Partida Rol por web

Bueno, la alarma había sido dada pero la misión estaba cerca de ser cumplida. Angus debería de tener en el objetivo de su mira telescópica los explosivos, José suponía que si el francotirador veía que alguien se acercaba a ellos los detonaría de modo que todo se iría al carajo y cumplirían su misión principal. Lo malo es que él todavía estaba dentro de la base, y no quería palmar allí.

Empuñando con decisión el subfusil del sargento que envió al otro mundo, Pepe se dirige hacia el punto de entrada por el cual se coló en la base. Anda con rapidez, directo hacia su objetivo y sin llamar la atención.

Supone que sus compañeros ya habrán cumplido con sus respectivas partes de la misión y que solo queda reunirse con el comando y salir de allí.

José confía en la suerte y en sus nervios de acero para escapar.

 Me sobresalto y me preparo, observo por la mirilla a ver si veo algo, a Pepe, las cargas, soldados, lo que sea, y le transmito a Caparso lo que veo. 

- Mierda mierda mierda...

Las sirenas me sobresaltan. Agarro por el uniforme a Angus y le espeto:

¿Qué coño está pasando? ¡¿Qué coño está pasando?!

Agarro mi fusil y me preparo para la acción.

Angus se desembaraza de Caparso mientras vuelve a ajustar la mira telescópica del rifle en dirección al campamento. Las alarmas siguen sonando.

-Cálmate, ¿quieres? Vamos a ver -comenta observando por la mira-. Se ha montado una buena, parece que hay un grupo de soldados cerca de la zona de las tiendas. Creo que han encontrado unos cadáveres. Ese español no ha estado ocioso. Pero no consigo verle... espera... veo un hombre vestido de oficial acercándose a la alambrada que da al canal... creo que es él... espera, le están llamando... espero que no lo descubran.

Caminas a buen paso hacia la zona de alambrada por la que entraste. Cuando te acercas a la zona de las tiendas (a tu izquierda) ves que hay un grupo de soldados allí. Parece que han descubierto los cadáveres, uno de ellos sin ropa. Entonces dos de los guardias te ven y te señalan con el dedo mientras hablan apresuradamente. No sabes si te están llamando o si están dando parte de ti...

-¡Bien, ya habéis oido a nuestro tanquista! ¡Carrick, maneje el cañón, Doc usted encárgase de cargar la munición! ¡Tú! -dice señalándo a Arnold, el británico-. ¡A la ametralladora! Los demás agarraos bien. Larkin empiece a moverse con cuidado, que parezca que nos acercamos a inspeccionar que pasa. No pierda ojo de esas calles, creo que habían dos Panzers más. Si hay que disparar, que los cojamos por sorpresa.

Comienzo a cargar la munición con premura. Entre que cojo balas y balas, pienso en los posibles problemas que se estaban dando...la cosa no pintaba tan bien como parecía cuando llego el grupo. De todas formas, lo imprescindible era acatar órdenes, y no discutirlas, por supuesto. Ahora, tocaba no pensar, y si actuar.

A sus órdenes, mi Señor.

 Pongo en marcha el entrenamiento seguido a lo largo de tanto tiempo

  Esto es para lo que vine aquí... Para resolver este tipo de situaciones, Dios, espero estar a la altura...

Apunto a los que se acerquen a Pepe y los apunto alternando de uno a otro, el primero que trate de atacarlo, le disparo en el pecho. No quiero arriesgarme a fallar. Si cae, podré recargar, y apuntar al siguiente, y si alguno ha sobrevivido, seguiré rematando a los que hayan caído, me concentro en la idea vital de sacar a Pepe con vida de ahí, el recuerdo de un compañero perdido aún perturba mi alma...

Pese a los alarmantes gestos de los alemanes que acaban de descubrir los cadáveres del suboficial y del técnico, José sigue imperturbable hacia la alambrada rota para salir de la base. Con el dedo tenso en el gatillo del subfusil, camina erguido y marcial hacia su objetivo.

Joder, joder, joder, esta gente ha descubierto el pastel, espero poder salir de aquí con vida.

Cuando uno de los soldados que le gritaban a Pepe se descuelga su MP-40 del hombro, Angus no duda y apreta el gatillo. El balazo derriba al alemán y tiene el mismo impacto en el campamento que golpear con un palo un avispero. Todos los soldados corren a cubrirse mientras sacan las armas. Angus introduce otra bala en la recámara y busca una nueva víctima. Veis a Jose correr mientras varios soldados, ocultos tras unas cajas, le disparan ráfagas de subfusil. Afortunadamente fallan los disparos y el español consigue cruzar la reja y lanzarse al canal.

Sin embargo, una nueva preocupación viene a continuación. Los soldados que vigilan junto al Panzer al otro lado del puente, se acercan a la carrera y comienzan a cruzar el arco de piedra. Y peor aún, oís el ronco rugido del motor del tanque cuando este se pone en marcha...

Los alemanes te siguen imprecando pero, al ver que no les haces ni caso, descuelgan sus MP-40 del hombro mientras gritan. En ese momento resuena un disparo y uno de los alemanes cae abatido. Sin duda el bueno de Angus haciendo de ángel de la guarda. El tiro tiene el mismo impacto en el campamento que golpear con un palo un avispero. Todos los soldados corren a cubrirse mientras sacan las armas. Aprovechas el momento para correr hacia la alambrada y poder salir de ahí. Entonces tras de ti oyes el tableteo de los subfusiles alemanes. Las balas silban a tu alrededor o levantan la tierra a tus pies. Cruzas el agujero en la reja y te lanzas al canal. Sobre ti, oyes los gritos de los soldados que custodian el puente. Pero tus pensamientos están en el Panzer que hay al otro lado. Todo está yendo demasiado deprisa.

