Partida Rol por web

Se volvió de espaldas sin dejar de caminar para ver a todos a los que se refería Archival - Heeeeey, vamos a la torre de allí! -Gritó intentando llamar la atención de la mayor cantidad de gente posible - Pueden venir si quieren! - Invitó agitando los brazos para que le vieran.

-No es como que pudieramos dejarlos allí, no? - Comentó al chico de pelo blanco con una sonrisa tranquila, y cruzando los brazos detrás de la cabeza, aún caminando de espaldas. - Alguna teoría de por que estamos aquí? - Era todo muy extraño, como un gran dejavu, creía haber visto a toda gente pero no recordaba nada al respecto.

        Siendo arrastrado mientras seguía intentando ordenar mis ideas, mi brazo que era tirado y mis pasos fueron cambiando de dirección hacia el otro lado, la razón... la joven de cabellos celestinos se había interesado en la señorita de ojos celestes ... aunque viendo a la gente del alrededor... creo que es un color bastante común ahora que lo noto... y aunque sus palabras fueron limitadas, la emoción de las mismas se podían palpar.

   ... Es como en aquel mausoleo...

   Tal vez como un caso de deja'bu... quizás culpa de aquel zumbido en mi cabeza, fuese lo que fuese, no pude resistirme y me uní al abrazo grupal. 

    V..vamos... dé...déjalo fluir... - iba diciendo a la vez que intentaba abarcar a ambas con mis brazos - entendemos el como te sientes... una vez... recuerdo que intente ayudar a una amiga en una situación similar... las sombras también le dañaron... se culpaba y no dejaba de hundirse entre sus lamentos y eventos que no podía prever.... esa vez solo el noble gesto de un gentil hombre nos ayudo a continuar....- mientras cambiaba la vista de una a la otra cada dos o tres palabras.

 q..quizás no tenga los músculos de aquel señor, pero al menos déjame intentarlo.

Dan no puede evitar unirse al abrazo grupal, apretando con fuerza a los jóvenes.

En verdad, no entendía muy bien lo que estaba pasando, algo de que estaban asustados por unas "sombras", pero no pasaba nada, el también tuvo una época que tenía miedo hasta de su sombra.

Ahora es mi turno de infundir coraje a las nuevas generaciones.

No temáis - Dice el hombretón mientras les estruja con sus pectorales - Puede que estemos todos confundidos, pero no os dejaré que os pase nada mientras esté en mi mano. Yo, Dan Vorton, hará lo que esté en mi mano para protegeros.

Dejando a un lado que alguien fue lanzado a la fuente y alguien inicio a llorar, solo me quedaba tragar los sentimientos, al final no teníamos respuestas y si lo que decía Zaki era lo correcto, creo que no nos queda mas que ser pacientes. No estaba llego de energía, no quería hacer nada a pensar que mis amigos estaban en problemas o muertos. 

Espero que tengas razón y espero que Patricia y el chico cara de hamburguesa estén bien.. Odio se paciente, pero no hay mucho que hacer. 

Poco después escucho a Zaki hablar sobre contenedores de luz y oscuridad.

Tomo un respiro y trago el aire

Creo que si me das un poco de esperanza me da ganas de seguir siendo héroe. Primero hay que agrupar a las personas que parecen estar en nuestra misma situación. Voltea a ver a la chica que fue empujada y luego volteo a ver a la chica que esta llorando pero la chica azul parece ayudarla. Mi amigo Zaki, como héroes de San Fransokyo. ¡¡HAY QUE AYUDAR A LAS PERSONAS!! bueno, recuerdo que eras estudiante de ciencia, ¡PERO! ESTAMOS EN EL MISMO EQUIPO Tomo a Zaki y me lo jalo. ¡A LA CARGA! Vamos donde esta de la armadura y el sombrerero (Aleksis y Rayla). En tuno "Serio y heroico" le hablo a Rayla. ¿¿Señorita, se encuentra bien??

Ok, el señorito está listo y empapado, ahora... 

Necesito un voluntario. Digo mientras miro a los demás extraños presentes en la plaza.

Estaba sollozando con la cabeza apoyada en el cuerpo de la chica, buscando consuelo. De pronto, sentí cómo unos brazos me atrapaban. Alcé la vista, con los ojos enrojecidos, y vi que se trataba de un chico de pelo negro con gafas. Nos había rodeado a la chica de pelo azul y a mí entre sus brazos y estaba intentando animarme. Era de agradecer, pero… ¿No se daba cuenta de lo que me había pasado? No es que me hubiesen hecho algo de daño. ¡Es que me lo habían arrebatado todo!

