Partida Rol por web

Bajamos en silencio del vehículo, en ningún momento pierdo de vista al prisionero hasta que se lo llevan al interior del edificio, en aquel momento me permito un descanso relajando mis facciones y dirigiendo un esbozo de sonrisa a mis compañeros, - bueno y que tal por aquí?, habéis podido averiguar algo interesante?, aunque como dice Isolda mejor hablar en un lugar más privado...

-Señores de los ordos- Comentó a los presentes, fingiendo que no los conocía.

-Si me dan su permiso, llevaré al sospechoso a las celdas tras ser inspeccionado por si portara objetos ocultos en la ropa y en el cuerpo-

-Si necesitan un interrogatorio más 'a fondo', tengo experiencia en ello, además en la sede poseemos material para hacer que los delincuentes hablen más rápido, ya me entienden-

Le dio un empellón al prisionero, para que comenzase a andar.

-Pondré escolta en su celda y les llevaré el informe del registro previo a donde me digan-

Finalizó.

- Pondré escolta en su celda y les llevaré el informe del registro previo a donde me digan - había dicho Karajcik haciéndose el sueco. Verdaderamente era difícil entender a aquel hombre... pero Claudius le siguió el juego, disfrutando de aquel extraño juego de espías.

- Bien, hágalo, respecto al informe, la cantina estaría bien, llévelo allí

Agitó la mano, como dando licencia a los agentes para marcharse con un muy aristocrático gesto.

Los arbitradores regulares obedecieron sin discusión y se llevaron al prisionero a las celdas de detención, en el sótano, no muy lejos de la morgue. En el registro de sus pertenencias se encontraron un cuchillo monofilo, una pistola de tamaño reducido con silenciador a juego, un conjunto de varias multillaves, un puñado de tronos de oro y un dispositivo mecánico de propósito desconocido, de aspecto simple y tan pequeño como para caber en la palma de la mano.

La lluvia arreciaba y, aunque los acólitos hubiesen estado solos, el exterior tampoco habría sido un lugar apropiado para mantener una conversación adecuada. Mientras el resto de agentes guardaban los vehículos y se establecían a la espera de nuevas órdenes Claudius y Arcturus guiaron al resto de su grupo acompañados por Constantine hacia el pabellón exterior que hacía las veces de comedor para los arbitradores, totalmente vacío en aquellos momentos y a resguardo del viento y la lluvia.

El mariscal de tercera parecía bastante animado y difícilmente contenía su entusiasmo - Ha sido impresionante, la verdad. Por fin un auténtico sospechoso y todo un rastro de nuevas pistas. No saben cuanto agradezco al Emperador por su presencia. -

Caminamos hasta una de las salas de aquel complejo, en ese lugar mas privado aprovecho para relajar un poco la guardia, desde que habíamos llegado a aquel planeta las cosas habían ocurrido muy deprisa, con gesto interrogativo me dirijo a Vipus y a Arcturus, - que tal os ha ido con el cadáver, habéis podido averiguar algo interesante...?

Isolda se mantuvo callada todo el rato hasta que llegaron al comedor, donde se suponía que no habría oídos indiscretos. Que estuviera Constantin no le importaba porque iba a decir algo que le concernía casi directamente.

-Tenemos un infiltrado -explicó- ya sea entre los arbitres o en la gente que pudo tener acceso a nuestra llegada. Para que se calmara pronto y poder interrogarle tuve que reconocer que soy de la Inquisición, así que Nero sigue en su papel de arbitre normal y corriente porque puede pasar desapercibido -se cruzó de brazos- durante el estudio de la escena del crimen encontramos algunas cosas interesantes, pero nos avisaron de un segundo cadáver. Cuando fuimos a verlo, vi arriba de un edificio al prisionero. Intentó huir, pero Nero lo atrapó y reconoció que le habían pagado para "vigilar al equipo especial que había llegado para apoyar al Adeptus Arbites en su investigación", es decir -se señaló a ella y a los presentes- pero de momento no se si saben cuantos somos.

Se giró en ese momento para mirar al jefe de los Arbitradores.

