Partida Rol por web

Hardem, Raunix, Boff y Freith llegan acompañados de Cecil y la voladora bestia de Boff, la libélula gigante. La oquedad provocada por el hechizo del pegatauro ha permitido descubrir uno de los túneles por los que los xvarts rebeldes se organizaban para su rebelión. Allí veis a Inovaz con la sierra de vapor heredada de Fumador Jhou luchando contra dos xvarts, rodeados por enramaderas que dificultan su movimiento. Su brazo está completamente destrozado y cubierto de sangre.

Al fondo divisáis a Jondar, que también está luchando contra otro xvart, y él también parece estar herido.

De pronto, dos xvarts os barren el paso. Van armados con cuchillos y tienen una mirada asesina.

El tunel no promete nada cuando llegan allí, Innovaz y Jondar están jodidos y heridos, hay que salvarlos para que podamos reagruparnos.

- Venid pequeños que os ensarto! - esperó a que estuvieran cerca para no poder esquivar y disparó.

Freith salta encima de uno de los xvarts y le clava su espada corta, dejándolo malherido.

Boff tardó una eternidad en reaccionar tras toda la batalla con el pegatauro. No fue hasta que sus amigos le apreciaron a actuar que no salió de su ensimismamiento e intervino un tanto apenado ante tanta muerte y destrucción.

- ¡Deteneoos todos! ¿Qué sentido tiene seguir peleando si ya han sido reducidos los ajenos oprimían? Gritó en alta voz para hacerse notar en cuanto vió a Freith atacar a uno de los Xvarts que impedían el acceso al túnel. Soy Boff Berwick, legítimo heredero de estas plantaciones. Mi tío ya no es quién manda en este lugar, el sol ya brilla en el horizonte, y el pegatauro Dashade yace muerto a pocos metros de aquí. ¿Buscábais la libertad? ¡Ya la tenéis! ¿Unas mejores condiciones y un salario justo por vuestro trabajo? ¡Lo tendréis si deponéis las armas! ¡Yo no soy como mi tío y no pienso dirigir estas plantaciones como lo hacía él! ¡Escuchad, por favor!

Si después de sus sinceras palabras se obstinaban en no creerle y seguían rebelándose, ya no sabía cómo actuar. Boff no deseaba todo aquello, no había razón alguna para seguir con aquella contienda.

- Compañeros, deponed las armas, por favor. Que vean que realmente lo que digo es cierto y no se sientan más amenazados... 

Raunix llegó al tunel después de Freith y Boff, el combate todavía parecía estar en un momento arduo, pero él ya estaba listo con la espada en la mano. Justo cuando ya se iba a lanzar a la refriega, escuchó la voz de Boff. Los Xvart estaban ante su última oportunidad.

El umbra lo tenía muy claro, si atacaban no habría piedad en su espada para ellos. La traición había hecho mella en su carácter suavizado por la relación con Hardem.

Cada segundo que pasaba el gnomo entendía menos de todo lo que sucedía a su alrededor. ¿Plantaciones? ¿El germen de un sindicato obrero de pequeñas criaturas azules?

Se detuvo a medio conjuro para desconvocar las enredaderas y esperó a ver que pasaba.

La paladina había parecido que buscaba pelea todo el camino y no era así. Buscaba defender lo que eran sus amigos. Lo que eran sus compañeros y el orgullo que estos habían pisoteado repetidas veces. No buscaba pelea, buscaba un justo castigo y ninguno de los amigos le habían apoyado ni una sola vez. Todo lo contrario.

Este era el momento de demostrar que no era una matona, que no andaba buscando bronca en cada esquina. Quedó dispuesta a responder a cualquier movimiento de esos bichos azules. No lanzó un ataque, pero quedó dispuesta a rechazarlo con la sierraespada aún conectada. - No soy una matona como piensan, soy justa. Presta para atacar, seguía mirando como enemigos a esos seres que les enfrentaban. Ello habían tenido su revolución y habían conseguido, a pesar de las bajas y las derrotas, lo que buscaban. Libertad, sueldo y trato justo.