—Pero… ¿no me has oído? Mi mundo entero ha desaparecido… Ha sido consumido por la oscuridad… Ya no existe… Mis amigos… Mi familia… ¿Dónde están? —expliqué, con voz lastimosa. No me gustaba que me vieran llorar, pero había alcanzado mi límite—. Luego apareció esa mujer, diciendo cosas raras… No entiendo nada. ¡Quiero volver a casa! —exclamé, desconsolada.

El chico mencionó algo de un señor musculoso. No entendía a quién se refería, porque su cuerpo no me dejaba ver quién estaba detrás. Pero de repente apareció un hombre muy algo y con unos músculos enormes. Y vi cómo extendía sus brazos, dispuesto a agarrarnos. «Oh, oh».

Antes de poder decir nada, el hombre nos abrazó con desmesurada fuerza. Sentí que me despegaba del suelo y acababa embutida entre los cuerpos de todos, apretujada y sin poder mover un músculo. Me gustaba la muestra de cariño, pero apretaba tan fuerte que casi no podía ni respirar.

—_{Hmm… Gracias… pero… ¿puedes… no apretar tanto?} —murmuré, con la voz amortiguada por la presión.

Me acerco al puto loco del sombrero.

¿Qué quieres probar ahogando al chico? Y ¿Para qué demonios necesitas un voluntario?

Al escuchar aquello que uso Archival para llamarme me detuve en seco para mirarlo por encima de mi hombro.

- Nate... Mi nombre es Nate... -y antes de poder decir mas ya estaba Alphonse gritando a todos los demás caminando de espaldas y antes de que se pasara de largo le puse una mano en la espalda para que se detuviera a nuestra altura, para entonces ya me había dado la vuelta por completo- Ellos deben lidiar con sus propios problemas... y no, no tengo ni la mas remota idea de porque estamos aquí -respondí a ambos, había visto a aquella llorar llena de dolor, no conocía las razones pero podía entender ese sentimiento, suspire cansado levemente por la situación quería irme solo pero me imaginaba que lo mas fácil sería hacer exactamente lo contrario- ¡¿Vais a seguir de charla o os moveréis para intentar volver a donde sea que llaméis hogar?! -grite lo mas fuerte que pude para que me escucharan todos y en cuanto su atención se centrara en mi señalaría la torre del reloj- ¿Estáis contentos? -le dije a Arc y Al

Le devolví el abrazo a la chica con empatía, aunque me puse muy triste también cuando me contó por qué estaba llorando. Su mundo también había desaparecido, no me había parado a pensar... ¿todos los aquí presentes, también eran huérfanos de mundos como yo? Recordaba que Owen venía de otro mundo pero que supieramos, su mundo seguía allí en algún lugar... ¿Y el señor Vorton? No recordaba siquiera haberle preguntado de dónde venía... ¿quizás también él había perdido su mundo? Y aún así se mostraba fuerte y animado... ¡Yo tenía que hacer lo mismo! Pero no era fácil... recordé también aquel bello mundo, el de los esqueletos... era... e-era el segundo que me cargaba yo... Mi mundo natal también había desaparecido con las sombras. No había pensado en papá, ni en mamá... ¿estarían... estarían... bien?

Menos mal que surgió el abrazo grupal porque la chica necesitaba un abrazo que le di yo, pero entonces yo necesité de un abrazo que me dio Owen, y los tres a su veces necesitabamos el abrazo que nos dio el Señor Vorton. Todos teníamos miedo (menos él), y nos apretujó bien fuerte. "¡Oaagghh!" murmuré mientras perdía el aire. Con la voz también amortiguada por la fuerza del abrazo de oso, empecé a murmurar.: "Sé... que es duro... pero hay... que seguir adelante..." finalmente nos separamos del abrazo. Le puse las manos en los hombros a la chiquilla. "¡No te rindas! A nosotros... también nos ha pasado, yo he perdido mi mundo, y-y a mi prometido, pero sé..." me puse una mano a la altura del corazón. "...que aún al final de los mundos hay un mundo. ¡Mi prometido está allí! Y-y quiero ir a rescatarlo. No lo había pensado hasta ahora porque tengo la cabeza de chorlito pero... Si hay un mundo al final de los mundos... ¿quizás allí estén nuestras familias? ¿Y tus amigos? ¿Quizá-?"

¡¿Vais a seguir de charla o os moveréis para intentar volver a donde sea que llaméis hogar?!