-Gracias por los alagos, Mariscal, pero tenemos que averiguar otras cosas ahora. ¿Cuanta gente tenía acceso a nuestra llegada y a la "petición" de nuestra presencia aquí? -preguntó de forma directa. Se notaba que insinuaba que el topo podía estar entre sus hombres, pero la delicadeza nunca había sido el fuerte de la sororita.

-Un segundo cadáver? Interrumpió Arcturus, mirando a Vipus de reojo. Parecía que le interesaban los detalles de aquella novedad.

Claudius sonrió ampliamente como respuesta a la mirada de Arcturus.

- Lamento escuchar eso Isolda. En cualquier caso, algo me dice que resultará más fácil encontrar a tal sujeto (o sujetos) cuando cometa un error, que hacerlo si lo buscamos activamente (aunque debamos hacerlo claro está).

- Respecto a los cadáveres y los informes, poco, una quemadura algo particular en uno de los cuerpos que no estaba descrita y quizás hayamos encontrado algo, no mucho, quizás haya un patrón - respondió algo esquivo. No quería dirigir la conversación en aquella inane dirección - pero creo que sería más interesante hablar de los cadáveres que han encontrado.

- Respecto al prisionero... apostaría a que este artilugio - dijo dándole vueltas en las manos con cuidado de no tocar ningún botón o palanca - es una especie de emisor de señales, un comunicador de alguna clase, si me entienden. Probablemente un comunicador unidireccional con un único mensaje ¿No es así? - pasó el artilugio a Arcturus - propongo que lo estudiemos más a fondo desde algún lugar donde podamos estar seguros de que su señal no atraviese la sala.

-El cuerpo que fuimos a ver estaba en un habitáculo bastante modesto, pero parecía una carnicería que apestaba y la puerta había sido casi arrancada de los goznes. Era un soldado o de las FDP, pero la cabeza y el torso estaban aplastados y el brazo izquierdo arrancado. Las piernas y el otro brazo estaban rotos y retorcidos. Se intentó defender porque tenía una escopeta al lado, destrozada, con casquillos usados por toda la sala y agujeros en las paredes.

Miró a Nero para que enseñara lo que habúa encontrado en un pequeño compartimento secreto del departamento.

-El segundo cadáver estaba hinchado y frío -apretó los dientes un momento- no pude observarlo bien porque el hedor que desprendía me dio la vuelta el estómago, pero al apartar la mirada fue cuando vi al prisionero observándonos, por lo que no voy a negar que no nos viniera bien.

Arcturus cogió el dispositivo que le pasó Claudius con cuidado y lo examinó con atención.

-Alguna idea de cuándo se produjo la muerte del cadáver frío? -preguntó al aire mientras tanto.

Nero sacó un vial con una sustancia oscura y se la tendió a Arcturus.

-Es una droga, Extracto de polen de fuego fantasma, es de tipo militar y tiene efectos secundarios severos, cogí varias muestras, esta es para tí, tecnoadepto, a ver que puedes sacar o hacer con ella-

Después miró a Vipus

-Puedo hacer que el tipejo hable, no en vano estudié técnicas de interrogatorio, por no hablar de mi kit especial de excruciator, una delicia del mundo moderno- Comentó con cierta sorna.

-El segundo cadáver tenía unas escarificaciones tribales o de algún tipo de culto, alguna seña de identidad o similar- Se encogió de hombros -A saber-

Estaba cansado y necesitaba beber algo, así que se dirigió a la barra de la cantina mientras se encendía una varilla Lho.

-¿Cafeina líquida alguno?- Preguntó sin mirar a sus compañeros -Aquí hacíamos un ritual cada vez que apresábamos a algun sospechoso con las manos en la masa, añadir a la cafeina un par de hielos y un chorro de 'Brumjack' un licor Sinophiano, lo llamábamos 'El amigo de las sobremesas', ¿Algún interesado en probarlo? Me sale de miedo-

Me había permitido unos segundos de relajamiento así que con un ademan de cabeza respondo a la invitación de Nero, -nunca he probado ese extraño brebaje que dices que haces, pero esta es una buena ocasión para hacerlo...

