Partida Rol por web

Estaba agotada tras lo del océano de oscuridad. Al regresar a casita, solo quería tirarse sobre la cama y dormir. Se preguntó si el Chiritín estaría bien. En manos del señor Vorton, seguro que si. Ostras ¿y qué era esa cajita? "¿Huh?" Caerulea se acercó a la cajita y fue a abrirla de inmediato instintivamente.

En el interior de la caja tan solo había una armónica:

"Uy, qué elegante... ¿quién me habrá enviado esto?" y de inmediato se llevó la armónica a la boca para soplarla y ver cómo sonaba.

La Armónica sonó, y aunque esta hubiera tratado que sonara una melodía, o meramente bien; el sonido que salió de ahí, o más bien el ruído que salió de ese cacharro fue algo similar a un graznido de un ave grande que una nota decente, una melodía o algo que te gustaría oír a altas horas de la madrugada.

Un terrible estruendo inundó la habitación; y cuatro bestias entraron por las ventanas de la casa de Caerulea, rompiendo los cristales que se encontraban cerrados; por desgracia para la joven, lo único que pudo ver fue una lluvia de plumas negras y grisaceas por todos lados antes de sentir como cada una de sus extremidades estaba siendo agarradas por unas afiladas garras y esta era arrastrada hacia el exterior de la casa por una de las ventanas.

Por desgracia para la joven, antes de que pudiera castear un hechizo o invocar a su llave espada, esta se golpeó la cabeza contra el marco de la ventana, dejándola inconsciente por... solo el GM sabe cuánto...

Al parecer la casa, al menos la habitación en la que se encontraban estaba arruinada, llena de plumas, cristales rotos y algún que otro mueble y superficie caída, pero a parte de lo normal que uno se encontraría si una bandada de buitres -o como sea el nombre específico para un conjunto de esas criaturas- hubiera entrado en la casa. Eso sí, ambos encontraron algo que sí que estaba fuera de lugar en todo aquel asunto, una pequeña caja blanca justo enfrente de la puerta de entrada de su hogar; sin ningún tipo de marca salvo una "H" estilizada de color negro. La caja estaba abierta y no había nada en ella.

Aleksis entró en aquella habitación que parecía una pajarería en reformas, echó un vistazo a los muebles, abrió los cajones y olió las braguitas de la chica de pelo azulado. 

Hace bastante que no usa estas, no hay huellas de calor en su ropa y su olor ya no está. Luego pasó el dedo por algunas superficies de los muebles.

Era bastante descuidada, hay polvo por todas partes. A continuación Aleksis abrió la cama por un lateral y metió la cabeza entre las sábanas y suspiró fuertemente.

Aquí si, no hace mucho que estuvo metida en su cama, puedo oler su perfume de chica perfectamente.

Por desgracia para Aleksis, este no parecía encontrar nada interesante, al menos, no relacionado con el secuestro de los Buitres. Por lo demás, las braguitas estaban bien... supongo... si es que a él le van esas cosas...

Aleksis estaba lejos de la filia, el chico estaba comprobando si había rastros caloríficos en la ropa y en la cama, por si los buitres la habían atacado y se la podían haber llevado...

-.*

La cama estaba deshecha ligeramente, pero tampoco tenía rastros de plumas o de un forcejeo.

Yusuki, pese a que era callada, se percató de que algo estaba mal, lo suficiente como para prepararse para lo que estaba por venir. Al parecer ahora alguien más se encontraba en el lugar, alguien que pese a la primera inspección en la casa, no habían visto o encontrado. Sea quien sea, representaba una amenaza para ellos... por partida... sextuple.

- Uah, el dueño de esta casa es un poco desordenado - dije mirando alrededor. Me di cuenta de que había también una caja como la que había en mi casa, pero con un signo algo diferente - yo también recibí una caja como esa rota y creo que mi otra yo salió de él, ¿crees que habrá salido otro yo del dueño de esta casa de esa caja? ¿Qué opinas, Aleksis?

Apenas me di la vuelta y vi lo que hacía el sombrerero y me puse a reír.

- Uahahaha, Aleksis, eres un pervertido - dije divertida antes de que me atragantara con mis propias palabras. Algo hizo que los pelos de mi nuca se erizaran, algo poco común en mi.

Miré alrededor temblando ligeramente.

- Aleksis... hay alguien más en la casa y me está dando escalofríos, tenemos que irnos de aquí - dije con voz tensa acercándome ligeramente al sombrerero y tomándolo de la mano traté de tirar de él para sacarlo de la casa.

Yusuki trató de tirar de Aleksis y el muchacho no parecía que iba a moverse en absoluto, pese a ello, la pequeña sintió algo extraño detrás de ella, al igual que Aleksis sintió como otro par de manos lo agarraban y tiraban de él hacia el exterior de aquella casa. Finalmente ambos salieron a la plaza del pueblo.

¿Tu también recibiste una caja como esta? ¿Otra tu? Perver... ¿Alguien más? ¿Escalofríos? Me dejo llevar por yousuckme hacia dónde tire de mi. Las preguntas se arremolinaban en mi cabeza mientras salí de casa de la chica peliazulada.

Y detrás de ellos las seis criaturas comenzaron a perseguirlos destrozando más el lugar por donde estos pasaban.