventana. Pese a que hubiese conseguido hablar un poco con Réamann, él todavía era un oscuro y profundo océano. No sabía cómo abordarlo ni qué hablar con él. 

Satisfecha al fin de lo que había hecho decidió retirarse.

Bueno... Me retiraré —Stella volvió a sonreír a Réamann y, antes de darle la espalda para salir de la habitación, le dijo:— Mejórate pronto; te cocinaré algo como compensación.

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04/01/2020, 08:24
Réamann Lockheart

Dos meses atrás. The Marchen. Un día después de la fiesta de bienvenida

Réamann asintió una vez cuando ella dijo que estaba bien así y entonces aprovechó para seguir bebiendo y comer aquello en completo silencio, ni siquiera se escuchaba cuando masticaba. A pesar de que el silencio reinaba como cuando él estaba solo, esta vez podía notarse un aire diferente en la habitación en la que ambos formaban parte en una fluidez sin tensiones o situaciones de dicha índole. Por supuesto, el peliblanco continuaba con su porte vacío, pero ya se sabía por qué era así... ¿no?

Terminó de comer y de pronto se sintió cansado, lo cual se notó porque se recostó y soltó un suspiro en susurro. ¿Estaría enfadado de estar ahí sin hacer nada o solo hizo eso como mero recordatorio de su existencia? No se sabría con exactitud, pero al menos ya había un poco de color en sus mejillas gracias al té.

Cuando Stella se despidió, Réamann giró su cabeza sobre su almohada y su mejilla se hundió sobre la funda. Así daba más la sensación de que se notaba cansado debido a lo frágil de su condición.

-Ayuda primero, luego vienes-dijo parpadeando sin abrir los ojos nuevamente. Había caído dormido y lo último que había visto fue su cabello violeta yéndose sin saber si ella había visto o no que su rostro se había relajado por sumirse en los sueños.

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04/01/2020, 08:39
Stella Brewster

Dos meses atrás. The Marchen. Un día después de la fiesta de bienvenida

Stella no se volteó al escuchar las palabras de Réamann, pero asintió y salió del cuarto, cerrando la puerta tras sus espaldas. 

―○●○―

Unas tres horas después, llegada la hora de almuerzo, la puerta del cuarto de Réamann volvió a sonar un par de veces. Seguidamente se abrió con suavidad la puerta de la habitación y quien apareció en el marco fue una vez más Stella, pero esta vez cargando una bandeja en cada mano. No lucía incómoda con eso y, de hecho, lo hacía con bastante maestría. 

Al entrar notó que Réamann seguía dormido* y que, por el ruido que había producido, el chico comenzaba a abrir los ojos. Stella apretó un poco los labios; no quería haber interrumpido el descanso de Réamann. Pero, si bien descansar era importante, ¡comer también lo era! Con eso en mente y, sin pedir permiso esta vez, entró a la habitación con las bandejas.

Es hora de que almuerces ―anunció, mientras llevaba las bandejas repletas de comida a la mesa y retiraba la vacía. Miró satisfecha lo que había hecho con sus propias manos y se permitió sonreír con satisfacción, llevándose una mano a la cadera―. Pie de Pollo, Sopa de pollo y canela, Ragoût de Chorizos a las Siete Especias y jugo de frutas. Como postre: arroz con leche ―realmente lucía satisfecha con todo lo que había hecho; los platos humeantes desprendían un aroma que despertaba el hambre de cualquiera―. Una buena comida te devolverá las fuerzas.

Notas de juego

*algo acordado con Réamann.

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04/01/2020, 08:59
Réamann Lockheart

Dos meses atrás. The Marchen. Un día después de la fiesta de bienvenida

No supo cuándo había caído dormido en realidad ni cuánto tiempo había pasado para estar visitando el mundo de los sueños... o al menos eso debería ser lo adecuado para alguien que duerme; pero no para Réimann. Él solo tenía visiones oníricas cuando éstas no eran placenteras y por esta ocasión no fue así, por lo que para el chico solo fue un cerrar los ojos y volver a abrirlos cuando escuchó que abrían la puerta. Poco a poco comenzó a abrir los ojos con pesadez debido al sueño que tenía, pero aún así se incorporó a la par de que Stella comenzaba a hablar. Suspiró una vez y luego miró cómo depositaban las bandejas para que tuviese a su disposición la comida.

-¿Habías trabajado antes en una taberna o similar?-preguntó dedicando su atención a la joven para luego asentir-. Gracias.

