Partida Rol por web

Aquella tia te estaba haciendo la mejor mamada de tu vida. Despacio, suave, poniendo morritos. Era una rubia del carajo, y estaba allí, como hambrienta de semen, entre tus piernas, dedicada a la labor, mientras te susurraba lo mucho que quería beberse aquello. Putón, si, pero dentro de poco putón con la boca llena de lefa, o eso creías.

Algo te recorrió, como un súbito escalofrío. Abriste los ojos, parpadeando, y te diste cuenta que estabas dormido. Sin embargo, el techo se definía de forma imprecisa, como si te hubieras drogado. Al intentar levantarte, te diste cuenta de que te costaba respirar, que parecía como si tu corazón latiera despacio.

Entonces, te diste cuenta que estabas en la habitación de un motel, y que había un tio tumbado cerca de ti, con aspecto de freak. También te diste cuenta de que estabas empalmado.

La vida es como una caja de condones. Nunca sabes el que se te va picar. Esas fueron las palabras que acudieron a tu mente mientras despertabas de un sueño en el que estabas charlando con Kurt Kobain sobre la astrofísica moderna, mientras tomábais un baileys.

Te das cuenta de que estás en una especie de habitación de un motel. Tu cabeza da vueltas, como si te hubieras metido algún ácido. Te cuesta que el mundo se quede fijo en un punto, y los colores de las cosas se te presentan distorsionados o amplificados. Te cuesta respirar, y al darte la vuelta ves que hay un tio a tu lado, con una camiseta negra apretada como un segurata.

Mickey busca sus cigarrillos pero no estan.

¿Que me pasa? ¿Que ha ocurrido?

Cuando se da cuenta, ve que hay un tipo en la cama, se levanta a toda leche estmapandose con la mesilla y derribando todo, al no poder coordinar bien.

"Joder" Dice en voz alta. "Me cago en la hostia... No pude haber bebido tanto. ¡ No me jodas! Ya no podré llamarme mas ser humano.

Saborea la decadencia, Mickey. Eres un despojo, mira en lo que te has convertido. Ya eres uno mas. Eres la mugre acumulada de todo el sexo que practican las putas y los políticos. Ya no mereces vivir.

Encuentra por fin su cigarrillo (con filtro de plástico) caido al lado de la cama y se lo lleva a la boca.

- Joder, tio. - Dice con su voz de loco. - Dime que haces en la cama conmigo. Como me hayas metido algo por el culo voy a tener que descerrajarte un tiro y luego suicidarme... ¿Eh? Asi que dimelo.

La cabeza le daba tumbos y apenas podía vocalizar bien.

- La hostia puta. ¿Pero que mierda me he metido?

Sean meneó la cabeza, dolorido, miró a su alrededor, algo perdido, le habría gustado decir que no se sorprendió cuando vio a su lado a un individuo bastante nervioso, preferiría mil veces a la rubia, "coño, tienes que dejar el alcohol, Sean" se dijo con desdén como si no fuera nada importante.

-Tio, cálmate, deja de gritar, que me duele la cabeza.

Hizo ademán de estirar su musculoso brazo hacia la mesilla de noche, allí donde debería estar su pistola, pero no, no había nada. Se incorporó, llevándose las manos a la cabeza, acompañado de un gruñido dolorido: la cabeza le estaba matando,parecía estar en un mundo psicodelico.

-No te preocupes, tú no te pareces en nada a la rubia...aunque igual estaba pedo.

No pudo evitar sonreir un poco de lado.

-Si te sirve de consuelo, no pensaba en ti...asi que guardate la pipa.

Tanto Micky como Sean se dan cuenta de que no van armados. Micky se percata, cuando el tipo se gira, que el musculitos tiene un bulto característico en el tejano, y que este no parece otra cosa más que una banana metida en sus calzonci... ¡Espera! ¡Es un empalme!

