Partida Rol por web

Shinobu abrió los ojos al fin entendiendo un poco mejor a esos seres, pese a que no procuraba entenderlos en esta ocasión, entender a un rival siempre era hermoso, ahora podía matarlos y saber que les hacia un gran favor.

Se giró hacia el nuevo enemigo y con una leve reverencia de gratitud hacia Ian, acabó de dirigir su concentración al nuevo ente, esperando que su oración hiciera "un efecto" ¿cual? Ni ella misma lo sabía seguro. Y es que no todos los días se podía hacer un experimento con,... ¿comida? ¿veneno? Utilizó su hechizo en el nuevo bulbo de purificar comida o agua.

Tal vez la mezcla de magias "se anularan", tal vez, al purificarla la mataría, o crearía una especie más pura, e incluso quizás no tuviera efecto alguno. Preferiría probarlo en un ambiente más tranquilo, e incluso cayó en la suposición de que "ese purificar comida" se propagara con un virus de vida. Eran tantas las posibilidades, que solo podía averiguarlo de un modo.

Sea como fuera, la bruja que había creado esa especie, tenía que ser, una mezcla de increíble y absurda. Sería un gran regalo poder hablar con ella, no para que dejara de ser un ser maligno, solo, para que no metiera a la naturaleza en sus tonterías.

Ian gruñe con cada estocada y cada esquiva. Es complicado luchar contra una criatura carente de técnica pero no por ello carente de letalidad, pero se las apaña para conseguir apuñalarla con más facilidad de la que había pensado en un inicio.

-Creía que sería algo más dura.

Sin dejar de moverse, continúa acuchillando y cortando con la esperanza de afectar todo lo que pueda a sus patas, pues tal vez consiga derribar a la mantis para poder acceder al bulbo malicioso que la infectaba.

-Atentos a las patatas-dijo mientras imaginaba a todas las apestosas patatas saltando sobre él, cosa que sabía que podía pasar, pero lo primero era lo primero, esquivar las garras...

Hala vamos con la acción y primero un par de notas: 

Dymas de Megea! Que te estas perdiendo la partida! Tira palla! Y el resto... tengo plazas en partidas, no son en CU pero tengo plazas... si alguien interesa... pues informo mas. 

A ver, la “controversia” de la concentración: ciertamente en algunas reglas “opcionales” y de tipo “de casa” se contempla que se pueda usar concentración como apuntar y que tras un turno preparándote (quieto, sin hacer nada mas, ofreciendo tu cuerpo como diana para to quisqui...) puedas sumar tu bono de SAB a las tiradas del siguiente en alguna cosa, normalmente ataque o una maniobra difícil como unas acrobacias o similares. 
Yo de normal no lo contemplaría, pero tampoco lo veo mal así como tampoco veo mal que usemos unas reglas un poco “anima” y si describís una acción especialmente chula os de un bono de entre +1 y +3 “porque si” simplemente porque creo que es lo adecuado y ya esta. 
De momento no lo veo mal, salvo que os parezca mal a vosotros claro, que si es así, me lo decís “vía privado” y no pasa nada, no se aplican bonos así chulescos. 

Nota plus: Soy solo yo o cualquier intento de imaginar a Lilith vestida de monja termina, al menos en mi cabeza, siendo una extraña  historia hentai? XDDDD :p 

