Partida Rol por web

Aquí te introduciré con una narración comentandote el estado actual de tu personaje tres semanas después del diluvio y del inicio de la reconstrucción del pueblo. Posteriormente, tu me dirás que serie de cosas quiere hacer robin durante 6 meses y te narraré esos seis meses parando cada vez que necesite que rolees :D

¿Como lo ves?

perfecto para empezar el plan de dominación local.

pregunta la cruzada cuanto tiempo tardara en marchar?

La cruzada partirá ya, osea que si te quieres apuntar, dimelo para que te añada como peregrino.

En vuestras escenas privadas, se jugará vuestra historia privada, luego tenéis la escena campamento para rolear con todos los del pueblo (esa es la general, pero eso es solo por si queréis rolear con otras gentes del pueblo) Vaya que en la privada es donde más caña se dará, la otra tomadla como un chat xD

las cruzadas? ahora no no tengo otros planes de dominacion...quizas mas adelante con las levas.

Cuatro semanas habían pasado ya, pero a Robin, le parecía haber pasado más. Desde el momento en que los supervivientes se recogieron en la iglesia, y empezaron a discutir sobre sus futuros, él, muy decidido de si mismo, había planteado muchas soluciones y la mayoría habían sido bien recogidas por el resto.

También fue el primero en dirigirse al castillo y exponer la situación a Sir Robert. Por todo ello, parecía que había tomado el papel de interlocutor entre castillo y publo. Últimamente se le podía ver de arriba a abajo, todo el día trabajando o ocupándose de otros asuntos, siempre, como no, relacionados con el nuevo pueblo. Ahora, Oelric Changelon y él, solían pasar horas discutiendo sobre las mejores posiciones para aquellas casas, como la taberna, que necesitaban de un mayor espacio.

Si algo distinguía a Robin de mucha gente, era su sensatez. Nunca pasaba nada por alto, y quizá fuera por eso, que la gente empezara a mostrar una confianza plena en su persona. Durante las largas reuniones que había presenciado junto a Marchorys, el alquimista, en la misma corte, había oído todo tipo de tonterías. Siempre que tubo la oportunidad, aunque estas fueran pocas, aprovechaba para sacar su sentido común a flote para conseguir, que aquello que a muchos les pareciera una idea genial, se dieran cuenta de la inutilidad de su plan. Sir Robert siempre se mostraba muy atento, sobre las cosas que tanto él como a Marchorys les eran permitidas decir, y tras varias reuniones la decisión fue que el nuevo pueblo, iba a construirse cerca de la muralla exterior del castillo. Las casas tendrían una base de piedra, que por ahora delimitarían su localización, para luego ser levantadas sobre ese suelo, paredes y techo de madera. Se estaban haciendo ya los planos y a aquellos que pagaban una fianza se les dejaba elegir cual de aquellas iba a ser su casa y que tipo de detalles, tales como lo fueran solicitar un pequeño establo, o una despensa donde guardar las provisiones, necesitaría la casa. Al estar del todo construida, se le debería empezar a pagar a Sir Robert el precio que fuera estipulado. Las casas aún tener aquel suelo lujoso, iban a ser baratas por estar construidas en madera el resto de ellas.

Con el paso de los días, apareció aquel ejército del que se llevaba tiempo hablando. Miles de hombres de armas, se apoderaron del bosque fuera de el castillo y tras ellos llegaron los peregrinos. A todos ellos se les ordenó de inmediato, que empezaran a ayudar en la construcción de ese pueblo y las obras empezaron. Todo pasaba rápido, aunque los días pasaran lentos. Aquellos hombres avanzaban a un ritmo demencial; un día se iba a dormir, y al levantarse, ya habían talado una buena parte de bosque, o construido nuevas bases. La construcción de estos suelos, empezó a delimitar claramente calles, y ya podía imaginarse como sería eso en unos meses.

Poco faltaba para que el ejército partiera, y otros debieran ocupar el trabajo. Habían llegado albañiles de Hillbrig y Southernfield en busca de trabajo. No tardaron en ser contratados por el señor a razón de catorce feudados a la semana. El nuevo maestro constructor, al que se había hospedado en la antigua casa de Udo Structur, su predecesor, trabajaba ahora en los detalles de cada casa que se le encargaba. Primero dibujaba los planos sobre argamasa fresca y luego, al secarse, el dibujo quedaba fijo, y podía verse en ella ilustradas las diferentes plantas o divisiones de espacio. El maestro se llamaba Paul, y Robin había tratado varias veces con él, para discutir temas referentes a aquellos detalles, que los ciudadanos que pagaban la fianza pedían para sus casas. Era un tipo alegre y despreocupado, hacía a primera vista bien su trabajo, y tenía a los albañiles bien organizados.

Robin, obtuvo la licencia de Sir Robert, para elegir una de las mejores casas, ya por situación como por dimensiones. Éste, no tardó en hacerlo, y cada día veía más cercano el momento de poder sentirse de nuevo como en su desaparecido hogar. Ahora, Robin se alojaba en aquel campamento cercano a la iglesia y no trabajaba en lo suyo más que en aquel pueblo que se estaba levantando de nuevo. Su hermano, se encontraba en el campamento cerca de la muralla, junto a otros ebanistas, estos se alojaban en tiendas como las del ejército y trabajaban todo el día en la preparación de tablas y todo tipo de elementos de madera necesarios, para construir las casas.

