Partida Rol por web

-Tranquilo Yantra, te sacaremos de aquí- Intentó calmarlo Nero, mientras pensaba sobre las posibilidades de llamar a los arbites y desmontar la tapadera o dejarlo todo como estaba. No sin antes echar un vistazo.

-Esos tres ya no están, te lo juro, yo y mi colega Gigi acabamos de entrar y no había nadie, salvo a los que han matado-

Pensando en un curso de acción le hizo un gesto amable para que aquel chalado saliese de su escondite y les acompañase.

-Vamos Yantra, sal y vámonos, se de un sitio donde estarás bien seguro, además te darán de comer y podrás lavarte un poco- Aquel relato era extraño, al igual que la situación, por lo que no se podía descartar absolutamente nada. A cada paso todo olía peor.

-Así que Sokken estaba loco ¿No? Tienes razón, los que hablan solos están locos, venga bajemos, ya me ha entrado curiosidad por ese tal Sokken, así podrás decirnos quien es, ¿Sabes una cosa? En la cárcel conocí muchos locos como él, ¿Sabes si estuvo en la cárcel? Si es así quizás hasta lo haya podido conocer- Intentaba que aquel tipo se relajase por poco que fuera, tenían que averiguar si era posible algo más de ese Sokken antes de irse.

-Joder, Yantra, nosotros solo veníamos a tomarnos unas copas y a hacer negocios, menudo espectáculo nos hemos encontrado-

Tenía una muy vana esperanza de que aquel tipo entrase un poco en razón, por mínimamente que fuese, para seguir tirando del hilo.

Miró a Gianna -Gigi, si lo sé hubieramos ido al otro bareto que nos dijo el vendedor-

Los cadáveres no eran recientes, eso seguro. La sangre ya estaba seca y las alimañas y gusanos se habían cebado con los cuerpos, pero no era posible confirmar si llevaban así una semana como afirmaba el vagabundo de Yantra.

— ¿Me ayudaréis? Gracias,gracias,gracias. — comenzó a agradecer el desdichado a toda velocidad — No, al principio Sokken era un tipo normal, trabajaba fundiendo metales en algún manufactorum y frecuentaba locales como este, pero hace un par de años, un día dejó de ir a trabajar y cada vez se comportaba más extraño. —

no recordaras si viste aquello que Sokken escondía en el trapo...

Yantra negó furiosamente con la cabeza — No, nunca le pregunté, y aquella noche de muerte escapé en cuanto pude; pero las pesadillas de esas criaturas aún me persiguen, no me dejan en paz... —

-¿Está el cadáver de Sokken por aquí?- Preguntó Nero a Yantra, mientras con la mano libre sacaba la cajetilla de lho y le ofrecía al tipo aquel una varilla.

-El caso Yantra, es que veníamos buscando un tipo para hacer negocios, pero parece que se nos ha jodido todo el chiringuito ¿Sabes?- No era la manera habitual de hablar de Nero, pero cuando aquel loco comenzase a contar algo de toda aquella locura, seguramente la llegada de ellos dos sería otro punto de la historia.

-Danos un segundo, a ver si los vemos entre tanto cuerpo podrido-

Mientras Nero sigue hablando y ganándose la confianza de Yantra bajo hasta a la parte de abajo intentando mirar mas de cerca en busca de algo que me llame la atención, en todo momento me mantengo alerta ante cualquier imprevisto o emboscada...

-¿Está el cadáver de Sokken por aquí?-

Cuando bajásteis a la planta inferior, Yantra señaló a un extremo de la habitación. Era una de las zonas más destrozadas del local, y ahí estaba uno de los cuerpos más destrozados, un torso solitario y abierto en canal con las costillas expuestas reposaba junto a una mesa volcada y rota, mirando cerca a su alrededor los acólitos encontraron lo que parecía ser la cabeza y sus extremidades, pero con los otros cuerpos mutilados también presentes, cabía la posibilidad de que algún brazo o pierna no fuese el correcto.

Nero encontró unas huellas ensangrentadas de pies descalzos, pero no le sirvió de mucho. Las huellas salían al exterior, donde la lluvia se había encargado de borrar cualquier posible rastro.

