Partida Rol por web

Centro de control de la colonia espacial Alekos. Cinturón de Kuiper.

25 de Mayo de 2086

Resulta extraño que la directora Kyriakou reúna a un equipo tan variopinto de entre los colonos de Alekos, pero es algo que se venía venir. El cese de comunicaciones con la colonia Noriko ha sido la comidilla de todas las redes sociales de las ISC (1) y sólo era cuestión de tiempo que Alekos, por ser la colonia más cercana, enviase a un equipo a echar un vistazo.

El centro de control es una torre redonda desde la que se domina el horizonte Varuna, planeta enano en el que se encuentra la colonia Alekos. Por su situación, Alekos es un importante nudo de tráfico dentro del cinturón de Kuiper, lo que significa que está mejor armada y protegida que otras colonias más remotas.

En realidad, en caso de un ataque Migou la colonia tendría que hacer de barrera mientras las otras colonias evacúan.

La directora Kyriakou es una mujer de ascendencia mediterránea ya entrada en la cincuentena. Siguiendo los estrictos estándares del progama espacial del NGT es esbelta y atlética, lo que le hace parecer varios años más joven. Su tono es seco, directo y profesional. Cuando está ejerciendo de directora de la colonia (un trabajo a tiempo completo) no tiene tiempo para bromas ni ambigüedades de ningún tipo. Aunque esto hace que muchos no la soporten, ha sido elegida como directora de la colonia durante las dos últimas décadas.

Poco a poco van llegando los convocados vía mensaje a través de su PCPU (2). La directora aguarda junto al gran pozo de proyección holográfica que constituye la interfaz principal de Oráculo, la IAL (3) de la colonia.

Buenos días, colonos. Doy por hecho que todos ustedes saben acerca del cese de las comunicaciones con Noriko, por lo que no les costará saber por qué están aquí. Embarcarán en una nave de transporte y se desplazarán hacia el asteroide 2002 TX₃₀₀ para averiguar qué ha pasado en la colonia - en la pantalla aparece un mapa estelar de esa sección del Cinturón mostrando las posiciones relativas de Alekos y Noriko - Eberhard, Teran, Semiónov, Muller y Lía: ustedes serán los encargados de llevar a cabo la investigación. Duke, Stone, Kanth, Davis y Kurma, ustedes actuarán de escolta puesto que no podemos descartar por ahora un ataque Migou ¿Preguntas?...

Un día más en el trabajo, luego de varias horas atendiendo pacientes con distintas enfermedades y sufrir la desidia del enfermero a quien le parece muy gracioso molestarme  he sacado unas horas para mi investigación en mi laboratorio donde  están las muestras extraídas de distintas sustancias infectadas con enfermedades raras y poco comunes en las colonias. La biología extraterrestre es completamente variable según las condiciones medioambientales controladas por atmosferas fluctuantes de radiación o carencia de partículas de carbono, aunque a la vez es también curioso la disonancia en las enfermedades en ambientes cuyos fosfatos se parecen a los de la tierra pero no cuentan con la misma química carbónica, eso hace que las enfermedades en estos nuevos ambientes sean un misterio y a la vez sean terriblemente mortales.

La muestras tomadas de distintos pacientes cuidadosamente conservadas y refrigeradas  esperan ser analizadas en el microscopio y en el analizador de partículas electrónico, sin embargo soy consciente del terrible dilema que conlleva esta investigación por sus enormes implicaciones y a su vez porque es necesario categorizar las muestras en cuanto al lugar de donde el sujeto infectado enfermó, así como la naturaleza de los síntomas. Mis pasos han dado frutos bastante incipientes, pero continuo con el análisis a pesar de los problemas. He decidido centrarme en este último año en  muestras de tejidos  de ambientes  de planetas tipo G,  por tener más muestras sobre dichos pacientes que han terminado muertos en cosa de horas con síntomas de obstrucción respiratoria crónica y  curiosa proliferación de flemas de color negruzco que invaden el cuerpo de manera parasitaria pero que no son capaces de vivir fuera de su huésped.

Estaba justo visualizando en el microscopio la muestra de baba sacada de un cuerpo muerto y que me fue enviado por un colega, mientras con mi PCPU ubicado en visera médica (conectada para fines prácticos a una pantalla)  registraba un diario de resultados de manera auditiva, con el fin de contrastar la bases de datos con otros investigadores con similares inquietudes.

