Partida Rol por web

Bueno bueno bueno, lo primero de todo es que ya estoy de vuelta! Ya soy libre! Por fin! Tras todo este tiempo de problemas, agobios, dolores y accidentes ya tengo de nuevo mis horarios establecidos y normalizados! Hoy pongo acción normal y luego el jueves pongo la de la escena alternativa, lo voy a hacer así, escalonado, para que el domingo ya ponga todo a la vez pero nos hayamos adaptado todos a volver al ritmo normal. 
 
Por cierto, que pedazo de tiradas eh! XD 
Estamos en el día de la reunión en el foro, no solo acuden a ella los notables que representan a las familias, muchos ciudadanos, deseosos de añadir algo, participar o solo cotillear que pasa están allí atendiendo a lo que se habla sobre el futuro y destino de la ciudad y sus negocios. 
En un callejón, Shinobu, Violed e Ian lucháis contra los efectos de una resaca muy extraña ya que no recordáis haber bebido nada para causarla, todos habéis tenido sueños raros que os han dejado físicamente y anímicamente cansados y descolocados para el día de hoy... con lo importante que es! 
Por su lado Lilith no parece afectada por lo que sea que os ha pasado al resto... puede que sea por su naturaleza ladina y ladrona o que... pero esta fresca cual lechuga y vestida para matar... 
Durzo, ajeno a esta grupo aunque conocedor de su existencia, vigilas desde los tejados... 

Y cuando al fin sucede algo, os ponéis en marcha. Lilith, mas espabilada que el resto, empiezas a distribuir a la gente, lo que pasa es que Shinobu es muy independiente y corre a subirse sobre Lunarian y saltar a los tejados, Violed si que se anima a seguirte e Ian hace lo que se le pide y se va por un lado de la plaza hacia el punto donde están los notables... 
Shinobu, subes a los tejados tan concentrada en lo que esta pasando en la plaza que no te das cuenta de que allí hay otro individuo acuclillado sobre un alero, tranquila, Durzo tampoco se da cuenta de que cerca de el hay una chica de pelo blanco con un lobo enorme... así de concentrados estáis en ver que pasa. 
Y aunque ellos no ven ni oyen mucho, Lilith y Violed si que lo hacéis. Abriéndose paso a, literalmente, golpe de cadera, Lilith llega seguida de la barda hasta el individuo que convulsiona, mientras se acercan por el camino vais escuchando a gente que se debate entre mirar a este o a “una chica con un lobo enorme” que esta sobre los tejados, al lado de un tipo oscuro... llaman mucho la atención! Pero vosotras, que sabéis al menos quien es la chica y el lobo, os centráis en el tipo que convulsiona y que justo cuando llegáis hasta el, parece haberse calmado un poco, pero es solo la calma antes de la tempestad... 
-Yo no... lo siento.... no....- dice atropelladamente antes de, textualmente, explotar y es que cuando un demonio de casi cuatro metros es invocado en tu interior, morirse no es una opcion, es una certeza! Ante testigos histéricos, guardias superados y curiosos sorprendidos, una bestia roja, de grandes cuernos negros, pezuñas por patas y cola puntiaguda acaba de aparecer en medio de la casquería! Y nada mas aparecer se da la vuelta para correr hacia la tribuna de los representantes. 
En el tejado, Durzo y Shinobu veis lo que pasa y también que mucha gente os mira y señala! En ese momento al ponerse Durzo de pie, os veis, tu a una chica de pelo blanco, la que trabaja para Edmond, con su lobo y todo y Shinobu a un tipo oscuro con pinta de luchador o asesino! 
Ian, tu vas bordeando la plaza, en algunos puntos es difícil porque los mas precavidos cuando se ha montado lío ya han empezado a huir... y colapsan las calles laterales, pero con todo te acercas a la zona de la tribuna para cuando el tipo “explota” y se extiende el caos general al tiempo que la gente huye despavorida y se aplastan unos a otros en el proceso. Desde donde estas ves que el demonio ese intenta acercarse a la tribuna y parece que lo único que hay entre la misma y el son algunos histéricos, un par de guardias totalmente asustados y superados... y tu... 

Viendo el panorama, Shinobu hubiera atacado a aquel sospechoso tipo, después de todo ¿que persona lógica va por los tejados sin ser culpable de algo, "aparte de ella" claro, que buscaba el refugio de las alturas para poder estar junto a su compañero sin ser vista. Por algún motivo las nubes no habían ayudado a ocultarles, pero ya poco importaba, antes que el posible causante de todo eso y pese. Estar tan cerca, si no se apresuraba, más inocentes morirían, o por lo menos no más culpables que de escoger un lugar muerto en el que vivir.