Ella, que había ... ganado, sólo obtenía humillación. 

Sus ojos reflejaban odio, pero ... había suficiente rabia para repartir entre amigos y enemigos. Se sentía traicionada. Se sentía humillada y como no, se sentía menospreciada por los insultos y vejaciones. Pero ella era justa. No descargaría su ira sobre unos inocentes...

...a no ser que estos hicieran amago de seguir luchando. Entonces tendría eso ... y más.

Pese a su tamaño, la voz de Boff resonó por el túnel e incluso ensordeció el mecánico ruido de la sierra de vapor. Los xvarts se giraron y le miraron extrañado.

El mediano, con su ropa medio destrozada por los combates, varios rasguños que le salpicaban el rostro y su honda en la mano era lo menos parecido a un dueño de una plantación que habían visto nunca, pero les había despertado su curiosidad.

Boff se había hecho escuchar por momentos ante tanto griterío y resonar de armas, y aquello ya era loable. Sin embargo, los Xvarts parecían no haber creído sus palabras al estar el halfing con las ropas raídas y destrozadas, manchadas de barro y sangre, y con más pintas de mendigo que de señor de aquellas plantaciones.

Uno de los Xvarts gritó como un loco, dando por iniciada nuevamente la refriega y Boff, desesperado y sin saber que hacer, creyó totalmente perdida cualquier opción de salvar las vidas de aquellos seres. Sin embargo, suplicó ayuda a su diosa en ese momento de desesperación e infortunio, y donde el resto solo veía muerte el creyó ver un rayo de esperanza. Entonces gritó con todo el aire que cabía en sus menudos pulmones, tratando de frenar aquella sangría, y al parecer el sonido de su voz volvió a hacerse eco en aquella cueva. No sabía si serviría de algo, pero fue su última apuesta, el todo por el todo, suplicaría ayuda a Yondalla, madre de todos los medianos, deidad de la protección y el liderazgo,...justo lo que necesitaba en aquella amarga hora. ¿Lo obtendría?

- ¡PAAARAAAAAD! ¿QUERÉIS ESCUCHARME DE UNA VEZ? ¡OS ESTOY OFRECIENDO LA LIBERTAD QUE TANTO HABÉIS DESEADO! ¿POR QUÉ NO SOIS CAPACES DE ESCUCHAR? ¡EL PEGATAURO DASHADE ESTÁ MUERTO Y MI TIO YA NO ES SEÑOR DE ESTAS TIERRAS! ¡BASTA YA DE SANGRE, CAOS, MUERTE Y DESTRUCCIÓN!

Se situó tras Raunix esperando a que Boff hablará. Antes de actuar y de hacer nada, era él el que tenía que tomar una decisión. Entendiendo la posición de Hardem, Cecil se situó al lado de Raunix, estaba herida pero lucharia cuanto hiciera falta. Herdem se dejó apoyar pesado sobre la espada del pirata mientras escuchaba la voz de su amigo. Intentando traer el sentido común a los Xvarts. Masacrarlos sería una perdida de vidas innecesarias. Esperaba a que todos fueran sensatos y no hicieran nada que pudiera poner aún más en peligro la vida de aquellos pequeños seres.

Los Xvart parecieron parar mirando con curiosidad a Boff, quizá aquello acabará siendo el final y no se derramaría más sangre. A parte de la de Astaroth y Amazo si todo había salido bien. Espero a la reacción final de los Xvarts, no tenían nada que perder si paraban y mucho si continuaban.

Los xvarts frenan sus ansias de matar. Todos excepto uno. Éste se lanza con el cuchillo en ristre, sorprendiendo a Boff. El cuchillo se hunde profundamente en su barriga, cayendo al suelo como un saco.

-¡Muerte a los esclavistas!

