Partida Rol por web

Violed se quedó pasmada cuando los sirvientes del lord los hicieron pasar a la biblioteca. La cantidad de volúmenes y papiros ahí guardados sin duda guardaba más misterios e historias de los que ella misma había conocido nunca.

Recorrió las estanterías llenas de polvo con tranquila reverencia mientras Ian y Lilith tomaban asiento en dos cómodos butacones cercanos a un gran ventanal.

Entre los libros distinguió algunas historias clásicas como el Cantar de Marin y Gavriel o la Historia de Vernier de Logh, el Tirano de Sumarra, pero también había tomos sobre medicina, filosofía, matemáticas...

No alcanzó a distinguir ningún volumen acerca de magia o conjuros pero, obviamente, de tenerlos, nadie los guardaría en una biblioteca en la que haces esperar a tus invitados.

Le pareció que apenas tuvo tiempo para ojear la magnífica colección de Lord Gaylord antes de que el mayordomo viniese a buscarles para indicarles que serían recibidos.

Accedieron a la magnífica sala de audiencias mientras Shinobu esperaba con Lobo, seguramente por el temor a que los guardias no mostrasen la tranquilidad adecuada. No eran pocas las miradas que se habían posado con nerviosismo sobre el lupino.

Violed dejó que fueran los otros los que tomasen la palabra. Al fin y al cabo, ni ella conocía al tal Lord Gaylord ni se encontraba cómoda en aquellos suntuosos salones.

Lilith contó la historia a su manera, más o menos fiel, pero con algo más de fanfarria y licencias y ocultando algunos detalles esporádicos ante lo que Lord Gaylord iba asintiendo, exclamando o frunciendo el ceño según correspondiese. Violed pensó que Lilith sería una buena contadora de historias.

Finalmente, la bardo se vio sorprendida por un saquito de oro que no esperaba ante lo que se mostró amable y agradecida.

Ya en los jardines, Violed jugaba con el saquito mientras pensaba cual sería su siguiente movimiento. Nunca había entrado en sus planes trabajar para otros. Había elegido aquella vida por el viaje y la liberta, para conocer nuevas tierras, nuevas gentes y nuevas historias. Soñaba con recopilar un compendio de canciones que fuera cantado siglos después de su muerte.

No obstante, debía reconocer que, de momento, estaba cumpliendo sus objetivos. Estaba conociendo gente nueva e interesante, algunos que incluso podrían patrocinarla como el propio Lord Gaylord. También estaba descubriendo nuevas tierras.

Así, decidió que, de momento, seguiría con aquellos compañeros hasta que sintiese la necesidad de volver a los caminos.

- Necesitaría comprar unos repuestos- comentó con aire distante- aunque supongo que a estas horas ya estará todo cerrado. ¿Dónde dormiremos?

Cogía la bolsa con el dinero y de un ágil movimiento la escondí entre mis ropas. Hice una leve reverencia - Señor -  y me giré dejando que mi capa volteara dándole a mi salida un aire un tanto dramático y salí de la estancia. Iba leyendo distraídamente el papel que me había entregado el mayordomo y no llegué a ver al grupo que giraba por el lado contrario del pasillo en dirección al salón de Gaylord.

No pensaba ir directamente a la dirección. Antes me apetecía ir a tomar un trago a la taberna. Con un poco de suerte encontraría algo interesante que hacer antes de irme a dormir.

Las calles estaban bastante desiertas así que no me crucé con nada interesante en mi camino hasta mi taberna favorita. Abrí las puertas despacio y entré con paso decidido pero lento. Instintivamente me fijé en los parroquianos que se juntaban en la taberna para ver si veía algo interesante y detectar posibles salidas en caso de problemas.

Me acerqué a la barra. - Una cerveza.

Era una indignación. Después del largo y tedioso viaje, tras aquella aventura que la había hecho recorrer el maldito campo y encima a pie casi todo el camino. Con todas esas penurias sufridas, y aquél estúpido Señor ni siquiera había ordenado un delicioso y ostentoso festín para ellos. Vale, que con una comida modesta hubiera valido, ¡pero ni eso! Y encima se notaba que el hombre acababa de regalarse una buena comida. Pues si creía que los enanos recordaban los agravios para toda la eternidad, es que Gaylord no tenía ni idea de lo vengativa que podía ser una mujer joven y bellas cuando se la trataba con desprecio, o no con todo el que ella se merecía. 