Alzó su guardiana mirando con una fulminante mirada a aquel extraño, pero en lugar de enfrentarle, Lunarian su lupina compañía saltó al vacío corriendo directo contra aquel demonio, en trote y esquivando a base de hábiles saltos y una grácil carrera a quienes asustados huían. El rostro de la muchacha parecía animado, aquella situación la veía graciosa, un ser abisal pretendiendo matar gente en un lugar que llevaba ya mucho tiempo muerto, la ironía le hizo reír en su interior, y fuera por los dientes de sus fauces o no, incluso el lobo aparentaba estar riendo.

- por esto exijamos que planten algunos árboles por la ciudad, incluso si crecen frágiles, dará un poco de vidas tanta devastación - comentó mentalmente eso con su cómplice, aunque si aquello servía para poder caminar por la ciudad sin que su amigo atemorizara a quienes se cruzaban con él, ya sería un gran avance. Aun así, le gustaría hacer de aquel lugar, un sitio que un druida pudiera visitar sin sentirse en agónico destierro salvaje. Un poco de verde ayudaría mucho en ello.

A la carrera del lobo, y ya alcanzado el objetivo, con una danzante pirueta, Shinobu se dejó llevar por el viento, saltando a relucir el motivo por el que su maestro le apellidó "hoja grácil", una suave aunque veloz rotación sobre si misma, culminó en el impactar contra la parte trasera de la rodilla derecha de aquella mole, a la vez que su lobo arrollaba la izquierda.

Una curiosa combinación de mortífera danza blanca entre ambos, buscando posicionarse en lugares opuestos del demoníaco rival, colocando su guadaña apoyada en su cadera de forma horizontal, alzó su rostro orgullosa - ¿jugamos?

Los cuchicheos de la gente sobre extraños vigilantes sobre los tejados traían sin cuidado a Lilith, que estaba concentrada en aquello que tenía delante. A su alrededor todos se apiñaban, se empujaban y corrían de un lado para otro, más pendientes de alejarse de aquél convulso hombre que de ayudarle o al menos no ser un estorbo. Ella y Violed, que la seguía de cerca, tuvieron que esforzarse para apartar a las asustadas y huidizas personas que se les cruzaban, era algo normal en las ciudades cuando algo ocurría, algo tan similar a lo que había sucedido en la taberna con el jabalí que ya no suponía una sorpresa en absoluto. En cambio, para lo que vino a continuación, no había posibilidad de acostumbrarse ni manera de no sobresaltarse. 

Ella había visto más sangre de la que cualquiera tenía porque ver en una herida, había cometido atrocidades que la habían hecho huir de su pueblo antes de ser perseguida, pero nada que ver con aquello. El cuerpo de aquél pobre infeliz que apenas podía hablar estalló dejando vísceras y trozos de carne sanguinolenta esparcidos por todos lados. Manchas carmesí y restos de entrañas arrancadas de forma salvaje cubrían un amplio espacio alrededor del irreconocible cadáver que ahora no era más que un revuelto que la hizo tener ganas de vomitar.

Tuvo que hacer un esfuerzo inhumano para no vaciar su estómago, mientras se alegraba de no haber probado las setas la noche anterior, y otro aún más grande para observar directamente al demonio que había sustituido al muerto. Aquella mole de color rojizo destilaba odio y maldad por aquellos ojos oscuros que miraban en busca de una presa que rápidamente encontró. Las pezuñas de aquél ser golpearon la fría piedra mientras la afilada cola chasqueaba en el aire, y antes de que pudiera reaccionar ya había empezado a correr hacia la tribuna donde se reunían las importantes influencias de la ciudad. 

Un sólo vistazo la hizo ver que el mosquetero y los dos guardias que se interponían entre el demonio y los nobles no serían suficientes para detener la carga, y aunque en cierto modo le daba lo mismo quien cayera ese día, no estaba tan segura de que siguiera recibiendo dinero si dejaba que aquella bestia hiciera lo que le daba la gana; sin duda Gaylord, su mecenas, se enteraría de lo allí ocurrido, y tenían que demostrar que no se había equivocado de mercenarios.

La druida pasó en esos momentos como una exhalación a su lado, montada en su lobo mientras enarbolaba su guadaña. Aquél estúpido e impulsivo acto la sacó de su ensimismamiento, haciendo que volviera a la realidad y se pusiera en marcha para acabar con aquello cuando antes. 

Desenvainó el fino estoque que llevaba a la vez que sacaba la daga que llevaba oculta en el muslo, y antes de lanzarse contra aquella abominación directa del más profundo infienro tanteó a su adversario lanzando el puñal contra él. 