De pronto oís un disparo que resuena por encima del sonido de las alarmas. A ese le sigue el sonido más tenue del tableteo de las ametralladoras. Os miraís entre vosotros. La fiesta ha empezado.

-¡¡Larkin!!, ¡dele gas a esta cafetera! ¡Recuerde que a su izquierda está el canal y más allá hay un Panzer. Puede que por las calles de la derecha salgan otros dos más! ¡Que su artillero esté listo para disparar, vamos a sacar a los muchachos de ahí de una puta vez!

Aunque los germanos abren fuego con sus subfusiles, Angus hace bien su trabajo y cubre a José dandole tiempo para largarse de la base por el lugar que entró. Corriendo mientras las balas zumban a su alrededor, Pepe llega hasta el canal, al entrar en el agua siente como esta le llega hasta la cintura, luego va subiendo y le llega hasta el torso. Mojado y con el corazón a punto de salir del pecho, empuña el MP40 y lo sostiene por encima del agua para que no se moje.

Bueno, joder, ya estoy fuera, en nada Angus le pegará un tiro al explosivo y todo volará por los aires, es cuestión de pocos segundos, fijo. No puedo salir del canal sin que los nazis de la otra orilla me revienten a tiros, además tienen un panzer. Seguro que en este mismo instante se están acercando hacia aquí los alemanes que antes me disparaban. Les haré frente con el subfusil y las granadas hasta que oiga le explosión, en ese momento saldré del agua y me reuniré con mis compañeros. Tampoco puedo acercarme mucho al puente porque también lo van a volar. Habrá que confiar en Angus y su puntería, de momento no ha fallado.

- ¡Mierda! ¡Todo se ha ido a la mierda!

 Empiezo a elegir víctimas con la mirilla y a disparar. En cuanto me localicen, me cambio de posición para que crean que hay más de un tirador y además confundirlos.

- Caparso cúbreme, necesito cubrir a Pepe hasta que llegue aquí, tenemos que largarnos

!! A la orden señor !! !! A toda marcha !! Artillero, oriente el cañon y este listo para disparar !! Cargador, quiero una granada rompedora dentro de la reacamara, lista para abrir en dos al primer blindado que se asome y otra lista para recargar !! Ametralladora lista y vijilante !! Salgamos de aqui como manda la ley !! Si caballeros, a tiros con un tanque !!

Acelero el vehiculo dandole gas, nada detrendra este Panzer a toda marcha.

Mierda, hay que volar el puente o ese tanque nos hará pedazos.

¡Angus tengo que volar el puente, tengo que volar el maldito puente. Cúbreme!

Salgo corriendo en dirección a los explosivos del puente para hacerlos estallar mientras lanzo una granada hacia el grupo de soldados que está atravesando dicho puente. En mi carrera, intento buscar algo de cobertura entre farolas o lo que sea para ir avanzando sin que me disparen demasiado.

 Intranquilo como estoy, tengo que tomar una desición rápida. Si cubro a Pepe, puede que lo salve, pero si no cubro a Caparso, quizás muramos todos...

 Lo siento Pepe...

 - ¡Caparso, corre, te cubro! 

Y protejo su avance

Con un rugido de sus poderosos motores, el Panzer capturado por el teniente y los demás llegó hasta el final de la avenida donde se encontraba el campamento enemigo y el puente sobre el canal. Allí, Jackman, Larkin y el resto vieron como a su izquierda Caparso corría hacia el inicio del puente con la intención de detonar los explosivos antes de que dos soldados alemanes lo cruzaran. El soldado lanzó una granada hacia los enemigos pero estos se agacharon y el proyectil pasó sobre ellos estallando detrás y esparciendo una lluvia de gravilla.

Aún así, esa distracción era lo único que necesitaba Angus para entrar en acción. Apuntando con su rifle, disparó al primer alemán en el pecho, derribándole. El otro soldado disparó con su fusil sobre Caparso pero las balas pasaron zumbando junto a él sin tocarle. Angus recalibró su mira y apretó el gatillo otra vez. El alemán se reunió con su compañero en el más allá.

Por otra parte, Pepe se encontraba en el canal a unos diez metros del puente con la MP-40 preparada. Tres soldados alemanes aparecieron entonces, cruzando el boquete en la alambrada que Pepe había hecho. Pero el español los estaba esperando y una lluvia de balas salió a recibirles. Los alemanes se arrojaron al suelo y gatearon de regreso al campamento mientras los disparos de Pepe levantaban terrones de tierra por todas partes.

Y por último quedaba el Panzer enemigo, situado más allá del puente. La torreta giró, orientándose hacia la dirección de Angus y con la intención de desintegrar al francotirador. Pero antes de que pudiera hacerlo, el Panzer robado abrió fuego con un estallido ensordecedor. El obus hizo saltar por los aires la fachada situada tras el blindado alemán llenándolo de cascotes. El vehículo alemán avanzó hacia el puente mientras orientaba el cañón hacia la nueva amenaza, más peligrosa. Entonces Caparso alcanzó al fin el detonador y una gran explosión hizo saltar el puente por los aires.