Eso sí, se le quedó viendo a la bebida ladeando un poco su cabeza, luego intercaló su vista en Stella y al final otra vez en el jugo de frutas. Parecía que iba a decir algo, pero en ningún momento abrió su boca para ello y se mantuvo así mientras se acomodaba para utilizar la mesita como respaldo. Retiró las sábanas que lo cubrían y como tenía pantaloncillos no se corría ningún riesgo. Eso sí, se vio que usó un pequeño esfuerzo solo para girar sobre sí mismo y poder degustar de aquellos alimentos.

-¿Ya comiste algo?-preguntó sin verla, pues estaba acomodando los platos para saber con qué iniciar primero. -. ¿No has vuelto a tropezarte?

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04/01/2020, 09:10
Stella Brewster

Dos meses atrás. The Marchen. Un día después de la fiesta de bienvenida

La pregunta del joven hizo que la sonrisa de satisfacción de Stella se volviese un poco incómoda. Toda su expresión se había entristecido por un instante, pero solo por un instante.

Trabajé en la taberna de mis padres desde que tengo uso de razón ―dijo Stella, con algo de nostalgia―. Tengo dieciocho años, así que puedes imaginarte qué tanto he trabajado.

Luego esos pensamientos se esfumaron de su mente. Vio algo preocupada cómo Réamann miraba el jugo de frutas. Esperaba que el chico dijera algo, pero no lo hizo; siguió acomodándose en silencio y ella se quedó con la gran duda en su cabeza si acaso era que el jugo no gustaba al chico. 

Sí, ya he comido algo ―mintió. Lo único que había ingerido desde la mañana era una taza de té―. Y no lo he hecho ―respondió, enarcando una ceja―. Para tu información, ayer estaba cansada. Solo por eso me he tropezado. Generalmente ese tipo de cosas no suelen sucederme ―parecía que el orgullo de Stella era fácil de herir.

Mientras veía a Réamann prepararse para comer, un ahogado rugido pudo escucharse provenir del estómago de la chica. Stella rápidamente apartó su mirada del chico y se puso a mirar hacia la ventana, al mismo tiempo que sentía sus mejillas ruborizarse un poco.

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04/01/2020, 09:28
Réamann Lockheart

Dos meses atrás. The Marchen. Un día después de la fiesta de bienvenida

Réamann escuchó, o al menos eso parecía hacer, con la respuesta de Stella que confirmaba cómo es que podía desenvolverse bien en un ambiente como este y las labores que deberá desempeñar. De nuevo asintió una vez como si estuviese conforme y, como si hubiese hecho un pacto, no volvió a mencionar algo del tema. Tal vez comprendió que era algo delicado para la joven o no le importaba. Volteó a verla solo cuando ella aseguró que no volvió a tropezarse.

-Procura descansar entonces, podrías salir lastimada si algo así se repite-dio un sorbo al jugo de frutas y luego otro... y después otro. Terminó bebiendo medio vaso, posiblemente por tener mucha sed mientras su cuerpo trabajaba en recuperarse. Luego procedió a probar primero la sopa de pollo con canela, tomando el cuenco con cuidado para soplar y bajar un poco su temperatura. 

Parecía que Réamann no había escuchado ese rugido, pero si Stella prestaba atención notaría que el espacio de la cama junto a la disposición de la mesa parecía indicar que... ¿Le había dejado espacio para que se sentara?

-Tienes sazón, eso es bueno-declaró cerrando los ojos un par de segundos y aspirar el olor de la sopa que tenía frente a él-. Podremos trabajar bien juntos-se quedó pensando un momento más y luego continuó comiendo. Pasados unos momentos dejó el recipiente y volteó a ver a la joven- Lo que viste ayer no siempre ocurre, podré ayudarte cuando lo pidas.

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04/01/2020, 17:23
Stella Brewster

Dos meses atrás. The Marchen. Un día después de la fiesta de bienvenida

Le sonrió con sinceridad al chico cuando escuchó más palabras gentiles. El día anterior se había dejado llevar por las primeras impresiones. También le complacía ver que estaba comiendo, así como también le aliviaba que no hubiese dicho nada sobre el rugido de su estómago. 

Con total confianza, y como si de un amigo de toda la vida se tratase, Stella notó el espacio que Réamann había dejado y se sentó, suspirando con alivio al por fin descansar sus piernas. Dejó la bandeja sobre su regazo y se permitió reacomodar su coleta.

El halago sobre la comida hizo que a Stella se le inflase el pecho de orgullo.