Incluso más sorprendente que ver aparecer un demonio del cuerpo del convulso, fue encontrarme con una chica de aspecto infantil. Por si eso no fuera todo, un gran lobo blanco acompañaba a la chica. Los gritos de la plaza llamaron nuestra atención y dirigí mi vista hacia el centro de la plaza. No le perdía ojo igualmente a la chica y al lobo, pero no parecían tener intención de atacarme.

Por debajo, un grupo de personas, los que había visto avanzar por el callejón, estaban alejando a la muchedumbre del demonio y parecían querer hacerle frente. Una sombra blanca cruzó por delante de mi campo de visión, cuando el lobo blanco saltó hacia la plaza. Miré rápidamente a mi lado, solo para ver como la chica también se lanzaba al vacío para enfrentarse al demonio, cayendo con una pirueta bastante circense.

No me habían ordenado tomar parte en ello, simplemente averiguar qué iba a pasar allí aquella noche, y ya había visto que había pasado. Se había invocado un demonio desde el cuerpo de un humano. Lo que debería averiguar son los motivos por los que había sido invocado. Quizás hubiera algo en los restos del humano o en sus ropas que indicaran su origen.

En vez de saltar directamente al enfrentamiento, intenté alcanzar la espalda del demonio saltando de tejado en tejado.

Violed trataba de seguir el ritmo de Lilith pero la ladrona estaba más desenvuelta en moverse entre la muchedumbre y parecía ir tan rápido como por el medio de un camino despejado.

La joven bardo peleaba entre empujones y golpes mal disimulados e incluso llegó a confundirse en un par de ocasiones. No obstante, cuando el gritería se volvió más estruendoso sintió un golpe que le llevó al suelo, sin previo aviso.

Todavía estaba frotándose el culo dolorido cuando levantó la cabeza para descubrir lo que tanto revuelo había armado.

- ¿Pero qué demonios...?

Violed estaba absolutamente aterrorizada, perpleja. Aquello no tenía sentido pero ¿dónde leches se había metido? Pensaba que la locura de las patatas y los insectos gigantes era demasiado pero aquello era considerablemente peor. ¿Tan ciega había estado durante sus felices años de juventud en el pueblo? ¿Pasaban realmente ese tipo de cosas cotidianamente en las ciudades?

Pese a la sorpresa, Violed también se dio cuenta de que su experiencia previa también tenía otro efecto inesperado. Casi antes de que ella misma fuera consciente, estaba de pie y con su ballesta en la mano.

Sus compañeros parecían listos para hacer frente a la criatura. Pero, ¿en serio vamos a enfrentarnos a esto también? ¿cómo lo haremos?

- Ah, a la mierda- dijo y dejó que el pivote de la ballesta volara hacia su demoniaco enemigo.

Avanzo gruñendo cuando la gente no me permite pasar. No comprendo que estén tan ensimismados como para no dejar pasar a alguien armado y con las pintas de pocos amigos que llevo esta mañana.

-Vamos, dejen paso-empujo a un hombre mientras pienso que tal vez me falte algo de acero para hacerme notar mas. En fin, la lucha elegante no siempre es útil.

El revuelo aumenta y escucho exclamaciones sobre un lobo y una chica, lo cual le viene muy bien a cualquiera que quiera atacar a los nobles, por si la distracción inicial no fuera suficiente, tenemos un espectáculo circense en los tejados de la plaza. Las palabras sobre otro hombre en los tejados me gustan menos, pero desde ahí no puedo hacer nada así que avanzo todo lo rápido que puedo.

En cuanto llego a la tribuna, solo me da tiempo a echar un vistazo a los allí presentes antes de escuchar un sonido extraño y espeluznante, como si alguien se desgarrara o se aplastara contra el suelo, suena a cuerpo que deja de tener forma humana de forma repentina...

-¿Qué narices es eso?-digo con expresión de incredulidad en mis ojos al ver al tremendo demonio entre la gente.

Los guardias que hay cerca de mi parecen estar tan asustados que lo más probable es que salgan corriendo o hagan daño a alguien sin querer, así que hago lo que se debe.

-He, vosotros, que uno vaya a por ayuda, que traigan pistolas y mosquetes a ser posible y que el resto guíe a los nobles lejos de aquí

Iba a añadir a un lugar seguro, pero con algo así, que sin duda ha sido traído a este mundo para comer nobles, no creo que haya lugar seguro.

El miedo hace presa en mi estómago y en mi pecho causándome un dolor casi físico, pero delante de esa cosa no hay nadie más dispuesto a retenerlo un poco, así que hago lo que debe hacer un mosquetero, desenvaino, fijo los pies en el suelo y no digo nada, pues mi voz sonaría demasiado temblorosa, pero mi mirada es firme ante la muerte de color rojo que se avecina a grandes pasos.

-Admítelo, no pensabas sobrevivir a el puré con diente, ni a la reina de las patatas con mal carácter, así que esto ha sido un bonito tiempo de más en la vida...