Arcturus tomó el vial que le tendía el arbites con cuidado entre la punta del índice y el pulgar, con gesto más serio y envarado todavía de lo habitual.

-Yo no tomo drogas, señor Karajcik.

No parecía una broma; el tono fue absolutamente neutro, y se quedó con el vial en la misma postura durante un largo rato, mientras Nero seguía hablando.* Cuando hubo terminado, ofrecimiento de cóctel de cafeína incluido, si se pudo advertir cierta reprobación en su voz.

-Ya le he dicho que no tomo drogas. Lo que no puede ser... En fin, ahora veremos ese segundo cadáver, pero no pueden dejarnos indiferentes sus marcas corporales. Lo que yo quería saber es cómo de frío estaba. Si se halla en ya en estado de descomposición. Pero nos ocuparemos de averiguarlo enseguida. Respecto a los informes -se giró hacia Gianna, que había preguntado -bueno, los tenemos, y podemos utilizar la información que consta en ellos, pero no revelan gran cosa.** Habíamos pensado -el plural parecía incluir a Claudius- en visitar a una criada de la daza Zamura, la testigo que dio con el cuerpo. Pero lo del infiltrado resulta inquietante...

Miró un mometo a Isolda y, sin desviar la mirada, preguntó:

-Por cierto, señor Karajcik, ¿conoce a un tal Eisen Silos?

Pronunció otro par de nombres*** antes de girar el cuerpo hacia el arbitrador.

Nero aprovechó la charla de Arcturus para sacar unos vasos y comenzar a rebuscar entre las despensas, hasta que lo encontró.

-¡Ajá! Aquí lo tenemos, el bueno y viejo Brumjack-

Mientras preparaba su vaso y el de Giana, contestó a Arcturus.

-La droga no es para consumir, Tecnosacerdote, era por si acaso te apetecía analizarla, así que tampoco hace falta que te pongas así, por un poco de alcohol en la bebida- Dijo cordialmente.

Le acercó uno de los preparados a Gianna mientras proseguía.

-Me temo que no me suena ninguno de esos nombres, y a mi entender, los cadáveres estaban fríos, uno más bien, el de la calle, estaba totalmente hinchado, quizás por la lluvia, pero yo de eso no entiendo nada-

-Que aproveche amiga, es un buen bebercio- Sonrió a Gianna en modo camaradería, luego se dirigió al resto.

-Quizás no tengamos demasiados momentos para relajarnos, compañeros, aceptad aunque sea una buena taza de humeante cafeína, sin Brumjack, así estaremos más distendidos y con la mente más abierta para tratar estos temas aquí y ahora-

Le dio un primer sorbo al vaso, asintiendo tras ello.

-Nunca se sabe cuando será la última vez- Finalizó.

- Si me lo permiten, creo que podríamos echarles un vistazo esos cadáveres que han traido... antes de que el rastro se enfríe, si me permiten una inocente broma del gremio de forenses.

- Más aún si son dos. El señor Arcturus puede acompañarme si lo desea al igual que cualquiera de ustedes.

- Quizás haya una interesante teoría que explicarles, pero sería prudente comprobar los cuerpos antes de nada.

- Respecto a la cafeina líquida (menuda forma de llamar al recafeinado) me temo que tendré que rechazar su oferta señor Karajcik, me temo que mi estómago ya no es el que era y mis intestinos aún menos (es posible que la cafeina salga con mayor celeridad de la que entró (y con peor color)).

- Fuera de estas autopsias podría ser útil hablar con la criada de la dama Zamura Rolart, la primera de las víctimas identificadas, fallecida hace 69 días.

- ¿Alguno de los testigo ha hablado de encapuchados presentes en la escena del crimen? se hablaba de ellos en la escena de la mansión Sur'Seculo

- Por otro lado, quedan pendientes de revisar los informes sobre las autopsias de algunas de las víctimas que no han sido consideradas objetivos principales pero que fueron asesinadas igualmente (e igual estamos patinando y tal suposición es mucho suponer y las víctimas principales/objetivo si eran una de estas teóricas víctimas colaterales).