Por suerte tenía dinero preparado, brillantes monedas que llenaban pequeñas bolsas suficientes para que todos ellos pasaran un par de días agradables en la ciudad. El fulgor dorado atraía su mirada y la hacía olvidar la ofensa sufrida... Así que cuando acabó de contar toda la historia a su manera, presentar a las nuevas compañeras que tenían y aprovechar para ensalzarse un poco a sí misma, estaba mucho más tranquila y un poco más alegre. Aún así, y sólo para sentirse algo mejor, cuando se despidió y se iba, optó por llevarse un pequeño espejo de marco de plata que le cabía incluso entre sus escasa ropa. Solo por orgullo, ¡que con ella no se jugaba! 

También pensó en esconderse la bolsa que le correspondía a Shinobu, pero tanto Violed como Ian habían estado al final presentes, y habían visto que ella lo había cogido. No era momento de que empezaran a desconfiar, no con todo lo que estaba por llegar, así que a regañadientes y con reparos se la entregó a la druida, sólo para arrepentirse un segundo después al ver la repulsión en su mirada ante el oro que recibía. Estaba claro que ella lo habría aprovechado mucho mejor, pero ya no podía hacer nada, de momento...

Acompañada por las dos chicas y por el mosquetero, que más parecía su guardaespaldas - uno bastante insignificante -, que su compañero, se encaminaron a las calles principales de la ciudad. Habría sugerido dejar a Lobo en la casa que el noble les había cedido, pero como sabía que sería perder el tiempo, ahora aguantaba las miradas de soslayo de la mayoría de paseantes. Lo bueno es que pese a no pasar desapercibida - algo que habría querido pero por otro motivo - también alejaban a posibles ladrones y otros pícaros que decidieran que su nueva bolsa estaba demasiado llena. 

Llegaron así al barrio de mercaderes, donde decenas de locales mantenían abiertas sus puertas mientras que algunos comerciantes con menos suerte pero más ganas vociferaban en la calle atrayendo a los potenciales clientes. Allí se podía comprar de todo y para todos, y seguramente alguno encontraría algo de su interés. Ella no tenía nada en que gastar por ahora, así que les dejaría decidir donde entrar.

Cuando acabaran, irían a su caserío, donde cenarían y disfrutaría de las mieles de su viaje...

 Bueno como os dije, la acción va a tener dos partes, cosa que afecta a todo el mundo menos a Durzo por suerte para el xD
La primera es una parte normal, ordinaria y corriente que puedo resumir en “Vais a comprar y luego a casa a descansar hasta el siguiente trabajo” y luego la otra, la que pasa después de la cena que es una escena aparte que voy a subir ahora en un rato. 
La segunda escena va a tener un funcionamiento especial pero os lo explico en la misma. 

Después de informar a Gaylord y de que os pague, cosa que Lilith intentas controlar pero que no puedes evitar que al final el dinero acabe en las manos correspondientes, a pesar de lo poco que parecen gustarle esos fríos discos de metal a Shinobu, que mejor se los hubieras guardado tu... 
Os marcháis de allí y “a otra cosa” como se suele decir. Ian y Lilith estáis contentos de estar de vuelta en la ciudad, la civilización y todas sus pequeñas cosas... puede que Lilith lamentes un poco eso de ir con un lobo blanco, llamáis demasiado la atención así... pero por lo demás es perfecto e Ian estas esperando por esa nueva misión de vuestro jefe que parece muchísimo mas acorde con tus capacidades... 
Por otro lado Violed estas por fin y por primera vez en la gran ciudad! Has actuado en aldeas, en pueblos, en villorrios... pero ahora por fin estas en la ciudad y por todas partes ves locales, tabernas, teatros.. incluso ves bardos itinerantes tocando o contando historias con marionetas en los cruces y plazas! Este sitio rebosa vida, vida artística! 
Claro que para ti Shinobu y para Lobo el sitio esta muerto, casas de madera muerta, de piedra deformada, calles sin vida, animales esclavizados.. y no como el caballo de Ian al que se le nota que hace, mas o menos, lo que quiere... no, estos son animales con el espíritu quebrado por el trabajo y la rutina! El ser humano es terrible... 
Y bueno, llegáis a la zona donde Lilith sabe que están las tiendas (Aquí parte de compra, venta, etc...) 
Y luego a esperar. 