Es entonces que veo el mensaje de la directora Kyriakou y lejos de sentirme alagada por el llamado me frustra tener que dejar mi laboratorio y tener que  interactuar con el personal. Sin embargo para efectos prácticos,  y dados los compromisos que hice como marine tengo la obligación de asistir como personal médico.

Antes de salir le dejo un mensaje a mi colega  dr Kira para que sepa mis avances en las últimas pruebas, siempre es bueno tener un contacto que continúe con la investigación en caso de que por situaciones externas la misma se vea estancada.

Una vez en el lugar de la reunión,  escucho la novedad sobre la colonia y me quedo en silencio momentáneamente mientras pienso que en relación a  dicha situación hay más dudas que  pruebas claras.

Es así que hago una pregunta:

• Directora Kyriakou, soy la Dr. Natasha Semiónov y quiero preguntarle, ¿qué se conoce las últimas comunicaciones de la colonia en cuestión,  se envió algún informe pertinente que pueda dar pistas de lo sucedido ahí?

Estoy en mi despacho, a oscuras. Junto a mí una botella casi vacía de una fuerte bebida alcohólica conseguida de contrabando y junto a ella un vaso del que llevo dando sorbos más tiempo del debido. Sólo una pequeña pero potente luz salida de un flexo ilumina directamente un extraño y complejo artefacto mi-go que aparentemente hace... nada.

Joder, llevo horas examinando esta antigualla y no he conseguido averiguar nada. Nada. La doctora Krela me lo ha cedido en aras del avance científico y del conocimiento que sobre esa fascinante especie tenemos la humanidad, esperanzada de que pudiese arrojar algo de luz a su investigación... aún no me creo que la haya convencido de dejar en mis manos uno de sus pequeños tesoros. Este en concreto fue encontrado en una incursión hace más de dos décadas en la nebulosa Arstion, muchos murieron... cuando la doctora lo confiscó todavía tenía restos de sangre, joder.

Doy otro sorbo al vaso, que deja cercos por toda la mesa cada vez que lo tomo con mi mano temblorosa.

Recibo un mensaje en mi PCPU. La directora Kyriakou quiere verme, y parece que no es algo personal, lástima, con ese par de piernas que tiene... en fin. Es algo referente a la colonia Noriko, parece que los rumores sobre el cese de comunicaciones son ciertos.

De un violento empujón separo mi silla del escritorio y respiro aliviado. Por fin algo de acción. "Ojalá sean ellos", pienso en lo más adentro de mi ser.

Al llegar al Centro de Control de la colonia veo a la exuberante directora y a la no menos atractiva doctora Semiónov. Esto se anima.

- Buenos días directora. - sonrío amigablemente a ambas damas - Doctora. -saludo con la cabeza y tomo asiento. Poco a poco llegan los demás y pronto se nos pone al día de la misión que se nos encomienda. Me gusta.

Cuando se abre el turno de preguntas: - Señora Directora, ¿ha habido algún indicio de actividad mi-go en la zona en los últimos meses? ¿Hay algún yacimiento mi-go en la citada colonia? - no puedo ocultar mi emoción.

Cuando los doctores hacen sus preguntas a la directora todos os podéis fijar como el pozo holográfico empieza a proyectar la imagen de un hombre adulto trajeado con una postura relajada pero claramente artificial.

- Si me permite Directora...- su tono de voz es neutro pero comedido y parece no tener intención de decir nada más hasta que Hera hace un gesto afirmativo.- Doctora Semiónov, el último contacto recibido por parte de la colonia Noriko fue hace exactamente 2 meses 8 días y 3 horas o en otras palabras el 17 de Marzo. El contacto consistió en una confirmación de un envío de material junto al aviso de que habían descubierto una nueva veta de titanio. Lamentablemente el cargamento nunca llegó. En cuanto a su pregunta Doctor Teran puedo asegurarle que todos los informes recibidos confirman la ausencia de cualquier yacimiento o base Migou en los alrededores siendo el último avistamiento de hace 8 meses, 3 días y 12 horas por una patrulla fronteriza que neutralizo rápidamente la amenaza.- dicho esto el hombre pasa a un segundo plano dejando delante suya los documentos que confirman los datos proporcionados.