Lo que Nero había llamado 'Brumjack', no era otra cosa que un tipo de amasec, licor archiconocido en todo el Imperio, y no precisamente por su calidad. Para los que provenían de un planeta más cercano a la capital de Sinophia Magna, aquél preparado distaba mucho de ser un cóctel apetecible; no obstante, la mezcla resultante hacía la bebida más aceptable para la garganta que tomar el licor por si solo.

A lo largo de la conversación, Arcturus se centró en el aparato que habían sustraído al prisionero. Sorprendentemente, Claudius había adivinado su funcionamiento a grandes rasgos, bien por casualidad o por experiencia, aunque no con total exactitud. El dispositivo consistía en un pequeño óvalo con un único pulsador semioculto, y por lo que pudo averiguar el tecnosacerdote ya había sido encendido. Por su tamaño no podía almacenar un mensaje por si solo, pero de lo que no había duda era de que estaba transmitiendo una señal para todo aquél que supiera reconocerla.

Constantine observaba a los acólitos maravillado. Apenas se atrevió a participar en la conversación, aunque se mostró ofendido a la mención de un posible infiltrado, y mortalmente serio cuando Isolda le preguntó por la información de su llegada. - Ningún arbitrador bajo mis órdenes haría tal cosa como filtrar información al exterior. La mayoría ni siquiera sabía que recibiríamos a nadie hasta hoy mismo, y de eso puedo estar seguro, créame. Yo realicé personalmente y por cuenta propia la solicitud a Sinophia de apoyo inquisitorial tras el asesinato del vizconde Sur'Seculo, y la confirmación a esa petición nos llegó por medios muy cuidadosos. -

Por otro lado, Constantine si que reconoció los nombres que había mencionado Arcturus, y preguntó entre curioso y preocupado - Esos tres hombres son arbitradores de esta fortaleza ¿ocurre algo con ellos? -

Nero dejó la cafeína líquida para Isolda y arcturus encima de la barra, y le dio un trago a su vaso, para después encenderse una varilla de lho.

-Nunca diga nunca, señor- Le respondió a Constantine. -Recuerde lo sucedido hace tres años, si es que estaba ya destinado por aquí-

-Creo que iré a sacarle información a ese individuo, mientras Claudius examina los cuerpos, así ahorraremos tiempo, quien quiera acompañarme, que sepa que no será nada agradable de ver- Sacó una bolsa enrollada de cuero y la desplegó para que todos pudieran ver la multitud de herramientas excruciatus.

-No, nada agradable, a decir verdad- Recogió la bolsa, apuró su vaso y se despidió de todos, encaminándose hacia las celdas

Nero hizo que trasladaran al sospecho a una celda de interrogatorios, donde pudieran anclarlo a una mesa o silla de idem.

Se quitó el casco y desplegó su bolsa de tortura encima de una mesa metálica, parecida a la que usaban los médicos en las operaciones.

-Bueno, amigo- Le dijo sin mirarle -Ya sabes lo que toca- Se quitó los guantes de combate y se puso unos médicos de látex blanco -Digas lo que digas, no voy a fiarme de primeras, así que jugaré contigo un rato, hasta que crea que dices la verdad, apúntalo, la verdad, no lo que quiero oír que es muy diferente-

Empezó a juguetear con algunos de los artilugios, abrió y cerró unas pinzas de aspecto extraño, comprobó el filo de algunas hojas y observó el pincho de algunos punzones.

-Así que de ti depende, de que te vayas con algunos trozos de cuerpo menos...o con muchos, tengo mucha paciencia- Lo miró sonriente, para luego añadir.

-Es lo que hay cuando uno se cruza de malas maneras  con la inquisición, quizás ahora mismo estés pensando que mejor hubiera sido el disparo a la cabeza en vez de a la esquina de la calle, mala suerte compañero, haber elegido otro trabajo-

Finalmente se decidió por un puñado de finos pero largos alfileres. Comenzó a clavárselos en la carne debajo de las uñas, despacio y de manera muy metódica, no paró hasta completar una mano. Mientras lo hacía, comenzó a preguntar.

-¿Como te llamas? ¿Para quien trabajas? ¿Que hacías allí? Recuerda, solo me importa la verdad, no lo que quiero oír- Nero parecía hasta disfrutar.