Bueno, bueno, bueno. Que tenemos aquí? Un enorme demonio que quiere comerse a los nobles! Y la verdad es que parece que haya pocas formas de detenerlo. 

En el palco esta cundiendo el pánico, la mayoría de los que están aquí no son cabeza de familia, son gente de segunda fila criados para la vida cortesana y poco mas, no son como Edmond o algún otro que si han aprendido el arte de la lucha como buenos nobles y lo que se espera de ellos, a eso hay que sumar los guardias de la ciudad, con una lucha entre las familias que controlan el poder militar, los guardias que quedan prestando servicio son los que nadie quería, los que en el recreo quedarían los últimos para escoger jugando al fútbol... así que no hay mucho donde escoger. 
Ian intentas organizarlos y que hagan algo, que reaccionen y no se dejen llevar por el pánico, lo de los mosquetes y pistolas suena bien, lo de llevarse a los nobles suena aun mejor y corren a hacerlo aunque como bien sospechas, no parece que haya un sitio donde estar a salvo de esta amenaza, no al menos que puedan llegar a tiempo. 

En la plaza Violed y Lilith estáis tomando posiciones tras la criatura, no parece tener interés en nadie ni en nada salvo su objetivo y eso os permite preparar vuestro ataque con relativa calma.. Violed que has ganado en determinación ya estas lista para el combate mientras que Lilith tras explorar tus armas, te decides por el estoque, aunque antes vas a intentar debilitarlo un poco con un cuchillo. 
Al frente Ian esperas, arma en mano, que el demonio llegue hasta ti para enfrentarlo y, quien sabe, tal vez morir en el intento de detenerlo, tal vez matarlo... 
Durzo, ignorando a la loca chiquilla voladora y su lobo, empiezas a saltar por los tejados acercándote a donde esta el demonio todo lo que puedes, la plaza es amplia, semicircular y sin edificios cercanos a el, pero con todo siempre se puede llegar mas cerca y tomarle la espalda justo donde un par de jovencitas mas han sacado sus armas para atacarlo por la espalda. Tienes la esperanza de poder encontrar alguna pista del origen de todo esto en las ropas destrozadas del recipiente humano que, junto con restos mas desagradables, esta esparcido por varios metros a la redonda... sin embargo al final no te queda otra para acercarte que descender a tierra donde esta la chica del estoque y la de la ballesta. 
Y mientras que todos tenéis unas estrategias mas o menos conservadoras de no lanzaros de cabeza y sin pensar... aquí llega Shinobu! Saltando a la plaza y casi robándole el protagonismo al demonio, que eso de llegar con un lobo blanco es lo que tiene, se lanza a la carga para derribarlo desde atrás y pasa como una exhalación entre Lilith y Violed directa a las rodillas. 
Justo antes de llegar, Shinobu saltas y das una vuelta sobre ti misma cogiendo fuerza para el golpe con la guadaña en la rodilla de la criatura, el demonio os ve por el rabillo del ojo, sobretodo a Lunarian y mueve su pierna para que, aunque reciba el golpe del lobo, no lo haga justo en el punto mas débil... lo que no esquiva es tu golpe que le alcanza en la otra pierna hiriéndolo y haciendo brotar sangre negra.. 
Ian, ves como la bestia se frena cuando la loca de Shinobu aparece atacándolo en solitario y en cuerpo a cuerpo!!! Que esta pensando? Esto da mas tiempo para que se lleven a los nobles, si, pero madre mía... 
El disparo de Violed y el cuchillo de Lilith se clavan en la amplia espalda del demonio, que por fin se vuelve para enfrentaros y da la espalda a la tribuna y a Ian. Parece que el virote se ha clavado profundamente, el cuchillo no tanto, pero ahora tenéis la atención del monstruo que os mira a Shinobu, Lilith, Violed y Durzo. 
La enorme mano roja de la bestia intenta asestar un puñetazo demoledor a Shinobu pero esta esquiva el golpe con una grácil pirueta y se queda esperando a ver que es lo que va a hacer ahora... 

La druida vio como los ataques de Lilith y Violed dieron de pleno, y ella aprovechó que le tenía en la mira para adoptar una pose plenamente defensiva, con la guardia todo lo alta posible, dio un corte ligero procurando no perder su porte de salvaguardada. Entre que su intención en esta ocasión era facilitar los ataques de los demás, llevó un pensamiento a su compañero animal - derríbalo o al menos que se pregunte si ha venido solo para recibir golpes - estaba intentando mentalizarse para que si caía aprovechar el momento para ensañarse con aquella criatura, todo por una posibilidad de que revitalizaran un poco el lugar, algunos árboles y flores, algo de hierba, esa plaza era un centro perfecto para ofrecer un sencillo jardín para los más pequeños, ya que los adultos no parecían apreciar la naturaleza.