Durzo, no vas a ir en directo a la dirección que te dio el jefe, a saber que te espera allí, es mejor intentar primero una aproximación cautelosa  reunir información, has sacudido un avispero en el muelle, ahora a saber por donde respiran las avispas... 
Vas a uno de los locales que consideras tus “habituales” y te instalas en un rincón a escuchar y palpar el pulso de la ciudad mientras tomas algo... 
Por lo que dicen los que entran, piden y salen, hay un lobo blanco enorme en la ciudad, propiedad de una chiquilla de pelo blanco que va con los que la semana pasada mataron un jabalí gigante, al parecer hay unos aventureros cazadores de bestias en la ciudad. También oyes hablar de que en el campo había una plaga que casi acaba con todos los cultivos de este año y mata a todo el mundo de hambre! Por lo que parece la plaga ha sido contenida pero la cosecha de vino de este año va a ser muy mala y los lugareños se duelen preocupados por el daño que esto pueda causar... 
Y también oyes que algunos grupos extranjeros de inversión están planeando una jugada para hundir vuestra ciudad económicamente y quitarla del mapa de las competidoras para hacerse con los lucrativos mercados centrales. A causa de las fluctuaciones del mercado por causa de las plagas y con la reducción de la producción de vino, algunas ciudades estado van a intentar apartaros del mercado, lo dice uno que parece saber de todo que esta en la barra (y que vota a Ciudadanos por que es un cuñado de manual) 
Por ultimo hay rumores, rumores velados de que un grupo muy importante y poderoso esta contratando ladrones y asesinos para encontrar a un saboteador que ataco uno de sus barcos anoche, parece que no van a acudir a las autoridades sino que lo van a resolver a su manera... y que tienen una descripción bastante buena del tipo. 

Sentado en un rincón oscuro, apartado de la vista de la mayoría de clientes de la taberna, me dedico a escuchar. Parece ser que mis acciones de la otra noche tuvieron bastante repercusión. Incluso habían puesto precio a mi cabeza. Aquello no era precisamente bueno, pero el hecho de que es tuvieran reuniendo a gente para buscarme quería decir que había causado el suficiente daño como para que dedicaran tiempo a encontrarme. Lo que ya no me gustaba es que tuvieran una descripción de mí. Debía averiguar cómo de exacta era esa descripción. No era lo mismo que fuera "un tipo con una capa y una capucha" como que fuera "era un tipo con la cara alargada, barba no muy crecida y nariz algo aguileña". En este segundo supuesto, estaría en un problema.

Además, a Gaylord le gustaría saber los movimientos mercantiles y subterráneos de otros mercaderes, dispuestos a irrumpir en la ciudad y hacerse con ella. Debía enterarme de lo máximo que pudiera. Gaylord estaría satisfecho, y mi bolsa más llena.

Había un tipo vestido con una casaca de un llamativo color naranja que parecía saber de todo lo que pasaba en la ciudad. Quizás debería invitarlo a un trago y sonsacarle información cuando estuviera más borracho. O tambiés podía esperar que saliera y sacarle la información de otro modo.

De momento, opté por la primera. Me levanté y me acerqué al tipo. En realidad no sé como se atrevía a salir a la calle con aquel atuendo tan naranja pero traté de obviarlo.

Hola amigo. ¿Puedo invitarte a un trago? - le pregunté - Trabajo para un comerciante local (miento) y me interesa lo que decías de ese grupo que quiere hacerse con el comercio local. Ven a mi mesa y hablamos

Si algo llamaba la atención de Shinobu, eran los bardos y sus músicas, y también esos que aprovechaban la madraa murta para crear pequeños personajes manipulados con hilos. El resto, era desde maloliente, hasta capaz de producir nervios y ansiedad, pero a la vez que le desagradaba, le parecía curiosa esa forma de vivir. Aunque no comprendía por que actuaban de manera tan despreciable, intentaba pensar que era parte de su natraleza y que ello también formaba parte del ciclo vital, y de ser así, esos humanos le mostraban ser molestos carroñeros, más rastreros de lo que jamás sería un kobold, no comprendía por que Lilith había sido tan descortés con los kobolds, le miró.

- ¿de verdad te parecen más despreciables los kobolds que toda esta gente? - miraba las calles sucias y llenas de basura - no son la raza más confiable del mundo, pero por lo menos mantienen los deshechos alejados de sus casas,...

Los locales eran muchos, ella buscaba uno con piezas de madera, algún lugar que vendiera algún artilugio mágico que le ayudara en su viaje. Aunque con tantos sonidos sus pies se movían suavemente en el aire mientras su lobo mecía su cabeza de un lado a otro. Parecía no molestarle a su lobo todo tanto como a ella.

