Partida Rol por web

Año Imperial 2520 24º Labrario

Amanece una soleada mañana de primavera y partis hacia el oeste en dirección a Talabheim por el "Viejo Camino del Gran Bosque".

La mayor parte de la mañana transitais el camino que sigue el río Styr aunque los árboles suelen escurecer su vista casi todo tiempo.

Después de hacer una pequeña parada para comer, partes de la ruta pasan por colinas con verdes prados en los que se ve todo el esplendor de Rhya, llenos de las delicadas flores de primavera que asoman sus pequeñas cabezas por encima de la verde hierba, y a vuestras narices llegan sus delicados aromas esparcidos por la brisa en busca de algun insecto que recoja su dulze polen.

Mas tarde algunas secciones del camino cruzan a través de bosques densos y oscuros.El crepitar de la brisa en las hojas de los arboles parece una cancion de ancestral, entonada por Taal que avisa a los viajeros incautos de no adentrase demasiado en sus dominios.

A última hora de la tarde llegáis hasta los restos quemados de una casa de peaje.

La tragedia que le acontecio a esta estructura no es reciente, la puerta está rota y ya hace un lado del camino, vigas calcinadas son todo lo que queda del tejado y una parte de los muros se han caído. Aún así, queda lo bastante de los muros como para proporcionar algún resguardo frente a los elementos. Tambien se perciben evidencias de antiguas fogatas entre los muros y suficiente material como para construir un cobertizo improvisado o una techumbre en una esquina.

Tras terminar aceptando a la "curandera" en nuestro grupo, pasamos la noche celebrando la suerte que había tenido Emmerich en encontrara a una gente como nosotros, que creyese su historia y se embarcase en su liberación. La noche pasa entre risas y chanzas, y un banco de la posada vuelve a servirme de lecho.

Con el amanecer un ligero desayuno, una "corta" despedida y seguimos con nuestros andares hacia Talabheim.

- No se bien que véis los humanos en hacer caminos tan expuestos. Recuerdo los caminos que unen los Karak de mi pueblo y las patrullas que los vigilan, y al mismo tiempo recuerdo esos ojos rojos seguidos de chillidos estridentes. - Bajo tierra el camino es mucho mas seguro, ... la mayoría de las veces.

Árboles, claros, arbustos y animales salvajes, repetido una y otra vez hacía el decorado que llamaban "Viejo Camino del Gran Bosque". Lo único bueno que tuvo esta parte del viaje fué la parada para comer, aunque fuesen raciones.

La tarde va decayendo y la noche despertando, en otro lugar diría de continuar, pero tras las desventuras vividas por otros viajeros y relatadas en la taberna, lo mejor era buscar un lugar para descansar. Suerte tenemos que en uno de los recodos del camino podemos ver los restos de una antigua casa y aunque algo maltratada, nos podría servir para pernoctar.

- Bueno, no es una taberna. Pero estaremos mejor que en medio de un claro.

Cualquiera que nos viese pasar no podría por menos que sorprenderse al ver a tan extraño grupo pero por ahora no nos ha ido tan mal y ehh , el enano hasta empieza a caerme simpático .Mientras recorremos el Viejo Camino del Gran Bosque les recuerdo la advertencia de que no convenía salirse del camino y de los peligros que acechaban a los viajeros desprevenidos .Hay que tener cuidado y caminar con las armas a mano..si la mitad de lo que me dijeron en la posada es cierto los goblins no son el mayor peligro por estos lugares
_____________________________________________________________________________________________________________________
Cuando el sol se va poniendo hay que encontrar un lugar para pasar la noche y entonces encontramos los restos de una casa de peaje que parece un lugar mas que adecuado .Ahora solo queda acampar y prepararse para pasar la noche co cierta seguridad .Yo soy de ciudad y me manejo mal en todo lo que supone acampar pero me ofrezco para hacer las dos primeras guardias comento al ver que los demás comienzan a ponerse cómodos

No recuerdo bien cómo ni cuándo llegué al banco para dormir pero si recuerdo despertar con Konrad a mi lado. Siempre despertaba antes que él y aprovechaba para mirarle dormir. Tenía un respirar profundo pero no era molesto ni roncaba. La gente aún dormía dado que era bastante temprano por lo que me atreví a acercarme y le besé en la comisura de sus labios. Por un momento pensé que despertaría y me sonroje sobremanera pero enseguida recobré la compostura y volví a sonreír. Definitivamente estaba enamorada, era innegable. Pero no tenía ningún tipo de experiencia en el amor y me sentía confusa.

