Partida Rol por web

Maldito mediano, ha estado todo el viaje callado y ahora habla por los codos  aparte menudo escandalo está montando, acabara enterándose toda lo que habite en estas cavernas de nuestra presencia- pensó el enano molesto por la actitud de Mechamadera  después se giró hacia el señuelo- Haz algo hechicero, o solucionas el problema de estos escandalosos idiotas o los mando a dormir de un mazazo, después podemos proceder machar por donde la monedita ha marcado.  El mediano seguía gritando tras ellos y Orkgram empezó a hacerle señales de silencio- Por los músculos de Kord porque  me pasan siempre estas mierdas a mi- pensó desesperado el enano mientras retenia sus ganas de sacar el martillo.

Genial, ahora este se pone a gritar...

Aslatiel sabia que el Mechamadera tenia razón, merecía mas la pena salir fuera y esperar un rato hasta que la sordera de esos dos inútiles se pasase en vez de seguir adelante en una mina oscura con trampas y llevando a un mediano berreando como niño. Empezó a hacerle señas con los dedos para que se callasen y después apunto con el dedo hacia la salida. 

Mientras terminaba de apuntar con el dedo hacia la salida. Aslatiel se dirigió al enano.

Ve tu el primero, yo iré al final alumbrando nuestra espalda por si acaso viniese algo por detrás. Estate atento por si algo nos atacase y tengas que girarte y mira por donde pisas, podemos haber pasado trampas pero no haberlas activado.

Aslatiel recoge su linterna y espera a que el enano y los demás se pongan en marcha.

Al ver a sus otros dos compañeros, Meegosh va a la entrada de la cueva, a sentarse en una piedra.

Pailys nota como algo comienza a tirar de la parte trasera de su armadura con una gran insistencia, y se encuentra al pequeño mediano mirándolo con una cara de agobio y nerviosismo mientras señalaba el camino de vuelta.

Vio que Orkgram y Aslatiel gesticulaban el signo de silencio hacia el mediano.

Me parece que el zumbido este va a durar un buen rato, y no me va a dejar escuchar nada en absoluto, la verdad es que esto no me gusta como pinta. Pero bueno, habrá que adaptarse.

Aslatiel señalaba con una mano a la salida, miró a Orkgram y a Aslatiel y comenzó a mover los labios; mientras tanto vio cómo el mediano iba a sentarse sobre una piedra.

Cuando dejó de mover los labios, se fue hacia el mediano, y se sentó en el suelo para quedar a la altura del mismo, mientras que se va agachando le da ligero apretón en el hombro de manera paternal mientras le sonríe afablemente, para de esta manera infundirle ánimos.

Compañeros, me parece que no puedo oír nada, y me parece que Mechamadera está en mi misma situación. Yo pienso que podríamos seguir, estoy listo para cualquier decisión. Por favor, decidid entre vosotros dos si deberíamos seguir o no.

Yo voy a intentar hacer algo para calmar al mediano mientras habláis, lo noto bastante nervioso, y necesitamos estar todos bien.

La mayoria llegais a la conclusion de que salir seria una forma de pasar el tiempo que afecta a dos del grupo, pero salir delante de la cueva, si realmente hay cosas malignas en el interior es muy probable que os esten esperando, por la piedra del trueno, los gritos o los chillidos....o peor que ya os esten vigilando y cuando bajeis la guardia en la seguridad del exterior os ataquen.

El enano se dispone a ir hacia la salida  cuando se para de pronto tras valorar la situación- Y si nos quedamos aquí solo hay tres posibles vías de donde pueda provenir un ataque, con vigilarlas entre los cuatro podíamos pasar el tiempo necesario aquí sin peligro, aparte ¿no tienes ningún hechizo que pueda sernos útil en la tarea de vigilancia¿?- argumente Orkgram

Al ver que sus compañeros no se decidían por tomar ningún tipo de camino, miró a Meegosh y vió su deseo por salir, y con un gesto de cabeza señaló hacia la salida de la cueva esperando alguna señal de aprobación por su parte.

Estoy preocupado por que no podamos seguir todos bien, y creo que esta sordera durará poco, así que tal vez necesitemos sentarnos y planear algún tipo de estrategia.

Se levanta y comienza de nuevo a mover los labios. Una vez que termina, se gira y toma el camino de vuelta.

Compañeros, tenemos que descansar y tomar un poco de aire fresco, el mediano lo necesita, y tal vez nos vendría bien a todos. Además quien puso el cebo debe ya de estar tomando camino para comprobar lo que ha caído en su trampa.

Aslatiel dirige la mirada hacia el enano y después hacia el mediano, la verdad es que estaba indeciso ambas opciones le parecían correctas; pero al escuchar las palabras de Pailys decidió hacerle caso y salir fuera a espera que ambos se recuperasen de la sordera causada por la piedra. 

Creo que quedarnos aquí con estos dos en este estado no es la mejor idea, pero tampoco sabemos si nos están esperando fuera al oír el ruido.

