Partida Rol por web

La ermita se encuentra a las afueras del pueblo. Habéis seguido el rastro de destrozos provocados por la gran raíz y os lleva hasta aquí. La puerta está reventada y cuando entráis os encontráis una enorme raíz cuyos "tentáculos" se han enganchado a los monjes dormidos. Parece que late a cada segundo mientras que los monjes están escuálidos. Es como si les robaran la energía vital de algún modo u otro. Dudáis de poder salvarles. No habéis llegado a tiempo.

Os quedáis tan ensimismados mirando el extraño panorama que no os dais cuenta que dos calabazas animadas han crecido de forma instantánea detrás vuestra, flanqueando la puerta e imposibilitando la salida. Una de ellas tiene un aspecto y un tamaño monstruoso.

Tras escuchar un crujido detrás de mi me giro rápidamente y veo dos calabazas alzándose ante nosotros. ¡Amigos a las armas! ¡Nos atacan! Dado que estábamos en un lugar cerrado opte por esgrimir mi pala contra esas bestias, parecía adecuado contra unas calabazas.

La calabaza de la izquierda lanza sus tallos a por el pícaro mediano.

-¡Maldita sea, otra vez no! -gritas. Ya fuiste atrapado otra vez.

La sombra, despreocupada, se acerca a la otra calabaza y le acerca la mano, intentando tocarla. Su toque incorpóreo es letal para cualquier criatura viva. El ser mágico, desprovisto de inteligencia, no se aparta, aunque si nota como su energía vital comienza a menguar a medida que la sombra va metiendo el brazo.

Tras ver como se abalanza sobre Boff una de las calabazas y otra es atacada por la sombra decido ayudar a mi compañero y atacar a esa calabaza para ayudarle a zafarse de su dañino agarre.¡Suelta! ¡A! ¡mi! ¡amigo! termino dándole con la pala en ¿la cara? para mi sorpresa parece que le he hecho mucho daño. La alzo en el aire y la agito. ¡Así aprenderás! Me temblaban un poco las piernas. Suelo ver a los enemigos un poco más lejos. Pero mi rostro mostraba enfado y coraje ante la abominación.

El filo de la pala se clava en la corteza de la calabaza y al sacarla el mediano ve como le ha quitado un trozo de ella. La criatura infernal se queja emitiendo un crujido. 

La calabaza derecha lucha contra la sombra pero sus ataques no afectan al ser incorpóreo.

De camino a la ermita apenas hablaron. Su imaginación volaba en todas direcciones, dibujándoles escenarios peligrosos donde caían a manos de unas siniestras calabazas, para poco después verse como héroes y habiendo liberado Laderafría del terrible destino que le tenía preparado el Pastor. ¿Cual sería la salida del conflicto en el que se encontraban? Aún estaba por ver. Mas Tume no pensaba amilanarse. Si debía de morir, lo haría matando por su aldea, su familia y sus amigos.

Una vez llegaron a la ermita no tardaron en materializarse dos seres como contra los que ya habían peleado antes. Y el elfo sabía que eran más peligrosos de lo que su apariencia vegetal pudiera hacer creer. Así que no dudó y se lanzó contra la calabaza más cercana, asestándola un mandoble con el recién adquirido puñal Kris. Pero en seguida supó que había sido algo superficial y apenas había dañado a su enemigo.

El curvo Kris apenas se adentra en la corteza de la calabaza. La planta apenas se immuta con tu ataque.

Boff no podia creer que le habia tocado de nuevo a el.-Debo tener un iman para estas cosas -pensaba para sus adentos.

Luego dió las gracias a su amigo Durden y trato de ser util...¡malditaaaas calabaaazas! gritaba mientras se dirigia a atacar, pero no pudo hacerlo, todo estaba muy fuera de su alcanza al ser tan pequeño y si atacaba solo podria ser el fin. ¡Tendriamos  que tratar de organizarnos  y atacar juntos!.. gritó a sus compañeros 

La calabaza intenta morder a Boff pero éste se mueve lo justo para que no le alcance. Pese a ello, aún sigue atrapado. La sombra también sigue luchando con su enemigo, aunque sin resultados.

