Partida Rol por web

El resto del recorrido fue bastante tranquilo, no había mucho mas que decir mientras Ricardo acompañaba a Silvia a buscar sus cosas en el hotel para luego terminar de nuevo en aquel sitio en donde casi disfrutaban de una buena película. Pero la sensación de encontrarse en ese sitio era diferente, casi un poco oscuro mientras dejaba que ella se organizara sin apuro, pensando lo que significaba lo que estaban haciendo y una vez mas, sintiendo que algo no estaba bien con la policía, sin saber como harían para salir de aquello.

Segura que tienes todo?

Le preguntaba Ricardo sonriendo de nuevo al escucharla y verla lista con sus cosas, parecía que tenía todo mientras que él, aun no estaba muy seguro que decirle a su madre. Estaba claro que no le comentaría nada de lo que pasó para que no se preocupara, también dejarle claro que seguirá trabajando casi como siempre en la panadería para que no se preocupara tampoco por eso y sin embargo, como justificar ese cambio tan brusco.

Si, no creo que tarde mucho la verdad así que si luego quieres comer en algún lugar, podemos aprovechar.

Le terminaba diciendo con una media sonrisa en sus labios, ya empezaba a darse una idea de que decirle a su madre por lo que con algo mas de calma, se mostraba dispuesto a salir de allí con Silvia, aunque antes de hacerlo, no dudó en acercarse a ella para ayudarla con su maleta. Sabía que ella podía sola, pero le sabía mal dejarla arrastrar esa maleta cuando él lo podía hacer sin ningún problema.

Ves que Antía hace gestos imitando un apuñalamiento repetitivo pero cambia de cara en cuanto le preguntas por Brais. Dirías que se sonroja levemente...

- Pues espero que venga de noche... - su voz no suena tan segura como hace un momento. Notas que en su tono desea que venga y a la vez tiene cierto reparo.

- Así que la catalana se rinde y no quiere ayudar... - dice con cierto tono de lamento - ...pues señorita Tarja puede usted proceder a pochar la verdura y de paso a hacer los dulces suecos esos...

Echa un reojo a la sala donde está Perséfone descansando tras la ardua tarea de pelar cebollas y le saca la lengua.

- Y bueno Tarja, ¿qué más platos típicos tenéis en Suecia?

-Uuuuhuuu.. te pones coloradita? Pues, sabes qué,  yo también lo espero.... yo también....

Miré a Antía con los ojos en una burla, en un grito alto y claro. Me las iba a pagar. Y todas juntas.

Cuando Xandre apareció por la puerta afilé los ojos como un gato mirando a un ratón. De repente volvía a sentirme enfurruñada...

-Las catalanas no nos rendimos!! Deberías escuchar nuestro himno... - Intentaba sonar muy digna y calmada, pero sentía una rabia repentina subirme por el cuello y colorearme las mejillas. Qué se supone que esperaba que hiciera? Si intentaba picarme lo estaba consiguiendo pero... Bah, Perse! para qué?  -  Es solo que no peleamos batallas que no podemos ganar...- miré a Antía con ojos de ahogado mirando un salvavidas y busqué las palabras. -Esas cebollas han sido un contrincante realmente duro... quiero arrancarme los ojos...

Me hundí un poco más en el sofá dejando escapar un bufido resignado. Y volví a mirar a Antía... Esta vez fui yo la que apuñaló repetidamente el aire ante mi.....

Con el taxi el viaje a la panadería de Ricardo no llevó mucho tiempo, era el mismo lugar en donde él vivía con su familia por lo que estaba seguro que vería a su madre si o si. Era en esos momentos en donde se sentía algo mas inquieto, no le gustaba mentirle a su madre y al mismo tiempo, no le gustaba preocuparla y aunque había tomado la decisión de que iba a decirle para justificar que por unos cuantos días estaría viviendo en otro lugar, intentaba ultimar los detalles en su cabeza...

No tardo.

Eran las palabras de Ricardo cuando llegarron al lugar, no era que no quisiera que Silvia la acompañara, pero conociendo a su madre podía darse ideas raras si caía en la casa con una mujer que no ha visto antes. Eso no solo terminaría siendo algo incómodo para ambos, sino que seguramente podría arruinar algo que no sabía realmente que hacer o pensar al respecto con todo lo que pasa. Sin embargo, como había dicho, Ricardo no tardó mas de veinte minutos en regresar con un bolso de viaje y una leve sonrisa en su rostro.

Adentro se mostró con prisas, le explico a su madre que un amigo noe staba bien y que iban a quedarse con el unos días, también le aseguró que iria a trabajar como siempre mientras que por otro lado, para no enredarse con sus palabras, le aclaraba que iba con prisas y que la llamaría antes de la cena. Fua asi que agarrando algunas mudas de ropa, Ricardo hizo su bolso, también tomo algunas cosas de baño para su higiene personal, incluso su portatil con el teclado y los auriculares al igual que su estuche de dvd's. Era raro, pero siempre que se iba a un sitio por largo tiempo, se llevaba esas cosas, una costumbre de cuando estudiaba, incluso si no lo iba a usar.

Todo listo.

