Partida Rol por web

¡Por los pezónes del Gran Sigmar!-Los ojos del guardía os miran con incredulidad-¡Eso que oyen mis oídos es terríble! ¡Iré a buscar al jefe del pueblo!¡El tiéne que oir esto!-tras decir esto ois como sus pasos se alejan corriendo dejando la pequeña trampilla de la puerta abierta.

Unos tres minutos después la puerta comienza a abrirse lentamente con un sonido de crujir de madera, tras ella os espera un hombre de mediana edad de mirada curiosa acompañado del guardia que os hace gestos para que entreís.

Pasad viajeros pasad, mi nombre es Hergard Brauer; bienvenidos a Ossino. Contadme ¿que os a pasado?

Supongo que necesitais un sitio donde descansar... y poder lavaros un poco....Taal parece que os a favorecido pues en la taberna El Cisne Dorado encontrareís lo que buscaís.

Permitid que os guíe hasta allí mientras me relataís lo sucedido.

Ossino es un pueblo bastante insulso aparte del templo dedicado a Taal y Rhya. La estructura tiene unos diez metros de diametro ycon muros de tres metros de alto, y un pico central con unn techo de paja  que se eleva unos cuatro metros sobre el suelo. La unica y gran entrada al templo está orientada al este.

La entrada es de un metro noventa con una calavera de un bisonte de los bosques montada sobre el dintel que parece observar a todos los que entran en suelo sagrado. Montones de cebada cuelgan a los lados de la calavera.

La taberna se sitúa en la orilla para servir a los barqueros y comerciantes que navegan el río Styr. Al otro lado del río podeís ver un altar a la Ondina la diosa local y patrona de los que viven en el río.

Tras unos largos minutos en que el sonido de los grillos era lo único que rompía la tranquilidad de la noche, las puertas de la ciudad se fueron abriendo lentamente. Gracias a Grungni, habían tomado por ciertas nuestras palabras, tanto que con una deferencia en la que no cría que nos mereciésemos, el jefe del pueblo vino a hablar con nosotros.

- Poco hay que contar, señor  Hergard Brauer. Un viaje, unos goblins y su lobo ... unos grovi menos que den guerra en estos bosques. Hago un gesto con la mano restándole importancia. - Aunque puede que ante una buena cerveza y una comida caliente, la historia mejore considerablemente. No me gustaba contar ese tipo de cosas en la calle, las buenas y verdaderas historias se contaban al calor del fuego y con una buena cerveza, estaba claro que los humanos no tenían modales. - Sin que me pese, he de decir que fueron mis compañeros los que mejor se desenvolvieron en la lucha.

La verdad es que no contábamos  con ser tan bien  recibidos  ya que  hemos  llegado  a unas horas de lo mas intempestivas   y  menos siendo forasteros en la región .Comento mientras  caminamos  hacia la posada.Es de agradecer y dice  mucho de este lugar y su gente .Carraspeo ligeramente antes de seguir .Es por eso que no quisiera abusar de su amabilidad pero ¿cuentan con  algún sanador que pueda ocuparse de las heridas de mis compañeros ?.Ellos han hecho lo que han podido pero yo me quedaría más tranquilo si alguien con mas conocimientos  les echara un vistazo .

El guardia no tardó en llegar con el jefe del pueblo, un tal Hergard Brauer. El hombre nos trató con amabilidad y nos ofreció acompañarnos hasta la taberna del pueblo, El Cisne Dorado. Mi actitud fue cordial, pero al estar pendiente de la pequeña, no intervine mucho en la conversación que entablan mis compañeros con el hombre. Solo cuando preguntó con curiosidad por lo ocurrido, traté de ser franca sin ofrecer demasiados detalles.

- Pues la verdad es que de camino a aquí, cerca de una casa de peaje, fuimos emboscados por unos sucios goblins que tenían un enorme lobo. Los caminos no son muy seguros estos dias, señor Brauer. Por fortuna conseguimos acabar con ellos aunque como puede comprobar no salimos ilesos. Agradecería que nos indicara donde poder sanar nuestras heridas... Le agradezco mucho el trato recibido a nuestras personas. ¿Qué tal por aquí? ¿Las cosas van bien en su bonito pueblo?

No intenté indagar más puesto que tan solo éramos unos forasteros de camino. Agradecí que nos acompañara y deseaba poder lavarme un poco y comer y beber con mis compañeros. Nos lo merecíamos.