La mantis gigante, habiendo recibido una descarga de ataques por parte de Dramon, Lilith y Violed, arde convertida en una pira funeraria para si misma, el bulbo de su espalda y la docena de patatas que tenia encima... 
Dramon, ahora si que te duele la espalda, aunque no es por hacer locuras y maniobras propias de la juventud a tu edad, no, es por el zarpazo que te has llevado en ella... 
Pero entonces es cuando apareció la otra mantis y sus patatas, atacando desde atrás, buscando ir a por una distraída Shinobu que por otro lado parece que empieza a comprender a lo que os enfrentáis... 
Mientras que Lilith y Dramon aun están observando la mantis ardiente y buscando otros enemigos, Shinobu, Lobo, Violed e Ian se disponen a enfrentar a esta nueva aparición a la que Ian ya ha atravesado el pecho pero que como sabemos, no es suficiente para frenarlas... 
Violed estas exultante! Temías que los nervios te jugaran una mala pasada, que te pusieras nerviosa y no fueras de ayuda, que todo se torciera! Pero no solo no has fallado al resto sino que te ha salido muy bien! Este combate, ese momento de invocar una antorcha mágica vengadora... es algo digno de una canción! La balada de la barda pirómana! Bueno... ese titulo hay que retocarlo un poco... la parte mala es que Dramon ha resultado herido y... si, que una mantis mas aparece! 
Temes que vaya a por Shinobu, esta cerca de vosotras! Solo la presencia de Ian y su maestría con la espada evitan que la cosa se ponga peor de lo que ya esta! Pero y ahora que? Sin otro pergamino incendiario la verdad es que te ves un poco limitada salvo que uses tu ballesta! Sin quitar ojo al cuello de la mantis, rebuscas tu ballesta, quieres atravesar ese bulbo! 
Ian enfrentas al ser, que sigue atacando mecánicamente mas como un autómata que otra cosa, sus guadañas buscan tu cuerpo una y otra vez pero no tiene nada que hacer, una criatura muerta y torpe como esta contra un maestro de la espada, detienes de nuevo una guadaña con tu daga y tras fintar el cuerpo, lanzas una estocada de revés por tu espalda abriéndole una profunda raja en el abdomen... Lobo, que ya ha terminado de mirar con expresión de “tu no estas bien” a su compañera de pelo blanco, acude a morder en las patas a la criatura y mientras lo hace te mira Ian, para ser solo un lobo tiene una capacidad de transmitir cosas con su mirada y cejas increíble... ahora mismo te parece que dice “Chulito, te estas luciendo delante de las chicas o que?” 
Shinobu, has comprendido mejor a estos enemigos, ahora sabes que su muerte no solo es necesaria para el equilibrio de la naturaleza, es además un favor que le haces al ser, a la criatura muerta y al bulbo que ha sido creado con magia oscura y que ha nacido solo para sufrir y llevar sufrimiento, su final es su liberación y cada vez esta mas claro que hay que destruir a quien ha provocado estas abominaciones... 
Shinobu ataca también y lo hace lanzando un tajo muy bien apuntado a las patas del ser, justo por encima de donde Lobo (que tiene derribo mejorado, como todos los lobos) esta mordiendo, cuando la pata derecha delantera cede, cortada por Shinobu, Lobo retuerce la izquierda y al hacerlo lanza al suelo a la mantis derribándola en un ataque combinado de pelos blancos! 
Claro que las patatas contaban con ello... 
-Tabaka tabuli!!- gritan las patatas mientras saltan desde la cabeza de la mantis que cae sobre Lobo, Ian y Shinobu... 
Ian, una de las patatas se te cuelga del cuello, donde, cual vampiro ridículo, te muerde intentando arrancarte la yugular, aunque lo único que hace es provocarte una pequeña herida... otra, con mas malicia, esta intentando meterse en tus pantalones! Ya sabes lo que te quiere morder! Será hija de.... 
Shinobu, a ti te hacen algo parecido, una te muerde en el cuello: -Die die die!- grita mientras te mordisquea! Otra de ellas se agarra a tu pierna y cual perrillo en celo, empieza a realizar molestos de impúdicos movimientos pélvicos contra ella! 
A Lobo le muerden en el trasero, literalmente! Tiene dos patatas mordiéndole por detrás! 
Violed, disparas tu ballesta contra la cabeza de la mantis caída, el disparo (un 19 en el dado) atraviesa el bulbo dejándola seca en el sitio e impidiendo que se mueva mas... y entonces tu, Dramon y Violed, sois testigos de la ridícula batalla de vuestros compañeros con las patatas que tienen encima! 

Aquello había vuelto a pasar de una burlesca y grotesca lucha de la naturaleza contra el ser humano, la magia contra la habilidad, a ser de nuevo un absurdo, irrisorio e insignificante espectáculo más propio de un circo de monstruos que de un campo de batalla. 

Con un suspiro de incredulidad y un gesto de impotencia, volvió a colgarse la ballesta a la espalda, contó sus escasos virotes (y si, con ese eran ya tres los que había disparado en toda la aventura, ¡tenía que ahorrar más!) y se dio la vuelta para recoger su mochila, que había dejado entre los árboles cercanos. 

Regresó unos minutos después, con calma, observando como sus compañeros se iban deshaciendo, con esfuerzo (¿quién lo iba a decir?) de las patatas que seguían intentando... bueno, no estaba muy segura de que intentaban, viendo a alguna era probable hasta que sólo buscaran amor. 

Con estos pensamientos en mente se acercó hasta la hoguera que tan amablemente ofrecía la mantis ardiente, y puso las manos a una distancia prudencial como para no quemarse pero lo suficientemente cerca como para quitarse e frío de la noche, todo esto sin perder ojo a Violed, cuya buena puntería y ardor en la pelea la había asombrado y, sobre todo, la había hecho subir un calor que para nada tenía que ver con el fuego que tenía a su lado. 

