Partida Rol por web

Te duele la cabeza, el cuerpo te palpita, y parece que llevas horas mirando el blanco del techo y oyendo el "ping" de algun equipo médico electrónico. Cuando de repente eres consciente que estás atada a la cama con correas de retención y un hombre con gafas te observa.

Iara estaba bastante aturdida por la brusca forma en que se había desmayado.-¿Quién...dónde...qué?-consiguió murmurar.

El aspecto del lugar no le inspiraba confianza, y mucho menos el hombre de las gafas, y todavía menos la situación en la que ella se encontraba.

Trató de gritar nuevamente, pero todo lo que pudo emitir fue un débil ahogo. En estos momentos, era bastante improbable que saliera ilesa...o viva.

Hago unas anotaciones en mi cuaderno y vuelvo a mirar a la paciente.

¿Se encuentra bien señorita? ¿Puede oir mi voz?

Iara se puso como loca. La ponía muy nerviosa que el tipo estuviese tan tranquilo, estando ella en esa situación.-¡¿Quién demonios es usted?¿Por qué me tiene aquí?¿Qué es lo que está pasando?¿Dónde están mis compañeros?!-chilló con la poca determinación que pudo encontrar.

Frunzo el ceño de preocupación y procuro poner mi voz mas suave:

No se alarme señorita, la medicación ya debe de haber hecho efecto... intente recordar ¿que hizo anoche?

Iara no entendía lo que estaba pasando, pero lo mejor era hacer caso, no estaba en posición de negociar.-Yo...no estoy segura.-dijo, mirando con desconfianza al hombre.-Fui secuestrada, y puesta en algo como...como las películas de "Saw". Mi equipo y yo tuvimos primero que atravezar un complejo de metal, luego una selva, y luego un edificio.-Miraba con detenimiento al doctor. Aún si sus intenciones son buenas, ¿cómo creer una historia así?

Miro a mi paciente y tomo notas en la carpeta que llevo con cierta cara de preocupación.

Señorita, quiero que me escuche atentamente ¿de acuerdo?

Debe entender que esas fantasias no son reales, usted recibio un fuerte golpe al caer del escenario anoche, lo que le provocó un delirio esquizoide. No se ofenda por favor, es algo normal en este tipo de lesiones. Dígame ¿de verdad no recuerda el concierto?

Intento poner cara de compresión para no violentarla.

Iara abrió los ojos como platos. Hacía al menos tres días que tuvo un recital...¿no?. Sacudió la cabeza, y trató de hablar de forma calmada.-Escuchemé, yo no tuve ningún recital, y todo lo que conté fue real. De hecho, tengo un corte producido por el machetazo de un tipo, dentro de ese...juego.-Era imposible que el doctor no viese su corte, ¿cómo podría explicarlo?¿Qué justo se calló en un cuchillo de medio metro de largo?

Mire... no quiero agobiarla, pero piense por favor. Soy consciente que la medicación es algo fuerte, pero usted ingreso de madrugada con varios cortes y magulladuras producto de su caida, y digo más, aun tuvo suerte de golpear la valla de costado en vez de caer sobre ella a peso muerto.

Me retiro un poco de la cama

Volvere en un rato, por favor, medite lo que le he dicho.

Iara no lo podía creer, simplemente no lo podía creer. ¿Acaso había sido un sueño? ¿No estuvo a punto de morir? ¿No se perdió en la selva? ¿No peleó con los japoneses, con los europeos, con el puto francotirador? ¿No conoció a Daniel, a Luis, a Jack? Estaba tensa, pálida, en trance, ¿qué vendría a continuación?

Al cabo de un tiempo que te parece una eternidad, la puerta se abre y el doctor vuelve a entrar acompañado de un camillero y una enfermera.

Bien señorita, las radiografias són correctas, la pua de la verja no le llegó a ninguna arteria, el TAC también está perfecto.

Digo mientra la enfermera le cambia el suero y el camillero se situa al lado de la cama.

Ahora señorita, vamos a soltarla, viendo que está usted consciente, creo que le hará bien dar un paseo por el jardín del hospital, debe darse cuenta de la realidad por si misma ¿comprende?

 De repente a Iara le vino una idea a la cabeza, una clase de explicación. Se sonrió un poco y dijo.-¿Sabe qué doctor? Creo que era un sueño, lo que le estaba contando. La medicación, supongo que me hizo mal. Ver un poco de sol me sentará muy bien.-se relajó pero no les sacó la vista de encima a ese grupo de lunáticos.

A una señal del doctor, el camillero y la enfermera empiezan a soltar las correas de retención, con cuidado y una a una, primero los brazos y luego las piernas.

Tiene razón, además no es bueno estar tanto tiempo tumbado.

Sonrio levemente.

Tiene un par de horas antes que le traigan la comida ¿debo consignar alguna dieta especial, alguna alergia alimenticia conocida?

-No, ninguna. Aunque, ¿no tendrá un cigarrillo?-sacudió la cabeza.-Olvídelo, ya se la respuesta.-Se sentía cansada, pero no podía bajar la guardia. Nada le aseguraba que estos "doctores" no fuesen parte del juego.

Enfermera por favor, indiquele a la señorita donde está el jardin... y

me rasco la cabeza pensativo.

¿quiere avisar a algún familiar, algún amigo?

Se quedó pensativa unos momentos.-No, no quiero que se preocupen. Estaré bien.-dijo, y se encaminó con la enfermera hacia el jardín.

El aire fresco te golpea el rostro al salir al jardin donde otros pacientes pasean. No puedes evitar notar la tremenda diferencia con la pegajosa humedad que has sentido estas últimas horas, y un temblor naciente de la fresca brisa te sube por la espalda.

Desde el jardín puedes ver la calle detras de las vallas, con escenas totalmente cotidianas y normales, incluso a un policia de Boston poniendo una multa a un coche mal estacionado.

Iara se frotó los ojos y dijo a la enfermera.-Esto es Boston, ¿no? ¿Cuándo podré volver a mi casa?-no podía creer lo que estaba pasando. Hasta hace unos momentos, nada más, estaba prácticamente muerta y ahora...