Mirando hacia Pailys y Mechamadera, Aslatiel asintió, levanto su pulgar y señalo la salida.   

La atmósfera es fría, y húmeda. Meegosh se acurruca, sentado en la piedra. Mientras tanto, trata de recordar: intenta rememorar los sonidos de la naturaleza que le habían acompañado mientras subía la montaña: el canto matutino de las aves, sutil al comienzo, para lentamente tornarse en una incesante y esplendorosa cantinela; el crujir de la hojarasca bajo sus pies, repleta de rocío nocturno helado, que acompañando cada paso del grupo, se asemejaba a la solemne e inagotable marcha de las escasas estrellas que pervivían en el cielo del día que despertaba; la gélida brisa que surcaba los escarpados peñascos, a cada momento más intensa, convirtiéndose en alborotados remolinos allá en los lejanos riscos, a modo de último amparo de la serranía contra la siempre inconveniente incursión de todo forastero. Todos esos sonidos, y muchos otros igualmente queridos para él, se habían ido. Esperaba que pronto retornaran, pero la mente despierta siempre alberga dudas, y preocupaciones.

Enfrascado en estos pensamientos, Meegosh detecta un movimiento de cabeza delante de él. Entonces, levanta la cabeza, para ver cómo Pailys se dirige a la entrada la mina con decisión. A continuación, yergue su pequeño cuerpo, señala con vehemencia la entrada del lugar a sus otros dos compañeros y, después de agarrar del brazo al hombre de confianza del mercader, sigue al paladín hacia el umbral de la galería.

Al llegar al exterior de la excavación, inspecciona sus alrededores. Busca puntos fuertes, y puntos débiles del terreno, a su favor, y en contra. No había razón alguna para temer el exterior: sin duda, el peligro se hallaba oculto en los insondables abismos del detestable antro que era esa mina. Entonces se levanta, coge una de las muchas herramientas que desperdigadas poblaban el nevado terreno y, con la avezada pericia de quien ha dedicado incontables horas a la labor, comienza realizar veloces  trazos en la blanca superficie, como haría en un pulcrísimo pedazo de papiro. Escribe lo siguiente, esperando para leerlo en alto a que sus compañeros estén lo suficientemente cerca como para oírle (proceso al que añade algún que otro verbo y artículo):

MINA PELIGROSA           RUIDO ALARMA              PROTEGER EN ENTRADA             ATENCIÓN RETAGUARDIA

ESPALDA CONTRA ESPALDA                 PALADÍN CONTRA PALADÍN                MAGO CONTRA MAGO

Enano, no sabemos si fuera hay algo esperando o si nos van a emboscar; pero si alguien viene a revisar la trampa y nos encuentra con estos dos sordos creo que vamos a tener mas problemas que estando fuera. Ademas es una trampa simple tocas el cadáver y la cuerda activa la piedra. Si la revisan y ven que no hay nadie pueden pensar que a sido un animal al fin y al cabo esto es una cueva para resguardarse de la nieve, cualquier animal podría haber entrado, activado la trampa y salir corriendo al caer la piedra. 

como querais pero si nos emboscan en campo abierto sera vuestra culpa tras esto Orkgram con mal humor y ignorando los escritos del mediano se dirige hacia la salida

Al irse acercando al exterior, Pailys debe entrecerrar los ojos debido al cambio de luz y oscuridad. Apaga la linterna sorda para intentar hacer que dure un poco más. Mientras se va acercando al exterior de la caverna va vigilando el exterior de la misma intentando encontrar alguna anomalía.

Al llegar al exterior sus músculos se relajan al poder respirar aire puro y refrescante, y poder mirar en cualquier dirección y ver algo más allá que roca picada. Ve como Meegosh agarra una herramienta y comienza a escribir sobre la nieve. Mientras tanto, no descansa en su búsqueda de algo que antes de internase en la caverna no estuviera.

Cuando el mediano finaliza, Pailys se rasca la barba en señal de duda, pero al final asiente.

No entiendo lo que quiere decir con esa última parte, estoy deseando que se me pase este ensordecimiento para poder preguntarle.

Saca de su mochila su odre con agua, y da un breve sorbo para refrescarse lo suficiente, y después lo guarda.

Mientras guarda el odre con agua y sin levantar la cabeza, les dice a Orkgram y a Aslatiel

Alguien debería vigilar la entrada de la cueva, pero con su característica oscuridad hace falta poder ver y escuchar, y yo no sería una buena opción ahora mismo. Vigilaré el camino que lleva hasta la entrada. No necesitaré escuchar para ver si algo viene.

Meegosh asiente a Pailys, levantando su pulgar en gesto de apoyo. Se coloca junto a él a vigilar el camino que lleva hasta la entrada de la mina.

Finalmente los 4 aprendices de aventureros salen despues del primer contratiempo al exterior de las minas, el sol ya esta bastante alto y es media mañana, asi que es facil vigilar....como se organizan ya es otra cosa....