Partida Rol por web

La reacción de la doctora, su semblante triste y el hecho de apartar la mirada remueve algo dentro de mi. Aunque conocimos poco al anterior capitán, una muerte es algo lamentable, y más si te toca tan de cerca.

- Caballeros y damas - digo alzando mi mano con la bebida - aunque es un insignificante homenaje, propongo un brindis por el malogrado capitan Francis T. Johnson. Que su alma viaje por la Galaxia y nos salvaguarde de los peligros que acechan.

Ante las palabras de la consejera Daerx el Teniente Comandante simplemente se sentó con la espalda muy recta en el sitio escogido.

Legder contestó con voz fría, completamente calmada como la que podría emplear con un alumno atrasado en sus clases de defensa personal a bordo del Excalibur. Es una costumbre aprendida consejera -Explicó-. A lo largo de la historia le sorprendería la de veces que aquellos que se sienten seguros y a salvo se lamentan de no haber tomado las precauciones adecuadas. Así que si no le importa continuaré "Siempre vigilando".

Luego pidió café y volvió a guardar silencio hasta brindar con los demás pero sin decir una palabra.

La doctora sonrió un poco ante el comentario de la lata de sardinas, sin embargo, miró de nuevo al Teniente Comandante Ledger, siempre tan serio y frío. ¿Qué le llevaría a tener que estar tan alerta todo el tiempo?

Tomó un par de bocados, cuando el Teniente Comandante Lightman propuso un brindis por el anterior capitán. La doctora Nerys alzó su copa y añadió: Lamento no haber podido hecho nada más... aunque fue un susurro que apenas escucharon los que tenía más cerca.

-Tiene razón señor Ledger en sus argumentaciones, es que soy joven e inexperta, le pido disculpas. A veces en mi afán por querer que los demás se sientan a gusto no llego a comprender que cada uno tiene su medida de satisfacción para ser colmada - afirmó concienzudamente mirándolo con sus ojos casi violetas, luego desvió hacia Koral la atención, ya que la tenía al lado -Dra. estoy segura de que tendrá una nueva oportunidad en la investigación -deslizó con cautela la trill con una expresión sentida en el rostro, dicho esto chocó su botella de icoberry con la de los demás. -Por el capitán Johnson -repitió al mismo tiempo que los demás -Me encantaron sus palabras, Lightman -acotó y agregó segundos más tarde -Sí, conozco a vuestro nuevo capitán y al primer oficial, son muy simpáticos, de hecho... -se quedó pensando en sus apreciaciones unos instantes -De hecho, el capitán Tova'Daq no es para nada lo que esperaba.

Eclecson también se levanta al ver que lo hace Lightman y eleva su taza de cafe, lo normal es hacerlo con algo de licor pero no es posible en estos momentos, y también asiente a sus palabras.

Por el capitán Francis T. Johnson.

Y le dio un trago a su cafe para despues sentarse.
Pasado el momento, la consejera hizo gala de sus talentos diplomaticos y cambió de nuevo el tema hacia el nuevo capitán. Es posble que les estuviera evaluando para saber las reacciones de cada uno ante el cambio. No en vano eran los oficiales de mayor rango de la Excalibur. Y no habían pasado por ningún examen psicológico, este parecia tan buen momento como cualquier otro. Y más distendido y relajado, con lo que uno puede soltar más la lengua.

De hecho, el capitán Tova'Daq no es para nada lo que esperaba.

¿Se refiere al hecho de que es medio Klingon medio Betazoide? Desde luego es una rara mezcla, pero no tengo prejuicios contra ninguna raza.

- La verdad es que no deja de ser curiosa esa mezcla, aunque es normal que las razas interactuen entre ellas. Lo importante es saber un poco cómo es el capitán, y si puede dar la talla en una nave como la Excalibur.

Sigo comiendo, la verdad es que el menú está delicioso.

- Realmente hay que felicitar al chef, la comida es excelente.

Que hermosura de naves, ¿no Mertens? -telepatea para su #1 el klingon.  

Dígame, con tanta investigación y desarrollo.  ¿Hay algún protocolo especial para protegerla de ataques terroristas, o de una escaramuza de invasión?  

La teniente se toma unos minutos para responder, estaba haciendo memoria seguramente -No hay protocolo especial más allá de los establecidos por la Flota, aunque claro, ante una situación de alerta roja el almirante o quien esté a cargo de la base en ese momento puede dictar procedimientos de emergencia acordes con la situación -explicó mesuradamente -Esperemos que nunca tengamos que recurrir a algo así porque un ataque a esta base significaría la guerra, y eso es lo que nadie quiere en este momento -afirmó -Ni a los kilngon ni a los romulanos les agrada nuestra presencia aquí pero es lo que aceptaron cuando firmaron el Tratado de la Zona Neutral -repuso, dando a entender que importaba poco si a ellos les hacía gracia o no.

-Bueno, creo que ha llegado el momento de que los lleve al comedor de la nave, tiene un menú de lo más variado; allí podrán beber o comer algo mientras esperan al resto de la tripulación -murmuró -No creo que al almirante le reste mucho tiempo con sus subalternos.