Una niña soltó la mano de su madre y corrió ante el lobo, desconociendo que fuera un temido depredador, tal vez creyendo que era un perro de enorme tamaño, acercó su mano al hocico del mismo para acariciarlo mientras preguntaba su nombre y su madre se tapaba la cara aterrorizada. El lobo, que seguramente no sintió malas intenciones se dejó acariciar, mientras Shinobu bajaba del lomo de su lobo para agacharse cerca de la niña y responderle - vaya, eres muy valiente, pero si ves uno como este que vaya solo, no te acerque a él ¿vale? Suelen ser peligrosos, es un lobo, y se llama Lunarian, y es muy bueno, solo muerde a las personas malas. Ya que te tengo delante, ¿sabrías decirme algún sitio en el que vendan objetos y artículos de madera mágicos?

Adoraba la ciudad, disfrutaba del ajetreo de las calles, de las idas y venidas de la gente, de la diferencia de clases incluso en los rincones más oscuros. No llevaba tanto tiempo como habría deseado, pero se había adaptado con relativa facilidad a esa vida, como si hubiera nacido para estar allí, y realmente así lo sentía. Para ella el pequeño pueblo donde había pasado su infancia era una maldición, y se había encargado de que jamás la dejaran regresar. No, ella pertenecía a aquél pedazo de civilización, con sus virtudes y sus defectos, con sus peligros, pero sobre todo con sus beneficios. Prueba de ello era la bolsa de oro que llevaba bien escondida y que nunca había sido tan pesada, sobre todo contando que llevaba en Caleah apenas unas semanas. Ciertamente era fascinante como surgían oportunidades para alguien habilidoso a cada paso. 

Y sin embargo, su aventura la había llevado a estar en compañía de un grupo que jamás creía posible. Tener cerca a un mosquetero como Ian, aunque se metiera tanto con él, si que habría entrado, tal vez, en sus planes, aunque debía admitir que más a largo plazo y jamás como un "igual". Con la bardo pasaba lo mismo, era guapa y escondía una actitud dura que ni ella misma había descubierto, alguien que formaría parte en sus sueños de grandeza, en las que ella era una noble de renombre con total libertad para dar rienda suelta a sus ambiciones y deseos. ¿Pero Shinobu? Jamás habría estado tan cerca de una druida si lo hubiera podido evitar; Sus continuas ideas tan alejadas de la sociedad, su afinidad casi fanática por la naturaleza y aquella ingenuidad propia de la gente que jamás había tenido que ver de primera mano la cara oscura de los demás, todo aquello, era un recordatorio completo de la vida que había dejado atrás. Por si fuera poco, llevar un lobo e ir preguntando por "Objetos mágicos de madera" no eran las dos primeras cosas que tenía en mente. Decidió que era mejor acabar cuanto antes allí, sobre todo antes de llamar la atención de alguien más que asustados o escépticos viandantes. Si algún guardia o algún matasiete decidía que aquél animal era demasiado peligroso para estar suelto, podrían tener problemas, así que optó por adelantarse a los acontecimientos. 

Parándose a la vez que lo hacía la chiquilla de pelo blanco para hablar con aquella niña sin miedo, hizo un gesto a los demás para que se acercaran. Aquella interrupción había servido para ignorar el comentario sobre los kobolds, y también para poner punto final a esa visita.

- Se hace tarde, tengo hambre y estoy cansada. Además empezamos a llamar demasiado la atención, no me gusta, puede haber problemas - Sonrió -. Deberíamos ir ya a la casa que nos ha cedido Lord Gaylord y ver como están las cosas por allí. Cenaremos y planearemos para los siguientes días - Una de las cosas que quería era llevar a Violed a alguna taberna o teatro donde pudiera tocar, pero con el lobo no les dejarían entrar a ninguna. Debía convencer a Shinobu de dejarle en algún sitio a su aire en los días siguientes, pero necesitaba tiempo para pensar en como hacerlo. Y también quería aprovechar para recabar información sobre lo que se cocía en las sombras. Como no, para eso aquella bestia, por muy mansa que fuera, tampoco podría ir -. Venga, larguémonos de aquí, además tampoco tenemos dinero suficiente para comprar nada como lo que buscas, habrá que trabajar un poco más para eso. 

Su voz era tranquila y amable, pero por su tono se veía que no dejaba lugar a réplica. Además de que si se iba ella, sólo Ian podría llevarles hasta la casa. Si le perdían de vista, se quedarían perdidas, de noche, en medio de una ciudad desconocida, no era la mejor idea. Así que dicho esto echó a andar hacia la parada de postas donde dormían ahora, pensando en que seguía teniendo aquellas setas que tan amablemente les habían regalado los kobolds. Sonriente mientras caminaba, no podía esperar a llegar...