La mano de aquel monstruo era demasiado grande, y si bien no había sido muy rápido, pefería no confiarse. Era un demonio, y en estos casos no por grande era tonto, las criaturas infernales eran todo un misterio, interesantes a menudo, o eso decía su maestro, "nunca te fíes por que parezca débil o fuerte, respeta los a todos por igual, pues ellos también son criaturas naturales", sin duda sentía tanto aprecio por aquellos nobles como por aquel demonio, no eran diferentes ante su neutral mentalidad, no obstante, aquellos tipos podían colaborar en la creación de un jardín, y el demonio sería un buen abono también.

- Bueno- gritó Violed a sus compañeros- ya tenemos su atención. ¿Cuál es el plan ahora?

La muchacha no estaba para nada convencida de que pudieran derrotar a un demonio exactamente de la misma forma en la que se mataría a una cabra o... a una patata mágica.

Shinobu se había lanzado sin red a por la mística bestia y, sin duda favorecida porque el demonio ni se había fijado en ellos, había conseguido provocarle una herida muy fea. Al menos aparentemente.

Mientras se centrara en Shinobu, los demás podrían concentrarse en atacarle desde todos los frentes posibles. Las dos preguntas que se hacía es si sería suficiente y si Shinobu podría resistir para contarlo.

Recordando la última vez que se enfrentaron a un enemigo poderoso, las palabras de la bruja que se les había escapado vinieron a su mente como si estuviera allí mismo, de nuevo, con ellos.

Canta muchacha, canta como si hubiera un mañana.

Violed inició una tonada cargada de heroísmo, de retos imposibles y grandes gestas. La Oda de Sir Frances Ymiel era una de las más bellas y heróicas canciones jamás escrita y narraba como Sir Frances se había lanzado en una batalla imposible, seguido de sus más fieles hombres, apenas dos centenares, a detener en el Paso de Ordesa a un extraordinaria fuerza de más de dos mil hombres.

Sus palabras ascendieron al cielo mientras la ballesta caía descargada en su brazo.

El giro del demonio la había pillado desprevenida, pues confiaba en tener algo más de tiempo para plantear una estrategia de combate contra aquél enorme monstruo. Por desgracia, el ser infernal tenía otro plan en mente, y una gran mano roja descendió intentando alcanzar a la loca druida que se había lanzado al combate como si de ello dependiera su vida; a decir verdad, si antes no dependía, ahora si, y junto a la de ella la suya propia.

Mujer y lobo, en una sintonía perfecta, atacaron y retrocedieron al unísono, buscando derribar a su oponente a la par que se movían en una grácil secuencia esquivando y moviéndose con la intención de despistar al bruto. A su lado, como una sombra, cayó un hombre también armado, embozado y dispuesto a la pelea. Quién era no podía saberlo, pero de momento era un aliado y con eso bastaba; ya se encargaría más adelante de sonsacarle información, de saber porque estaba ahí...

Pero no había tiempo para pensar, sólo podían tener un objetivo en mente, una idea: matar a la impía bestia. Inspirada por el canto de Violed, aferró con fuerza su arma y se lanzó a la carga intentando aprovechar que su enemigo estaba entretenido con la muchacha de pelo blanco y su níveo animal. Corrió ligera y silenciosa, echando atrás el estoque, hasta llegar hasta la pierna de la aberración, donde descargó a fondo una estocada preparada para hacerle sangrar aquél negruzco líquido.

Aproveché que el demonio se había fijado en el lobo y la chica extraña que había saltado antes que yo del tejado y me desplace hacia uno de los flancos para intentar que entre todos flanquearamos a la criatura.
Mientras rodaba por el suelo desenfundé mi espada corta y ataque al demonio.

Como me imaginaba, un grupo de soldados asienten enseguida a la idea de ir a por refuerzos y salen corriendo hacia las calles que llevan hacia los cuarteles, pero sobre todo hacia sus casas.

Los guardias que han sido más lentos en reaccionar, o que de algún modo piensan que con su aptitud pueden obtener beneficios frente a las familias (si, para los mosqueteros, la mayoría de guardias son unos cobardes que solo buscan un interés personal basado en el oro, el oro y un poco de oro más y el sacrificio es algo que no entra en sus planes) instan a los nobles a seguirlos hacia algún lugar seguro.

Por mi parte observo cómo el gran rojo avanza hacia mi hasta que Shinobu, que es capad de manejar su gran guadaña montada en un lobo sin ningún tipo de problemas ataca a la bestia y junto a el cuchillo de Lilith y el Virote de Violed provocan que el demonio se gire hacia ellas, lo cual de algún modo me pone de mal humor y provoca que avance con grandes zancadas hacia su espalda. Por supuesto incluso atacar a un ser así por la espalda no se me pasa por la cabeza.

