Partida Rol por web

Cada sombra me parece un soldado polaco y nuestras botas resuenan en mi cabeza como si fuese el desfile de un batallón completo. Las casas parecen dormir como en un plácido estanque, es la calma que precede a la tormenta.

Rudol me susurra, provocando que mi corazón se acelere aún más de lo que estaba.

Si, parece un acuartelamiento. No creo buena idea acercarnos ahora, podrían descubrirnos, si es el edificio que sospechamos, seguro que tienen vigilancia. Tratemos de averiguar un poco más los alrededores, especialmente de este edificio y regresemos a informar.

En caso de que inutilicemos luego el vehículo, sería buena idea no estropearlo mucho, quitarle la distribución o las bujías, así lo podríamos usar nosotros luego de forma rápida.

Mientras estoy hablando con Rudolf, trato de observar si el cable del poste lleva a algún otro lugar y si hay grupo electrógeno que suministra al cuartel o hay algún tendido eléctrico y su recorrido.

Deslizandome lentamente avanzo junto con el oficial, avanzamos atraves de los callejones, hasta llegar lo que parece un almacen donde escoltan dos polacos. -Señor ¿cree que podriamos acercanos mas?. Tal vez podamos rodearles y ver si vemos algo por detras.- Dijo en un susurro.

-Al mismo tiempo me paro a contemplar la posibilidad de que en el alamacen haya  numerosa municion y explosivo, en ese momento me fijo en el suelo de la puerta del almacen para ver si hay marcas de ruedas orugas cerca, que indiquen la posibilidad de algun tipo de vehiculo dentro del almacen.

Asiento en silencio. y me muevo junto a Martin, buscando con la mirada a centinelas ocultos, delatados por el rojizo destello de sus cigarrillos...

"Calculo que habra 30 o 35 personas dentro, ¿no te parece?" Musito en voz baja "Supongo que tendran generadores como el de la casona... ese cable de telefono tenemos que cortarlo cuanto antes..."

Mientras avanzo tras mi compañero, permanezco atento, por si oigo el motor de otro vehiculo, que me indique la presencia de patrullas motorizadas o algun tipo de refuerzo...

Fallo mio. Y el numero de enemgios es cosa tuya, por su puesto, pero estaba haciendo una estimacion en base al tamaño de la casa, que parece poder albergar esa cantidad con bastante solvencia.

Disculpado, por favor, disculpado.

-Si, acerquemonos más, a ser posible, ver el interiór del almacen. Intentaremos no matar a nadie aún. Pero si a alguien se le va la mano o nos descubren, Prepara las granadas y el fusil.- comento en el mismo tono, sacando la pistola con silenciador y el subfusil, atado en corto( de fácil acceso).
Luego, protegidos por las sombras, tratamos de alcanzar la parte de atras, en sigilo.

Nos movemos con lentitud, permaneciendo cerca de las paredes y de los portales de las casa bajas. El olor de los establos se diluye en el frio de la noche a medida que nos adentramos en el pueblo.

"No parece haber nadie por las calles"

Cuando estamos lo suficientemente cerca le comento a hastings, entre dientes:

"No veo nada que parezca un almacen o algo asi ¿y tu? Creo que podemos dar la vuelta y comentarle al Oberleutnant, lo del cable de telefono y lo del coche"

Parece que no hay nada interesante más, al menos con el tiempo que tenemos como límite.

Bien, tampoco encuentro nada más, regresemos con el resto y ya veremos la forma de actuar.

Aunque sean polacos, me da algo de pena lo que nos toca hacer con el pobre pueblo. Si estuviese lleno de politicuchos, de los que no hacen mas que provocar los conflictos y mandar a los demás a morir, estaría felíz de arrasarlo hasta los cimientos.

En un pueblo de la perdida España, toco atacar un caserón que nos habían indicado con unos guerrilleros atrincherados. Matamos a una infeliz familia y a nadie de los que habíamos ido a buscar. Al revisar los cuerpos, la madre de familia era Lolita, encargada de limpiarnos los uniformes y el resto de la ropa y con la que habíamos hecho amistad. Una perrería de rencillas entre personas, el alcalde del municipio no tragaba la creciente influencia de la familia.