Era lo que decía una vez adentro, solo les quedaba dirigirse al piso y acomodar sus cosas, aunque era raro lo que Ricardo sentía en esos instantes. Se estaba metiendo en un lio que nunca se imagino verse a si mismo, algo digno de películas de suspenso les estaba pasando y el seguía allí... No deseaba dejar a Silvia sola, estar con ella seguía provocándole algo que prefería no pensar, sabía que no era el momento por lo que tomando aire profundamente, le dedicaba una sonrisa... Solo faltaba conocer la "nueva casa"

Cuando Ricardo se metió en su casa, Silvia miró hacia el taximetro y comprobó que, aunque estuvieran parados, no dejaba de subir a toda velocidad. Decidió pagarle al hombre y apearse del vehículo para esperar en la calle. Ya cogerían otro taxi si lo veían imprescindible, pero pasaba de tener que pagar por estar estacionados.

Cuando el chico regresó la encontró sentada en un portal, con la maleta delante y cara de aburrimiento. Al verle sonrió y se levantó, sacudiéndose los pantalones.

- ¿Que tal te ha ido con tu madre? - Le preguntó y una suave sonrisa aleteó en sus labios. 

Deja a Persefone, comprendo que no esta con ganas de ayudar en la cocina. Asi que no te metas con ella.

La guiño un ojo y luego me giro a Xandre. Pues la verdad es que mi madre es española y he aprendido todo lo sueco por parte de mi abuela cuando la voy a visitar, asi que puedes imaginarte. Rollos de repollo, albondigas al estilo sueco y las de patata, ademas de pastel de ruibarbo que lo odiaba....preferira los pastelillos de almendras y punsch, aunque no me quedan igual.

Lo cierto es que para cuando salía sintiendo un amargo sabor a victoria por lograr salir sin preocupar a su madre, incluso le aseguraba que no se preocupara y que tomara el tiempo necesario, se percataba que al final debió tardar mucho mas de lo esperado. Ver a Silvia allí esperándolo de pie y con la maleta a un lado, le hacía sentirse un poco culpable. Desde cuando el dejaba a una chica tan hermosa esperando de esa manera?

Bien, no hay nada de que preocuparse... Solo dejar nuestras cosas y ver en donde podemos salir a comer.

Le terminaba diciendo acercándose a ella mientras que al sentir que debería comer algo, no pudo evitar aprovechar la oportunidad para invitarla y si lo pensaba, no era mala idea. Iban a un piso que seguramente había que limpiar y arreglar, hacer compras para llenar la heladera... Se apostaba que no debía haber nada y esa, era una buena escusa para distraerse un poco.

Claro que ya le había dejado caer una propuesta así cuando ella terminaba de armar su maleta, pero no recibió una respuesta aunque en el fondo, Ricardo creyó ver una sonrisa que le daba esperanzas de tomarlo como un si. Pero nada era seguro y ademas, tampoco estaba seguro de que ella quisiera salir realmente teniendo en cuenta todo lo que estaba pasando, no deseaba forzarla y era raro, con ella estaba sitniendo inseguridades y nervios que no era normal que sintiera...

Ahora es Antía quién empieza a hacer gestos de apuñalamiento y de partir a la mitad con una sierra a la escandinava. Se ve que no le gustan sus palabras.

- ¿Qué diferencias hay entre albóndigas suecas y albóndigas españolas? - pregunta con curiosidad - ...y no me meto con Perséfone, sólo quiero que colabore...ser nueva en un sitio es aburrido hasta que tienes amigos...y nada mejor que cocinar y mancharse bien para echarse unas risas...

Se ve que su forma de hacer amigos es acabar lleno de tomate y harina.

No se si las españolas se haran igual, las suecas llevan miga de pan mojada en leche, cebolla corta en trozos pequeños. Se sirve con pure de patatas y salsa de arandanos.

Miro al salon. Dejala se como se siente en este momento y puede que lo que ahora necesite es estar sola con alguien que conoce bien para centrarse.

- Pues más o menos como las españolas...o así las prepara mi madre... - dice Xandre - ...así que ponte a preparar los pastelitos que empieza a entrarme el hambre con esto de hablar de comida...y bueno Tarja...¿qué te parece esta situación?

Tras coger las cosas necesarias os desplazáis al edificio donde Xabier y Michi viven. Al timbrar os responde Xandre y os abre la puerta, en el piso están Antía, Perséfone y Tarja con el.

- Muy buenas...¿necesitáis ayuda con las cosas?... - pregunta mientras se acerca para ver si traéis demasiado peso. Lleva puesto un delantal y en el piso huele a boloñesa que tumba para atrás - Estoy preparando la comida por si tenéis hambre...o ¿ya habéis comido?

La verdad es que es un poco rara digo antes de empezar a meter mano en la harina para hacer la masa de los pasteles.

Hay cosas muy raras por el mundo, pero creo que ninguno piensa en que le pueda pasar algo asi o verse involucrado en algo asi. Ha llegado alguien mas, parece que los que estaban en el hospital, saludo con un gesto con la nariz manchada de harina antes de volver a mi pequeño quehacer.