Tenemos una nueva miembro en el grupo...¿debería preguntarle? Es muy atractiva y estoy segura de que podría aconsejarme...pero me da vergüenza y aún no la conozco lo suficiente...

Meditaba en ello cuando Haarig nos despertó y nos preparamos para el viaje. Me despedí con afecto del posadero y prometí hablarle bien de su estofado de venado. Era una chica de palabra y lo cumpliría. Recogimos nuestras pertenencias y provisiones y emprendimos el camino.

Durante el trayecto intenté sin mucho éxito cazar algo para ahorrar provisiones, pero no me fue posible aunque llegué a avistar una liebre y por poco la atrapé. Creo que Mordrin encontró alguna cosilla pero nada destacable.

La verdad es que no tengo idea de por qué los caminos son así Maese enano, desde que nací ya estaban puestos y me da pereza cambiarlos. - bromeé. Cada día confiaba más en mis compañeros y les estaba cogiendo mucho cariño.

También hablé con Styrine aprovechando que nos retrasamos ambas. No deseaba que el resto escuchara nuestra intima conversación.

Al empezar a anochecer vislumbramos una pequeña ruina y unas hogueras. Decidí observar las hogueras, algo me llamó la atención. Después improvisé con ramas tupidas de árboles cercanos una especie de refugio y con el yesquero encendí un buen fuego para que nos calentarse durante la noche. También coloqué el cepo en una zona de arbustos por si tenía suerte de cazar algo durante la noche. Valía la pena intentarlo. 

Me acerqué a Styrine. Aunque no nos conocíamos mucho sentía que era una mujer confiable y su apariencia no me inspiraba temor. Decidí conversar con ella y entablar amistad.

¡Hola Styrine! ¿No te importa que te llame por tú nombre, verdad? Yo soy Myrcella, me alegra que decidieras acompañarnos. - le sonreí. Quería agradecerte que me hablaras de las plantas de tu tierra...siempre me ha encantado la herbología aunque no soy para nada una entendida. Solo ayudaba a un viejo sacerdote Shallyano a realizar ungüentos y remedios caseros pero era divertido y me trae buenos recuerdos.

¿Siempre has sido curandera? Me gustaría consultarte algo...espero que no te importe. Cuando estoy cerca de Konrad siento que mis mejillas arden y que mi estómago se remueve como si tuviese mariposas. ¿Crees que pueda ser algo malo? Nunca me ha pasado algo parecido y no he tenido amigas con quién hablar...

Parecía atenta escuchándome y varias veces me pareció verla sonreír pero no me atreví a preguntarle por qué.

Volvimos a ponernos en camino tras un ligero desayuno, con un acompañante más. Al enano no le agradaban los espacios tan abiertos, y a mi tampoco demasiado. La desconfianza con las posibles represalias del cazarrecompensas me seguía como una sombra, quizas me estaba volviendo paranoico.

Los caminos estaban rodeados de verdor en esta época, la visión era impresionante. Intenté encontrar algo de comer, pero la vida en los caminos aún era nueva para mi.

Al atardecer encontramos los restos de una vivienda, un sitio perfecto para guarecernos por la noche. Era buena idea construir un refugio y buscar algo de comer.

Había restos de fogatas en el recinto, pero no era capaz de discernir cuanto llebavan ahi.

La suerte nos había sonreído y tras patear un poco el suelo por donde pisábamos, pudimos encontrar unas cuantas raíces comestibles junto a un nido de erizos, que tras una pequeña batalla de ingenio, entraron al zurrón y como proteínas animales para nuestra comida.

- No son gran cosa estos bichos. Digo señalando al zurrón de donde salen unos lastimeros chillidos. - Pero en una sopa, junto a las raíces ... nos valdrá como sustento.

Myrcella estuvo mirando por los alrededores para comprobar que la zona fuese segura. Al acercarse a las hogueras pudo comprobar que estas no eran recientes, nadie había acampado ahí en los últimos días. Sin embargo, algo le llamó la atención y le preocupó. Decidió avisar a sus compañeros de lo que había encontrado.

¡Ey muchachos! Mirad lo que he encontrado... - ​dije señalando los agujeros en el suelo, los huesos de animales pequeños, los restos de ropas desgarradas y los fragmentos de cuerdas.

Esto no me gusta ni un pelo. Yo relaciono este hallazgo como posible nido de goblins muy cercano... No sé qué pensaréis el resto pero igual este sitio no es muy seguro... ¿Que hacemos? Recién acabo de prender la hoguera...

