Partida Rol por web

Os encontrais en las mazmorras. Varias de vuestras compañeras habían bajado para acabar con la última amenaza yoma de la ciudad. El mal mayor residía en lo más profundo de las entrañas de la capital de Rackasha. Convencidas de que seguís el camino hacía las horribles criaturas que aterrorizán a estas gentes os adentrais en la oscuridad.

Dos de los humanos que subian de las escaleras eran interceptados por las Claymore. Yrihal coge a uno de los prisioneros por el cuelo de la camisa arrimandolo a la pared. Le presiona pero parece estar demasiado asustado para responder. El hecho añadido de que Yirihal use un metodo de extracción de información bastante invasivo favorece a su fallo.

Pore otro lado Kiarah, adopta una actitud diferente, más cercanapara ellos, más...huamana. Este segundo prisionero parece más receptivo y aún con algo de miedo en el cuerpo titubea y conseguís arrancarle frases sueltas e inconexas.

Prisionero: Demonios que nos acechan... Todos estan muertos todos... pero las Claymore... 

El prisionero se va corriendo. Todos en pocos segundos desaparecen escaleras arriba. Parece que ahi abajo ha pasado algo, algo que tendreis que averiguar...

Geburah

Selin saca su arma y sin decir nada comienza a caminar hacia el interior de las catacumbas, realmente esta molesta por no haber podido hacer mucho mas, tal vez por eso esta dispuesta a acabar aunque sea ella sola con todo lo que hay alli, aunque realmente lo que mas le sorprende es que sus compañeras aun no hayan terminado con lo que quiera que este sucediendo en el castillo:

- Que lentas que son estas, parece que necesitan ir a empujones

Seguidmente comienza a caminar con su arma preparada y con los sentidos puestos en detectar cualquier presencia no humana que haya a su alrededor

Esta claro que hubo alguna clase de Yoma aquí abajo, ¿pero lo seguirá habiendo? ¿Habrán entrado ya otras compañeras? NO me gusta el tono de estos malditos desarrapados… Claymore, hopf.- Pienso mientras empuño de forma algo más fuerte la verdadera Claymore, tratando de mantener la calma. Tanto esfuerzo, tanto sacrificio, para que luego la gente no nos reconozca nada, para ellos somos tan monstruos como los yoma. Pero no tiene que gustarles quien les salve, solo hacerlo bien.

El pasillo sigue hacia delante y ya hemos perdido bastante tiempo, así tras soltar al enmudecido prisionero me interno en las profundidades, sabiendo que al menos una de mis compañeras me seguirá, teniendo un pequeño ancla en este mar de soledad en el que cada vez percibo con mayor claridad que nos movemos.

 Kiarah mira a Yrihal con cara de pocos amigos, cuando ésta coge al prisionero de manera forzosa para sonsacarle información. Pretendía mostrarle que no era la mejor idea para averiguar lo que estaba pasando en las mazmorras, pues lo único que había conseguido era que el encadenado se asustara y saliera corriendo.

Mirándola de reojo, Kiarah se había acercado a otro prisionero, de una maner más suave y agradable, para que no se asustara, aunque la información que había dado, era demasiado escueta y confusa.

Demonios que nos acechan... Todos estan muertos todos... pero las Claymore...-aquellas palabras del prisionero resonaban en su cabeza, intentando pensar que podrían significar.

Kiarah llegó a la conclusión de que lo que le quería decir aquel carcelero era que las Claymore habían conseguido acabar con todos los yomas. Pero... ¿qué habría querido decir con su última frase?.- pensaba Kiarah confundida.

La única solución era comprobarlo con sus propios ojos, y así lo hizo, corrió detrás de Yrihal en busca de los yomas, o al menos de sus compañeras, había que acabar con todo aquello lo antes posible.

¿Que tipo de yoma habrá allá abajo? Esto no tiene buena pinta, pero ahora no me puedo echar atrás...
Alysa saco su arma y adopto una posición ofensiva, y sin mas demora, sigui a sus compañeras hacia el interior de las mazmorras.
No debemos fallar, la vida de miles de personas dependen de lo que podamos hacer ahora...

Dejais marchar a los prisioneros escaleras arriba. La información que habeis obtenido no sabeis de que valor será. Puede que solo se deba a las traumatizadas mentes de los prisioneros. Puede que solo en sus enloquecidas mentes hayan visto loq ue dicen...

Os adentrais de lleno en las mazmorras. La luz mortecina y tenue de las antorchas os acompaña en el camino. La visita es breve. Enseguida veis que al fondo del pasillo un reguero de sangre cubre la pared del final. Os acercais con cautela vigilando que en ninguna de las celdas abiertas se encuentre algun yoma. Después de pasar varias galerias os topais con el final de la mazmorra. La sangre por fortuna es purpura, indicando que ha sido un yoma el que la ha teñido.

No encontrais rastro alguno de sangre roja... pero tampoco encontrais ningún cadaver. Ni yoma ni humano...

Todos parecen haberse esfumado. 

Geburah

Selena se acercó a la sangre yoma e investigó hacia dónde se podría haber dirigido el cuerpo del yoma, ya fuera por su propio pie o por otros.

Selin se agacha  pasa su dedo por la sangre purpura, se la lleva a a la nariz y huele para seguidamente provar la sangre del Yoma levemente para seguidamente decir:

- Parece que se nos adelantaron

Para seguidamente comenzar a caminar siguiendo el camino en busca de posibles Yomas mientras piensa:

- Que aburrido, que sitio mas aburrido y estas inutiles detras mia siguiendome, me ponen nerviosa

La visita a las mazmorras a primera impresión parecía que nos les iba a otorgar ningún indicio de lo que estaba ocurriendo o había ocurrido en el castillo.