-¡EH TU!-grito mientras avanzo con la espada preparada-no sabes que es muy descortés atacar a las damas primero y más teniendo un oponente esperando.

Es algo absurdo lo que acabo de decir, pues sin duda alguna las normas de la lucha no estan hechas para estos casos, pero tal vez llame su atención lo suficiente como para que dude un momento y ellas puedan seguir con la tarea de acuchillar y pinchar mientras llego.

Al demonio le llueven ataques por todos lados.

Y no es que su piel sea fácil de penetrar, Durzo no lo logras, a tu lado, el lobo enorme que vuelve al ataque parece tener el mismo problema, ambos os miráis como diciendo “Vaya y ahora que” al otro lado Lilith lanzas una estocada que si va bien dirigida y si que entra en la piel del monstruo mientras que Ian cargas contra su espalda y descargas un golpe salvaje que hace un buen tajo... y el demonio, rodeado por todos lados, decide cambiar de estrategia y no intentar golpear a Shinobu que tiene delante sino intentar golpearos a todos! 

Y es que tengo que decir que su mejor arma no le esta funcionando, por que el demonio contaba con que sufrierais todos pánico y terror con su presencia y que eso le ayudaría a cumplir con su misión, pero no solo sois una panda de obstinados luchadores sino que además no estáis solos. La canción de Violed no solo os inspira a vosotros dándoos valor y determinación para atacar y acabar con el monstruo, también a cuantos pueden escucharla y eso incluye a algunos ciudadanos preocupados y a un par de guardias de los que hace un momento estaban mas que decididos a huir pero que encuentran valor en las estrofas de la barda.

Dos disparos de mosquete abren sendos agujeros en el pecho de la criatura, que de ser mortal, humana, o lo que sea que fuera, habría caído fulminada en el acto y que si sigue en pie es solo porque realmente no es un ser “mortal” común y corriente. Y sangrando por todos lados el demonio lanza su “onda de choque” una especie de pulso de energía que quema y hiela a la vez y que se extiende a su alrededor golpeando a los que están cerca de el: Ian, Durzo, Lilith, Shinobu y Lunarian. El impacto os derriba hacia atrás mientras que os quema y a la vez os provoca estremecimientos de frío... es una sensación muy extraña la verdad. (Lilith –1 PV y la ropa gravemente dañada claro... Ian –3 PV, Durzo –2 PV, Shinobu –4 PV, Lunarian –5 PV) y aunque al derribaros se le ha abierto camino, el monstruo comprende que su misión ha fallado, los nobles están ya protegidos, la sorpresa se ha perdido y encima, por culpa de la canción de Violed, la guardia se ha recompuesto y los que no están recargando armas están dispuestos para disparar en cuanto tengan ocasión... los demonios no tienen aprecio especial por lo que llamamos vida o por su cuerpo material, pero sienten mucha rabia cuando alguien estropea sus planes y aprovechando que estáis todos en el suelo y decidido a hacer todo el daño que pueda antes de ser devuelto a su plano de existencia... carga contra Violed... 

Una extraña onda de choque los lanzó a todos, se sorprendió al n esperar aquel impacto, pero tambiën pensó que un golpe direco habría sido peor.

Viendo su intención, y sin creerse a tiempo de alcanzarle, sujetó la varita de su cintura, e hizo lo único que creyó posible, intentar invocar a una criatura celestial, con un objetivo en su cabeza, "apartar a Violed del camino del monstruo", con ello en mente lo mejor que pudo sentir, fue a un perro de monta celestial. Al que procuró invocar al instante.

No necesitaba cargarla durante horas, con apartarla una vez, cumpliría su cometido, y mientras el monstruo intentara entender que había pasado, ellos ya podrían haber vuelto al combate. Y de hecho ya pensaba en devolverle esa carga, ambas rodillas serían otra vez el objetivo.

La bardo abrió los ojos y observó perpleja el resultado de sus actos. Parecía que las tornas se habían vuelto contra el demonio y no parecía demasiado contento.

En un grito salvaje y gutural, la bestia lanzó una especie de ataque que acabó con sus amigos por los suelos mientras se tapaba la cara con el brazo. Había utilizado alguna especia de onda de choque.

Violed tuvo la sensación, durante un instante, que era de las pocas personas que quedaba en pie en aquel momento. Sus ojos se elevaron y se cruzaron los del demonio y el tiempo se detuvo.

Por un momento la muchacha tuvo la sensación de que viajaba más allá de las dimensiones y los mundos, que se caía en el fondo inacabable de la mirada del monstruo y, de repente, tuvo claro lo que iba a suceder.