Dirck se asoma por una de las mugrientas ventanas de la posada mientras Karl se queda vigilando la plaza. Dentro queda unos pocos parroquianos apurando sus últimos licores y, en una mesa, tres hombres vestidos de oficiales conversan tranquilamente ante unos vasos vacíos. Por el aspecto y por los ademanes del posadero, el establecimiento está a punto de cerrar por esta noche.

Os acercáis con cautela para echar un vistazo más de cerca. El edificio posee un pequeño cobertizo del generador adosado a la construcción que es el que suministra la energía eléctrica al acuartelamiento. No hay guardias en la puerta y el jeep aparcado ante la entrada parece ser el único vehículo militar de la zona. Por lo que podéis descubrir asomándoos a las ventanas de la planta baja, veis varias habitaciones y contáis aproximadamente media docena de soldados. Cuatro de ellos están jugando a las cartas en una de las habitaciones y los otros dos están en el vestíbulo de pie fumando y conversando. Parece ser que es la dotación nocturna por si se produce una emergencia. El resto de la compañía debe estar descansando en los pisos superiores o en otros edificios del pueblo.

El agente de las SS desenfundó su pistola y le enroscó el silenciador antes de ordenar a Hastings que le siguiera en silencio hacia la parte trasera del edificio. El soldado intentaba averiguar si habían huellas de neumáticos que salieran del edificio pero el suelo era de adoquines y no se apreciaba nada. Avanzaron con todas las precauciones y llegaron hasta su destino sin problemas. Únicamente uno de los soldados se quedó mirando momentáneamente en vuestra dirección como os hubiera visto, pero la oscuridad y las coberturas de las casas os mantuvieron ocultos. Rápidamente alcanzásteis la parte trasera del cobertizo y echasteis un vistazo al interior mirando entre una grieta ancha entre las tablas.

El cobertizo era espacioso y dentro se encontraba estacionados en una fila ordenada tres jeeps como los que habíais visto en el puesto de carretera y además un semioruga blindado armado con una ametralladora de posicion. En los laterales se alineaban cajas de municion y sobre ellas se encontraban varias ametralladoras y un par de morteros.

Oficiales Karl, ¿qué opina? ¿Deberíamos seguirles? Así nos llevarán hasta el cuartel, aunque hemos quedado en unos minutos ya sabe dónde.

Sí, deberíamos seguirles o si nos vamos a demorar mucho, al menos los sigo yo. Así ya tendríamos localizado uno de los puntos estratégicos y los chicos no se pondrían nerviosos esperando a su Oberleutnant.

-Ok, volvamos. Ya tenemos el sitio para poner la bomba...- susurro con una sonrisa sadica en mis labios.

Con la mano, en silencio, indico a Martin el número de soldados que veo desde mi posición.

"Dos en el vestibulo y cuatro mas que Martin dice que estan en la misma habitacion... en esta casa caben como minimo dos o tres veces mas... aunque no hemos visto ningún oficial todavía. Vale"

Vuelvo a indicarle por gestos que nos replegamos y me deslizo con el maximo cuidado fuera de la vista. Una vez reunido con mi compañero le susurro "Ya esta. No podemos sacar mucho mas en claro, creo que es hora de que volvamos a informar"

Tras revisar los alrededores, encontramos algunos detalles más de interés.

Rudolf me hace señas para retirarnos. Buena idea, hemos visto suficiente. Ya un poco más alejados prevalece la idea de ir a informar.

Bien, vayamos con el oberleutnant, por lo menos por aquí parece asumible. Les sorprenderemos dentro de un edificio. Quizá podamos volarlo y asunto terminado. Veremos lo que han averiguado los demás.

Nos dirigimos al lugar de reunión. Mi subfusil hace recorridos acompañando a mi vista en amplios arcos para asegurarnos que no hay patrullas o similares, y que nadie nos sigue.

-De acuerdo, señor... Lo unico ¿no hay nada que podamos hacer ya aqui?. Me preocupa ese semioruga. -Expreso mis preocupaciones mientras trato de vigilar la zona y pienso si seria posible entrar por el techo. -Señor, ¿Cree que seria posible entrar por el techo?, ¿como podremos entrar al almacen, sin que nadie se de cuenta?