Entonces, antes de que sus abotargadas mentes puedan volver a cabilar, un zumbido, como el de un móvil, resuena en uno de los cajones del mueble del televisor. Allí, sobre él, hay un DVD con un letrero escrito en tinta: FUCK YOU, y un reproductor de DVD al lado de la tele.

El "musculitos" mira a su compañero de habitacion y posible zorra de una noche. Se puso en pie, apoyandose en la pared para no caer y se miró el Pakete.

-Tranquilo..hermano..no creo que este tio te haya levantado tanto.

Dijo hablando, efectivamente, con su pito.

Andó tambaleandose hacia la mesilla y recogió el movil (si lo hay, esa parte no la pille)

- ¿Donde estamos? ¿Esto un hotel?

Con un dolor de cabeza de pelotas, anda despacio pero examinando todo lo mejor que pueda.

- ¿Oye, esa película es tuya? Porque si no es tuya te sigiero que la pongas y dejes de mirarte el pito... pero sólo si tienes mas de 18 años. Por el nombre, seguro que salen un buen par de tetas. - Cuando Mickey habla parece que esta de coña y que mira todo desde una barrera ajena a la del resto de gente.

La voz de su compañero parecía taladrarle inmisericordemente la cabeza, como si hubiese un enano dentro con un taladro con una broca exageradamente grande. Cogió el dvd y lo colocó en el reproductor.

-Parece que si, estamos en un motel y empiezo a sospechar que esto no es lo que parece.

Puso el "play".

Tronick se da cuenta que enfrente pasa la Ventura FWY, que bordea Toluca Lake. Patrick mira el DVD mientras tanto, sosteniéndolo en la mano.

Lo mete en el reproductor, e inmediatamente después se ve en pantalla, en esa misma habitación, a un hombre que conocéis, Willson Pacheco. Pacheco es un asesino que trabaja para el cartel de Tijuana, uno de los más importantes de México y de la ciudad, y que practicamente controla el tráfico de drogas a gran escala. Pacheco os señala con el dedo.

-¿Que pasa, brothers? Seguro que os estáis preguntando que putas madres os está pasando ahora, ¿Eh? No podéis moveros bien... no podéis respirar bien. Dejadme aclararos algo, pinches cabrones: acabo de mataros

Al decir eso, Willson se quita la americana, y toma una jeringuilla con un líquido verde. Parece que está acompañado de algunos matones. Veis que uno de ellos empuña un inmovilizador eléctrico, y que otro muy corpulento está colocando vuestros cuerpos sobre la cama. Pacheco se acerca, y con mucho cariño, casi paternal, os inyecta aquella mierda en la nuca, mientras sus compañeros sonríen.

-¡Oh... la puta brothers! -dice mostrándoos la jeringuilla, con evidente gozo- Habéis chingado al cartel de Tijuana, y ahora el cartel os chinga a vosotros. ¿Que te creías, poli de mierda? ¿Que ibas a enchironar a mi amigo Cortez?

Al decir aquello, Patrick recuerda, como en un flash back, cuando él, con un grupo de agentes, echó abajo la puerta de aquel miserable piso, pillando a las putas subidas encima de aquellos cholos cabrones, con la coca cortada encima de la mesa, y la cara que pusieron al encañonarles. Un gran golpe, en colaboración con la DEA, para trincarlos por tráfico de estupefacientes y varias muertes. Felipe Cortez era el jefecillo de aquel grupo, un simple camello chicano venido a más bajo el amparo del cartel de Tijuana. Lo único que recuerda de anoche, en otro fugaz flash back, es que estaba sacando la basura en su casa, cuando sintió un dolor intenso en su espalda y se desvaneció.

-Ey, Tronick. ¿Que pasa guey? ¿Te arrepientes ahora de haber matado a Carlito, pinche cabrón?

La escena regresó a la paranoica mente de Mickey. Su primera muerte, para salvar a su hermano, reventándole la cabeza a aquel mafioso de cabeza afeitada. Despues se enteró de su nombre: Carlito González, el representante del cartel de Tijuana en Santa Mónica. Mickey, sin embargo, recuerda que anoche le dejaron KO con un inmovilizador eléctrico cuando salía de comprar hielo en la gasolinera.