Admiró las instalaciones como un niño que aprendía algo nuevo y fascinante. Era la primera vez, de hecho, que estaba en una estación de investigación de la Federación de esas características. Admiró el trabajo de los científicos durante su breve visita, preguntándoles algunas cosas concretas, y luego la silueta del crucero en reparación. Y entre visita y visita, cuando la teniente se adelantaba para entrar en una sala, le miraba ciertas partes de su anatomía, igualmente fascinado.

Fue entonces cuando ella hizo aquel comentario sobre ellos. Una cuestión que le intrigaba. Y como podía comprobar, intrigaba a todos.

-No creo que la Federación mande un crucero tan moderno y una tripulación con tan buenas hojas de servicio en una misión suicida, teniente -le dijo, adelantándose a sus pensamientos- Sobre la cantina, quizá tomemos algún postre o un café. Hemos comido antes de llegar a la base. ¿Ha probado usted el cazón campero mexicano? Es todo un manjar.

"Casi tan rico como usted", pensó. Luego sacó algo de su uniforme, un paquete de chicles.

-¿Gusta?

Por un instante, un brevísimo instante, la mirada de la teniente Arjin se ensombreció bajo pensamientos ocultos y luego, como el viento barre las nubes y deja paso al sol, sus ojos volvieron a brillar y la sonrisa retornó a sus labios -Gracias comandante -musitó complacida de que el ocampa por fin se uniera a la conversación -No recordaba que su raza tuviera poderes telepáticos, me tomó por sorpresa -se pasó un mechón de cabello castaño oscuro por detrás de la oreja -No, no he probado el cazón ahora que lo menciona -dice mientras hace memoria, luego se da la vuelta y se pone a caminar en dirección al turboelevador -Pero quizás sea un buen día para probar cosas nuevas -sonríe suavemente -Acompáñenme, por favor.
La consejera los guió hasta el nivel 30, el último piso del complejo en donde estaba el comedor para el personal. A esas horas la base estaba en pleno funcionamiento por lo que estaba con no mucha concurrencia. 

Entraron a un recinto amplísimo, que daba idea de la cantidad de gente que desarrollaba sus tareas en la base y de la cantidad de visitantes que pasaban por ella, las luces artificiales simulaban una cálida luz de día, de seguro para evitar la depresión típica de la falta de luz solar en el espacio profundo, como lo estaba esa base, y aquí y allá habían especímenes de plantas autóctonas del Cuadrante muy vistosas y coloridas.
-Pasen y vean el menú, pidan lo que deseen, me dijo el almirante Paris que desea agasajarlos -les explicó.

Si, justo nos comimos hace rato unas tapas de cazón, deliciosas. 

Ahora, para comer, he tenido un antojo de pulmón de Bregit desde hace días, que es mejor satisfacer de una vez, porque los klingon cuando tenemos hambre nos ponemos de malas... -dijo el capitán salivando. 

Al sentir a Mertens interesado en el cuerpo de la teniente, preguntó, curioso.  Comandante Mertens, con el poco tiempo de vida que tienen los ocampa.  ¿No debería usted pensando ya en la reproducción?  Piense, esta misión nos tomará quizá un año, o más.   El Excalibur deberá tener un pequeño ocampa en su guardería más pronto que temprano, si es que usted quiere continuar su estirpe. -comentario demasiado Klingon, lo notó inmediatamente, pero ya lo había dicho... 

La teniente se quedó de una pieza con el comentario del capitán, un sonrojo violento inundó sus mejillas.
Balbuceó un tanto sin decir nada y luego rió nerviosamente, en ese preciso instante el almirante Paris la llamó por comunicador y le pidió que fuera a reunirse con él en la sala de conferencias.
-Deberán disculparme -anunció luego de responder al almirante -Tengo que retirarme; si necesitan información sobre algún punto de la base o algún área, por favor, no duden en contactarme -esto último lo dijo mirando de reojo a Mertens, que se había quedado tan atónito como ella ante el comentario de su capitán. -Ha sido un placer conocerlos, espero poder despedirme de ustedes antes de que partan.
Dicho esto, se retiró y los dejó solos en el comedor; les había dicho que la espera no sería larga, pero nunca se sabía.

-Sí, he tenido el honor de conocer a su capitán y al primer oficial hace algo de 30 minutos -afirmó mirando a la doctora y luego al resto de los presentes -Es un sujeto interesante. No solo por la particular mixtura de sus padres y su carrera en la Flota, de hecho su personalidad parece calma pero segura, hubiera esperado algo más... klingon, para ser sincera; me da curiosidad saber cuándo deja salir al lado más impetuoso de su personalidad, ¿será en batalla? ¿será cuando le llevan la contra? La verdad no puedo imaginarlo, parece fluctuante. -le dio un sorbo a su bebida, pensativa -Pero hay algo seguro, si da o no con la talla de la nave no podrán saberlo ahora, será en el día a día y sobre todo, en los momentos críticos.