Era tan preciosa, tan guerrera, tan espléndida... Cada vez estaba más convencida de que tenía que tenerla a su lado, entre sus... Eso, que estaba bastante convencida.

Se la notaba distraída, metida en sus pensamientos, ajena a la exhibición de su grupo que terminaba de machacar a esos vegetales. Observando a la chica, dando pequeñas patadas a las piedrecitas y maderitas que había entre sus pies, algunos de ellos aún ardiendo. Tan perdida estaba de lo que hacía, que fue a dar a uno de esos trozos humeantes de madera que tenía a su lado. ¡Y parecía haber entrenado el arte del fútbol! (aunque nadie lo llamaba aún así), porque el madero, un poco más grande que otros, fue directo contra la tienda de Dramon (que recordemos al final se había quedado sin arder debido a los designios de una fuerza superior). 

¿Era humo lo que olía? La verdad es que no tenía ni idea, bien podría ser el olor del insectítere quemándose, lo que era cierto es que ella seguía pendiente de la inocente y joven barda. 

Era tan hermosa, y ella tenía tanto calor mientras pensaba en ella...

Sin demasiado esmero y un poco molesta, mueve su guadaña para golpear con la vara a las dos patéticas criaturas, girándose levemente hacia la torre, y empezando su marcha, esas heridas no le iban a frenar, no podía purificar a esos seres al parecer, una lástima contando en que parecían poseer algún tipo de inteligencia - siéntate, no perdamos el tiempo - transmitió a su compañero, sabían que eran bastante débiles como para que el peso del lobo bastara para chafarlas.

Arrastrando ligeramente la guadaña por el suelo, arañaba y hacía sonar un canto de guerra de la tierra, canción que tal vez solo ella y el albino lupino escucharían, pero invitaba a la naturaleza a gritar su ton de guerra, y exteriorizarlo a voz en grito. Los silvidos del viento llegaban con más fuerza, y tal vez la bruja escuchara su peculiar "¿por que tanto poder desperdiciado?"

Cada paso que daba recordaba el dolor de aquel ente, para multplicarlo en su interior por tal de disculparse con ellos por no poder liberarlos de otro modo. Como si el propio bosque le acompañaba se dirigía temeraria, con día o con noche al claro destino que aquellos sentimientos le conferían, dejando caer una sola lágrima, como si fuera una brisa con un doloroso llamado a las armas. Sus ojos azules se tornaron en un tono profundo lleno de frágil ira, hacia alguien a quien preferiría instruir antes de matar, y que sin embargo veía perdida, sin un rumbo aceptable.

Violed estaba eufórica. Primero había conseguido derribar a una mantis gracias a la antorcha mágica provocada por el pergamino de Fosco y ahora la segunda mantis caía, en parte gracias a la habilidad de Ian, a la salvaje determinación del lobo, pero también a la magnífica puntería de la bardo que había atravesado el bulbo de lado a lado en su primer disparo. Se sentía fuerte, se sentía única y se sentía útil.

Entonces se dio cuenta de que las patatas, otra vez las malditas patatas, habían conseguido sobrevivir a la caída y el impacto desde la mantis muerta y se abalanzaban sobre sus compañeros, mordiendo sin piedad.

Segura de sí misma como nunca antes, Violed se colgó la ballesta a la espalda y desenvainó su acero para lanzarse directa a la batalla. Shinobu era quién estaba más cerca así que acudió a la carrera a auxiliar a la muchacha, ayudándole a librarse de sus vegetales enemigos.

Cuando la segunda de las mantis se desploma, el noble inspira profundamente y se relaja, pues permanecía en posición de defensa sopesando si sería necesario volver a cargar su pistola. Afortunadamente sus compañeros se valen para acabar con el monstruo, y él no necesita gastar una nueva bala, tras la que ya utilizó para reventar a la primera de las criaturas. Sólo cuando enfunda su arma se percata del dolor de su espalda, pues debido a la tensión no se había casi ni enterado del ataque recibido. Estira sus brazos y realiza algún movimiento girando su tronco. Le escuece. Eso significa probablemente que la herida sea superficial.