Pegué un respingo ante el grito, reconocía la voz. Era aquel chico que también había perdido a alguien, que guardaba una fotografía de esa persona como su recuerdo más preciado... como yo con el anillo de compromiso... aunque él la había perdido para siempre. Y aún así, ¡luchaba! ¡Luchaba sin miedo, como el Señor Vorton! "Él tiene razón..." le dije a ella, y a los chicos. "¡Si nos quedamos parados no vamos a lograr nada!" exclamé determinada. "¡Venga, vamos!" intenté tirar de la chica para animarla a venir también... "Todos... hacia la torre del Reloj... donde fue aquella mujer, la enmascarada. Seguro que tiene respuestas."

Pudiera ser que todo por fin cobrase sentido, todas aquellas personas habían padecido lo mismo que yo, no literalmente pero cada cual tenía en su mente una laguna, normlamente asocaida a un ser querido que había caído por unos instantes en el olvido.

- Vamos a avanzar, lo que teníamos que hablar por mí está ya hablado... había estado por largo rato ensimismado por no conocerles de nada, pero ahora era el momento de encaminar los pasos hacia allí, fuese o no una mentira lo que aquella chica dijo, el caso es que parecía que solo quedaba seguir el camino de baldosas doradas hacia el frente sin posibilidad de retroceso.

Necesito un voluntario para hacer una comprobación, si este bucle se vuelve a repetir necesito ver si el chico mojado sigue mojado, y si las heridas sufridas en un anterior bucle siguen en el siguiente...

Tomo del brazo a la chica de pelo blanco rápidamente.

y uso piro+ en mis dedos de forma que queme la piel blanca de la chica.

-¡Uy!, eso, perdona Nate...- vaya metedura de pata, pero por suerte fue olvidada rápidamente cuando Alphonse intervino.

-Bueno, eso fue fácil- estaba claro que este chico tenía más confianza que yo, pero al menos Nate acabó por ceder y avisar al resto -Je, si, bueno, creo que es lo mejor- le respondí a Nate con la mano en la nuca y una sonrisa muy insegura, aunque en el fondo lo sentía como una pequeña victoria. 

-Pues no se hable más, vamos a ello- me quede con los brazos en jarra esperando a que se nos incorporarán el resto de compañeros -Quizás seria buena idea que nos fuéramos presentado todos ¿no?, ya sabéis, para evitar posibles.... malentendidos- dije mientras dirigía la mirada discretamente hacia Nate, quién doy por hecho que me habría zurrado la cara de no ser por la salvada de Al.

El resto de presentes parecía haber pasado por un momento muy emocional, así que intente no meterles mucha prisa. Aunque uno de ellos, que vestía de forma muy extravagante, había mencionado algo sobre un voluntario y una... ¿herida?.

Viendo como la gente dejaba la plaza y la chica de la armadura dorada no me decía nada, no me quedo de otra que voltear a Zaki.

Oye.... Zaki, creo que no necesitan mi ayuda, mejor me voy a tomar algo de leche en la casa, ver si tengo dinero de este mundo ya que  Creo que ir al reloj a estas horas junto a que ya fue mucha gente, solo iría a perder el tiempo. Quiero reunir información del lugar, si me quieres seguir, adelante. 

Un grupo decide moverse del lugar, en concreto hacia la torre del reloj que corona aquel pueblo. El edificio se encontraba algo lejos, por lo que el viaje les costaría unos cuantos minutos. Pero al menos parecía que en esta ocasión no habría mayores problemas para ir al lugar.

El grupo conformado por: Caerulea, Dan Vorton, Owen Isaac Montblanc, Naoko, Nate, Archival y Alphonse Reikter y Raanmar; abandonan la plaza principal en busca de las verdades que albergan en el lugar.

Por su parte, Elan decidió irse a su casa.

Por otro lado, el grupo que aún se encontraba en la fuente vio con estupor como Aleksis invocó fuego en el brazo de Asrai Toujou, causándole una leve aunque y fea quemadura. Al parecer aquel hombre con el sombrero de copa podía invocar magia y la había usado para atacar a la muchacha de cabellos blanquecinos.

Una vez que hubo este ataque, una cúpula alrededor de toda la plaza se cristalizó, era transparente y con forma de octaedros; apenas se podía notar a no ser que estos estuvieran cerca de ella. Esto había atrapado a todos los presentes dentro del lugar.

Le estrello el puño en la cara al grito de ¡ Destrucción de la cadena de Andrómeda !