A través del pequeño dispositivo que llevaba en el oido escuchaba música y ella tarareaba entredientes con una bonita sonrisa. Enfundada en su inmaculado traje blanco caminaba por la zona ajardinada. El vestido se ajustaba a cada curva de su piel pero paradojicamente solo dejaba a la vista una parte de sus manos y del escote. Sus brazo derecho estaba ligeramente separado de su cuerpo mientras que sus dedos tatuados parecian bailar en el aire. Le encantaba pasear antes de acudir al trabajo.

Parecia que era importante la llamada que habia recibido através de su PCPU, pero si no se liberaba de sus malas energias, ni ella ni su pequeño Ángel guardian podrian funcionar correctamente. Miró a la cúpula que cubria las cabezas de todas aquellas "hormiguitas" que correteaban a su alrededor asintiendo con suavidad. Todos iban con prisas sin pararse a apreciar nada más, pero ella no.

Una vez en el despacho, la presencia de tanta gente la hizo buscar un lugar apartado tras saludar a todos cordialmente, entrelazando las manos por delante de ella. Callada. Atenta. Absorviendo cada migaja de información.

Kurma caminaba a paso vivo por el pasillo que lo llevaba a la sala de reuniones en la torre de control. Aunque las órdenes eran lo primero para los soldados veteranos como él, desde su boda y el nuevo estado de Miruky, acudía al trabajo con cierto recelo. Aquello era todo nuevo para el, ¡ojalá un día se extinguiesen de una vez aquellos cabrones feos de los Migou!, pensó para sus adentros el nazzadi. Por fin llegó a la puerta, llamó suavemente y entró. Un saludo militar y una presentación seca y se quedó allí plantado esperando a los demás y posteriormente escuchando a la directora y a sus futuros compañeros.

- Si se me permite , podría ser posible que se topasen con algún tipo de peligro en la veta recién descubierta, dado que el último contacto fue en ese momento y que el cargamento no llegó... ¿Tenemos acceso a planos o mapas topográficos de la zona?. 

Oráculo, transfiere el mapa de la colonia Noriko a las PCPUs del equipo de exploración - ordena la directora.

Hecho, Directora Kyriakou - responde la IAL

El equipo de escolta mecha tendrá que arreglarse con la información que reciban de sus sensores - sigue explicando la mujer - Tengan en cuenta que la zona está muy saturada de asteroides. Algunos serán tan pequeños como un puño y otros de la mitad de tamaño de este planeta y estarán en continuo movimiento.

La puerta se abre dejando paso a un hombre de aspecto recio con una poblada barba castaña. Se trata del capitán Stratos Pitsilos, quien alardea de conocerse de memoria la ruta hacia cualquier colonia de las ISC.

¿Todo a punto, capitán Pitsilos? - pregunta la directora

Sí, señora. La Argos está lista para salir en cuanto dé la orden. Ya estamos cargando los mechas pero prefiero que sean Kanth y Davis los que hagan subir a los Engels. Dios sabe que esos engendros me dan escalofríos...

Me despertó un mensaje en mi pulsera PCPU. Estaba algo aturdido, desnudo, en una habitacion que no era la mia... Ah ahi estaban mis pantalones. Me los puse mientras leia (con cierto peligro de caerme) el mensaje. La directora queria verme. Y parecia urgente. Encendí las luces y vi que en la cama habia dos mujeres y otro hombre, desperezandose por el ruido que estaba organizando. Fui al baño a asearme un poco, mojarme la cara y tal y salí vistiendo una camiseta que no era la mia. 

- El deber me llama chicos.... - Les dije para despedirme. El otro hombre ( no recordaba su nombre, ni el de ninguno, ya puestos, me lanzó una camisa que agarré al vuelo. - Esa que llevas es mia tio... - Solté una carcajada, cambiandome en un momento. - Bueno, estoy hay que repetirlo... - Les dije, sabiendo que probablemente no volveria a encontrarme con ellos. Di un beso en los labios a los tres y me largué. 

Llegué a la reunion un poco desarreglado, con media camisa por fuera y algo arrugada. Eché un vistazo, algunos pilotos, y algunos que parecian empollones que no reconocia. Saludé a todos, deteniendome especialmente en esa mujer tan atractiva del vestido blanco que poco dejaba a la imaginación. 