Violed acompañó a al grupo por las calles de la ciudad. Su vista no era capaz de detenerse en una sola cosa pues a cada instante que apartaba la vista, tenía la sensación de que cientos de cosas se le escapaban.

Se separó puntualmente del grupo en algunos momentos para reponer algunas de las cosas que había perdido durante su última aventura. No fue gran cosa; un par de antorchas y un repuesto de virotes para la ballesta. Iba a coger raciones de viaje pero luego pensó que, realmente, no sabía cuántos días iban a pasar en la ciudad así que sería mejor hacerse con ellas justo antes de que fueran a partir. Así podría saber con más claridad cuántas podría necesitar y se conservarían durante más tiempo.

La diferencia entre las distintas gentes que poblaban la ciudad la llenaba de sensaciones, de olores, de cultura. Intentaba fijar en su mente cada detalle que observaba pues, su maestro se lo había dicho en cientos de ocasiones, un bardo debía fijarse en el día a día, en cada detalle, pues en lo cotidiano vive la semilla de las historias extraordinarias.

Debes fijarte en lo que te rodea- le decía- debes ser capaz de sentir lo que ellos sienten, de pensar como ellos piensan. Son tu público y tus protagonistas, los creadores y receptores de historias. Tú estás ahí para escuchar y aprender y luego narrar.

Dos dones poseen los bardos de renombre- insistía cada día- La cualidad de saber estar en el momento adecuado y en el sitio adecuado y el cantar que sabe llegar a los corazones de los hombres. Lo primero lo afina el instinto. Lo segundo, la observación y la empatía. Observa y aprende, Violed, trata de vivir la vida de los demás a través de sus ojos, entra en su alma, roba su mente. Así, podrás regalarle la canción que su corazón anhela.

Siguiendo a sus compañero, se alejó entre las gentes por las calles que ya oscurecían.

Nota: Durzo, no entendí bien lo del tipo de la casaca naranja. Lo digo por que llegue a pensar que te referías al propio Sarva con eso de vestir de forma estridente y llamativa. Bueno, sea como sea, yo te voy a dar con el unas respuestas vagas pero fiables y ya me aclaras eso a ver que pasa porque como ya dije antes no estoy acostumbrado a que os saquéis PNJs de la manga, eso es cosa mía y claro a veces me pierden estas respuestas que no se exactamente a que os réferis. 

Bueno como parece que vamos a la escena esa “especial” Violed, Shinobu, Lilith e Ian pues os dejo que vayáis con ella con algunas cosas. Violed, si, los precios están bien. Venga comprar y terminar para que podamos seguir! 
Con el descontrol de tiempos que he tenido no voy a ponerme tiquismiquis con los mismos, pero venga ir respondiendo todos para poder adelantar y seguir. 
Lilith se quiere ir, tiene ganas de probar sus nuevos aderezos... y Shinobu ha descubierto que hay inocencia aun en la sucia y fría ciudad... aunque sea una inocencia tan absolutamente inocente que termina pensando que un lobo es como un perro y se le puede acariciar... suerte que Lobo o mas bien Lunarian, es bueno y sabe cuando los que se le acercan también lo son... aun asi la mirada de los adultos presentes cuando ven a la pequeña niña al lado del animal... en fin, dejan mucho que desear en cuanto a tolerancia y aceptación... y eso que esta es una ciudad muy cosmopolita pero se ve que no para los lobos.

Durzo, tu interlocutor no tiene motivo alguno para desconfiar de ti y además lo que dices suena interesante, si puede hacer negocios fácilmente con un recién llegado... por que no hacerlo? El dinero es dinero! 
-No rechazare una copa gratis, vaya que no!- dice sentándose contigo: -No puedo dar muchos detalles, mi jefe dice que soy un poco bocazas a veces..- “Un poco”? “A veces”? cuantos eufemismos: -Lo que si puedo decirte es que el sistema esta herido de muerte con las peleas entre las familias regentes...- si, por lo que sabes, las grandes familias están enfrentadas por un matrimonio que salió mal o algo así y desde entonces la familia Gaylord intenta mantener el control pero es demasiado grande para ellos... 
-La economía para crecer y prosperar necesita estabilidad, no esta incertidumbre en la que vivimos, por eso se de buena tinta que dentro de unos días van a asegurar esa estabilidad... yo le diría a tu jefe de ser tu que no vaya a la zona del foro la semana que viene...- El foro, donde se reúnen la gente rica, los nobles y los lideres gremiales a escuchar las noticias y debatir de política, el mentidero de los ricos y poderosos vamos y donde, cada quince días, las familias mas importantes se reúnen con los demás para decidir la marcha política de la ciudad, los Gaylord, entre otros, estarán allí... y ahora te dicen que es mejor no ir ese día? Se perfila algo muy oscuro y turbio en el horizonte... 