La lucha aún no ha terminado, porque a pesar de que esos grandes seres parasitados están fuera de combate, las pequeñas patatas continúan dando por culo. Casi, casi, literalmente, por lo que se puede observar. Dramon avanza unos pasos con su mano apoyada en la empuñadura de su espada corta, pero sin llegar a desenvainarla, más que nada porque detecta que esos bichos pocos problemas van a causar a sus compañeros, aparte de algún pícaro mordisco. Así que se limita a dar unos lentos pasos por el claro del bosque, pegando patadas a las patatas que se le van acercando, intentando acertar con ellas contra algún árbol para escuchar ese agradable sonido que es el espachurramiento de una hortaliza podrida.

Necesitará atención médica para su herida. Al menos que alguien le eche un vistazo a su espalda. Pero lo primero es lo primero y deben librarse de esas molestas criaturas. Continúa pateando a esos bichos, jugando también a "encestar" en la hoguera en la que arde la primera de las mantis. Los enemigos parecen poderosos, aunque por el momento las habilidades del grupo están resultando efectivas. Espera tener la oportunidad de hablar con gente entendida en el tema, porque a él lo que realmente le preocupa es el origen de todo esto. Luchar con seres de estas características resulta incluso divertido, pero sabe que el principal destino de sus balas debe ser la cabeza de aquel que esté detrás de todo esto.

La acción conjunta de Shinobu y el lobo hacen que la mantis se desplome, pero con el certero virote de Violed, la criatura acaba sucumbiendo a su ataque.

-Bien hecho-dice Ian con un gesto hacia la joven bardo, pero en ese instante-¿pero qué narices?-siente como una de las patatas se le agarra al cuello con esos extraños diente y otra intenta colarse por los pantalones, cosa que le hace pensar que su creador tiene algún tipo de fijación. 

Sea como sea, deja caer el estoque para librarse de sus nuevos enemigos, primero atrapando a la de los pantalones, que al no conocer la vestimenta, se ha enredado entre los pantalones de cuero y los largos calzones y luego cogiendo la de su cuello y aplastándola entre sus guantes de cuero.

-Mierda, tendré que quitarme esta peste de encima ahora.

Lilith por su parte, seguía igual de distraída con las dos jóvenes compañeras, tanto que parece querer incendiar todo el campamento e Ian le habría advertido, pero se fija primero en Dramón, que se ha llevado la peor parte de todo esto.

-Espera, siéntate ahí amigo-le dice para echar un vistazo a la herida-bueno, creo que la chica pálida podrá ayudarte con esto. Vaya herida fea.

En esto mira a Shinobu que ya ha comenzado a caminar hacia la torre, en plena noche y sin descansar.

-¿Pero a donde diablos va esa chica?-dice sorprendido por las formas, ya que queda algo tétrico que vaya arrastrando su arma por el suelo, pero para Ian es poco práctico, ya que está llamando a todas las criaturas que haya en la zona y además va a conseguir mellar el filo, aparte de lo incomodo que debe ser andar así por un bosque lleno de racíes.

-Supongo que está acostumbrada a ello-piensa al observar cómo se equivoca, pues parece esquivar bien las raíces y piedras-tendremos que buscar una piedra para afilar ese trasto...

Puf hola! Perdón que ayer me fui a dormir todo feliz y no me acorde de hacer nada xD 
Divido la acción en dos partes, tras el combate y tras la noche, a ser posible hay que responder a las dos.

La ultima y desesperada acción de las patatas termina casi tan rápido como empezó, con Ian y Shinobu aplastando las patatas que hay sobre ellos antes de que causen mas daños (físicos o psicológicos) de los que ya han causado tanto a ellos como a Lobo. Por suerte las patatas siguen sin ser unos rivales dignos de mención... 
Violed también acude a ayudar enardecida por la lucha, estoque en mano, aunque la verdad es que con una piedra ya podríais acabar con ellas sin mancharos mucho... 
Mientras eso sucede, Dramon estas doliéndote un poco, que no es poco... y Lilith, pendiente de lo que hace Violed, se mueve hacia ellos con algo de torpeza, tanto que termina tropezando, mandando un madero incandescente por los aires y estrellándolo contra la tienda de campaña de Dramon! 
Mientras que Ian vas a mirar las heridas de Dramon, ignorando un poco las tuyas, Dramon tu tienda esta prendiendo llamas! Y Shinobu parece que ha decidido seguir andando, sin pausa, hasta el objetivo para proceder a destruirlo todo en nombre de la naturaleza y la vida, estas patrullas de patatas voladoras parece que buscan objetivos a los que convertir, ya sean cultivos o seres vivos, hay que terminar con ello antes de que se extienda mas! Al avanzar es como si las zarzas, ramas, raíces, todo se apartara del paso de Shinobu que simplemente avanza... 
(A ver, algunos estáis heridos, necesito saber si alguien cura a alguien, como, cuanto, todo eso... seguimos con la acción pero quiero respuestas sobre este asunto) 

