Partida Rol por web

-Rachel apunta con una de sus armas al cargamento. Hacedlo y disparo a la carga! No seais estupidos! Puedo mataros a todos antes de que penseis siquiera en disparar!

Por mucho que me guste ser el centro de atención decido dejarle las preguntas al trepa-muros, me quedo sobrevolando esperando a que terminen de hablar para preguntarle a mi amigo y ya de paso estar sobre aviso por si ocurre algo más en las inmediaciones.

El jefe del grupo vuelve a tomar la palabra, esta vez sonríe.

-¿Disparar a la carga? Adelante, hazlo ¿Crees que esas balas le harían algo a ese tipo de metal? ¡Matadla! -ordena a los tipos de arriba.

Los pistoleros en las pasarelas abren fuego contra ti.

Bruce se guardó la tarjeta y de un fuerte brinco subió a lo más alto posible del lugar para proseguir su camino hacia un lugar seguro . 

" No tengo ni puta idea de lo que está pasando , pero si esto no es más que el comienzo de lo gordo que se avecina casi sería mejor obedecer esta vez y preguntar después " . 

Después de coger la tarjeta del extraño personaje saltas hacia uno de los edificios y lo escalas hasta el tejado. Desde allí puedes ver a Llama frente a ti, sobrevolando la zona.

El desconocido le da una tarjeta a Bruce, que este se guarda, antes de que tu compañero se acerque a un edificio y lo escale con ayuda de sus habilidades hasta llegar al tejado. Sobrevolando el área ves que el resto de los atracadores ya ha huido y que sólo permanece en la calle el extraño caballero.

El muchacho recoge la tarjeta y se la guarda antes de saltar hacia uno de los edificios y escalarlo como si estuviera pegado a él (como Spiderman). Esa es una interesante habilidad que todavía no le habías visto hacer. Sobre tu cabeza, Llama sobrevuela el área de los atracos, pero el objetivo ya está cumplido. Has atraído la atención de los superhéroes (al menos de uno) y el resto del equipo contratado para los asaltos ya ha huido en los vehículos. Unas manzanas más allá, se pueden ver los destellos de las sirenas de los bomberos, afanándose en extinguir los incendios de los vehículos volados.

Voy a hablar con Bruce antes de hacerlo con el extraño, quiero saber algo de antemano. Así que le sobrevuelo un momento antes de posarme en el tejado del edificio junto a él.

¿qué ha pasado? ¿llegaste a tiempo? - inquiero antes de pasar a preguntarle sobre el otro tipo.

Víctor sonríe al estar complacido por el resultado de la ecuación, pero se sorprende por la rapidez con que llamas pudo hacer frente a los obstáculos planteados, al parecer no era de tomarse a la ligera a aquel sujeto.

Luego de todo aquel alboroto, decide marcharse del lugar entrando a un vehículo lujoso, con suma tranquilidad. Al iniciar su avance con destino a su hogar llama al señor Belmonte y tras este responder dice simplemente -Objetivo cumplido, ya no molestaran mas por unos días, por lo que debemos movernos cuanto antes-

 Estábamos en mi despacho, yo sentado en mi mesa y ojeando los datos sobre metahumanos que aparecían en la pantalla de mi ordenador, mientras comentaba, con rostro serio:

 - Hay unos cuantos interesantes, ¿alguna prioridad?.

Abrió mucho los ojos, realmente era un casa enorme, acostumbrada a su estudio de cuatro por cuatro, era algo que la impresionaba, pensó que podría perderse en esa casa tan grande y le llamaban la atención las habitaciones cerradas no podía evitarlo.

-¿Preferencias? creo que toda ayuda sera bienvenida ¿tienes tu preferencias? ¿alguno que te llame especialmente la atención?- lo miro esperando.

 - Bueno... - Murmuré, mientras repasaba los datos...

Llama se acerca hasta el edificio que Bruce acaba de escalar.

-¿Qué ha pasado? ¿llegaste a tiempo? -le pregunta. 

Notas como el poder te recorre de arriba a abajo endureciendo tus músculos hasta que adquieren la consistencia del granito. Levantas la caja llena de pesados lingotes con la misma facilidad como si estuviera llena de confetti y la lanzas sobre los malhechores de arriba. No impacta directamente, sino que golpea la pared de detrás, pero todos los lingotes salen volando en todas direcciones, obligando a los pistoleros a dispersarse.

Los tres de abajo corren hacia la salida.

-¡Que alguien llame al jefe y envíe a algún mutante de los nuestros! -grita el encargado.

-¿Por unos días? Creo haberle dicho que quería que los eliminara o que se unieran a nosotros -Belmonte no parecía para nada complacido- ¿Por qué no ha hecho lo que le he ordenado?