Partida Rol por web

El discurso de Boff no era del todo malo, sólo cabia esperar que el viejo entrara en razón, y llegar pronto a la plantación:

- Bien viejo - mientras baja la ballesta - ya tenemos la solución para acabar con el acechador, pero tenemos que volver a la plantación, para esto hemos tenido que pelear con dragones, así que no estoy para bromas, iremos en esa libélula que sólo piensa en comer y enviaremos a ese bicho a su mundo deacuerdo?

Ojala podamos avanzar sin tanta pérdida de tiempo, aqui no hay beneficios...

-¡Ah! ¿Que encima habéis cogido mis monturas? Mira es igual, no me enfadaré. Yo esperaré aquí a mi guardia personal, el alado Dasshade. No pienso volver a Vastallanura ni harto de vino. Id si queréis pero allí solo encontraréis muerte y destrucción.

Mientras hablábais escucháis un ruido que venía de las escaleras. Todos os giráis, con la sangre helada, pero en lugar de un monstruo os encontráis con un gnomo sudado y con aspecto de estar muy enfadado.

-¡Bastardos! ¡Habéis provocado la muerte de un dragón de la Condesa! ¡Os colgarán por ello!

- Más amenazas. Desde que había salido del monasterio era lo mismo. Amenazas y más amenazas. Inlsutos y menosprecios. Cargó contra el tipo. - Tú vas a pagar todos los platos rotos.

No es una amenaza muchacha, es un vaticinio. ¿Tenéis la más mínima idea de que tipo de enemigo os acabáis de ganar? Y arrastrándome a mi por el camino de paso, tengo que decir... Digo alzando la voz mientras doy varios pasos hacia atrás colocándome detrás de mi lobo.

Boff ya no sabía qué hacer. Su tío era un cabezota obstinado, solo preocupado por salvar su culo... ¿De veras era un familiar directo suyo? Vergüenza ajena era lo que sentía, vergüenza ajena y malhumor. 

- Pues no se hable más, aquí te quedas. Espero no volver a verte en la vida...de hecho, la mansión, sus esclavos, la mitad de las plantasciones... Dentro de nada ya no tendrás derecho a ellas, y siendo que ni si quiera estás dispuesto a ofrecerle apoyo a tu sobrino. ¿Esperas un buen trato por mi parte? Sólo haces que menospreciarnos y tratarnos mal, no te preocupes, nosotros solos solucionaremos el problema... Se giró sobre sus pasos y empezó a alejarse. Paró un momento y matizó al escuchar a su tío. Te equivocas, tío. Las monturas de las que alardeas también son mías, solo te quedan tus guardías pagados con dinero. Igual que has comprado su lealtad, puede que se vuelvan contra tí... Tu mismo, veo que poco te importa tu misma sangre. 

Boff ya no volvió a mirarle a la cara y se alejó cuando se empezaron a escuchar gritos. ¿Sería alguien de la ciudad? ¿Un cuidador de los dragones, tal vez? Inovaz parecía querer descargar toda su ira contenida pero sintió pena por el tipo que se acercaba.

- Mejor si nos vamos, no conviene derramar sangre y que sepan de nosotros. Lo del dragón ha sido por necesidad, no quedaba de otra si queremos acabar con el mal que acecha... Razonó Boff viendo que las cosas volverían a complicarse. Inovaz, nos espera una dura peleampor delante, no descargues tu ira en este pobre...¿Enano?

Alguien aparece de repente y parece ser un gnomo cabreado por lo ocurrido a los dragones, la cabal Innovaz en otro alarde de cordura se preparaba para lanzarse contra él y matarlo.

- Innovaz espera si nos ponemos a matar gente no saldremos vivos de aquí, en cuanto a ti señor, esos dragones por poco nos matan, estaban peleando entre ellos y esas celdas no aguantaban, peleamos por nuestra vidas! Y tenemos una misión muy importante, sino quereís una rebelión de Xvarts con ganas de sangre muy cerca de vuestras puertas, por lo que os ruego que no os entrometáis.

Su frustración andaba en aumento, y su límite había superado mucho rato atrás.

Con forme le avisaron de que se controlase, paró. Ya que había encendido la motoespada, quería usarla, pero ... igual ... tendría que quedar para otra ocasión. Miró a Freith y asintió, pero no paró el motor aún.

Jondar escucha como le llaman enano, pero está demasiado preocupado y enfadado para corregir a ese gnomo.

-¿Ladin y Fafnor peleando entre ellos? ¡Imposible! Han estado juntos desde que eran prácticamente unas crías. Algo ha tenido que alterarlos y si no habéis sido vosotros... alguien o algo más tenía que estar rondando por allí.
¿quizás alguno de esos Xvarts de los que hablabas?

Por suerte el gnomo se había tragado la historia, un problema menos, de momento.