A media mañana del día siguiente y sin mas “incidentes” llegáis a las ruinas donde, se supone, se esconde la bruja, acabo muerto todo un clan kobold y es donde se esconden esas criaturas vegetales, su cuartel general y su base de operaciones. 
El pequeño castillo esta cubierto de maleza y enredaderas, los muros se han venido abajo en varios puntos y en otros amenaza con la ruina en cualquier momento, el lugar tiene techo vale, pero defensivamente no vale nada de nada. 
Mientras estáis mirando veis pasar patrullas de patatas que vigilan la zona, una docena de ellas, armadas con rudimentarias lanzas diminutas, pasan desfilando marcialmente: 
-Oku, moku, doku...- desfilan ante vosotros, al final de la formación llevan, sujeta con una cadena para perros, una calabaza! Que gruñe furiosa y salvaje... 
En un rato de observación veis que hay tres patrullas dispuestas de tal forma que solo hay unos pocos segundos entre que se pierde una de vista y aparece otra mas, unos pocos segundos para cruzar veinte metros de terreno despejado e infiltrarse sin ser detectados, no esta claro si es casualidad o es que tienen un genio estratega entre ellas... yo me inclino por la casualidad eh. 

Pese a su paso firme, un gran "FRUOSHHH" llama su atención, una gigantesca hoguera, que por suerte esta en zona despejada, las raíces que se apartaban a su paso parecían cederle un paso agradable, pero unos gestos extraños fueron interpretados por la druida como una conversación lúcida, y es que estas le decían que ya que sus compañeros habían plantado la hoguera de campamento allí, ¿porque no la aprovechaba para dormir calentita? O eso quiso entender, la realidad es que le hizo recapacitar, y ver que algunos compañeros agradecerían un merecido reposo.

Se acercó al mayor de los presentes, con una herida considerable, y le ayudo a acercarse un poco al fuego, esa iluminación era algo molesta puesto que ocultaba la hermosa luz de algunas estrellas, pero la calidez destensaba sus músculos. Se agachó tras Dramón y juntó sus manos, y en un pensamiento unas tenues ondas iban sanando los fragmentos más profundos. No podía hacer más por el momento, pero se prepararía esa noche, para que por la mañana aplicar leves curaciones.

Esa noche decidió que sus conjuros para el día venidero serian destinados a ayudar a sus compañeros, puesto que no sería justo ir juntos y no aportar un apoyo en pro a ellos.

Cuando la última de las patatas murió espachurrada por una de sus botas, Violed sintió como la tensión del momento iba dejando paso al cansancio. A su alrededor, sus compañeros trataban de recomponerse, Dramon parecía herido y Shinobu trataba de ayudarle con alguna especie de rezo curativo de los bosques, Lilith iba de aquí para allá hasta que, golpeando un leño, supuso que accidentalmente, prendió fuego a la tienda de Dramon que empezó a oler a churruscado.

La muchacha corrió a sofocar el fuego, sacudiendo la tela contra el suelo, mientras lanzaba una mirada de desaprobación a la Lilith. Una vez apagado el fuego, no se paró a ver qué tipo de desperfectos podían haberse causado. Al fin y al cabo, no era su tienda, bastante era que había evitado que se quemase entera y le interesaba más el estado físico de su dueño.

Al acercarse, vio que la magia druídica de Shinobu parecía haber mejorado en parte las heridas del hombre. Al menos, había dejado de sangrar y la herida parecía cicatrizada.

-Deja que le eche un vistazo.

La muchacha trató de aplicar algunos de los conocimientos que había adquirido de joven cuando, durante unos meses ayudó a curar a algunos enfermos con la curandera de su pueblo. No obstante, no le pareció que pudiera hacer mucho más de lo que la druida ya había conseguido.

- Lo que todos necesitamos es descanso. Deberíamos acampar por aquí y prepararnos para lo que se avecina. Estos insectos gigantes no me dan buena espina.

Pese a sus previsiones, la noche pasó sin incidentes y los turnos de guardia se sucedieron sin alarmas ni imprevistos. Se pusieron en marcha bien temprano, deseando todos ellos terminar con aquello cuanto antes, y hacia media mañana empezaron a vislumbrar su objetivo.

Un ruinoso castillo permanecía custodiado por patrullas de patatas que intermitentemente aparecían cerca de su posición. Observó que apenas dispondrían de unos segundos si trataban de adentrarse en la estructura sin ser vistos, eso sin contar con que no sabían qué iban a encontrarse dentro.