Tras avistar las luces de un pequeño pueblo en la penumbra de la noche fuimos acercándonos en lo que parecía una agradable noche de primavera. El frescor de la helada caía sobre nosotros bajo el tenue resplandor de Mannslieb mientras las luces del pueblo se iban haciendo más grandes. A medida que nos acercábamos se empezó a distinguir la silueta de los tejados de las chozas así como la empalizaba que rodeaba la aldea, ensimismada pensando en que habría sido de Ujú, escuchaba como un rumor hablar al señor Drongdorson de las maravillas tecnológicas de su pueblo. Un olor llamó mi atención, era la leña de las chimeneas que ya se podía oler, las puertas del pueblo se encontraban ya ante nosotros, a pesar de mis preocupaciones por la niña parecía que al final comeríamos caliente y dormiríamos en una cama decente.

Un familiar ulular vino del borde del bosque en el momento que nos recibió lo que parecía ser un guardia, así que delegué en mis compañeros el protocolo administrativo que supone entrar en un pueblo de noche. Cuando situé el sonido me dirigí allí con la tensión de la impaciencia. Como un rayo bajó una sombra del árbol a una rama más baja...reprimí un grito del susto pero casi de forma simultánea Ujú ululó suavemente. - Ujú sinvergüenza pensé que ya te habías cansado de mí- dije mientras apresuradamente sacaba mis últimos trozos de cecina del zurrón. - pensé que esos goblins te habrían asustado, me alegro de que estés bien- dije llena de júbilo a la vez que daba de comer al pequeño búho. En plena excitación del reencuentro me despisté de la situación de mis compañeros y sobresaltada de nuevo me dije a mi misma - mierda al final duermo al raso-  cuando me di la vuelta había una figura más con el grupo y cuando hicieron ademán de entrar me despedí rápidamente de Ujú, salí corriendo hacia el pueblo como alma que lleva el diablo gritando - ¡ey! ¡chicos esperadme!-.

Después de hacer el ridículo y ante la hostil mirada del guardia conseguí al fin reunirme con mis compañeros. Tras unos metros, unas cuantas palabras que pude escuchar y mi suspicacia llegué a la conclusión de que el hombre parecía una especie de alcalde y se llamaba Hergard Breuer. - ante todo quiero agradecer como ya han hecho mis compañeros que nos hayan recibido herr Breuer, hay seres peligrosos merodeando ahí fuera- digo entre frase y frase de mis compañeros. --Veo que la devoción por los dioses antiguos es fuerte en Ossino, me alegra poder hacer una plegaria en un templo de Taal decente- continuo con aire interesante -tuvimos un altercado con unos pielesverdes, desafortunádamente no fuimos sus únicas víctimas, unos desgraciados que parecían peregrinos yacían en sus guaridas asesinados. ¿Sabe usted de quién se podía tratar?-

Escuché las palabras de mis compañeros atentamente; era un hombre de pocas palabras y no tenía nada que añadir a lo dicho por ellos anteriormente.

Ya había tenido bastantes emociones por el momento y mi única ambición era un plato de estofado y una cama caliente sobre la que tumbarme.

Malditas bestias... -murmuré entre dientes al escuchar a Myrcella nombrar al lobo y escupir en el suelo para reafirmar mis palabras.

¡Bendito sea el gran Sigmar!, ¿Habéis tenido un encontronazo con las fuerzas del caudillo orco que acecha en estas tierras y continuáis con vida?.

¡Alabados sean los dioses!.Ese maldito Gnaskrac ha estado uniendo a las tribus de pieles verdes de la zona, y me temo que los asaltos puntuales darán paso a la quema y saqueo de aldeas...

Demonios con piel verde..., Eso es lo que son..., Cada vez que asaltan un aldea..., No dejan más que restos quemados y destrozados a su paso.

Es una verdadera suerte que continuéis con vida, así que..., ¡Pasad!¡Pasad!, Calentamos al fuego del hogar y tomaros unas pintas de cerveza para celebrar vuestra llegada al pueblo yo invito a la primera ronda.

En su cara se puede ver una sonrisa alegre, parece que la llegada de forasteros con noticias frescas de fuera de los muros de Ossino,le alegra verdaderamente.

Descubris que el cisne dorado está abarrotado de gente del pueblo y comerciantes. Ya que las tabernas son en el centro de la vida social del pueblo, llevar a Bianka al establecimiento no es un problema.

Hergard os invíta a tomar asiento en una de las mesas y grita al posadero.

¡Regimius!,Ven aquí viejo zorro, y sirvenos a mi y a estos viejeros unas jarras de tu cerveza. Y para la niña trae medio plato de estofado y un vaso de leche ¿Quieres?