Aquel tipo me acababa de dar información muy importante. Parecía que erealmente estaba bien informado, aunque debía tomar aquello con pinzas. No iba a creerme al primer tipo que me explicaba cosas por ahí. De todas formas era algo que Gaylord debía saber de inmediato para tomar las medidas oportunas.

Me arriesgué un poco más e intenté tirarle más de la lengua. Quizás un par de copas más le abrieran la boca lo suficiente. No creía que tuviera que recurrir a artes más....digamos que expeditivas para conseguir información

Vaya, amigo, gracias por la información. Mi jefe estará contento de enterarse de esto. Me alegro de haberte encontrado. ¿Sabrías decirme qué tipo acontecimiento ocurrirá en el foro? Es para no estar ni siquiera cerca de allí, o acercarme a mirar a ver qué pasa.

Tanto desagrado por su compañero era incomprensible, pero tras ver que incluso en ese lugar había un atisbo de pureza, la druida se sintió más capaz de caminar por su cuenta, miró a su lobo y sin decir nada desapareció por los tejados, no iba a irse, pues el vínculo con Shinobu le mantendría alerta, pero si desaparecería de la vista de aquellos malintencionados entes.

Notas:

Aaaah coño! A Cs xDDDD es que madre mía ya no me acordaba de lo que había puesto y claro se me fue la olla, perdona de verdad....

Y creo que hoy por hoy es el único que vota a ciudadanos en este país jajojota xDDDD chistaco xD

Venga vamos a la siguiente escena.

Tengo que casar tiempos asi que intentare adelantar a Durzo todo lo posible y retrasar al resto un poquito.

Han pasado dos días desde que volvisteis Ian, Lilith, Violed y Shinobu... bueno, volver... para la mitad del equipo es la primera vez que estáis aquí, en la gran ciudad, pero bueno...

La primera noche fue muy rara, unos sueños muy extraños y perturbadores (que aun no están así que no se que paso con ellos.. pero vamos que pasaron xD) y unos despertares aun mas extraños con la boca seca, dolor de cabeza y en sitios raros de la casa...

Pero bueno, lo dicho eso ya paso, es hora de ponerse a trabajar porque por orden de Edmond Gaylord, hay que cumplir una nueva misión, una que implica ciertas dotes de espionaje y capacidad para moverse por la ciudad sin llamar la atención, eso puede ser relativamente fácil para Ian e incluso para Lilith, aunque eso de no llamar la atención, con su ropa... es complicado...

E incluso Violed lo tiene fácil aun sin conocer el lugar... pero una niña con guadaña y pelo blanco y un lobo blanco... eso es ya otra historia...

Durzo, al final parece que tensaste demasiado con aquel tipo, incluso un tío tan pagado de si mismo, tan bocazas y tan confiado empezó a sospechar que podía haber algo raro en tu insistencia en saber que iba a pasar exactamente... y aunque normalmente podrías habértelo llevado, colgado de una azotea y sonsacarle información (al mas puro estilo batman) con tantos testigos llamarías demasiado la atención así que tendrás que conformarte con lo que has averiguado y desaparecer rápido antes de que el tipo llame a sus amigos o a alguien que pueda ponerte en problemas, la información es demasiado importante como para no ir a informar al jefe....

Y así hemos llegado al día de hoy... hoy va a pasar algo en el foro, pero nadie sabe que... solo que puede ser algo que cambie el equilibrio de poder del lugar para siempre! Se ha dado la casualidad de que la familia Gaylord no ha podido mandar a la reunión a ningún cabeza de la misma y solo ha podido ir un primo segundo que, Durzo, sabes que no ha sido informado de nada... si lo asesinan pues no pasa nada... pero mejor si detenéis lo que vaya a pasar y tal...

Y es que aun sin conoceros, Durzo por un lado e Ian, Lilith, Shinobu y Violed tenéis la misma misión: impedir que haya un atentado o asesinato en el foro... solo que nadie sabe quien va a atacar ni como ni cuando... así es muy difícil trabajar por no decir que esto es una plaza abierta enorme y llena de gente que va y viene del mercado...

