Partida Rol por web

Raunix trató de seguir a Utu, pero su corpulencia era mucho mayro que la del chamán, unido a las armas hicieron imposible que lograse colarse. El guerrero trató de ver si Hardem era capaz de pasar y quizás tuviera otra oportunidad de colarse. Si no era así solo quedaba recurrir a la lucha.

Maldijo para sus adentros al ver como ambos guardias resistían el hechizo sin problemas. Pero derepente algo en los cielos despistó a los guardias y el cinodonte aprovechó la ocasión para atravesar el camino que dejaban los guardias y Utu también lo consiguió. Hardem también aprovechó el momento de confusión para pasar entre ellos e ir directo hacia la cima, pero entonces se dio cuenta de que Raunix no había podido pasar. No pensaba dejarle atrás, por lo que si él luchaba Hardem lo haría también.

El sapo croa sin cesar y se acerca poco a poco al arma que hay encima de un altar. Mientras Freith encuentra varios cuchillos pequeños, similares a dagas, que pueden ser lanzados por alguien experto. ¿Podría servir?

-Deja de moverte, sapo. 

Pero no entendía las palabras en común. Cecil comenzaba a enseñar sus dientes.

-¡Avanzad sin mí, no perdáis tiempo! Conseguiré colarme si el batracio este deja de prestarme atención!

Los demás guardias os vieron pero estaban demasiado ocupados conteniendo a la multitud. A menos de cien metros, la pirámide se alzaba entre enormes lianas y en sus escalones, la batalla campal entre esclavos y guardias del templo seguía. Era el momento de meterse dentro de ella o ayudar a Raunix.

Gonso se quedó con Raunix pues a igual que él le cerraron el paso los soldados con sus lanzas antes que pudiera escabullirse con sus compañeros... 

Gonso y Raunix se habían quedado atrás y el hechicero a sabiendas que ambos serían capaces de hacer frente a aquellos seres tenían prisa por avanzar. Volvió a conjurar sus energías arcanas con la intención está vez si de dejar dormidos a aquellos dos guardias que les retrasaban. A pesar de que sus reservan de energía mágica quedarían mermadas volvió a intentarlo una vez más.

Estaba claro que tocaba sacar un nuevo truco de la manga. no iba a permitir que Hardem y él se separasen. Juntos habían sobrevivido a todo lo sucedido, por lo que el umbra se distanció un poco de los guardias y realizó un nuevo conjuro desconocido para sus aliados.

-Gonso se que no me entiendes pero espero que todo vaya bien y puedas pasar al otro lado.

El umbra habló en el lenguaje mágico y de repente desapareció. Al rato todavía invisible, habló con el mago.

-Vamos, estamos listos para alcanzar la última etapa del camino hacia la venganza.

Desde las alturas, a lomos de su fiel Zoe, Boff acababa de observar a sus amigos tratando de superar el cordón de soldados. Era importante que avanzaran para salir de aquella dimensión con éxito, por lo que creyó conveniente crear una distracción. Aquellos seres no estaban acostumbrados a ver una libélula gigante y estaba seguro que muchos tendrían temor si se acercaba cayendo en picado para rápidamente levantar nuevamente el vuelo. 

La idea era simple, sus amigos sabían que no iba a hacerles daño, pero aquellos seres no. Una rápida batida, sin llegar a descender tanto como para que pudiesen alcanzar a Zoe, podía sería suficiente para que se agacha den atemorizados y que sus amigos corriesen a toda velocidad. Sabía que Cecil se reuniría con Hardem, por lo que teniendo el pequeño grupo a la comadreja gigante consigo, todo podía decantarse a su favor. Debía al menos intentarlo.

- Vamos Zoe, echémosles una pequeña ayudita a nuestros amigos. ¿Te parece? Aletea bien las alas para levantar polvareda, cuanta más confusión, más fácil lo tendran...

Sin embargo, su intento uno fue muy productivo y sin quererlo, se dio cuenta que estaba cegando a sus amigos. ¿Cómo iban a avanzar si no veían nada de nada ni a medio metro? Igual no había sido la mejor de las ideas...

Gonso vio a Raunix pronunciarle unas palabras que por su tono eran amistosas, y después vio cómo desaparecía de su vista, el cazador dio un salto hacia atrás sorprendido a la vez que se alejaba de los guardias un paso. 