Después se diríge a vosotros y os dice:

Sentaos por favor...,tomaos esta pinta que nos van a servir. Os sentara bien, creedme la cerveza casera de El Cisne Dorado es famosa en este lugar por calentar el estomago jajaja

Llegar a la posada, poder lavarme y limpiar las heridas, pedir comida y bebida y descansar cerca de la chimenea me devolvió la vida. La hospitalidad del posadero del lugar rivalizaba para bien con la de Maese Haarig y me sentí realmente bien. A mi lado tenía la pequeña muchacha que ya parecía haber superado el shock vivido y se entretenía viendo como la leña se iba consumiendo lentamente mientras bebía su vaso de leche.

- No tardaré, encanto. Voy a dar una vuelta por la posada a ver si consigo recabar algo de información que nos pueda ser de ayuda. Le susurré con cariño a la pequeña en el oído y asintió. Entonces me acerqué a Otto y apoyando mi mano sobre su hombro le hablé por lo bajo. Voy a intentar tirar de la lengua a alguno de los comerciantes y campesinos del lugar. Nos convendría saber más de lo que nos aguarda por el camino y de las noticias que circulan por estos lares. ¿Me ayudas? Dicho esto me acerqué primero a Konrad y le susurré algo al oído y me dispuse a investigar.

- Maese Mordrin, ¿que le parece esta cerveza? ¿Se asemeja un poco a la que produce vuestra raza? Dicen que es de las más fuertes de toda la zona... Le comenté con cariño al enano. Sabía que seguiría sin ser una cerveza que diese la talla para él pero estaba segura que aceptaría que era más decente que la que habíamos tomado hasta entonces. 

Finalmente me acerqué a Styrine y le pregunté con afecto.

- ¿Te importa cuando acabes de cenar echarle un vistazo a la herida de mi pierna? Creo que está bastante mejor pero aún así agradecería que le dieses tu visto bueno para que no se me infecte y sane con mayor celeridad. A lo que al final concluí. Te lo agradezco.

Me puse a escuchar los rumores de los allí presentes. Algo sacaría de todo aquello.

Cuando me acerqué hasta Konrad fue inevitable que me ruborizara por lo que iba a decirle, pero confiaba y me sentía segura con él, por lo que me decidí y le susurré al oído.

- ¿Te gustaría dormir esta noche conmigo? Me gustaría sentirme abrazada y protegida por ti...ya me dices.

Lo había dicho. Haciendo mucho acopio de fuerza, valentía y voluntad, pero sí. Esperaría su respuesta a lo largo de la noche si es que iba a ser correspondida, y en caso contrario, simplemente lo asumiría y no volvería a insistir. Después de todo era una joven dama y no iba a suplicar.

Es el ruido de una taberna lo primero que nos golpea cuando la puerta de madera se abre, las voces de los parroquianos, y el entrechocar de la loza sobre la madera, tras eso llega el olor de la madera del hogar, el humo del tabaco, y el olor a estofado. No era un mal lugar después de todo, al menos era mejor que dormir otro día al raso.

- Si señor, una taberna ... ahora con que esa cerveza sea decente me conformaré. Sonrío cuando el jefe humano dice que paga la primera ronda. - Ha merecido la pena, acabar con pieles verdes si la cereza es un pago.

Nos sentamos al rededor de una de las mesas cuando fuimos servidos por el posadero, cerveza para los mayores y leche para la niña. Doy un largo trago a la cerveza, paladeando su sabor, por si fuese tan buena como nos habían dicho. - Bueno, con una solo Myrcella, no noto los matices. Con otro par de ellas podría empezar a pensar si es adecuada o no para darla fama entre mis congéneres. Sonrío ante esto, era difícil atraer a un enano, pero si la cerveza fuese buena incluso con pieles verdes por medio, algunos se arriesgarían a venir hasta aquí. - Aunque buena a su creador le hacen falta años para refinarla, nuestros aprendices pasan hasta veinte años como tal, luego ascienden y al cumplir los setenta para crear sus propias cervezas. Con cierta ensoñación en mi voz, añado. - Dicen que aun quedan, por el ancho viejo mundo ... barriles de la bugman´s XXXXXX, esa si que era cerveza o al menos es lo que decía mi padre sobre ella. 

Mis tripas gruñen y recuerdo que hace mucho que no probamos un bocado decente. - ¡Traiga algo de comida, señor posadero, no está bien beber con el estómago vacío ... que se puede hacer, pero mejor con el estómago lleno!.

Al entrar en la taberna  me sorprender encontrarnos con tanta gente   a esas horas pero  si la cerveza es la mitad de buena  de lo que dice el jefe del pueblo supongo que  tampoco es de extrañar . De todas formas  teniendo en cuenta que Bianka  sigue estando en peligro  hay que  tener mucho cuidado  y que haya tanta  gente reunida  no hace mas  incrementar los probabilidades de  un desastre .