Tras ver la escena de devastación y viendo que poco mas se podía sacar de allí me giro hacia a Nero, - me parece que deberíamos irnos de aquí, poco mas podemos hacer o sacar en claro, que dices?, con un gesto de la cabeza señalo hacia Yantra, que hacíamos con él.

— ¡No me dejéis solo! — lloriqueó Yantra siguiendo a los acólitos hasta la lluvia del exterior. Temblaba como una hoja al frío viento de la calle, y se protegía como podía con una vieja chaqueta del viento y la lluvia mientras se esforzaba por seguir el paso de sus "salvadores".

-Bueno Gigi, habrá que meter un poco más la cabeza- Comentó Nero sin hacerle caso a Yantra, el cual prometía ser un dolor de cabeza para ellos durante un buen rato, aunque tenía pensado para él ciertas cosas si la cosa se ponía fea.

-Asomémonos por el distrito 13, las cloacas lo llaman, nunca mejor dicho para cubrirnos un poco más de mierda-

Esperó por si la guardia tenía algo que objetar, antes de ponerse con Yantra.

-Eh amigo, tenemos asuntos que resolver en las cloacas, si quieres seguir con nosotros, calladito y sin dar la nota ¿Entendido? Pues eso, compadre-

Mientras salimos de aquel lugar me acerco a Nero y le hablo con voz baja para que nadie nos escuche - Tu conoces esta mierda mejor que yo, a fin de cuentas es tu ciudad...,igual me da un distrito que otro, nuestro amigo no conocerá algún sitio interesante donde poder tomar una copa?, ya sabes quizá una cosa nos llevo a otra...

Yantra no era el mejor compañero de viaje, y tampoco parecía hacerle mucha gracia que fueran a seguir vagando por los barrios de las cloacas. Se quejaba, afirmaba que tenía miedo, y no paraba de repetir que tenían que ponerlo a salvo, pero ante la alternativa de que lo dejasen atrás y quedarse solo, aceleraba el paso y volvía a callarse por un rato.

Durante el trayecto de ida a la "cola del gusano" habíais bordeado el distrito XIII, pero ahora que habíais entrado de lleno podíais notar la diferencia incluso con otros distritos. Era una completa ruina, los desagües de aquella zona no funcionaban y el suelo estaba cubierto en algunas zonas por varios centímetros de agua negruzca, los edificios estaban tan apiñados que en muchas ocasiones las estrechas calles a duras penas permitían que pasaran dos personas a la vez, y estaban en tan mal estado y tan inclinados que muchos amenazaban con derrumbarse; algunos, de hecho, ya estaban totalmente caídos, pero aquello no impedía que viviera gente allí. No se veían muchos, pero a través de la lluvia se escuchaban susurros del interior de los agujereados edificios, a veces acompañados por la luz titilante de una llama con pequeñas multitudes alrededor. Todos vestían harapos como mendigos y tenían expresiones miserables, varios ocultaban en vano su rostro picado de viruela u otras deformaciones que indicaban signos de mutaciones menores sobre su piel.

Los acólitos habían recorrido varias calles, sin un destino claro, cuando una voz les sorprendió — ¿Yantra? — Una mujer feucha había asomado tras el muro caído de un viejo bloque de habitáculos, y se acercaba con rapidez al pobre diablo que los acólitos habían tomado en custodia. — Por todos los diablos. ¿Dónde te habías metido? Hace días que nadie sabe nada. Ya pensaba que te habían atrapado los descuartizadores, o que... — pero Yantra no parecía escuchar a la mujer. Se comportaba tan extraño como cuando le habían conocido. Primero se alejaba de ella como si no quisiera que lo tocase, luego se llevó un dedo a los labios y comenzó a chistar sonóramente como pidiéndole que se callase, y finalmente terminó sollozando en sus brazos mientras echaba miradas furtivas alrededor, como si creyese que algo iba a abalanzarse sobre ellos en cualquier momento. — Eh, eh, ya está bien ¿Pero qué te pasa? —

En ese momento la mujer pareció darse cuenta de que los acólitos se habían detenido y les estaban mirando, y por su expresión, aquello no le gustaba un pelo — ¿¡Y vosotros qué!? ¿¡Os importa!? ¡eh! —