El almirante te escuchó en silencio, sopesando cada una de tus palabras. Hizo un gesto con la boca de desagrado cuando le indicaste que su manera de pensar no era la correcta, mas, enseguida se ocupó de borrarlo de su cara. Cruzó las manos sobre la mesa frente a él, una típica actitud corporal defensiva; parecía relajado, pero tenía años de experiencia ocultando sus emociones.
-Tiene razón, comandante, la decisión está tomada -expresó con una media sonrisa, esforzándose por ser cálido, algo totalmente inútil con un vulcano -Aprecio que se sienta libre de expresar sus pareceres y, como lo dije anteriormente, son muy valorados; no en balde se la dejó a cargo de la Excalibur hasta el día de hoy.
Se tomó unos segundos antes de proseguir, quizás evaluando qué decirte a continuación. Finalmente dijo -Me gusta su ambición, siga así y llegará lejos. Y descuide, no ha sido por una falla suya que han nombrado a otro para el puesto, simplemente es usted todavía muy joven e inexperta en algunas materias -carraspeó -Le recomendaría que le dé prioridad al estudio de las emociones humanas y a su relación con el resto de la tripulación, una vez que asegure esos conocimientos estoy seguro de que su nombre será el que surja para el próximo nombramiento en una nave -deslizó dando a entender que ese era tu talón de aquiles.

Ya casi he acabado mi comida, asi que aparto la bandeja, me reclino en mi asiento y miro distraidamente a mi alrededor.

- Bueno, ¿y hasta cuando estaremos asi? ¿Cuando conoceremos al capitan? - inquiero dirigiendo la mirada a la consejera de la estación.

Ledger se había mantenido en silencio durante toda la conversación simplemente había pedido una taza de café cargado y la había bebido a sorbos cortos. En ningún momento lo había aderezado con azúcar o leche. Había permanecido observante pero no pudo evitar adelantarse un poco al escuchar hablar del nuevo Capitán. Poco después de escuchar lo que la Teniente Arjin Daerx tenía que decir recuperó de nuevo su posición. En definitiva la consejera no sabía absolutamente nade de él y ya nos apañarían los de la nave para juzgar.

Jodidos psicólogos...

- Vaya, me decepciona consejera, pensaba que se refería a que le conocía... algo mejor... dijo insinuando algo que tal vez le trajese problemas. Quiero decir, de más tiempo. rectificó por si acaso, nunca se sabía, no la conocía de nada y por tanto tampoco era momento para crearse enemigos, sin embargo, aquella mujer le generaba demasiada desconfianza. Y desde que recordaba, su instinto había acertado de pleno siempre. Supongo que ya juzgaremos nosotros mismos cuándo saca el capitán su lado más klingon, que sinceramente, no es lo que me preocupa. Prefiero confirmar que es un buen líder de su equipo y de la Excalibur. Además de que... preferí no continuar diciendo nada... finjí un poco de tos y tomé algo del jugo que había pedido. Después me quedé mirando a Ledger, siempre tan impasible y difícil de leer. Sin embargo, su instinto confiaba en él, al igual que en el resto de la tripulación, así que solo esperaba tener ese buen feeling también con el capitán y el primer oficial.

Kunaar escucha las explicaciones del Almirante. Este acaba, y queda expectante a la reacción de Kunaar. Esta permanece en silencio, un instante con la mirada perdida en la pared. Reflexiones rápidas, vulcanas, sobre las palabras escuchadas. Luego, antes de lo que calcula sería interpretado como un silencio demasiado largo, añade.

Reflexionaré sobre sus palabras, Almirante. Si no necesita nada más de mi, debería reunirme con el resto de la tripulación.

La Comandante queda así dispuesta para partir a encontrarse con el resto.

Osea que en realidad tampoco sabía muhco más del capitán que el resto del grupo allí reunido. Quizás algo más si ha podido acceder a sus fichas personales de la federación. Eso confirmaba lo que había supuesto Eclecson de que les estaba evaluando.

Vaya. Una lastima. Yo también esperaba que le conociese un poco más.

Despues se acabó el tozo de pastel que le quedaba y se bebió su último trago de cafe.

Bueno. Puesto que parece que casi hemos acabado aquí. ¿Donde vamos ahora? ¿Podemos visitar los astilleros?

La teniente los dejó en la cafetería para que pudieran probar las delicias allí preparadas, había un chef que residía en la base y que gustoso elaboró cuanto quisieron. Permanecieron un rato sentados charlando hasta que de pronto volvieron a verla, esta vez sentada con un grupo más nutrido de personas, ¿cuándo había vuelto?
Ella pareció omitir sus presencias allí de primer momento, mas, luego de unos minutos se levantó y empezó a saludarlos con la mano a la distancia... hasta parecía que... los estaba invitando a la mesa. Se miraron, quizás dudando de que tal acción fuera dirigida a ustedes, pero luego escucharon -¡Capitán Tova'Daq! ¡Comandante Mertens!
Parecía que en definitiva sí los estaba llamando y no solo eso, hacía gestos para que se unieran al grupo.