Personalmente, a Violed no le preocupaban lo más mínimo las patatas pero, otra cosa muy distinta, era aquello que pudiera aparecer si conseguían dar la voz de alarma.

- Podría crear una distracción que sacara a las patatas de nuestro camino- sugirió- así podríamos colarnos en las ruinas sin llamar la atención.

Por la mañana, todos se fueron despertando, a Shinobu le movió su compañero animal unos minutos antes, el grupo pudo viajar en esta ocasión sin espinos y raíces que les frenaran, puesto que la naturaleza tal vez ansiosa de acabar con eso, se fue retirando ligeramente a su paso.

No le pareció bien a la druida que la barda apagara aquel fuego, si no fuera ella misma humana, diría que los humanos eran muy raros, prendían una hoguera de campamento, sacrificando una tienda, y luego la apagaran, esas cosas quizás eran cosas de los de "ciudad". El calor que desprendió la humeante tienda, no duró mucho, y pronto llamó con el pensamiento a su amigo, dormir a la intemperie a su cálido lado era sin duda algo agradable, pero era posible que ellos no unieran tan a gusto como yo, la hoguera les hubiera ofrecido una noche más agradable.

Un camino bastante corto esta vez, perdió un instante mirando por el camino si veía algunas bayas curativas, a media tarde ya estábamos ante la torre, y cuando Violed habló de crear una distracción, Shinobu, negó con la cabeza antes de hablar.

- si haces eso solo les pondrás en guardia, con el añadido que perderemos la opción de ver a alguien de refilón y atacarle por sorpresa, y que cuando vean que lo anterior era una distracción, tendremos a todas y no solo a quienes nos encontremos en nuestro camino.

Poco a poco la tensión del combate fue disminuyendo, a medida que el número de patatas iba decreciendo. Sólo unos pocos chillidos casi inaudibles danzaban entre los compañeros cuando Dramon optó por tomar asiento sobre un tumbado tronco, mientras los demás terminaban de aplastar a esas criaturas. Se quitó la parte de arriba de sus ropas, pues lo primero era dejar al aire su espalda. La brisa provocó un escozor que casi le alivió, pues notaba que su herida no era muy profunda, aunque tampoco insignificante. Su torso, antiguamente musculoso debido a sus entrenamientos, lucía ahora empañado por el paso del tiempo. Ni mucho menos poseía un abdomen tabletero, sino que más bien su buena vida había propiciado la aparición de unos kilos de más. No obstante, quien tuvo, retuvo, y el noble, a pesar de su edad, gozaba de un cuerpo aún fornido y poderoso, más de lo que pudiera parecer al verle con sus caras vestimentas.

Antes de que solicitara ayuda, varios de sus compañeros ya se ofrecieron a echarle un ojo a su espalda. Ian le informó de que no parecía grave. Shinobu le dedicó unos instantes utilizando sus poderes curativos, percibiendo en esa joven una atmósfera que le resultaba extraña, le tranquilizaba, y eso le agradaba. Violed también colaboró aportando sus conocimientos como curandera. Lilith por su parte metió fuego a su tienda. Supuso, o más bien quiso suponer el noble, que lo hizo para proporcionarle el calor necesario para pasar la noche. Esa mujer parecía esconder oscuros aspectos, pero, inevitablemente se preguntó, ¿no los escondía también él mismo? Sonrió y agradeció a sus compañeros la ayuda mientras volvía a ponerse su camisa y buscaba un lugar apropiado para descansar. Quizá un curioso destino les había unido allí a todos.

A la mañana siguiente, tras un muy relajado camino, en contraste con la noche anterior, llegaron al lugar que rápidamente identificaron como el cuartel general de esa horda de seres vegetales. Necesitaban un plan para continuar, puesto que la zona estaba vigilada por pequeños destacamentos de patatas que debido a su rígida organización lograron arrancar una risa en el noble, que tuvo que frenar tapándose la boca para no ser escuchado.

No me jodas...

Divertido, sí. Pero a pesar de lo cómico del asunto, había que acceder al núcleo del lugar vigilado por esos pequeños soldados. Insignificantes en pequeños grupos, pero peligrosos todos juntos. Dramon se dio la vuelta mirando a sus compañeros, apoyado en un tronco que utilizó como refugio para no ser visto, agachado, casi a ras de suelo.

Necesitamos un plan que acabe con el mayor número posible de esos bichos a la vez. ¿Sugerencias? Se me ocurren algunas.