El polvo levantado por la aparición y aleteo de la libélula gigante os sorprende tanto como a los guardias y a los esclavos. -¡Es Boff! -gritó contento Hardem. El mediano había aparecido cuando más le necesitabais, a lomos de Zoe, la gran libélula. El mago se puso la mar de contento cuando vio a su vieja amiga sana y salva. Ahora tendría no uno sino dos animales con los que luchar. -El viejo Spencer está luchando contra todos los guardias del templo y sin querer ha liderado este levantamiento. Es el mejor momento para ir a la pirámide. Freith me ha contado todo lo que necesitamos para volver. Él y la paladina están ya dentro de la pirámide. "Escamas de dragón, algo creado en vuestra época, las palabras mágicas para abrir el portal y un poco de sangre de elemental del tiempo una vez invocado" -recordó Raunix.

La gran libélula avanzó en picado hacia los guardias creando un mar de confusión entre ellos, Gonso ya tenía paso libre pues aquellos se habían ido en estampidas cada uno por diferentes lados, Gonso se agachó ante las alas que batían por encima suyo, como buen cazador que era viendo el momento, no sabía porqué pero su instinto de cazador le hacía pensar que el bicho no le iba a comer. Sus compañeros ya habían penetrado el cordón de la guardia del imperio Batrachi, Gonso vio que era su hora desde su posición agachada dio un salto y como buen sapo que era pasó ya el cordón inexistente.

El camino hacia la pirámide estaba libre, y se acercó a sus compañeros que hablaban de cosas que Gonso poco comprendía. Pero Gonso sabía que querían adentrarse en ella, así que aguardó detrás de ellos para seguirle, - aunque ya no eran sus guardaespaldas sabía que con ellos ningún Batrachi le menospreciaría. 

- Boff, Boff, aquí!!!!! comenzó a gritar Hardem alegre. -Raunix, Gonso, Utu. los llamó y se giró para avanzar hacia la cumbre. - Parece que Spencer hará lo que sea por volver, es nuestra oportunidad.

Tras estar casi desesperados sin esperanzas de salir de allí cuando se vieron presos del imperio y Gonso desaparecido todo se había puesto a su favor y parecía que podrían volver a su tiempo. No se olvidaba de la conjura del espectro, aún tenía el papel bien guardado y mientras subían lo reviso para ver si los nombres de Astaroth el joven, Pastor de Calabazas y Amazo Triggale continuaban en el papel o había visos de que el espectro hubiera cumplido su misión.

Habían llegado a la parte superior de la piramide. Era el momento de entrar en el interior de la piramide. - Vamos al interior, veamos si Freith tiene todo lo que necesitamos.

- Deja de moverte bicho del averno! - Freith hace gestos al sapo,o se queda quieto o le rebana el cuello, seguramente a la paladina se le de mejor eso de intimidar.

Hardem tenía razón. No podían perder más tiempo. Las cosas se habían puesto muy feas con aquella posible sublevación, así que lo prioritario en esos momentos era tratar de salvar la vida. El paso más lógico entonces era el de internarse en la pirámide y tratar de todas las formas de completar el ritual. Una vez estuviera listo... ya verían que es lo que sucedería a continuación. 

- ¡Vamos! - Gritó Utu al resto de rezagados mientras le hacía un gesto con la mano para que le siguieran.

Sin pensárselo dos veces corrió tras los pasos de Hardem para reunirse con aquel extraño hombrecillo de más extraños ropajes. Spencer podía tener la clave de todo aquello.

Gonso asintió ante los gestos de sus compañeros mientras avanzaba, sabía que no era muy ducho en comprender todas las palabras ni quedarse con todos los nombres, pero sabía que se iban a adentrar en el interior de la pirámide, Gonso nunca había sido buen escalador y siguió a sus compañeros. Estaba contento de poder ayudar, de poder estar con ellos, miró para arriba hacia los lados vio el caos que se formaba en otras partes, y se alegró de que pudieran entrar y tener un poco de tranquilidad, necesitaba calmarse, la adrenalina le subía le mantenía muy nervioso y quería otra vez poder controlar su estado, sus manos le temblaban por la acción de aquel momento, sabía que la lucha podía ser inminente así que le alegraba que pudiera relajarse. 

Inovaz se acerca al sacerdote con la mascota de Hardem enseñando los dientes. Le apuntas con tu lanza y le das el ultimátum, aunque no te entiende. Esperas que entienda el gesto, al menos.