Veo como Boff se retuerce pero no consigue zafarse del agarre del engendro/calabaza, el corazón casi se me para al ver como el monstruo intenta dar dentelladas a mi compañero pero respiro aliviado al ver como esquiva ambos ataques. 

- ¡Suelta a Boff!

Mi ataque volvió a impactar pero mis nervios me impidieron sujetar bien la pala y esta no consiguió hacer mucho daño a la calabaza, miro de reojo a la raíz. Estamos tardando mucho tiempo. Miro de nuevo al monstruo y decidido a salvar a mi compañero y terminar nuestra parte del plan camino dando pasos laterales hasta ponerme detrás de él y aprovecharme de que este atareado con Boff.

La calabaza derecha se levantó del suelo, perdiendo savia y desraizándose, para moverse hacia el mediano de la pala. La sombra avanzó tras ella.

Quizás fue la tensión de saber a que se estaban enfrentando, o quizá la preocupación por su compañero mediano, quien acababa de evitar por poco el peligroso ataque de una de las calabazas. Quizás fue la falta de experiencia con su nuevo cuchillo. El caso es que el ataque de Tume falló por mucho y solo consiguió cortar el aire, donde hace poco se encontraba su enemigo.

Cada fallo que cometía daba a sus rivales una oportunidad más para contraatacar. Una ocasión más para herirle a él o a los suyos. Algo que no podían permitirse. El elfo trato de controlar el nerviosismo.

Boff intenta con todas sus fuerzas safarse de dicho mounstro pero casi le faltan fuerzas, solo le queda la esperanza de ser salvado por sus compañeros o por un milagro

La calabaza finalmente consigue hincarle el diente al cuello de Boff. Éste se aparta lo suficiente como para que los afilados trozos de corteza que ésta tiene a modo de dientes llegaran a la arteria principal pero el dolor es tan agudo que se desmaya. Cae como un saco al suelo y la planta, pensando que lo ha matado, lo suelta.

La sombra por su parte continua intentando afectar a la otra calabaza, sin éxito.

Ajeno a lo que ocurría al pobre Boff me concentro en atacar por la espalda al monstruo dando un pequeño salto para intentar hacerle el mayor daño posible. 

- ¡Suéltalo de una vez! 

Una vez en el aire veo como Boff cae al suelo y por un momento me quedo petrificado, lo suficiente para que la pala golpee sin fuerza al monstruo sin hacerle daño mientras miro a Boff impotente desangrarse en el suelo. ¿que? Pienso mientras el mundo se me hecha un poco encima.

La calabaza derecha, desraizada, se mueve torpemente por el suelo perdiendo savia a cada metro que hace. Al encontrarse con la espalda de Tume a tiro, le suelta un latigazo con una de sus vides pero el elfo, con su velocidad felina, lo esquiva sin problemas.

Ahora su mayor preocupación era sacar a Boff de allí.

El combate se estaba complicando demasiado. Los involuntarios héroes no eran capaces de acabar rápidamente con sus enemigos y solo era cuestión de tiempo que algún ataque de una de las dos calabazas logrará alcanzar su objetivo con éxito.

Y así fue. La calabaza a la que se estaba enfrentando el elfo alcanzó a su amigo Boff en un momento de descuido, una pequeña baja en su defensa que abrió un hueco para el poderoso y despiadado golpe de una de las raíces de la planta. Mientras el mediano caía al suelo, Tume grito de rabia y de impotencia. El ataque había sido letal y Boff golpeó el suelo manchando este con su sangre. Parecía cuando menos malherido y el elfo rezó a los dioses para que aún respirara. No podía dejarle allí tirado o no habría duda de que su amigo no sobreviviría a ese combate.

Con un rápido movimiento guardó el puñal en su vaina mientras se agachaba a la altura de su compañero. Sujeto el cuerpo inerte de este por las axilas y tiro de él hacia atrás, para alejarle de la pelea. Pensó en lo increíblemente pesado que era el diminuto cuerpo cuando caía inconsciente, pero siguió tirando con fuerza. Una vez lo alejó lo suficiente volvió a desenfundar el arma y a lanzarse a la batalla. Boff necesitaba urgentemente que alguien le tratará sus heridas, pero Tume no podía dejar ahora a Durden y a la sombra luchando solos contra sus enemigos, o acabarían cayendo ellos también.