Nosotros nos hemos encontrado a Yantra escondido y sollozando, pensábamos tomarnos unas copas y alguna que otra cosa más, pero por lo visto a los que tu llamas los descuartizadores nos han jodido la noche, aquello era de todo menos un tugurio donde poder pasar un buen rato.., verdad Yantra... , me quedo mirando fijamente a aquella mujer, quizás conociera algo sobre esos descuartizadores, podrían ser los mismos que aparecieron por el local creando esa masacre.
Veo que por lo que has dicho los conoces, a los descuartizadores digo, por lo menos un poco mas que Yantra, de que conoces a mi amigo Yantra, quizás sois familia?...

— Lleva así desde que nos lo encontramos, está un poco ido. — contestó Nero sin más ante la mujer apoyando las palabras de Gianna — Tal vez podrías echarnos un cable ¿no? Ya que te hemos traído vivo a tu amigo. Buscábamos un sitio donde hacer negocio, ya sabes... — se sacó del bolsillo una de las dosis de droga que había confiscado del alijo del último asesinado, Bal Grey, la dejó ver disimuladamente por un momento, y la volvió a guardar.

— ¿Te suena algún sitio así? ¿alguien con quien podamos hablar? —

La mujer agarraba a Yantra por los hombros mientras miraba a los acólitos, como si pensase que la estaban engañando y pudieran tener algo contra él, pero a pesar de sus rarezas, el medio-loco de Yantra asintió mucho cuando Gianna relató la historia de cómo le habían sacado del "cola del gusano".

— Todos a los que pillan acaban descuartizados, así que los llamamos "descuartizadores". ¿Cómo iba a ser si no? Aquí todos somos familia, solo nos tenemos unos a otros. — respondió fríamente la mujer, parecía menos desconfiada, pero aun así no les quitaba el ojo de encima a los acólitos. — hay un sitio donde... allí podríais encontrar lo que buscáis — sin embargo la mujer no parecía dispuesta a terminar la frase, y al final alzó una mano y la puso frente a los acólitos con la palma extendida hacia arriba, en gesto de que la diesen algo. Parecía que no quería decírselo a cambio de nada.

Con un gesto de complicidad me dirijo a la mujer, - no te preocupes, Yantra es nuestro colega, nos ha ayudado y es como de la familia y eso como tu bien dices se tiene en cuenta, entre nosotros debemos ayudarnos cuando la suerte nos es esquiva..., - cojo una de sus manos sin dejar de mirarla a los ojos para que vea que mis palabras son sinceras, - dinos donde mi amigo puede conseguir lo que te ha enseñado, mi amigo seguro que sabrá valorar vuestra ayuda..., y eso que dices de los descuartizadores que a los que pillan acaban descuartizados, por que sucede?, se meten con ellos o con su negocio?, hace mucho que están por aquí?, - pongo cara de preocupación e incluso de miedo, - veras, no quisiera encontrarme con ellos o meterme en sus asuntos, aun soy joven para acabar de esa forma, me entiendes...

La mujer dudó, mirando a Gianna un poco ofendida, pero al volver la vista a Yantra en su lamentable estado, su semblante se relajó un poco. — Hay un tipo, Juvinal Priator, tiene varios contactos entre los contrabandistas y vende varias "sustancias". No se si le encontraréis, hace poco que se escondió, no se deja ver y no ha contactado con nadie, pero conozco uno de sus almacenes secretos... Una vieja granja de pescado abandonada en el embarcadero de la Celestina. —

El lugar que había indicado la mujer era fácil de encontrar. Prácticamente allí era donde habíais desembarcado la primera vez que llegasteis a Sinophia, y no estaba tan lejos.

Juvinal Priator, vaya, entonces lleva varios días escondido, pero por que, tiene algo pendiente con los que se hacen llamar los descuartizadores, algún negocio se traerán entre manos?, no..., -intento mantener el tono cordial como de colegas de toda la vida con esa mujer, -que los descuartizadores esos también trapichean con sustancias y por eso van detrás de él?, de donde son o de donde han salido esos tipos, los descuartizadores?