Pero... de repente vieron que en el final de ésta, había un reguero de sangre.

A primera vista, el corazón de Kiarah se encogió, comenzó a latir cada vez más fuerte mientras se acercaba para comprobar que clase de sangre era. Una vez cerca de ella, pudo cerciorarse de que aquella sangre era de yoma, algo fácil de saber por su característico color púrpura.

Un suspiro salió de la boca de Kiarah, mientras se secaba el sudor de la frente.

Uff...- pensaba mientras trataba de averiguar dónde habían ido a parar los cuerpos de los yomas.

Si la sangre está aquí...¿qué habrá pasado? ¿habrán tenido un combate y se habrán desplazado hacia otro lugar mientras luchaban? no, no puede ser, al parecer de las mazmorras no se puede salir si no es por esas escaleras...y en ellas no había ningún rastro de sangre...¿habrán hecho desaparecer los cuerpos de los yomas? no, no es posible, eso no tiene ningún sentido, y no habrán tenido donde echarlos... Lo mejor será investigar si hay alguna manera de salir de aquí sin subir esas escaleras...
 

-¡Chicas!.- dice dirigiéndose en voz alta a sus compañeras. Ayudadme a buscar una salida de esta mazmorra, los yomas han tenido que escapar por algún lado.- dice disponiéndose a buscar a su alrededor.

Odio que se me adelanten...
Tienes razón Kiarah, El cuerpo no puede haberse esfumado tan fácilmente, por algún lado ha tenido que huir. Mirare por ese lado. -Dice señalando una mazmorra de su izquierda-.
Me da la sensación de que estamos perdiendo el tiempo...

Visualizas el rastro del yoma como si fuese un hedor que ha quedado inpregnado en la estancia. Ves claramente su trayectoria de huida. Se dirigio a una de las celdas del final. Das unos pasos y te llevan a la entrada de la misma. Parece que hay un agujero eb el muro, poco visible desde donde os encontrabais...

Detectas claramente como por ahi han pasado varias de vuestras compañeras y no hace mucho tiempo. Sabes que tanto las Claymore como los yomas estan al final de ese tunel...

La presencia Yoma es claramente perceptible, su hedor impregna la estancia como el perfume añejo de una vieja mujer. Y su rastro inconfundiblemente conduce a una de las celdas, en la cual un agujero en el muro da paso a un túnel. Pero no solo el Yoki de los Yomas habita esas paredes, sino el de otras guerreras, que habrán ido en su caza.

Hermanas, los Yoma se encuentran más adelante, luchando con alguna de neutras hermanas, debemos exterminarlos.

Un leve gesto de dolor perfila mis palabras, recordatorio de la grave herida recibida.

Yrihal había trastreado la energia que desprendia el yoma. El mismo que había dejado su huella en forma de sangre. La mazmorra se os empieza a hacer grande comparada con el angosto tunel al que debeis acceder. Os adentrais viendo que la única opción es seguir ese camino. El tunel excavado en la tierra empieza a ensancharse conforme vais avanzando. Finalmente llegais a una antesala construida bajo la ciudad.

Rachasha, la capital de la región había sido construida sobre las ruinas de una antigua ciudad. Los cimientos de todo el castillo reposaban sobre esos tuneles. Había que andarse con ojo, un paso en falso destruyendo algún pilar podria sepultaros bajo el peso de todo el castillo. 

La oscuridad cada vez se hace más presente y vuestra vista cada vez os sirve de menos. Otros sentidos que por suerte teneis agudizados os hacen mejor servicio. Sobretodo el sentir las energias, que os permite rastrear a los yomas entre este laberinto subterraneo.

Finalmente os encontrais con un cruce... ¿El camino que sigue en estructuras antiguas o un tunel de tierra excavado hacia la derecha?

Selena cada vez se impacientaba más, necesitaba encontrar a alguien que pagara su rabia, no le importaba hacia dónde fueran sus compañeras, pero seguramente ellas sabrían rastrear mejor al enemigo, por lo que las seguía en completo silencio, molesta con la situación. Tsk.

Selin se queda unos instantes quieta y concnetrada, entonces trata de sentir las energias de los Yoma durante unos segundos para seguidamente sin mirar a sus compañeras decir:

- Donde sentis los Yomas vosotras?

 Kiarah se había introducido en aquellos túneles en los que el hedor a yoma era reconocible.

Seguida de sus compañeras, la estrechez del túnel la incomodaba cada vez más. Necesitaba salir cuanto antes de allí, pero...

Ahora se habían encontrado con dos caminos...

¿recto, siguiendo las estructuras antiguas...o mejor por la derecha, en ese camino abierto?.- Kiarah pensaba cuál habría sido la respuesta de los yomas.

-Chicas, ¿por dónde quereis ir?.- preguntó en voz baja a sus compañeras.

-Creo... que la derecha... bueno no tengo ni idea, quizás lo mejor sea dividirnos ¿no?.- decía esperando la intervención de alguna de ellas.

Mathilda se detuvo y comenzó a mirar a los distintos caminos que podían tomar. Sus compañeras parecían muy concentradas buscando el yoki de los yomas:

Mierda, nunca fui buena rastreando yoki, aunque creo que debo probar

Mathilda cerró sus ojos y se tranquilizó con una respiración más calmada y profunda intentando buscar al resto de yomas