Partida Rol por web

Tapándome la cara al ver el golpe que Bill le otorga a la pared, simplemente ya imagino el dolor que puede sentir y al escuchar la risa de aquella sombra, coloco las manos en mi cintura para hablar enojada. 

- Maldita sombra.  ¿Te crees inteligente al hacer esto? Ya lo pagaras. - la amenazo tras lo sucedido y escucho los planes de mis compañeros. - Apaguemos todo, yo puedo hacerlo ya que controlo el agua. - respondo a Batracius animada por su idea. 

Y mientras espero la afirmación de Bill, cierro mis ojos buscando concentrarme. 

Con el ímpetu del espíritu de taberna bullendo en sus venas, Bill preparó su mejor golpe, enfocó su objetivo y lanzó un tremendo puñetazo... a la pared, evidentemente.

-¡Hijo de...!- saltaba mientras agitaba la mano -Te crees muy duro, ¿eh? Pues ahora verás...- dijo alzando su puño sano, la sensatez no era su punto fuerte.

Justo antes de machacarse la otra mano en un ataque igual de inutil que el anterior le llegó a los oídos la idea de Patitas.

-Por intentarlo no perdemos nada, ¿no?- respondió encogiéndose de hombros.

La sombra sigue carcajeándose incesantemente viendo vuestra cara de estupefacción y especialmente, la cara de Bill intentando contener el dolor mientras le amenazaba levantando el puño sano en alto.

Pues manos a la obra -dijo Batracius crujiéndose las ancas delanteras.

Concentrándose, hizo uso de sus poderes para intentar derribar de los estantes y muebles las distintas velas repartidas por la habitación, para lo cual tuvo un éxito moderado, consiguiendo derribar algunas, pero aún quedaban velas impertérritas en lo alto de la habitación.

Bill, ¿puedes extinguir un fuego con tus poderes? Si puedes, intenta apagar aquellas de arriba. ¿Llevas algo de cerveza? -preguntó mientras reunía las velas que había derribado y las iba soplando para apagarlas- Porque si no puedes apagarlas, Bonnie podría intentar dirigir líquido hacia ellas. 

Oír a Batracius preguntarle si tenía cerveza le sentó como si le hubieran insultado, ¡si tuviera cerveza se la habría bebido!

-No tengo ningún líquido, pero puedo intentar apagar alguna vela- dijo con cara de concentración.

- ¡Yo lo haré! - pronuncio decidida mientras cierro mis ojos buscando concentración. El agua tranquilamente puede apagar las velas y así embaucar a la sombra. 

- Veamos...  - expreso al extender mis manos y generar agua o al menos intentarlo. 

El esfuerzo combinado de los tres lutines consigue apagar las velas que iluminan la habitación, sumiéndolos en la oscuridad. Batracius lo hace derribando algunas velas, Bill extingue el fuego de otras tantas y Bonnie condensa la humedad del aire formando una pequeña cantidad de agua sobre otras cuantas velas, suficientes para apagarla. La habitación queda sumida en la oscuridad y ya no oís las risas de la sombra. Tan solo alguna rendija de luz se cuela por los postigos cerrados de las ventanas.

Con el esfuerzo combinado de los tres, lograron el objetivo de apagar las velas. El equipo BBB no tiene rival.

¡Ajá! Funcionó, buen trabajo, chicos. ¿Ya no te ríes tanto, eh, sombra listilla? -dijo agitando el puño en la oscuridad, hacia nada en concreto- Aunque bueno, ahora no vemos un pimiento... ¿dónde estaba la puerta para salir de aquí?

Batracius empezó a tantear por la habitación, dejando a su espalda donde se suponía que estaba la puerta por la que habían entrado, y avanzando hacia la otra puerta que hubiera en la sala, de la cual no recordaba muy bien la posición...

Con una alegría reflejada en mi rostro, saboreo el triunfo por nuestra parte. - Lo logramos, si que si. - expresa al sonreír con naturalidad, pese a no ver absolutamente nada ya que la oscuridad inundó el lugar. - Batracius ... ¿Dónde estás?- pregunta tanteando con sus manos, una vez encontrarlo, no se separaría de él. 

- Es momento de buscar la salida... Bill, hazte cargo. - ordeno ya que él había ingresado a este lugar, que sea quien ahora nos saque de aquí. 

-¿Te crees que soy como la bola de pelo del pasillo?- preguntó Bill al escuchar la "orden" de Bonnie -Te informo de que yo no veo en la oscuridad- añadió mientras tanteaba su entorno buscando alguna salida o, al menos, algo que le pudiera servir de ayuda.

-Si fuera capaz de encontrar una vela podría encenderla con mis poderes y tendríamos una fuente de luz más controlable- dijo el rechoncho lutín con aire académico, como había visto hacer a Patitas en más de una ocasión -Vamos, que si vuelve la sombra soplamos la llama y listo-.

Tanteando las paredes conseguís llegar de nuevo hasta la puerta que da al vestíbulo. De camino escucháis algún ruido de algo que ha caido y se ha hecho añicos. Nada importante seguramente.

Abrís la puerta y la luz del pasillo casi os ciega, pero la sombra no se ha vuelto a manifestar.

Estais de nuevo en el distribuidor principal.
 

De pronto escucháis un grito estridente. Algo así como -¡Yahooo! proveniente de las escaleras superiores. Cuando os fijáis veis aparecer a Zalakatunga montado sobre una alfombra voladora haciendo un vuelo rasante. El lutín paree manejar la alfombra de forma un tanto torpe, pero efectiva. El vuelo termina en mitad del distribuidor con un derrape que provoca que el lutin salga dando tombos. A nadie se le habría ocurrido que una alfombra pudiese derrapar.

Zala no parece haber recibido ningún daño por ello.

La voz de la mujer vuelve a hacer acto de presencia, proviniente del cuarto de la izquierda.

-¿Disculpe?¿Oiga?¿Me oyen?

- ¡Nooo meee ageeeepientooooo deeee nagaaaaa.....! - Chilla Zaladin antes de dar un tripe giro mortal luego que la alfombra derrapase cual coche de formula uno (Una especie de carreta de carreras impulsada por un lutin en su interior).

Por causalidad del universo (o pura suerte de lutin) Zala recupera su postura de un salto completamente intacto tras su ardid volador. - ¡Ta daaaannn....! ¡Y aki ezta la alfombga pada gepagag! - anuncia el lutin disfrazado que tras el esfuerzo no logra contener un gas que escapa de su cuerpo por algún sitio donde el sol no llega.

- ¿Y eza voz de allí? - agrega sorprendido por que aun no han hecho nada con quien o que esta detrás de la enigmática puerta.

Para finalizar Zala se pregunta ¿Y donge ezta el gato?

Al salir observo con los ojos como platos a Zala y sin pensarlo demasiado, tomo carrera para dar un salto con intenciones de sujetarme en una de las coletas de la alfombra. - Volaaaaaaaarrrrrrr. - grito enloquecida mientras intentaba con mis manitas sostenerme, era bastante difícil al zarandearme tanto por los movimientos ondulantes de la misma. Daba igual, me estaba divirtiendo a lo grande. 

- Únete Batracius, vamos Bil... - incentivo a mis compañeros para que se sumerjan en la odisea de la alfombra mágica. - Llévanos lejos zala, tú puedes.  - sugiere al lutin draconiando con una sonrisa.