- Joder, siempre hay algún fanático. Musita entre dientes, acelerando la cadena y lanzándola hacia el desgraciado azul que había atacado a Boff. La verdad es que no se lo esperaba, aunque lo temía. Esperaba que el nuevo dueño de la plantación fuera escuchado y obedecido, pero estaba claro que no solo había disidentes allí, sino también idiotas entre esos pitufos.

- Pero que... Y eso fue todo lo que pudo decir antes de ser apuñalado y caer al suelo como un saco de patatas.

Por que siempre hay un imbécil que no acepta lo que le dan y la tiene que liar, por lo que aprovechando el ataque de Inovaz, Freith se coloca lateralmente para avirotar al Xvart. Pero el virote pasa de largo, no se puede acertar a todo supongo...

- Haced algo antes de Boff nos abandone!

Incapaz de intervenir a tiempo, Raunix ve como Boff cae apuñalado por uno de los Xvart. Rápidamente conjura un hechizo para poder prepararse para su siguiente ataque. Al momento surgen do simagenes calcadas al guerrero, las cuales imitan todos los movimientos, sonidos y acciones que este ejecuta.

Ahora si que voy a exterminar a todos los azules. dice entre dientes. Jondar cura a Boff. ordena con voz que no admite réplicas.

Con la tranquilidad de su raza, espera a que la confusión aparezca entre los Xvart, para que junto con sus compañeros puedan acabar con todos ellos.

Parecía que Boff había conseguido su objetivo, parecía haber convencido a los Xvarts, sin embargo uno de ellos saltó y lo apuñaló con tal fuerza que cayó inconsciente al suelo. El restó de sus compañeros se lanzaron en defensa de su moribundo amigo y el hizo lo propio mandando a Cecil a ayudar a Boff.

La comadreja terrible se lanzó a la carrera contra el xvart y de un salto abatió al xvart cerrando sus fauces en su cabeza. La amenaza hacia Boff, había cesado.

Raunix pareció enfurecer y estaba decidido a acabar con el resto de los azulados. - Raunix, ellos se han rendido. Dejalos vivir, es el deseo de Boff. No le dijo más esperando haber llegado al corazón de su amigo, no tenía tiempo pues Boff dependía ahora de él. Raunix había mencionado a un tal Jondar, imaginó que era el enano pero no esperaría a que pasara el tiempo mientras actuaba, tenía que hacer algo lo antes posible y ese algo le obligaba a recurrir al poder de los planos.

Sus ojos se pusieron negros, puso ambas manos paralelas para concentrar energía de un plano con energía positiva. Una luz brillante blanca comenzó a formarse entre sus dedos. Se comenzó a formar una bola del tamaño de un puño hasta que de pronto dejó de brillar y se convirtió en una esfera perfecta de pura luz. Sus ojos volvieron a la normalidad y lanzó hacía su querido amigo la bola impactándole en el cuerpo. De pronto Boff brillo levemente...

Raunix consigue engañar a los xvarts y parecer que se ha desdoblado mientras que Inovaz continúa luchando contra las enramaderas que la sujetan. Por su parte, Boff yace inerte en el suelo, sangrando sin cesar.

De pronto, un destello blanco aparece. Cecil, la comadreja gigante de Hardem, lanza un mordisco tan devastador que arranca un pedazo de cuello del xvart de cuajo. La mirada fiera del animal hace que los xvarts supervivientes tiren las armas.

-¡Nos rendimos, nos rendimos! Prometemos cuidar del amo, ¡lo juramos!

Dejando todavía activo el conjuro...Raunix frena. Las palabras de Hardem, le hacen recapacitar. No es el quien debe ejecutar venganzas en nombre de otros, si Boff quiere perdonar vidas que lo haga.

-Esta bien. Se acercó al pequeño pícaro para ver si la magia de Hardem había sido efectiva, y como siempre su amigo había respondido.Puso la mano en el hombro de Hardem: -Enhorabuena, estás llegando a límites mágicos insospechados. Luego se acercó a Inovaz y la ayudó a cortar las enredaderas. -¿En paz? - preguntó.