La directora nos presentó la misión y nos asignó en dos grupos. A los pilotos nos tocaba hacer de niñeras. Solté un suspiro. El capitan Pitsilos anunció que saldriamos pronto, pero que los Engels tendriamos que cargarlos los Johanna y yo. Otro suspiro. 

- En ese caso mejor nos vamos adelantando. No, Johanna? - Como ocurriencia de ultima hora, propuse de echar una carrera frenetica a ver quien llegaba antes. - El que llegue ultimo proteje la retaguardia. - Le dije con una sonrisa picara. - Asi podras verle a Chas su lindo culo metalico. - Solté una carcajada y salí pitando de allí. 

Su CPU había sonado en el peor momento y el hombre apretó con rabia los labios al ver de quién se trataba.Le acababa de fastidiar varias horas de estudio de los planos de la nueva nave y ahora ya no podría seguir con ellos

-"Esta mujer tiene el don de la inoportunidad"-masculló mientras se dirigía con paso firme hasta donde les habían citado donde se encontró con más gente lo cual le hizo suponer para lo que se encontraban allí

Escuchó en silencio lo que se decía mientras sacaba un caramelo de un color verde musgo y se lo metía en la boca guardando el pequeño papel en un bolsillo antes de cruzar las manos tras la espalda con las piernas un poco abiertas y el cuerpo recto en actitud claramente militar.Asintió conforme a las palabras de la mujer pensando que aquella investigación quizás le reportara algo de provecho lo que le hizo estar de mejor humor lo que se tradujo en que su gesto dejara de estar tan tenso y se relajara quedando simplemente su habitual rostro serio

Centro de control de la colonia espacial Alekos. Cinturón de Kuiper.

25 de Mayo de 2086

Su habitación tenía era extraña, en ella podía encontrarse tanto diversos aparatejos para realizar ejercicio físico como varios textos de carácter oculista que reflejaban su interés por aquel conocimiento.  Si bien la mayoría de la información que había reunido a cerca de este tema no se debía a libros o antiguos tomos esotéricos, si había logrado un conocimiento quizás algo distorsionado sobre la “Verdad” que la mayoría de las personas ignoraba por desconocimiento o decisión.

Había pasado varias horas leyendo y reforzando así su fe en el Nuevo Gobierno Terrestre y, sobre todo en lo que los Marine hacían por proteger a la humanidad, terrestre o no, de las horrendas verdades del universo.  Luego de aquella lectura sintió la llamada de su cuerpo y realizó una serie de ejercicios físicos que lo ayudaron a despojarse de esa sensación de pequeñez que lo invadía cada vez que paseaba su mente por la bastedad del universo y las malignas criaturas que lo poblaban.  Terminaba de tomar un baño y se estaba vistiendo cuando llegó el mensaje.  Torció el rostro y se dirigió a la reunión donde se les explicaría la misión que debían llevar adelante.

Tomó su lugar y escuchó las preguntas frunciendo el rostro con desagrado cuando el científico demostró algo para él fue admiración cuando se refirió a los Mi Go.  Idiotas los había en todos lados, sobre todo entre los hombres de ciencia.  No podía negar que se había aprendido mucho de aquellos seres y que su tecnología resultaba de avanzada, pero una cosa era aprovechar los despojos del enemigo para tratar de equipar o superar su poder y torcer la balanza de aquella guerra y otra admirar a aquellas bestias que a punto estuvieron de cargarse a toda la humanidad.  Ya veremos si te resulta tan emocionante cuando seas destripado por uno de ellos pensó y una leve sonrisa se dibujó en su rostro.

-Directora- dijo hablando por primera vez -¿Qué sabemos de la seguridad de la colonia?  ¿Con qué contaban?  Me refiero tanto a personal, armamento, vehículos como cualquier tipo de sistema externo o interno a la colonia.  ¿Podríamos contar con un plano del lugar y de haberlo con las credenciales tanto para operar sus equipos como para acceder a las zonas que debamos acceder?  No sabemos con qué nos vamos a encontrar pero prefiero que vayamos preparados para lo peor.  ¿Hay algún informe de inteligencia que pueda sernos de utilidad?– creyó que ya había  terminado pero entonces se percató de algo más -Perdón- se excusó -Un último detalle.  ¿Quién estará a cargo durante esta misión y cuál será la cadena de mando que deberemos seguir?- no era que aquello le importase verdaderamente, pero si tenía claro que eran una unidad y como tal debían seguir las órdenes de algún superior a fin de evitar el caos que podría significar hacer de aquello un ensayo de democracia.

