Partida Rol por web

La afilada espada de Raunix destroza al gusano perforador con dos simples mandobles. Pero cuando el Umbrío saca la espada de la carne de la criatura puede ver como ésta está humeante. ¡Sangre ácida! El filo de la espada ha quedado maltrecho.

- Estamos en ello Boff. Tu tampoco dejas escapar un enemigo, aún nos queda uno por batir que sepamos Raunix pongamonos a ello. dijo mientras dejaba caer el bastón y sacaba su ballesta ligera, el movimiento lo hizo tan rápido que el virote se perdió en la oscuridad. Pero una sonrisa sobresalía de sus labios porque Hardem nunca estaba sólo, donde estaba él también estaba cecil.

- Cecil protege a Boff. le dijo a su fiel compañero y la comadreja terrible salió disparada para ponerse entre boff y el perforador atacando con sus dientes. Con toda su impetu se lanzó hacia delante mordiendo el aire en la cercanía del perforador.

Cuando vi llegar a Cecil en mi ayuda me alejé a una distancia prudencial del perforador y volví a tomar la honda. Me sentía más cómodo y seguro a larga distancia. Además, cuando vi al gusano darse la espalda en mi dirección y voltearse boca arriba no me causó una buena impresión ¿Y si iba a esparcir veneno o atacar de alguna forma que desconocía? Mejor ser precavidos.

- Disparo desde lejos. Esto me da mala espina, compañeros.

Y lancé un nuevo proyectil. 

-Cuidado con los perforadores, su sangre es ácida por lo que destrozan nuestras armas - avisó Raunix a sus compañeros. Boff y Hardem estaban combatiendo valientemente, sin embargo la paladín estaba desaparecida en combate y eso al umbra no le gustaba. Para él ya era difícil confiar en la gente...

Se lanzó al atque nuevamente para tratar de eliminar al último de ellos.

Inovaz estaba pensando aún en lo del fuego, la leña y antorchas, y justo cuando estaba comentando: - El guano de los murciélagos podría valer para .... Entonces cayeron desde el techo los gusanitos. Como en sus principios, portaba el escudo y el arma de mano, ya que la EspadaMotoSierra era reservada para momentos especiales. Además, no quería ir haciendo ruido de más, y esa arma no era precisamente discreta y sigilosa.

Su instinto defensivo no le permitió estar en posición para golpear al bicho de turno, pero el segundo, ya dispuesta y preparada, fue incluso más patético que el primer intento.

Fuxan retrocede levemente, viendo a la criatura alejarse poco a poco con su lanza incrustada en el caparazón. El pequeño X'Vart retrocedió unos pasos llevando su mano a la espalda y extrayendo su arco corto. Casi simultáneamente, con su otra mano, sacó una fecha del pequeño carjas que llevaba a la cintura. La depositó con cuidado en el arma e hizo volar el afilado proyectil en dirección a la criatura. Sus dientecillos se mostraron en una afilada sonrisa al adivinar lo que se trataba, a todas luces, un tiro preciso.

Sin dar tiempo siquiera a que la flecha se clavase en la criatura, desenfundó una segunda flecha y la volvió a disparar. No iba a darle margen a esa alimaña

La piedra atraviesa fácilmente el vientre de la bestia pero esta avanza hasta quedarse enfrente de Cecil. Está sangrando y, tal y como ha advertido Raunix, su sangre es ácida.

Tu flecha lo atraviesa pero éste aún sigue trepando. Con otra flecha más acabarás con él. También te fijas en que los extraños aún están luchando. 

En la lejanía has oído algo, como un disparo de flecha.

- Cecil, no dejes que te toque. le dijo a su compañero obligándole a adoptar una posición defensiva, mientras el cargaba la ballesta ligera que había adquirido durante sus viajes por los planos y se preparaba para lanzar un nuevo virote. El virote salió disparado de la ballesta de Hardem directa a lo que fuera la cara de aquel ser.

-Silencio, no hagáis ruido me ha parecido escuchar el disparo de una flecha a lo lejos. susurra Raunix. Escuchemos todos atentamente por si podemos oir algo más. A continuación el umbra se colocó de lado para tratar de percibir algún otro ruido y poder ver de que dirección provenía.
 

Tu segunda flecha lo ensarta en la columna de piedra, ya jamás se levantará de ahí.

Detrás de una columna lejana apreciáis un movimiento. Algo rápido y escurridizo se encuentra allí.

Fuxan vuelve a esconderse inmediatamente detrás de la misma columna donde había ensartado a la criaturita. Dando un saltito trató de recuperar sus flechas y lanza clavadas en el cadáver de la alimaña, así cómo hacerse con el propio cuerpo. Echó un ojo al mismo, con avaricia. Quizá pudiese vender alguna parte en concreto del cuerpo de la criatura a un precio especialmente alto cómo componente alquimico, o quizá fuese buena idea ofrecer una criatura tan rara a un taxidermista. Por último, lanzó una mirada al grupo que luchaba cerca de allí, tratando de ver que tal iba la batalla y, sobre todo, donde habían dejado aquellos que luchaban sus posesiones 

Abandonando el cuerpo de la criatura en el suelo, justo junto al pilar en el que le había dado muerte. Volviendo a empuñar su lanza y dejando el arco en la funda que llevaba a la espalda. Usando su aptitud nata para el sigilo, se escurrió entre las rocas acercándose al lugar donde los extraños combatían.

Escuchó las palabras de Raunix, alguien más se hallaba allí con ellos y por desgracia con su vista no veía más allí de lo que la luz le permitia, con un gesto mandó a Cecil que se pusiera ante él en posición defensiva. Misma posición que adoptó el propio Hardem a la espera de escuchar algo.

Los extraños continuan luchando. Son un mediano, dos humanos y un ser encapuchado.

Boff agradeció, levantando la mano, la presteza con la que Hardem envió a su fiel Cecil y su certero disparo al perforador, que murió en el acto. Suspirando se secó el sudor de su frente y guardó su honda halfling.

- Muchas gracias, no se si solo hubiera conseguido abatir esa criatura. ¿Cómo decís que se llaman esos bichos? Espero no volver a ver ninguno más en mi vida...

Entonces le pareció ver un movimiento detrás de una columna cercan y justo en ese instante habló Raunix. Haciendo caso al umbrío se posicionó cerca de este y aguardo en posición defensiva tratando de escuchar o percibir algo a través de la oscuridad. Intrigado se atrevió a susurrar...

- Me acercaré con sigilo, aguardad. pero cuando empezó a avanzar quebró uno de los huesos del suelo. UPS!