Partida Rol por web

Lentamente aquel custodio de la llave espada se despierta, el olor de la cama, el tacto de la almohada, todo le indica que está en su querido y tierno hogar. Al fin en casa, por así decirlo. Abriendo los ojos con lentitud, este pudo comprobar como su habitación se encontraba tal y como lo recordaba.

Pese a que el custodio de la llave no entendía del todo bien qué era lo que estaba pasando, o lo que había pasado, ahora se sentía seguro en la calidez y tranquilidad de su propia habitación, en su hogar.

La luz del sol caía sobre mis parpados, finalmente termine por abrir los ojos perdiendo esa última imagen que tenía de aquellas calles y aquella chica de azul. Me puse la mano sobre la cabeza aún algo adormilado mientras me sentaba en la cama, mire por la ventana comprobando que estaba en casa, como siempre, todo debía haber sido un sueño... No había otra explicación razonable, toda esa historia había sido una ida de olla.

Me levante de la cama y busque alguna muda limpia en el armario, desayune con la poca comida de la nevera, vivía solo en un piso muy pequeño ya que era lo único que me podía permitir con el dinero que ganaba haciendo algunos trabajos por el pueblo de eventual, lo bueno de vivir en un pequeño pueblo es que todos se conocen y puedo vivir a base de ayudar a los demás en sus tareas. Hoy no tenía nada que hacer así que cuando termine de comer, cogí una manzana para el camino y salí a pasear por las calles una rato.

El entorno que tenía Nate ante él era algo familiar, algo que el propio bien conocía y recordaba de su mundo de origen, de su hogar. Pese a ello, aún con el paisaje familiar que tenía ante él, este decidió salir por la puerta de su hogar y salir al exterior con la intención de ver qué era lo que estaba pasando a su alrededor.

Cuando lo hizo, su visión del mundo cambió, o mejor dicho, el mundo en sí lo hizo; pues una vez que sacó su cabeza, se encontró con una Plaza. Una plaza de un pueblo que recordaba como si de un sueño cercano se tratara. Ahí estaba él, nuevamente, en un lugar desconocido.

El andar de un lado para otro llevó a Nate a detenerse frente a una casa, y pese a que todas tenían un aspecto similar, aquella le llamaba profundamente la atención. Acercando su mano al pestillo; este finalmente entra al interior para comprobar con sorpresa que esa casa era su casa... o al menos idéntica a su casa.

Tampoco pareciera que nadie hubiera entrado en la casa a decir verdad. Eso sí. Nate pudo encontrar algo que estaba fuera de lugar en todo aquel asunto, una pequeña caja blanca justo enfrente de la puerta de entrada de su hogar; sin ningún tipo de marca salvo una "O" con un rabito que subía y bajaba formando una "s" alargada al final, todo estilizado de color negro.

En el interior de aquella caja había unos cuantos viales de un líquido extraño y rosado; suficientes para toda una vida haciendo cosas. El problema es que pareciera que todos ellos eran de lo mismo. Aunque sea lo que sea que eso significara, tan solo se podría saber si alguien bebía de ellos... ¡Pero no había ningún cartel que pusiera "Drink Me"!.

Al abrir la puerta, con demasiado cuidado, abro los ojos de par en par... ¿era mi casa? La sábana estaba tirada como la había dejado esta mañana, abrí la mesilla de noche y la foto quemada con una familia imposible de identificar estaba ahí... era mi casa. Tras ver la caja que alguien había dejado registre el resto de la pequeña casa para buscar algo que faltara sin encontrar nada, o debería decir encontrando todo. ¿Pero entonces porque había una caja aquí y nadie se había llevado? Supongo que solo hay una forma de averiguarlo. Deje la caja sobre la única mesa que tenía para lentamente abrirla tratando de ver su contenido según levantaba la tapa.

En el interior de aquella caja había unos cuantos viales de un líquido extraño y rosado; suficientes para toda una vida haciendo cosas. El problema es que pareciera que todos ellos eran de lo mismo. Aunque sea lo que sea que eso significara, tan solo se podría saber si alguien bebía de ellos... ¡Pero no había ningún cartel que pusiera "Drink Me"!.

Saco algunos viales de la caja para inspeccionarlos con mayor detenimiento, todos parecían iguales y me parecían sospechosos, como todo en realidad, así que ni muerto me tomaría su contenido... pero por otro lado... tenía una idea. Guarde un vial en mi chaqueta, en un bolsillo interior y los demás viales los deje en su caja la cual escondí encima de un armario.

Debía encontrar algún palurdo, lo cual abundaba, que se bebiera el líquido misterioso para comprobar su efecto. Solo debía asegurarme de que no iba luego por ahí diciendo a todo el mundo lo que había pasado... la pregunta era ¿quien? De cualquier manera mire la luna por la ventana, ya era bastante tarde y aunque habituaba a deambular por la noche quería estar descansado para seguir investigando la ciudad mañana temprano por lo que me fui a dormir algo "temprano" por hoy.

Metiendose en su cama, Nate empieza a dormir, y aunque le cuesta un poco comenzar con aquello, el finalmente cae dormido. Aquella aventura que había vivido aún tenía muchas incógnitas por resolver, y aún con todo, no era capaz de atar todos los cabos o unir todas las piezas... pese a todo, necesitaba descanso.

Nate ya había descansado lo suficiente, si este quería podía despertarse.

A pesar de que ya habían pasado varias horas desde que la luz del sol se colaba por la ventana de mi habitación seguía durmiendo tranquilamente, a esta hora normalmente ya estaba despierto y como si tuviera un despertador sonando a toda potencia lentamente abrí los ojos.

Ya había desayunado me había vestido y estaba mas que listo para otro día pero antes de abrir la puerta me detuve, levante una de mis manos y como supiera perfectamente lo que estaba haciendo hice aparecer aquella lave enorme de la nada. Me sorprendí un poco... aún no me acostumbraba a no saber si lo que recordaba era un sueño o la realidad pero cada vez todo parecía mas real. Hice desaparecer el arma y salí a la calle.

Nate después de prepararse para otro nuevo día, salió de su casa en busca de aventura... o al menos respuestas.

Nate volvió a su casa, al parecer nadie había entrado en su ausencia, todo seguía en orden.

Al cerrar la puerta detrás mía solté un suspiro de cansancio, esos bichos eran mucho mas fuertes de lo que esperaba... debía volverme fuerte, debía ser capaz de lidiar con todo lo que el mundo me quisiera lanzar por mi propia cuenta. Odiaba depender de otros y esto no sería la excepción.

Me eche en la cama dejándome caer, levante el vial que le había dado a Archi, moví un poco el líquido y tras pensarlo un poco me bebí todo el contenido de un solo trago. Fuera lo que fuera necesitaba atreverme a hacer lo que antes no hacía.

Pese a que tenía un leve sabor afrutado, nada más ocurrió con Nate. Al menos no más allá de ahora tener un gaznate azucarado. Pasarían unos cuantos segundos antes de que el muchacho se percatara de un cambio, las paredes, se alejaban de él, los muebles crecían y el techo huía, su cama se volvía un desierto inmenso... y el... se convirtió en una pulga.

En su forma de pulga, Nate pudo escuchar algo extraño; campanadas provenientes de la torre del reloj; en total el muchacho-pulga pudo contar hasta 4 campanadas distintas. Sea lo que eso quisiera significar, pues eran las 6 de la madrugada, lo que quizás significara que estaba roto el reloj.