Pacheco acaricia la jeringuilla, riendo entre dientes. Maldito hijo de la gran y mexicana puta... Veis que lleva puestos unos guantes de goma.

-Esto, hijos de la chingada, es una mierda sintética china de alta tecnología. No se exactamente lo que es, solo se que si no mantenéis vuestra pinche adrenalina bombeando, moriréis. Me importa un chingo lo que hagáis para manteneros en pie, maricones, pero os diré lo que si me importa.

Saca del cajón de la tele una especie de PDA, y lo enseña a la cámara. Veis que en el cajón hay un par de pipas, dos cargadores, dos fajos de billetes y una papelina con coca.

-Solo hay una manera de que no muráis en 24 horas, por mucho que mantengáis la pinche adrenalina bombeando, y es con el antídoto. Pero, cabrones... esto es lo mejor. El antídoto solo lo tiene mi pinche cartel, y solo os lo daremos cuando nos hagáis un favor. Más bien, varios favores.

Sonríe, con aspecto lobuno, señalandoos la pantalla del PDA.

-Os iremos mandando 4 pinches objetivos que tendréis que cumplir en ese tiempo... y os aviso de que son objetivos chingones. Pero, ¿Sabéis que? Me importa un chingo, maricones, porque ya estáis muertos. Nos haréis el trabajo sucio.

Se toca el mentón y luego el bigote.

-Ah, si. Solo hay un PDA, así que sed buenos y colaborad entre vosotros. Cuando cumpláis el 4º objetivo, os daremos la dirección donde podéis conseguir el pinche antídoto... Pero se que no lo conseguiréis, porque sois solo unos pinches huevones.

Pacheco se inclina y besa la cabeza de Tronick.

-Bienvenidos al juego, cabrones.

El video se corta.

Que movida. Noto malas vibraciones de ese Pacheco. ¿Pero porqué motivo? ¿Porque no solucionar nuestras diferencias hablando? ¿Nos hemos rebajado al nivel de animales irracionales?

- Hay que escribir al presidente urgentemente. Tenemos que invadir Mexico. Mucha gente patriota ha dado su sangre por la segunda enmienda y no puedo ni matar a un tipo a 10 millas de la frontera de mi país sin que me den por culo.

Mira a Sean esperando una respuesta.

- México no es un pais libre, tio.

Vio el video aparentamente tranquilo. Solo aparentemente. Nada más acabar éste y desoyendo las paranoicas soluciones de su compañero, dio dos pasos atrás para coger carrerilla y dio una patada a la pantalla, que dejaria en evidencia a Leonidas, rómpiendola en pedazos.

-¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAHGGGGG!!!!!!! !!!HIJOS DE PUTA!!!

La cuenta, de alguien pagarla, seria muy alta, puesto que el policia empezó a pagarlo con todo el mobiliario de la habitacion.
Se acercó a su compañero, mirándolo con ojos de loco, el sudor que le caia por la frente, acompañado por sus hinchadas venas, le daban un aspecto peligroso.

-¡Mueve el culo! Tronick hay que meterle un par de balas a alguien por esto

El poli cogió la pistola, un cargador y le tiró otra de estas para su compañero.
Acto seguido, cogió el PDA pero dejó la coca allí, no era la clase de tio que se metería esa mierda, quizá la dejó para su compañero.
Sean recargó la pistola y tiró hacia atrás del cañón, para luego amartillarla. Se metió la pipa (con el seguro puesto) en la parte trasera del pantalón. Tenía que ser rápido si queria salir de esta.

A Mickey Tronick le rebota la pistola en la mano derecha, volando hacia su izquierda, donde vuelve a robotar de nuevo hacia la derecha, cogiendolo con esta cuando esta a punto de caer al suelo. Parece que no haya tocado una pistola en su vida...

Acto seguido sale corriendo detrás de Sean Patrick, no sin antes coger toda la coca y meterla en sus bolsillos, sin consumir nada por el momento.