Durzo estas observándolo todo desde un tejado cercano mientras que en los callejones se esconden Ian, Lilith, Shinobu y Violed... todo parece estar en calma...

O lo parece hasta que al lado de Shinobu, Lunarian empieza a gruñir, incluso en esta ciudad corrupta y estéril hay algo que destaca por su maldad... y eso tiene que ser mucha maldad! Algo esta pasando entre la gente en el centro de la plaza, aunque desde los callejones no veis nada, solo una multitud ajena a todo...

Durzo, desde las alturas ves como en el centro de la plaza esta pasando algo, cerca de la balconada donde se reúnen los “barones” a discutir sus cosas un hombre ha caído al suelo y se convulsiona, la gente que esta alrededor primero se acerca a ayudar pero algo de lo que ven u oyen hace que escapen a la carrera! Que esta pasando? Desde la distancia no lo ves pero esta claro que ese hombre que convulsiona es algo mas que un simple enfermo y que hay algo en el que asusta al resto.... 

Shinobu no sabía bien que hacía en ese lugar, la ciudad y los nobles no podían importarle menos, pero le gustaba bailar con la música de Violed, tal vez ese detalle es el que le hacía seguir allí. Que si algo de un atentado, que si peligro en la ciudad,... en la naturaleza eso pasaba constantemente y no se hacía un drama. Solo se seguía adelante.

Además, algo cansada de que le dijeran que atraía la atención de todo el mundo, la druida iba cubierta por una túnica y una capucha, y solía hacer que su compañero viajara por los tejados.

Extrañada por el gruñir de su compañero, le preguntó mediante su vínculo telepático - ¿que es lo que pasa allí?

Se preguntó por un instante si debería marchar a galope sobre su lobo a ver que ocurría, pero una vez más "llamaría la atención", se conformó con hacerse invisible a los ojos de la mayoría. Subiendo sobre el lomo de Lunarian y señalando los tejados, no tardó en desvanecerse aprovechando la blancura de su lobo para que el mismo cielo les ocultara entre el blanco de las nubes. Su túnica que en los tejados le haría más visible, colgaba ahora del pico de una de las casas en forma de diagonal. Y procurando ver desde las alturas, o afinar su oído, y el de su acompañante, esperó para ver si algo llegaba hasta ellos.

Violed trataba de ver algo entre el gentío que se acercaba y salía de la plaza. Parecía que el movimiento del foro atraía a la gente de la ciudad como la miel a las moscas.

Violed trataba de desenvolverse con soltura pero la vida en el pueblo parecía pesar más que su joven agilidad y cada poco tiempo se veía empujada por unos y por otros hasta el punto de resultar desesperante.

De repente, un murmullo pareció levantarse más allá de sus ojos, hacia el propio foro, y la gente parecía empezar a moverse más deprisa. Algo en su interior le dijo que aquello no podía ser bueno.

La primera noche en la ciudad desde su regreso había sido memorable; ver a sus compañeros deambular y hablar por toda la casa, viviendo algo completamente ajeno a la realidad, la hacía haber deseado no haber usado las dos setas y poder tomarse alguna ella, pero aquellos glotones se lo habían tomado todo y ahora lo estaban pagando. Sin embargo ella se había divertido, no había duda, y aún un par de días después sonreía cuando les miraba, algo que solía ser respondido con alguna mirada de desconcierto o, directamente, más propia de la inquisición.

Como fuera, habían tenido que aguantarse y por mucho que creyeran saber lo que había pasado - sobre todo Sinhobu, a la que le había costado engañar para que comiera -, pese a las sospechas, ninguno podía decirla nada porque se había guardado bien de estar en su habitación fingiendo dormir cuando ellos despertaron desconcertados y con una resaca para nada normal. 

El siguiente día en cambio había sido todo lo contrario, aburrido y sin ninguna emoción. Habían permanecido en la casa a la espera del hombre que debía haber llegado y nunca lo hizo, sustituido en su lugar por un nuevo mensajero de Gaylord dándoles los datos para su siguiente misión, aquella en la que ahora mismo estaban y que les había hecho cambiar radicalmente; si les hubieran visto hace unos días y ahora, nadie creería que era el mismo grupo.