Es el sazón de mi madre ―dijo, bajando su mirada hacia la bandeja, para luego asentir a lo de que trabajarían bien juntos. No miró a Réamann hasta que este volvió a hablar, deshaciéndose de cualquier sentimiento de nostalgia―. Eso estará bien, probablemente vaya requerir mucha de tu ayuda al principio ―¿algo tendría que ver lo de la pócima?― Por eso recupérate rápido, ¿sí?

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04/01/2020, 20:40
Réamann Lockheart

Dos meses atrás. The Marchen. Un día después de la fiesta de bienvenida

Mientras Stella tenía su mirada baja, Réamann la observó brevemente de reojo en completo silencio salvo por los leves sonidos que hacía al comer, los cuales podían ser escuchados por la chica estando cerca de él además de ingerir con cierta lentitud cada bocado de aquella comilona que le trajo la pelivioleta. 

Su vista volvió al vaso con el jugo para beberle de tragos más pequeños, esta vez pareciendo cuidar la ración para que alcanzara a todo lo que debía comer. Réamann era delgado, sin duda; no obstante, se podía ver que su cuerpo estaba tonificado y con ciertas cicatrices de arduo trabajo. ¿A qué se habría dedicado en el pasado antes de llegar a The Marchen? 

Asintió una vez más a las palabras de la joven y dejó de comer para voltear a verle mientras contestaba a sus palabras.

-Tengo poco tiempo aquí, pero podré ayudarte cuando lo requieras-soltó un suspiro profundo y miró por la ventana torciéndose levemente. La luz del mediodía dio a su rostro y tuvo que entrecerrar sus ojos levemente. Los cerró por uno par de segundos o volvió a abrirlos cuando miró a los ojos de Stella-. No estuve en tu fiesta ayer, pero aún así lo diré: bienvenida a The Marchen, Stella.

Notas de juego

puede quedarse así o que responda Stella para dar pie a lo del pueblo :D 

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04/01/2020, 21:37
Parfait

Una semana después de la llegada de Stella. En el pueblo.

Stella ya se había habituado mucho mejor a las dinámicas de The Marchen y, gracias al glamour que habían conjurado en ella, podía caminar por el pueblo con tranquilidad, además de atender mesas y cocinar, tratar con clientes... Todo se iba volviendo una cómoda rutina.

Por otra parte, Réamann había tardado otros tres días más en recuperarse, o eso decía Parfait, porque lo había obligado a descansar.

- Te pusiste en riesgo, así que debes cuidarte un poco. No queremos que te pongas al límite tan pronto - decía ella, ignorando las protestas del joven. Entonces, ya cuando Réamann había recobrado su función, Parfait se les acercó a ambos.

- Normalmente aquí hacemos todo en parejas. Ya saben, por seguridad. Por eso les pediré el favor que vayan juntos al pueblo a comprar víveres. Encontrarán la mayor parte en la plaza principal: frutas y especias, solo las panaderías y las casas de vino las encontrarán por la fuente - y le entregó al peliblanco un papel enrollado -. Esa es la lista de lo que necesitamos. Por favor, no se separen. No sabemos si habrá brujas rondando el pueblo - y con eso, Parfait se fue.

Ambos habían recorrido antes el pueblo, era un lugar de gente amable y con un buen número de artesanos. La guardia real patrullaba el pueblo con el fin de mantenerlo seguro. El pueblo tenía dos plazas: la principal donde se encontraba la mayor parte del comercio y donde Parfait dijo que encontrarían casi todo lo que necesitaban.

 

La segunda plaza se caracterizaba por ser un lugar más de reunión: tenía cafeterías y panaderías. También restaurantes y algunas licoreras. También era donde Waltz solía dar sus shows de títeres. En todo Angielle se respiraba paz y alegría, aunque la preocupación latente de la hija de la bruja seguía allí.

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04/01/2020, 22:26
Réamann Lockheart

Una semana después de la llegada de Stella. En el pueblo

Esos tres días fueron complicados para el peliblanco, pues cada mañana se le vio intercambiando palabras con Parfait para que le permitiese trabajar y que ya estaba recuperado, pero su insistencia no duraba mucho y volvía a su cuarto saliendo muy pocas veces. Sus "reclamos" nunca alzaron la voz ni eran tan tercos, pero estar cada mañana solicitando su reingreso a las actividades provocaban que uno que otro, en especial los guardias, le sonriesen diciéndole que se aprovechara las vacaciones. 

Cuando se le dijo que debía ir al pueblo, Réamann no asintió ni negó el ir,  limitándose a escuchar las indicaciones y viendo la lista de todo lo que debían comprar. Salió junto a Stella y como había tomado la pócima, el ritmo de caminar no era tan relajado y se dejó entrever que si no tuviese la maldición estaría en una buena condición física.  En el trayecto habría hablado muy poco si es que se tocaba algún tema, y si no era el caso entonces permaneció callado hasta que llegaron. 