Cita:

La partida se lanzó sobre los bandidos que estaban preparándose para marcharse hacia otro lugar. La tropa volvió triunfal, con al menos cinco prisioneros entre ellos Porcco. Estos en breve serán acusados públicamente de ladrones y serán ahorcados, no sin antes, recibir cinco golpes que romperán sus articulaciones, (algo muy doloroso) como castigo al robo de la iglesia, que tanto sufrimiento ha costado. Actualmente los cinco detenidos se encuentran en el calabozo.

Por parte de las fuerzas de Scofferishire, algún herido incluso algún muerto, pero no ha tenido apenas relevancia. Fue una victoria aplastante.

No se sabe de asaltos, a menos no a mercaderes que han estado de paso, ni a gente del pueblo o del castillo. Se supone que no queda ninguno, pero ladrones y asaltadores de caminos siempre los hay. Si es verdad, que en el estado en el que está Scofferi ahora mismo (la población es pobre, hay un ejército de 3000 hombres acampados...) no es un buen sitio para ladrones en busca de dinero, pero si lo es para aquellos que se han forrao fuera y vienen simplemente a esconderse una temporada. Osea, que alguno habrá.

El calzado cada persona tanto soldado como campesino se lo debe pagar él por supuesto.

Tomo nota cuando tengamos todos los primeros turnos empezaré a narrar, pq aún sigo introduciendo a gente. :D

Robin intenta localizar ladrones y asaltadores de caminos, intentara hacer un trato con ellos para que cuando asalten o roben dentro de sus fechorías sean la destrucción de los zapatos o sus variantes.

A cambio de toda la gente que me venga porque se les ha robado el calzado se llevaran una parte.

Robin tenía muchas cosas que hacer y tras ofrecer su ayuda al pueblo, ofreciendo zapatos nuevos o reparación de zapatos a precio de coste, la cosa se desbordó. Todos los aldeanos acudieron a él, pues todo el mundo necesitaba de eso. Había quien le daba un par para reparar, había quien directamente le compraba un par para sustituir su viejo y desgastado calzado. Se dieron casos en que una misma persona pedía tres pares de zapatos, a lo que Robin se negaba, pues claramente, era un mínimo de par por persona. Tras esas, hubo gente que intentó colar un par como si fueran de su hijo u otro pariente; en esos casos no siempre Robin pudo acertar. El primer mes acabó y con el la oferta de zapatos, pero no el trabajo de Robbin, que aún le quedaban zapatos, desbordado por la demanda del mes anterior. La gente parecía más feliz con sus nuevos zapatos, parecían disfrutar incluso de andar. El pueblo iba avanzando a diario. Él lo notaba, pues cada mañana iba a castillo para enterarse antes que nadie de las cosas referentes al pueblo, pues ganarse una posición, no era fácil. Con Marchorys oculto tras sus libros y quehaceres, Robbin tubo que hacerse cargo de poner al día a todo el mundo, y hablaba maravillas del pueblo a la gente que le visitaba o que se paraba a hablar con él, mientras sentado en un taburete, delante de su casa, cosía el cuero de las botas o recortaba los patrones.

La primavera fue pasando rápidamente, mientras Robin seguía en sus labores entre el castillo y su casa. A esas alturas el volumen de trabajo había descendido, y tenía más tiempo para pensar en sus cosas. Un encargo importante de castillo para reparar varias botas de la intendencia de la milicia. Ese encargo le reportó un ingreso cuantioso, que le permitiría pasar la estación sin que le faltara de nada. Robin tenía un nuevo objetivo en la vida, era algo en lo que nunca antes se había parado a pensar, pero desde aquella tormenta infernal no dejaba de rondarle por la cabeza. Robin, que no tenía mujer ni hijos, pero si un hermano con ellos, quería elevar el nombre de su familia a algo superior. Robin quería ser un buen comerciante con unos ingresos mayores. Robin quería que su nombre fuera indispensable en el gremio, cosa que hoy en día no lo era, apenas había recibido una misiva para una reunión en la capital del reino Winster. Ahora tenía una idea de como empezar a subir peldaños hacia la burguesía.

Aprovechando una noche muy plácida, dónde una luna llena iluminaba cada rincón del feudo, Robin decidió poner en marcha su plan. Iría en busca de aquellos bandidos que aún estuvieran en el feudo, y les ofrecería un trato. Tardó un buen rato en llegar, pues aunque hubiera suficiente luz como para andar sin caerse de bruces, no la había para orientarse. Un par de veces se creyó perdido, en medio de un espesor de árboles, pero pronto encontró camino. Era mucha la deforestación a causa de aquella riada, ahora lo podía ver claramente. Andó un rato más, hasta que cansado se sentó en un tronco de madera que había cortado y tirado en el suelo. El tronco estaba húmedo. Robin cerró los ojos por un momento y suspiro, cuando sintió que algo le rodeaba y tiraba de él con fuerza hacia arriba. Abrió los ojos para darse cuenta que estaba a unos metros del suelo, dentro de una red. Seguía sentado en el tronco, aquel tronco entendió, era una trampa. Pasó un largo rato allí sentado, gritó un par de veces esperando que alguien estuviera pasando cerca. Ahora Robin temía por su vida.