Por un lado la druida había tenido el sentido común de conseguir una larga túnica con la que cubrirse, dejando su níveo pelo oculto bajo una amplia capucha y sólo parte de la guadaña a la vista, nada que no pudiera llevar cualquiera. Y además había aceptado que lobo se moviera por los tejados todo lo posible, llamando así menos la atención. Ella, por su parte, había tenido que ceder también y se había escapado durante un par de horas para acudir a comprar algo de ropa, primero porque tenía la costumbre de acabar con nada más que jirones de con lo que empezaba, y en segundo lugar para poder pasar desapercibida. Así, tras un intenso debate personal, optó por algo más adecuado para la ocasión, vistiéndose como una cortesana capaz de hacerse pasar por una noble que se hacía acompañar de sus guardias y una artista personal. Se arregló, maquilló y ya dispuesta habían salido en dirección al foro. De lo único que se arrepintió es de no haber hecho lo mismo con Violed, y se prometió llevarla a comprar algo más adecuado para los círculos más altos de la sociedad cuando volvieran.

Ahora se encontraban en uno de los callejones desde el que se podía observar la reunión. Gracias a sus encantos personales y un toque de altanería propia de la alta alcurnia habían llegado hasta allí sin problemas, pero estaba claro que si permanecían demasiado tiempo observando como ladrones acabarían siendo considerados como tal. Como Lord Edmond no había querido involucrarse en aquello - no sería bueno para su reputación si un grupo de aventureros era pillado matando a alguien allí con una carta de su familia en posesión -, no tendrían ninguna posibilidad de explicar qué hacían allí si eran detenidos. 

Por suerte los guardias iban a estar ocupados en algo aparte de ellos, pues de repente los gritos de pánico precedieron a las carreras típicas de una muchedumbre asustada. Algo estaba pasando entre los barones que había atemorizado a todo el mundo, y algo le decía que esa era su señal para actuar.

En apenas un segundo Mononoke Shinobu había llamado a su mascota y saltaba a los tejados para tener una mejor visión de lo ocurrido. Ella, por su parte, hizo un gesto al mosquetero para que rodeara el lugar y a la bardo para que la siguiera, y salió de las sombras para acercarse al hombre tendido en el suelo que convulsionaba preso de algún ataque, puede que un veneno o droga fuerte.

Todo parecía trasncurrir con normalidad. Mi sitio, en las alturas de los tejados de las casas, me daba una perspectiva de toda la plaza. No había nada sospechoso, ni nadie que llamara especialmente la atención, simplemente gente que iba y venía como un día normal de mercado.

Sigilosamente y encogido, iba moviéndome de tejado en tejado, en busca de algo que pudiera identificar al causante de aquello que iba a pasar. El problema es que no sabía exactamente que demonios iba a pasar. Mi vista iba de norte a sur, de este a oeste intentando ver algo inusual.

De repente, un tumulto de gente empezó a moverse hacia fuera del mercado. Parecía que algo en el centro había provocado el miedo en la gente. El espacio que dejo la muchedumbre al retirarse, me dejó ver el cuerpo de un hombre que, tirado en el suelo, convulsionaba como poseido por un demonio. No hacia falta ser un experto para reconocer los efectos de una toxina en el espectáculo. Miré a mi alrededor intentando ver por los tejados si veía alguien más aparte de mí que tuviera algo que ver en eso.

Además, observé, que entre toda la gente huyendo, de un callejón cercano, un grupo de tres personas corrían en dirección al convulsivo. No parecía que ellos tuvieran algo que ver en la causa de la convulsión, pero sí en el asunto. No creo que estuvieran allí por casualidad, ni que fueran tres buenos samaritanos que fueran a auxiliar al hombre.

Mi vista corría como loca intentando captar cada detalle del cuadro.

El día anterior habia sido para olvidar. Habia sufrido una resaca horrible y no tenía muy claro el motivo. Los sueños habian sido de lo más extraño y me tenían despistado sumado al hecho de despertar fuera de la habitación...

Las instrucciones sobre nuestra próxima misión resultaron alentadoras, pues era un trabajo de ciudad con público e importancia. sin esperar que sucediera algo grave, en mi fuero interno deseaba poder intervenir.

La gente se amontonaba en la plaza esa mañana. Todo parecía normal, pero la falta de ciertas figuras eb la reunión indicaba que tenían claro que algo iba a pasar...y pasó...

Alguien sufre una especie de ataque y aunque no.vemos que pasa exactamente actuamos. Lilith va directa, vestida para la ocasión y abriendose paso entre la multitud. Por mi parte, sigo su indicación,.que me parece lo más sensato (aunque me debato entre seguir sus ordenes y hacer una locura con tal de llevarla la contraria) bordeo a la gente para dirigirme directamente a la zona de la reunión para ver si el que ha creado la distracción piensa actuar.