- ¿Que miras? Es para mi hermano Bob... Eh...- Al ser madero prefiere no dar muchos detalles- No la consume, es que tiene un tanque de almacenamiento... para reciclarla.

El poli miró a su interlocutor levantando una ceja.

-Tronick eso me da igual, pero..creo que has hecho bien en cogerla, está ahi por algo...

Dijo apoyandose en la pared, la cabeza aun le daba vueltas, una gota de sudor frio le recorrió la frente y bajó por su mejilla, algo no iba bien y sabía que esa mierda sintética china tenia algo que ver.

De repente, sentís que la cabeza se os va aún más. El corazón os late muy despacio, y os cuesta más hacer las cosas. Antes de que la fuerza abandone por completo vuestro cuerpo, sentís la necesidad de estallar, de correr freneticamente, de impedir que vuestro corazón se pare y os sobrevenga la muerte.

Parece que lo de la droga no es ningún cachondeo.

Tronick sale disparado escalera abajo hacia la calle, tropezandose por las escaleras y dandose un piñazo espectacular, pero no siente el dolor.

No sabe si habrá mucho tráfico, pero si hay algun coche en la puerta que puedan detener o "convencer" a su ocupante de que lo abandone, deberán cogerlo para ir... hacia alguna parte...

El aparcamiento del motel está medio desierto. Medio, si, porque a unos 50 metros hay un tipo abriendo un coche, un viejo Ford Mondeo, que está de espaldas a vosotros. Los demás coches circulan por la carretera, y con bastante velocidad.

Doherty gritó a pleno pulmón, de ira, para acto seguido echar a correr junto a su compañero. Desenfundó la pistola y apuntó con violencia al conductor del coche.

-!!!!!!Aggggggggggg!!! ¡Fuera del puto coche hijo de puta, ahora es mio! ¡dame las llaves capullo o te vuelo la cabeza!

Vale, eso no lo haria un poli en su sano juicio, pero diablo, ahora ni él ni Tronick (él casi nunca lo estaba a decir verdad) estaban en su sano juicio.

El tío del coche, un trabajador encorbatado de unos 40 años, se gira y al ver la pipa apuntándole levanta las manos. En una de ellas lleva un maletín. Parece que se ha puesto nervioso, mucho.

-¡Ey tío, tranquilo! No es mi coche, es el de mi mujer, el mío está roto y... y si te doy las llaves...

En ese momento, el hijo de perra hace algo que no esperáis, salta por encima del capó del coche de al lado, con intención de echar a correr escudándose tras la hilera de coches para que no le friaís vivo.

Diara tenía las manos en el volante de aquel camaro. No es que supiera conducir muy bien, y de hecho no sabía como demonios había sobrevivido para llegar hasta allí a toda hostia. Buscaba aquel maldito motel, el Paradise, en Toluka Lake, cerca de la Ventura FWY.

La droga le seguía haciendo efecto, y el asunto era serio. Se había metido un par de gramos de coca de la que le habían dejado en su casa. Tras ves el video del cabrón de Pacheco, ella entendió rápidamente: la habían jodido. Trabajando para Don Kin, el representante de la tríada de Hong Kong en Los Angeles, había tenido que dejar fuera de juego a algunos de aquellos narcos mexicanos, o mandado a los muchachos que les jodieron.

Los cholos no olvidan una ofensa, y por eso despertó con el cocktel beijing en la sangre y una sencilla indicación: Motel Paradise, donde recogería a sus compañeros. Ellos tenían el PDA con la primera misión. Por eso cogió el coche, tras meterse la coca, y fue desde Beverly Hills a Toluca Lake a toda hostia (gracias a Dios no se topó con la poli).

Entonces, cuando andaba pensando en eso, vió a un tio con un maletín corriendo al final de la calle. Aminoró, y vió que el motel estaba allí. Había dos tíos armados en el aparcamiento: un musculitos y un calvo con aspecto de freak. Esos debían ser sus compañeros.