Si enviaban a tan variopinto equipo seguramente ya se había descartado la posibilidad de un fallo en el equipo de comunicaciones o la intervención de las mismas por parte del enemigo, no, aquello le olía mal y deseaba profundamente equivocarse al respecto

Al levantar la vista, recorrí la estancia con una fugaz mirada tratando de reconstruir las últimas horas con el único objetivo de darle una explicación al terrible dolor de cabeza. Mientras mi mano derecha era obligada a separar los dedos de una botella vacía, la izquierda aseguró el sombrero en la cabeza. Después de una cantidad indeterminada de minutos, comencé a recordar que hacía allí.

Era final de mes, lo que venía a decir que acababa de cobrar. Y como todo buen fin de mes, mi querida PCPU me recordó que debía pagar la manutención a mis exmujeres. Y todo aquel ritual donde recibía el dinero y este se desviaba elegantemente a mis exmujeres y mis vástagos, tenía como catalizador una botella del licor más potente de toda la estación. La brutal combinación de cobro, pago, exmujeres y alcohol daban como resultado una catarsis con sabor a hiel y tabaco barato.

Desconocía cuanto tiempo había estado durmiendo la mona allí, clavando los dedos en una botella vacía de licor. El dolor de cabeza me ayudaba a recordar que aún seguía vivo, y el entumecimiento de las piernas, que debía comenzar a moverme. Pero como todo hijo de vecino, comenzaría el día revisando las noticias y las notificaciones en el mismo sitio donde había amanecido.

Al comprobar la PCPU, el dolor de cabeza se acentuó al comprobar que tenía algo más de cincuenta mensajes por leer. Elegantemente descarté la mayoría sin ni siquiera leerlos. Aquella se había convertido en una máxima en mi vida, ignorar simplemente lo que no me interesaba. Y eso incluía el aviso de cumpleaños de mi primer hijo (¿O Edmund era el segundo?) con mi segunda esposa.

De todos los mensajes que tenía, solo me quedaron tres por revisar. Un correo sobre una nueva iglesia New Age, un aviso de impago de la luz de mi apartamento y una citación de la futura ex mujer de Duke, también conocida como Directora Kyriakou.

- Se terminó la puta fiesta. - Murmuré mientras me ponía en pie con gesto dolorido. Retiré el sombrero, peinando hacia un lado el medio pelo por rapar que me quedaba y volví a ponerme el sombrero elegantemente, para después enfundarme con una chaqueta más propia del siglo pasado.

Así, puse pie sobre pie de camino hasta el Centro de Control. Un largo paseo necesario, si lo que buscaba era despejarme un poco antes de asistir a aquella reunión. Las reuniones no eran para mí, tampoco la burocracia. Y si me forzabas un poco, te diría que tampoco lo era el capitalismo ni el ejército. Pero cuando algo se te da bien, tienes que aprovecharlo.

Sobre todo si puedes arreglar un poco este universo de mierda.

- Buenos días. - Saludé a los presentes, mientras mis dedos tomaban la parte delantera del ala del sombrero, y tiraba de él a modo de saludo. No me quité el sombrero, ni aparté la mirada de mi futura ex mujer, quien daba por supuesto que sabía más cosas de las que sabía en realidad.

Por fortuna, siempre me había considerado alguien bastante despierto, así que con la información que dio no me costó demasiado sumar dos y dos. Se habían perdido las comunicaciones con Noriko y desde aquí querían saber que había pasado. Podía hacerme una idea general de lo ocurrido, se habría ido a tomar por culo de alguna manera, pero no quería joderle la sorpresa a nadie.

Pero parecía que querían entrar en detalles, y mi mirada se posó sobre el Oráculo. La pregunta ahora estaba en si el carguero había llegado a despegar, o no. - ¿Tenemos datos sobre el transpondedor o baliza del carguero? ¿Llegó a emitir, donde y cuando fue su última trasmisión? - Me crucé de brazos. - ¿La colonia tenía algún tipo de defensa? - Quería anticiparse. Si el enemigo había intervenido la colonia, podría usar esos mismos sistemas de defensa contra ellos y contra la Argos.