Asiento en silencio  y me dejo caer  en una silla mientras observo a los lugareños en busca de algo que este fuera de lugar , una señal de que el pueblo  no es tan acogedor como parece .En un momento dado  ,al hacer el barrido de la sala,  mi mirada se cruza con la del enano  que se muestra tan prudente como siempre  y no pudo evitar sonreír para mis adentros .

Gracias Her Brauer , ¿qué pasa con ese  jefe orco del que habéis  hablado ?Pregunto intentando sonsacar algo mas de información de la zona  .Somos extranjeros  y a lo mejor  no disponemos de todos los datos  pero cómo no ha sido eliminado? Es de suponer que el señor feudal de la zona  dispondrá de una buena  milicia ...

Entrar en la posada fué un cambio más que agradecido. El olor del estofado, la cerveza y la promesa de una cama caliente eran como la respuesta a mis plegarias. Todos estaban concentrados en las palabras Brauer o en llenarse la panza.

Ahora asaltantes orcos, nuestra suerte cae en picado...

Ante las palabras que me susurró Mycella antes de ir a dar una vuelta a buscar información no pude mas que alzar una ceja tras mi jarra de cerveza, que se estaba vaciando bastante rápido.

Al cabo de un rato, con la panza llena, decidí salir a estirar las piernas.

Bueno señores, si me disculpan, necesito bajar esta maravillosa cena antes de dormir.- les dije a los que estaban en la mesa.

Me acerqué a Myrcella mientras estaba a lo suyo por la taberna, para darle una respuesta. Me había dejado un poco trastocado, pues en mi tierra no es como se hacían estas cosas.

Hey.- dije secamente para llamar su atención.- Sobre lo de antes...no sabria que decirte. NO es que no me atraigas ni nada de eso, diria que hasta eres mi tipo....esto es raro, no se si me explico. Apenas nos conocemos...asi que...¿que tal ni nos tomamos unas cervezas los dos solos y nos conocemos mejor?- solté todo esto, a tramos y con la voz entrecortada. Luchar con goblins parecía mucho más sencillo ahora.

Esperé una respuesta, más tieso que una vara, intentado disimular los nervios.

Lo que daría por no haberme olvidado mi pipa en casa...

Sentada en una mesa cerca de unos comerciantes, trataba de sacar en claro de que hablaban. Sabía que la conversación había estado girando entorno a varios ataques recientes que habían recibido sus carros con mercancia por el camino, pero no lograba entender a que se debían. Pero de improviso, llegó Konrad y me dió una respuesta que me hizo sonreír. El simple hecho de haber llamado su atención definitivamente y que supiese que sentía algo por él me hacían sentirme feliz.

- ¡Pues claro! Aceptaré esas cervezas y tú compañía de buen grado ¿Te sientas aquí? Dije palmeado uno de los taburetes que estaba a mi lado. Me resultaba extraño estar a solas con alguien que me gustaba y no sabía bien como interactuar. Siento haber sido tan directa antes pero no sabía cómo captar tu atención...pensé que si me mostraba más "interesante" ante ti, quizá dejaría de ser solamente la viajera invisible que te acompaña. Nunca hasta ahora había sentido nada por nadie y necesitaba expresarlo de alguna forma. Supongo que te habré parecido una fresca... mi mirada se entristeció unos instantes. Justo cuando había terminado de decir aquello antes se habia arrepentido de la forma en que se había expresado y aunque hubiese querido rectificarse, tampoco había tenido la confianza suficiente para volver a hablar del tema. Seguía siendo una muchacha ingenua e inocente. Y bueno...¿de qué te gustaría hablar? si el joven era capaz de sacar algún tema sabía que acabarían congeniado y conociéndose más pero estaba nerviosa y no sabía por donde empezar. Inconscientemente se le escapó un leve susurro. ¿De verdad soy tu tipo?

El hombre con la mirada sombría respondió.

Claro que tenemos milicia en la región..., Pero esos malditos pieles verdes son escurridizos y campan por los bosques a sus anchas. Ningún capitán estaría tan loco como para mandar a sus hombres a perseguir a esos mal nacidos entre la espesura.

Tras un largo trago de su cerveza continua.

He perdido muchos buenos amigos a manos de las flechas de esos malditos goblins..., Y que ahora es el caudillo los este organizado son muy malas noticias...

Pero bueno no quiero asustaros con mis tontas historias..., Bebed y comed, disfrutad de los placeres de la vida pues nunca sabes cuándo vas a amanecer con un cuchillo clavado en la espalda. Jajajaja