Dicho esto, abrió su chaqueta mostrando su bolsillo interior repleto de pólvora, cual camello que se abre el chaquetón a la puerta de una taberna ofreciendo su mercancía a los clientes.

Cuando ya se calmó un poco todo, cuando la tienda de Dramon terminó de consumirse y Shinobu y Violed le hicieron unas curas, Ian se apartó un poco del grupo y se sentó mirando hacia la oscuridad, con sus pensamientos y un dolor en el cuello producido por una patata. ¡Una patata!. No acababa de asimilarlo, pero al tocarse la herida -Tchs.-se dijo que eran más peligrosas de lo que parecían dado su número, aunque murieran fácilmente, habían demostrado un ansia asesina sin limites.

Usó su odre de agua para limpiarse un poco la herida antes de ponerse una tela sujeta por un pañuelo que guarda en su mochila. No era una cura decente, pero era un pequeño mordisco que lo que más había herido era su orgullo.

Miró su futuro en la oscuridad del bosque y soñó despierto durante unos instantes, pensando en la esbelta y elegante figura de ella, en su mirada refrescante, penetrante, dulce, arrebatadora, sensual, divertida, vivaz, cautivadora... Pero ahí estaba él, defendiéndose de patatas y bichos marioneta con la esperanza de poder encontrar a la bruja que causaba todo este mal y con la esperanza de poder matarla. Y con esas esperanzas volvió al campamento en el que organizaron las guardias para vigilar por si aparecían más enemigos en la que sería una noche muy larga.

El día siguiente no mejoró mucho, la torre llegó a ellos mucho antes de lo que esperaba Ian, era más o menos como la había imaginado, pero las formaciones de patatas patrullando con una terrible calabaza hicieron que volviera a suspìrar molesto y enfadado por lo absurdo de todo eso.

-Parece que tienes pólvora para una guerra Dramon-dijo cuando el noble mostró sus intenciones.Yo estoy con la chica-señaló a Shinobu-no debemos alertarlos ¿quién sabe cuántas patatas más habrá ahí escondidas?

- De acuerdo entonces- replicó Violed con cara de enfado, cruzando los brazos sobre el pecho- qué hacemos entonces, no atacamos y no distraemos. ¿Nos quedamos aquí parados, sin más, vamos a tratar de cruzar por en medio de las patrullas? Tienen una cadencia marcial, apenas dispondríamos de unos segundos y nadie asegura que podamos hacernos sin que nos vean o sin que alguien haga más ruido del deseado o sin que aparezca algún otro bicho por el lado por el que cruzamos en el peor momento.

Shinobu miró a su lobo,... le guiñó el ojo y el lobo se retiró un momento. Dio una vuelta al lugar y,... - ¡Aaaaaouuuuuuuúuuuuuuu - el sonido de un lobo en la lejanía pretendía algo, y es que por culpa de esas patatas, que harían los lobos si topos, conejos y otros animalillos no podían comer, el hambre de los lobos era afectada también por esos seres.

Shinobu sonreía agachada, en espera no de hacer algo ellos y que saltaran todas las alarmas, si noendiente de una reacción natural de la fauna del lugar.

La tiendra de Dramon ardió finalmente como una deliciosa hoguera en el frío invierno, calentando su cuerpo y atrayendo a las jóvenes damas como luciérnagas a un farolillo. Por desgracia también se unieron los dos hombres, y es que al parecer todos los bichos gustaban de un cálido lugar como aquella fogata improvisada. 

Con un suspiro se sentó por allí cerca, dejando que el fuego acompañara una exigua cena mientras observaba a sus forzados camaradas y dulces compañeras trabajar en equipo para limpiar y curar las heridas producidas durante la extraña batalla que había tenido allí lugar hacía pocos minutos. 

Ella por su parte no necesitaba cuidados, pero el cansancio del largo camino, la sorpresa de la lucha y el hambre saciada por aquella ligera comida empezaron a darle sueño, y lentamente, presa del agotamiento, se dejó llevar por la agradable paz que el descanso del sueño otorgaba a quienes caían en sus garras, ajena a las miradas del noble, las oraciones de la druida y las idas y venidas del mosquetero y la bardo...

... Despertó a la mañana siguiente temprano, antes que casi todos los demás, y aprovechó para desentumecer su cuerpo y estirar los músculos con un paseo tranquilo, sin alejarse demasiado del campamento donde ya empezaba a ser más que notable el olor de la podredumbre. El rocío de la mañana limpio su rostro y refrescó sus pensamientos, mientras el aire se llevaba lejos de ella cualquier pensamiento, dejándola en un estado de relajación absoluta. Uno. Dos. Tres. Sólo importaba cada paso, poner un pié delante de otro. 

