Partida Rol por web

No dudó en contestar a BOFF sin saber quién era este. - Por supuesto. contestó animada. - A eso he venido.  Y ya habiéndose presentado, quería saber que hacer: - ¿Qué se precisa? No esperaba tener que usar armas, de buenas a primera, aunque su religión se lo pidiera, pero también había que ser inteligente, amable y consecuente. Si se usaba el acero sería porque no había otras vías.

Pues voy al campo de calabazas

-Acabo de pasar justo por ahí. Hay unas calabazas enormes y unas raíces aún más grandes. ¿Alguien me acompaña? -dijo la paladina.

Poco después de abrir la puerta antes de que el grupo pudiera marchar mientras él y esperaba que alguien más fueran a despertar a Ulrick apareció una chica que se presentó como un paladín. Justo en un momento de tanta incertidumbre aparecía la ayuda más inesperada. - Buenos días, yo soy Hardem. Y ya voy yo a despertarlo mientras investigáis el campo. Espero llegar en breve con Ulrick, no se va a creer que las calabazas hayan crecido tanto sin duda algo raro está ocurriendo. ¿Alguien me acompaña?

La noche transcurrió rápidamente mientras divagaban sobre el druida, las calabazas y el resto de extraños fenómenos que habían vivido las últimas horas. Llegó la mañana y con ella la siguiente sorpresas. Nada más y nada menos que una paladín que, andando de paso, había decidido hacer un alto en Laderafría y ofrecer su ayuda a quien pudiera necesitarla.

– Se bienvenida, Inovaz. Llegas en un momento de lo más apropiado. Como bien te ha explicado mi amigo el Halfling hemos vivido una noche llena de sucesos difíciles de explicar y el día ha amanecido con otra sorpresa, pues el tabernero, con quien teníamos una cita, aún no ha aparecido. – empezó a contar a la recién llegada –. Pero disculpa mis modales. Aún no me he presentado. Mi nombre es Tume. – Y el elfo paso a relatar a la paladín los sucesos recientes con algo mas de detalle*.

Cuando Tume hubo terminado su relato, Hardem explicó sus planes al resto. El joven aprendiz de mago iría a ver que le había sucedido a Ulrik, mientras los demás podían ir a investigar el campo de calabazas.

– No estoy de acuerdo contigo, Hardem. Al menos no del todo. No voy a dejar que vayas tu solo a buscar al viejo tabernero. No sabemos lo que le ha podido pasar, pero, teniendo en cuanta lo que hemos vivido esta noche, es mejor que tengas a alguien a tu lado por si acaso.

Y Tume se colocó al lado de su amigo dejando claro que hablaba en serio y tratar de convencerle de lo contrario solo sería una perdida de tiempo.

Subís al piso de arriba y escucháis los sonoros ronquidos del posadero. Mientras Inovaz ha salido a esperaros al campo, Therk y Boff continúan hablando y decidiéndose. La puerta de la habitación está cerrada pero la abrís sin problemas dado que el enano no ha puesto el cerrojo. Una vez dentro, le veis completamente dormido en la cama. Parece feliz, pues sonríe.

Tume hace un primer gesto para levantarle y Hardem le susurra al oído un simpático "despierta dormilón" pero no funciona.

Tume seguía convencido de que aquello lo resolverían sólos, algo que asustaba a Hardem, pero por suerte, decidió acompñarle a despertar a Ulrick y no se quedo a solas. - Gracias por venir. le dijo un tanto tembloroso, sin duda estaba empezando a coger algo de miedo por las implicaciones de lo que estaba ocurriendo y su destino.

Los primeros intentos de despertar al enano fueron totalmente infructiferos y a Hardem para lo huraño que podía llegar a ser el posadero le extrañó que este pudiera dormir tan placidamente y alegre. - Therk se ha bebido todo el aguardiente. le dijo al enano para despertarle, quizá con algo que le preocupará realmente pudieran despertarlo.

Pero no. No reacciona. De hecho no se oye un alma en todo el pueblo cuando a estas horas ya los más madrugadores deberían salir de sus casas para ir a trabajar.

Al girarte para comentarle algo a Tume, ves algo raro en la pared. Durante un segundo jurarías que la sombra de Tume se ha movido por sí sola.

Algo va mal, Ulrik no se levanta y Tume nota una presencia detrás suya. Se gira lo más rápido que puede y ve que la sombra que debería haber detrás de él se mueve hacia otro lado. ¡Esa sombra tiene vida! De pronto, sale de la pared. Mide más de metro noventa y es oscura como la noche. Pese a que se le perciben rasgos humanoides, no tiene ningúna obertura ni ojos.

Algo raro estaba pasando, parecía que Laderafría no despertaba y el viejo Ulrick parecía no ser menos. Se fue a agachar para notarle la respiración cuando le pareció ver algo detras de Tume. - ¿Tume? alcanzó a preguntar pero parecía que su amigo había dado con algo antes que él.

Ulrik parecía estar durmiendo a pierna suelta y, por la gesto de felicidad que se dibujaba en su rostro, estar disfrutando del plácido y bendito sueño. No era muy normal en él, quien teniendo las obligaciones de la taberna y el huerto no era muy dado a descansar más que lo justo, pero Tume no le dio más vueltas al detalle. Lo que si le preocupo fue que no reaccionará para nada al intento de Hardem de despertarle.

Iba a acercarse a probar él mismo fortuna tratando de despertar al dormilón, cuando le pareció ver algo con el rabillo del ojo. Instintivamente se giro a ver que podía ser lo que le había llamado la atención y se encontró con una sombra, un ser incorpóreo cuya presencia allí no podía ser halagüeña. Con la misma rapidez, con la que hubo reaccionado al percibir algo extraño en la habitación, el elfo hizo aparecer una daga de su cinturón y cargo contra la maligna criatura, mientras pedía ayuda a sus compañeros del piso inferior.

– ¡Therk! Por todos tus muertos. ¡AYUDA!

La daga atraviesa por completo a la sombra. Es como atacar una nube. La sombra permanece inmóvil, plantada ante vosotros, esperando vuestra reacción.

– ¡Therk! Por todos tus muertos. ¡AYUDA! -la voz es de Tume y proviene de arriba, de los aposentos de Ulrik.

Me levanté de un salto y corrí hacia dónde había ido Tume a ver que era lo que ocurría. No tenía ningún arma a mano porque no se me ocurrió tomarla, pero esperaba no necesitarla. 

No había tiempo de asustarse, debía mantener la calma. Aquella criatura podía haber provocado el estado actual del enano, debían protegerlo. Tume actuó veloz como el rayo y encajó un golpe sobre la criatura. Debía actuar, nunca había usado su magia contra otros pero no le quedaba más remedio que acabar con aquella sombra. Comenzó a mover los brazos y a recitar una salmodia ininteligible para Tume que acabó con Hardem señalando a la sombra con su dedo índice mientras una esfera mágica se dirigía contra la criatura.