El joven no necesitó el mapa ni ninguna indicación, caminando con familiaridad sin detener su mirada por si alguien lo saludaba.

-Vamos a la principal primero-comentó buscando entre los edificios lo que sería su primer destino-. ¿Ya has venido antes? 

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04/01/2020, 22:46
Stella Brewster

Una semana después de la llegada de Stella. En el pueblo

Los tres días en los que Réamann estuvo descansando, Stella trabajó muy duro en la taberna, casi como si quisiese compensar la falta que estaba haciendo el chico. Trabajar tanto no le molestó, de hecho lo disfrutó. De alguna u otra manera atender la taberna le traía buenos recuerdos. Aunque no todo era fácil para Stella; después de años de tener que mostrarse indiferente a todos, ese hábito se quedó arraigado en lo más profundo de su ser. A los clientes dirigía cortantes palabras y buscaba relacionarse lo menos posible, delimitando entre los extraños y ella una invisible barrera glacial con su fría mirada. No obstante, se mostraba de una forma completamente distinta a todos los que conformaban The Marchen. En ocasiones era amable e incluso sonreía. Con los de The Marchen se permitía el lujo de ser un poco más ella misma.

Recibir el recado de ir al pueblo no fue algo que la incomodase. Ir con Réamann mucho menos. Escuchó las indicaciones con cuidado para no perderse de nada y, cuando estuvieron listos, marchó junto a Réamann a hacer el recado. Esa mañana Stella también cargaba el cabello recogido. De hecho, no habían visto a Stella con el cabello suelto desde que había llegado a la taberna. 

No habló mucho con Réamann en el trayecto y esto no le molestó. Disfrutaba de cierta manera esa paz que transmitía Réamann, aunque advirtió que evitaba la mirada de los demás. En ese sentido no eran muy distintos, ya que ella hacía lo mismo. Sus ojos estaban un poco afilados y traía una vez más esa barrera invisible que decía: "Cualquier clase de acercamiento está terminantemente prohibido".

Lo he hecho, muchas veces ―contestó, con su mirada fija en las piedras del suelo―. ¿Qué es lo primero que necesitamos comprar? ―preguntó, solo con la intención de no dejar morir la conversación allí.

Un mechón de cabello cayó en su mejilla. Stella lo tomó un momento y, antes de acomodárselo, pensó que en verdad su cabello adquiría a la luz del sol un tono violeta. Sonrió un poco al recordar lo que Réamann había dicho y se acomodó el mechón, para volver a levantar su barrera anti-extraños. 

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05/01/2020, 04:37
Réamann Lockheart

Una semana después de la llegada de Stella. En el pueblo

Réamann asintió para confirmar que Stella había estado ahí varias veces, así que podría descartar alguna indicación de su parte o tener que preguntar en caso de que fuese necesario. Revisó la lista que les había dado Parfait para determinar una ruta óptima y procedió a hablar.

-Vayamos por las especias. Tendremos que ir a dos tiendas-guardó el pergamino y caminó a paso firme llegando a un local que al abrirlo, fueron inundados por los olores que se mezclaban entre sí: azafrán, mejorana, hierbabuena, clavo, mostaza... el peliblanco no arrugó su nariz, pero se acercó al locatario haciendo un rápido movimiento de mano saludándolo. Ya lo conocía, pero no lo trataba con familiaridad-. Buenas tardes, lo mismo de siempre, por favor.

Y esperó que surtiera metiendo sus manos en el bolsillo. Había clientes, pero procuraba no verles hasta que ellos le saludasen. Réamann procuraba ver a los ojos de los clientes, cuando conversaba con otros malditos o socializaba, pero con los habitantes de Angielle no, evadiendo con disimulo pero evidente para quien conociese ese rasgo de él.

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05/01/2020, 04:46
Stella Brewster

Una semana después de la llegada de Stella. En el pueblo

Parecía que Réamann y Stella tendrían bastante qué caminar.

Cuando llegaron a la tienda de especias Stella sí que arrugo la nariz. Tuvo que llevarse ambas manos a la cara para ensordecer un poco el sonido de un tierno estornudo. Ella entró tras Réamann, caminando detrás de él como si fuese su sombra, casi como si se quisiese ocultar en su gran espalda.

Esperó que él ordenase, mientras cubría otro y otro estornudo. Su nariz se empezaba a enrojecer un poco. Aún con todo eso, la mirada fría de Stella no se iba. No quería que nadie le hablase y casi agradecía que fuese Réamann el que hablase con el que atendía. Volvió a estornudar una vez más y, esta vez algo apenada, se disculpó con Réamann.