- Mierda- dijo- mierda, mierda, mierda, mierda.

La muchacha giró sobre sí mismo y trató de buscar un lugar en el que cobijarse ante la carga furiosa de la bestia. De momento la suerte la había acompañado. Rezaba para que siguiera haciéndolo un poco más.

La sensación debía de ser la misma que si el infierno se hubiera desatado sobre la tierra a pequeña escala, golpeándola y haciéndola caer al suelo sin saber muy bien que sentía pero con la claridad de que dolía. Sus ropas, por supuesto, habían vuelto a sufrir estragos -y empezó a pensar que alguna fuerza mayor conspiraba para mantenerla en ese estado-, pero quitando esa se repuso rápidamente, fortalecida por la canción de Violed, que había atraído la atención del demonio. 

Sabiendo que no podría alcanzar al infernal antes de que alcanzara la chica, se levantó dejando caer el estoque y soltó de su cintura el látigo que había decidido traer, haciendo que chasqueara contra el empedrado suelo mientras esbozaba una cruel sonrisa; tal vez no fuera especialmente poderoso contra aquellos seres, no como contra las plantas, pero la permitiría atacar desde lejos y hacer que la bestia se centrara en ella en vez de la joven bardo para la cual tenía otros planes. 

El impacto me deja en el suelo dolorido. Agito las manos con la sensación de que estoy ardiendo e intentando entrar en calor al mismo tiempo, de hecho no se muy bien qué es lo que pasa, pero me ha hecho daño, tal vez tenga algún hueso roto incluso.

-¿Eso qué ha sido?-pregunto mientras me incorporo y observo cómo la criatura carga contra Violed y esta intenta escapar.

-Maldición...

Me levanto como puedo y corro tras ellos para intentar interceptar al cornudo, cojeo un poco, pero espero llegar para ayudar.

 Bueno nos falta un Durzo pero no podemos esperar mas que ya hemos esperado bastante. Por cierto alguien lo ha visto o sabe de el? 
En fin al lío. 

 El demonio se va a por Violed, su intervención ha causado mas daño a la bestia que nada, el verdadero poder de un demonio, aparte de su potencia física y su magia oscura, lo que de verdad lo hace peligroso es el miedo y el terror que trae consigo y eso se lo ha robado la bardo llenando a todos los presentes de esperanza y de ardor guerrero con su canción, puede que ya no pueda alcanzar a los nobles y notables pero la muerte salvaje y cruel de Violed, partiéndola en dos o algo peor, seguro que mina la moral de la ciudad. 
Violed empiezas a correr, vaya que si corres! Que ese monstruo viene a por ti! Centrada como estas en huir no ves como Lilith cambia de arma o como Shinobu saca su varita, no ves como Lunarian corre o como Ian intenta interceptar al demonio, no, solo ves que si te alcanza te va a partir en dos! 
Y varias cosas suceden a la vez, el látigo de Lilith alcanza al demonio fustigando su espalda, no es que sea un daño real importante, pero un latigazo duele! Y retrasa un instante a la bestia al tiempo que ante Shinobu, cual “patronus” se forma una especie de perrazo enorme de color blanco celestial y azul pálido, el animal, que por ser del origen que es ya de por si detesta a los demonios, corre a realizar su tarea que es salvar a Violed y es entonces cuando Violed, te ves de golpe y porrazo elevada, transportada y arrojada por los aires! Por un instante temes que sea el demonio que te ha cogido! Pero no, aterrizas sobre el cálido y mullido lomo de un perro, un martín enorme y blanco que corre contigo encima! De donde sale el animal? 
La bardo se le escapa, le acaban de dar un latigazo! El demonio se vuelve, furioso, para encontrarse cara a cara con una arrogante Lilith, vale... a esta también la quiere partir en dos para dar una lección, aunque va a hacerlo de otra manera eso de romperla (if you know...) 
Pero faltan aun dos actores en esta obra, Lunarian, al ver como su compañera invoca al perro, mira a Shinobu como diciendo “Eso lo podía hacer yo...” pero aunque no le han confiado la misión de salvar a Violed, esto le ha dado una idea e Ian te ves impulsado, llevado hacia el combate, por el lobo de Shinobu que sin frenar te engancha por detrás y carga contigo! 
(Os juro que esto es así: el demonio me saca un 1, un 1!!! Y van Ian y saca un 20 y luego un 18... y Lunarian saca un 20. otro 20 y un 5... mis dados os quieren esta claro) el demonio lanza un golpe con su garra, un golpe que Ian esquivas doblándote hacia atrás al tiempo que haces un molinete con la espada, cuando te reincorporas a tu lado cae, entre una lluvia de sangre negra y alaridos, la zarpa misma del demonio! El monstruo se sujeta el antebrazo herido y mira incrédulo la mano que acaba de perder mientras que Lunarian salta y de un mordisco prácticamente le arranca la yugular! El demonio esta agonizando, muere, esta muriendo mientras se desangra y emite sonidos guturales y entonces llegan mas guardias, por fin, tarde como siempre, una veintena de guardias entra en la plaza armados con mosquetes y empiezan a formar en dos filas, como disparen se lo van a llevar a todo y a todos por delante! 