Comprobé los datos topográficos según los demás iban hablando y haciendo sus preguntas, lo gusto para ver como uno de los pilotos se marchaba corriendo de allí. Me limité a negar con la cabeza con larga resignación y una dosis doble de decepción.

Johanna golpeaba el saco de entrenamiento con golpes precisos y enérgicos. Varios puntos estaban marcados sobre el saco, indicándole los lugares exactos donde debía golpear. Sus manos estaban envueltas en unas sudorosas vendas negras, igual que sus piernas y sus pies descalzos. A cada golpe le acompañaba un pequeño grito y la mirada desafiante de la mujer, como si estuviera preparada para el siguiente golpe de su enemigo invisible. Una sonrisa asomaba de su boca mientras apretaba los dientes, descargando su ira sobre el pobre material de entrenamiento.

La sonrisa fue borrada al instante cuando un pequeño pitido llamó su atención y la obligó a detenerse. Su PCPU, el que había dejado apoyado en un banco cercano, la avisaba de algo urgente. Con un bufido, se acercó hasta él y comprobó la convocatoria con un gesto de asco. Echó un largo vistazo al saco, sabiendo que su entrenamiento se iba a quedar a la mitad. Finalmente, giró sobre sí misma y le soltó una potente y última patada, dejándolo balanceándose suavemente mientras recogía sus cosas y se iba a duchar rápidamente. No voy a ir oliendo a mierda, digo yo...

Una vez se hubo cambiado con algo más apropiado y con su PCPU como una horquilla atrapada en su moño, se presentó de las últimas en el puente, dando grandes zancadas para no llegar mucho más tarde. Se cuadró en una posición militar y permaneció en silencio mientras daban las instrucciones. Echó un vistazo al grupo de investigación, quedándose con sus caras para saber a quién no debía disparar. 

Asintió a las palabras de la Directora, suponiendo que no podrían darles mucha más información y luego miró al capitán Pitsilos entrar. Un corto bufido, acompañado de una sonrisa, surgió de ella cuando pidió que sacasen ellos mismos a los Engels. El único motivo por el que no había acabado siendo marine era porque uno de esos "engendros" se había acabado llevando mejor con ella que con el resto. Y lo que lo disfruto, joder... Johanna puso los ojos en blanco al oír a Jacoby y sacudió la cabeza. 

- ¿El mismo que te ha salvado Lilith ya dos veces? Si nos asignan puesto va a dar igual quién... - Jacoby salió corriendo y Johanna suspiró - Será crío... - levantó la vista hacia la directora - Entiendo que comenzaremos con la misión de inmediato, así que iré preparando al modelo Seraph para salir. - se detuvo un momento antes de darse la vuelta, señaló con la cabeza a Muller y asintió, repitiendo la pregunta que le interesaba - ¿Quién dirigirá la misión del grupo de escolta?

Durante un segundo la mujer enarca una ceja ante la estrepitosa salida de Kanth, sin embargo no muestra mayor signo ya sea de estupor o enfado. Por la contra dirige una mirada al resto que aún continua y escucha vuestras preguntas con el mismo rostro severo pero tranquilo con el que os había recibido.

- Los planos ya los habéis recibido en vuestras PCPU. Sin embargo, no disponemos de datos precisos sobre las defensas de Noriko de la misma manera que ellos no poseen sobre las nuestras. Lo máximo que os puedo asegurar es que existen y al menos tenían a su disposición una pequeña patrulla de mechas. En cuanto a la cadena de mando, el capitán Pistilos coordinara ambos grupos desde la Argos. - duda durante un segundo antes de continuar- Si por alguna razón pierden contacto con la nave, Duke se encargara de dirigir al escuadrón de mechas mientras que el pelotón de a pie os tocara decidir entre vosotros. Al fin y al cabo cada uno está especializado en un campo distinto y sin saber a que nos enfrentamos prefiero que hagáis esa decisión en el momento.

Una vez la directora termina de hablar, la IAL empieza a mostrar el plano de una enorme nave y empieza a contestar la duda de Duke con su voz digital.

- Según los registros, el cargamento venía en la Nadeshiko, una nave de transporte tipo Nébula (1). La última mención que se tiene de ella es la ya antes mostrada. Se considera que o bien ha sido asaltada en mitad del camino o que ha corrido el mismo destino que la base minera Noriko.- sin mas que añadir mantiene los planos y el anterior informe sobre el envío para que cualquiera pueda confirmar los datos.