- Las causas no son importantes ahora, en una plantación cercana hay un ser de otra dimensión dispuesto a matar a mucha gente, nosotros sabemos el modo de detenerlo, pero necesitamos ayuda, nos acompañareís o vuestra busqueda de justicia era falsa señor?

Un poco de ayuda no vendría mal, en todo caso otro escudo de carne combatiente aumentaba sus posibilidades.

Una densa neblina sube por las escaleras y la ventana. El fuego tiembla unos instantes para luego apagarse. Todos os juntáis presa del pánico, especialmente Spencer.

-¡Maldita sea, lo habéis atraído!

Aún sin verlo, presentís que está aquí. El Acechador Entusiasta le llamó el centauro. Una criatura que vive sólo para encontrar y matar a la presa que se le ha designado.

Jondar, acostumbrado a tratar con enormes bestias feroces, se siente totalmente intimidado por esta entidad que no es capaz de ver que qué le hiela hasta lo más hondo de los huesos.

Incapaz de hacer nada, solo alcanza a ponerse de rodillas y esconderse debajo de su lobo, luchando por dejar de temblar.

Inovaz, impresionada, mira en derredor, sin saber que hacer, sin saber como actuar. No sabía que es lo que pasaba, pero ya le empezaba a ser normal no enterarse de la misa la media.

Freith vio aparecer a la antinatural criatura y por un momento el miedo atenazo sus miembros, pero su mente le obligo a sobreponerse, si no la alternativa era morir, por lo que consiguió enderezarse y disparar un virote contra el monstruo.

- Como se usan las malditas escamas, y donde están los demás? - viendo como estaban el resto de sus compañeros - pelead por vuestra vida o esto será el fin!

No fue hasta que se acercó lo suficiente al grupo el nuevo integrante que no logró darse cuenta que eran un gnomo. Rápidamente se corrigió y trató de pedir disculpas pero las cosas se torcieron de muy mala manera. El Acechador se acercaba hasta su posición, habían sido detectados o simplemente se había visto atraído hacia su tío.

- Lo siento, veo que eres un gnomo...  Entonces giró asustado sobre sus propios pies al advertir la siniestra presencia. ¿Qué demonios? ¡Ya está aquí esa criatura y solo con las escamas no podemos completar el ritual, Freith! ¡Necesitamos a Raunix y Hardem para acabar con esa cosa!

Cuando trató de movilizarse para atacar al enemigo o por lo menos emprender la huída, advirtió que sus piernas se habían quedado paralizadas. Estaba sintiendo miedo, mucho miedo. 

- No..no..nompuedo moverme...mis piernas no me responden...

Tu disparo impacta en la pared Freith, puesto que no ves a nada ni a nadie. El pánico afecta al mediano, la paladina y al gnomo del zoo, mientras que Freith, valiente permanece en su puesto con el arma cargada.

Spencer Berwick, se pone junto a su sobrino, incapaz de hacer nada.

-¡Maldita sea, viene a por mí!

La habitación continuaba llenándose de niebla hasta que de pronto apareció un enorme resplandor y, tras unos instantes, vistéis a un inesperado aliado azulado.

-¡Vamos, todos a dentro!

Amazo Tryggale, el mercano fundador de la Compañía interplanar Amazo había abierto un portal justo donde estaba la ventana. Los afectados por miedo, corréis directamente hacia éste y saltáis sin pensar. Freith, sin embargo, se mantenía erguido frente a la entrada del piso.

-¡No hay tiempo gnomo, salta!

Pero Freith, sonriendo a sus compañeros, niega con la cabeza.

-Ha llegado mi hora, chicos. Desde que salí del Este con mi amigo centauro nunca he podido hacer algo de lo que me sienta realmente orgulloso. Iros sin mi. Si este es mi final, quiero que sea memorable.

Amazo, que no se lo creía, no intentó convencerle. El portal se cerró tras Freith. Estás rodeado de niebla y notas una presencia oscura.

Estás solo, rodeado de una fuerte neblina y con una criatura asesina acechándote. Pese a ello estás sereno. Nunca habías estado tan en paz contigo mismo que en ese momento. De pronto escuchas una voz.

-¿Dónde está el viejo mediano?

Das unos pasos atrás al ver una mole de más de dos metros entrar.  Ahora entendías por qué le llamaban el "Acechador Entusiasta", su cara estaba cruzada por una fila de afilados dientes que, a falta de labios, le creaban una mueca semejante a una sonrisa. La sonrisa de la muerte, pensaste.

-¿Por qué... no... te doy... MIEDO?

El acechador era tan terrible como lo habían pintado, pero la decisión estaba tomada y se debía mantener firme pese a todo.

- Bueno nací en un barrio malo y mi vida no ha sido fácil, así que supongo que no soy fácil de asustar criatura, tu víctima ha huido en un portal de esos que usan los magos, por lo que creo que no podrás cogerlo, seguirás buscando o te irás, no tiene sentido seguir con esto - digo mientras bajo la ballesta, total no creo que valga de algo contra este bicho.