Tras la charla de la noche pasada con Myrcella, Styrine se sentía confundida ¿habría interpretado la joven que tenía algún interés en el muchacho? ¿o solamente se trataba de una chiquilla enamorada? Fuera como fuese los consejos que le pudo dar fueron ambiguos y asépticos, como las predicciones de un impostor haciéndose pasar por vidente. Esperaba no tener ningún problema con sus nuevos amigos así que, de momento, no mostraría ningún interés de ese tipo en ellos. Aquella noche Styrine tardó en conciliar el sueño pero el cansancio la venció y durmió profundamente hasta que el ulular de Ujú la despertó, como siempre, unos minutos antes del amanecer.

Después de realizar sus deberes espirituales y sus rutinas con Ujú, Styrine va dando los buenos días a sus nuevos compañeros uno a uno mientras van despertando. Poco después del amanecer tras una pequeña charla decidieron continuar con su camino.

A medida que se adentraba el día Styrine comenzaba a sentir hambre, era hora de disfrutar de la grandeza de Taal o de la abundancia de Rhya.

¿Un nido de goblins cerca ?comento mirando a mi alrededor.No me gustaría que cayeran sobre nosotros mientras descansamos pero si dormimos al aire libre no estaremos mas protegidos .En fin no ya os he dicho que no soy muy bueno en estas cosas pero ¿no es mas fácil defenderse aquí?

Styrine se agacha al llegar al centro de las ruinas examinando detenidamente el suelo. Tras un par de minutos y vueltas rebuscando no encuentra más que desperdicios y basura. De entre ellos, unos pequeños jirones de ropa y trozos de cuerda, con ellos en la mano reflexiona durante unos segundos volviendo a salir al exterior.

- Desde luego que si hay pieles verdes en la zona acampar no es seguro en ningún sitio querido amigo - digo contestando a los comentarios de Otto y Myrcella - los restos de ropa y cuerdas pueden ser un mal presagio, Taal no lo quiera - dice la hechicera mientras recita una rápida plegaria - si queremos pasar la noche aquí deberíamos montar guardia, creo que Myrcella debería hacer el primer turno, a no ser que opine lo contrario- dice mirando a la joven - yo preferiría el último turno pero si he de hacer guardia haré cualquiera de ellos- hace amago de concluir su proposición pero continúa precipitadamente - si veis un búho por favor no le hagáis daño- dice con un gesto de preocupación que sus compañeros aún no habían visto. 

Myrcella escuchó las palabras de Styrine y asintió diciendo.

Me parece bien, yo haré la primera guardia. Si detectase cualquier peligro daría la voz de alarma... Recordad que en esos arbustos he colocado mi cepo. Si cae algún piel verde perfecto pero mejor que no sea ninguno de nosotros... - comenté con calma señalándoles a todos el lugar. La noche es fría y ya he encendido el fuego pero necesitaremos más leña para mantenerlo durante la noche. ¿Alguien se ofrece?

Finalmente añadió.

Supongo que descansaremos ocho horas hasta rayar el alba. Propongo dos horas por cabeza de guardia y uno libra esta noche. ¿A quién despierto al terminar mi guardia? Si, no te preocupes...tengo en cuenta lo del búho.

Yo iré a buscar algo más de leña.- contesto, sintiendome algo inutil al encontrar apenas algunas setas para la cena.- Y por las guardias, puedo hacer dos, si alguen me la cubre mañana, no es nuevo para mi.

Me adentré en las ruinas para dejar mi petate, y ajustandome la espada la cinto me puse a recorrer un poco la zona buscando algo de madera seca para la fogata, intentando no perder de vista el improvisado refugio.

Si los humanos tuvieramos que vivir del bosque no habriamos inventado las ciudades...

Lo cierto es que nunca había viajado por la naturaleza, puesto que en casa eso implicaba acabar rodeado de no-muertos, o algo peor. Este no era mi sitio, pero aportaría mi granito de arena, aunque tuviera que tragarme mi maldito caracter.

Cuando Myrcella encuentra los restos en la pequeña construcción y nos dice que podrían ser obra de goblins, levanto la cabeza del despiece que estaba haciendo con los erizos. Y con una furia, que no va mas que dirigida a esos sucios seres nacidos de los inmundos pozos, mas allá de las montañas digo. - Espero tener la suerte de que vengan esas criaturas, esas sucias y despreciables criaturas*.

Ahora sabiendo que podríamos ser atacados en cualquier momento por esos seres, ya no podría dormir sin derramar su sangre.

- No tengo problema en hacer las guardias que hagan falta, sería una lástima que esos bichos vinieran y me pillasen durmiendo ... no señor en mi guardia no ocurrirá. Desenvaino el hacha. - Aparte, este acero no ha probado la sangre de goblin todavía.