Violed perdió la noción de la realidad durante unos instantes. Sintió un fuerte golpe en la trasero y después todo se mezcló, cielo, tierra, murallas, casas torcidas, gente corriendo...

Finalmente sintió como volvía a caer. Estaba segura de aquel mastodonte la había arrancado de la tierra con la simple fuerza de su demoníaca presencia. Para su sorpresa, dolía menos de lo que había creído. O eso, o es que ya había abandonado el reino de los vivos y el dolor era imperceptible en su nuevo estada.

En esas cábalas andaba cuando sintió como su peso caía sobre... ¿una alfombra mullida? ¿Pero qué demonios...?

Tardó un rato en salir de su estúpido estado de ensoñación y darse cuenta de lo que realmente estaba pasando.

Estúpida niñata- se riñó a sí misma- un día de estos te matarán de verdad mientras piensas en tus fantasías. ¡Madura!

Violed se incorporó como una amazona sobre el etéreo lupino y en verdad parecía una hermosa aparición legendaria. De algún modo, conectó su mente con la de la bestia, o tal vez fue la propia bestia la que se conectó a su mente.

En cualquier caso, Violed hizo girar al celestial y empezó a trazar círculos a una distancia prudencial de la criatura demoníaca que parecía estar peleando contra Lilith e Ian.

Aquellas semanas de aventura le habían enseñado, para su sorpresa, que todavía más poderosa que su espada o su ballesta era su música así que la bardo elevó de nuevo su voz a los cielos, tratando de sumar a más y más caballeros, guardias y rufianes a su causa mientras enardecía los ánimos de sus propios compañeros de armas.

Aquella gesta sería cantada durante décadas en la ciudad, incluso correría como la pólvora por los lugares vecinos. De como una joven borde y un grupo de valientes guerreros salvaron a la ciudad de un engendro demoniaco. Y ella viviría para componerlo y para cantarlo.

Su látigo, ese que se alegraba de que no hubiera conseguido coger la druida, había detenido al demonio el tiempo suficiente como para que la mascota de Shinobu y el nuevo perro que había invocado recogieran a Ian y Violed respectivamente. Luego ambos animales, movidos por una voluntad superior, se lanzaron cada uno a la carrera para llevar a cabo su cometido; mientras el animal celestial ponía a salvo a la bardo, el enorme lobo y el mosquetero sobre él cargaron contra el ser infernal. Justo a tiempo... Se dijo así misma, mientras se daba cuenta de la mirada que aquella bestia le echaba y que no prometía nada más que un dolor intenso y eterno. 

Sin embargo su mirada desafiante no cesó, algo a lo que ayudó que la espada del soldado cercenara una de las garras y que después Lunarian arrancara un trozo de carne del cuello tan grande como un brazo humano. El oscuro icor manó a borbotones del magullado cuerpo y el odio que sus ojos transmitían se mezcló con la incredulidad de ser derrotado por aquellos a los que en un buen día no habría considerado más peligrosos que ellos mismos a unas insignificantes lombrices. 

La malévola sonrisa que adornó su rostro y que podría competir perfectamente con la del diablo si sus posiciones se cambiaran, desapareció sin embargo poco después, cuando dos líneas de tiradores se aprestaron a tomar posiciones en uno de los laterales de la plaza. Como les había pasado ya en la taberna contra el jabalí, llegaban tarde, y sin correr peligros se llevarían todo el mérito. Lo muy hijos de...

Ellos debían de haber pensado lo mismo, no en lo que eran, sino en lo agradecidos que estuvieran los nobles con la guardia, porque además de apuntar al monstruo parecían tener la intención de hacer un barrido completo, y eso significaba que ellos estaban en medio. Suponía que si unos aventureros sin nombre morían en la pelea no le importaría a nadie y curiosamente evitarían que nadie les robara la gloria. 

Por supuesto, ella sí que tenía algún problemilla con eso de convertirse en un colador y caer delante de lo que parecía una pared de fusilamiento, así que salió corriendo hacia uno de los laterales fuera del alcance de los tiros sin mirar atrás y sin preocuparse de si los otros caían por la metralla que estaba a punto de dispararse; lo cierto es que sentiría algo de lástima, pero seguramente se le pasaría cuando  convenciera a Gaylord de pagarle los honorarios de todos ellos...