Sales corriendo sin mirar atrás y recibiendo más que un insulto por parte de la gente con la que te cruzas hasta que llegas a las puertas del ascensor que te pueden conducir al hangar donde se encuentra Chas con el resto de sus compañeros. Sin embargo mientras esperas que este llega puedes comprobar que Johanna no llega, de otras veces sabes que no es precisamente una lenta por lo que solo se te ocurren dos posibilidades que se haya tropezado por el camino o que haya rehuido de tu reto.

Mientras consideras estas posibilidades suena un sonido característico que anuncia la llegada del ascensor.

Bueno, esto promete. Seremos cinco los que vayamos a pie. Dos fornidos soldados, marines, mucho músculo y poco cerebro, Miller ya deja entrever su necesidad de destacarse y en cuanto tenga la oportunidad se autoproclamará nuestro líder, asomará la cabeza y será devorado. Y también dos hermosas e inteligentes chicas, la doctora nos cuidará y untará pomada en nuestros rasguños, y Lia... bueno, Lia es algo especial. Ya tendremos tiempo de conversar sobre nuestros fantasmas personales.

Los pilotos, sinceramente, me importan menos. Hay un poco de todo... también llevan su dosis de locura, sobretodo esos que se unen a los Engel como en una especie de escalofriante y delirante coito mental. Siento curiosidad.

Por mi parte observo a todos y les detesto casi por igual. Se me hace difícil soportar largo rato la compañía de otras personas, sobretodo si no paran de hablar de obviedades. Está claro lo que tenemos que hacer. Vamos, averiguamos qué ha pasado y volvemos. Y de paso nos traemos algún souvenir mi-go.

Me dirijo a mis compañeros: - No tenemos tiempo que perder, chicos. El capitán Pistilos velará por nuestro bienestar desde la comodidad de su preciosa nave. Sólo será un paseo. - pronuncio las palabras con asco, queriendo que esta reunión de colegio acabe ya, y deseando en mi fuero interno que allá encontremos algún objeto olvidado por los mi-go, aunque esto supongo que ya no queden humanos ni nazzadi en la completamente prescindible e insignificante colonia minera. Al terminar miro de arriba a abajo a la intrigante Lia, fascinado por su aspecto impecable y su apariencia tímida, tras la cual se esconde una mente maravillosa.

Ahí estaba su futura ex-mujer, dejándome al cargo de los críos. Solo esperaba que, por el bien de todos los presentes, el Capitán Pistilos ni muriera, ni desapareciera, ni perdiera las comunicaciones. Puede que a otro las mieles del liderazgo le otorgaran un especial y dulce sabor, pero a mi hacía décadas que ya aborrecía tal responsabilidad.

Aun así, el trabajo es el trabajo.

- No hay más preguntas. - Visto lo visto, estarían a ciegas. Lo mejor sería tener los ojos abiertos y no dar un paso en falso sin comprobar antes donde habías puesto el anterior. Tenía la sensación de que aquella misión iba a joderse más pronto que tarde, y que solo podría confiar en sus iguales cuando comenzara el espectáculo por el cual todos habían pagado.

- Corrección, caracortada. - Me quité el sombrero y pasé la mano por el escaso pelo que tenía, peinandolo hacia un lado. - Los pilotos velarán por vuestro bienestar desde la comodidad de nuestros preciosos mechas y engels. Y los marines cuando estéis en aquella roca. - repliqué con el mismo asco que había utilizado aquel tipo. Corregida la pequeña aclaración sobre quien iba a vigilar el culo de quien, mis pasos me llevaron frente al Oráculo, comprobando de forma personal y de cerca los datos que mostraba.

No era una falta de confianza en las I.A., más bien era una cuestión de confianza en el trabajo manual y factor humano. Tras unos segundos revisando la información crítica que más interesante encontraba, desvié la mirada hasta mi futura ex-mujer, la directora Kyriakou. - Si la evaluación táctica ha finalizado, volveré al hangar a comprobar los mechas. - pidió así permiso para retirarse, por si acaso había algo más que añadir por parte de aquella reunión.

- Caracortada será tu puta madre cuando se la raje con mi verga.

Y acto seguido y sin avisar me abalanzo sobre Angus para darle un fuerte puñetazo en la cara.