Lo siento... ―y volvió a estornudar.

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05/01/2020, 05:35
Narradora

Una semana después de la llegada de Stella. En el pueblo

El pueblo no se sentía en exceso lleno de gente y el clima era fresco, así que caminaron alrededor sin problema. El show de Waltz de marionetas se estaba haciendo popular mientras pequeños y grandes se reunían en la mitad de la plaza a verlo. Después de pasar la aglomeración, llegaron a aquel lugar sin problema.

La mujer de la tienda sonrió a ver a Réamann y les miró con una enorme sonrisa. Se veía como una mujer bastante amable. Al menos su sonrisa parecía sincera.

- Buenas tardes, caballero. Hace días que no te veía por aquí. ¿Cómo está todo? - preguntaba antes de ver que el joven le ordenaba el mismo pedido que hacía periódicamente. Le hizo una señal con su mano y empezó a alistar las cosas. Al escuchar a Stella estornudar, se sorprendió, pero se rió y siguió allí. Luego otra vez y otra vez. De la sorpresa, estuvo a punto de tirar uno de los frascos que estaba poniendo en una bolsa, pero pudo sostenerla a tiempo. Al terminar, le entregó la bolsa a Réamann.

- ¿Qué tienes, pequeña? Mira, creo que esto te puede ayudar - y le tendió un pañuelo tejido a la pelinegra con una sonrisa amable.

- Tiradas (1)
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05/01/2020, 05:44
Réamann Lockheart

Una semana después de la llegada de Stella. En el pueblo

-Todo bien-fue la respuesta de Réamann a la mujer, una habitual en él tratando a terceros. No se vio interesado en seguir con la conversación; aunque hubo otra cosa que provocó que voltease hacia atrás mirando a Stella-Salud-entonces estornudó de nuevo y contestó de vuelta-. Salud, salud.

Y con el último, el peliblanco parpadeó un par de veces mientras tomaba la bolsa que le daba la anciana y como estaba en medio de las dos, el joven agarró el pañuelo con cuidado y asintiendo para dárselo a su acompañante.

-Salud-dijo por última vez esperando a que tomara la tela-. En la siguiente tienda espera afuera, será rápido-sugirió porque aún debían ir a otro local de especias. Se podía escuchar el ruido de la gente que disfrutaba de aquél día, aunque al chico no le parecía interesar tales actividades.

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05/01/2020, 05:53
Stella Brewster

Una semana después de la llegada de Stella. En el pueblo

Estornudar tanto era la peor forma de pasar desapercibido si era lo que se quería. Era mucho peor si tu acompañante callado (que convenientemente hablaba cuando quería) decía "salud" cada vez que estornudabas. Stella no pudo evitar ruborizarse un poco por eso.

Gracias... ―masculló Stella a la anciana luego de tomar el pañuelo y ponérselo sobre la nariz. Soltó un leve chillido mirando a Réamann con los ojos entrecerrados mientras salían de la tienda. Una vez estuvieron fuera Stella pudo respirar por fin aire fresco y, para variar, sí, estornudó una vez más―. No hace falta que lo menciones ―dijo, con una voz un poco nasal. ¡Qué vergüenza! Todavía estaba un poco ruborizada.

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05/01/2020, 06:08
Réamann Lockheart

Una semana después de la llegada de Stella. En el pueblo

En lo que Stella salía de la tienda dejando atrás a Réamann, éste miró a la anciana para pagar y asentir en señal de despedida. Llegó justo a tiempo cuando la pelivioleta estornudaba y apenas iba abrir la boca cuando escuchó su comentario. Se le quedó viendo acercándose un poco más y centrándose en sus mejillas.

-Si sientes que te vas a enfermar, avisa-y luego la guió al otro local al que entró solo para que su compañera no tuviese otro ataque de estornudos. No tardó ni cinco minutos cuando salió con otra bolsa y veía el pergamino para ver qué seguía de sus compras-. Vayamos por las frutas-y se asomó de entre todas las cosas, por breves momentos antes de que lo acomodase, un frasco con miel que no estaba en la lista. ¿Por qué lo habría comprado?

Tuvieron que caminar por otro rato y cuando llegaron al mercado, Réimann fue el encargado de "dialogar" los pedidos permitiendo que Stella fuese quien seleccionara lo mejor. De hecho... si alguien llegaba a saludar a Stella él intervenía directamente para que la atención de los vendedores fuese a él.