Pero hasta eso se acaba, y al fin tuvo que regresar. Levantaron rápido el campamento y se pusieron en marcha para aprovechar cada rayo del brillante sol matinal, y tras unas pocas horas llegaron al fin a la torre, y aquello...

Aquellos vegetales inmundos parecían seguir un complejo y perfecto movimiento alrededor del lugar, una formación propia de la mejor guardia. La precisión, el compás, aquél desfile funcionaba con la exactitud de un reloj suizo. ¡Joder! Estaba claro que aquellos seres eran un grano en el culo con la suerte de un duende irlandés. 

No quedaba más remedio que aguardar y pensar un plan, y en aquél momento el noble pareció tener una idea brillante que, como era seguro, sólo la experiencia derivada de la senectud podía dar.

Con una sonrisa recordó lo que había hecho en la taberna con las botellas de alcohol, y empezó a pensar en que podría llegar a hacer con una cantidad semejante de pólvora negra. ¿Se dejaría el lobo atar un poco de aquél explosivo y hacer de señuelo? Sería tan agradable consolar a la pobre druida después...

Parecía que el animal, con aquél aullido, no parecía muy de acuerdo con el plan. Una lástima...

Bueno a ver, unas cuantas cosillas. 
1- La primera es que hace falta un sanar por la mañana para que Dramon quede bien del todo, no pasa nada ya lo contemplo en la acción. 
2- La segunda es lo de la pólvora, a ver, estoy mirando objetos de esos “especiales” que se hacen con alquimia y también el manual de “canción y silencio” para hacer una trampa bomba improvisada estilo taliban medieval seria “Artesanía: alquimia o Artesanía: trampas” CD 50 que si, que es una burrada pero es una tirada extendida pudiendo tirar varias personas durante varios días... vamos que por ejemplo: 

• Dramon tira y saca 15 
• Ian le ayuda y saca 9 
• Shinobu se suma y saca 14 

Pues todo junto sumaria 38 con lo que en un día entre los tres no terminarían la trampa explosiva... pero faltaría poco. 
Si vais a intentarlo, adelante, pero necesito datos de quienes van a colaborar en la trampa y tal... por cierto, esa, la de CD50 seria letal de necesidad para toda una patrulla patatosa.. que conste. 
3- La tercera cosa que quiero comentar: no, que el lobo este aquí y que se puedan invocar otros mediante conjuros es una cosa, pero salvo esos efectos mágicos no hay muchas posibilidades de llamar a mas animales, los no muertos les producen un miedo terrible. 

Y ahora, aclarados todos estos puntos, vamos con la acción. 

Menuda locura, mientras que Ian trata de hacer entrar en razón a Shinobu sobre lo de seguir adelante esa misma noche tras acabar con las mantis poseídas, Violed apaga corriendo el fuego de la tienda de Dramon que se duele de las heridas y Lilith pues... observa! Diríamos que divertida... 
Pero oye Lilith, puede que Dramon sea mas listo de lo que parece porque al final la druida y la bardo se dedican a toquetearlo, curarlo, vendarlo y atenderlo, parece que el anciano (anciano al menos según tu punto de vista que al master no le queda tanto para llegar a la edad de Dramon T_T) se las ha ingeniado para que dos jovencitas estén pendientes de el (maldito cabrón con suerte!!!!) y curen sus heridas... 
Con todo, a la mañana siguiente hace falta que Shinob revises, cambies y atiendas sus vendajes para poder asegurar que las heridas están curando bien y no van a dar mas problemas... tras curar a Dramon todo lo mejor que podéis (estas ya perfectamente e Ian también) Shinobu preparas unas pocas bayas, unas moras que encuentras cerca del campamento, cargándolas con la magia curativa de la naturaleza, por si mas adelante las llegarais a necesitar... 

Y así es como hemos llegado hasta el momento en el que veis la torre y las patrullas de patatas, estas cosas son demasiado desorganizadas y caóticas, sin embargo aquí y ahora se comportan con una precisión marcial muy impropia de ellas y que os hace pensar que tiene que haber algo mas detrás de todo esto... una mente maestra que controla patatas o algo parecido, es la única explicación. 
Planes hay muchos, distraer como dice Violed, colarse como dice Shinobu, fabricar una trampa como defiende Dramon, mandar un lobo bomba como se le pasa por la cabeza a Lilith... y de momento el plan que mas “votos” tiene es el de infiltrarse por que a Ian la idea le gusta también. 
Pero vamos que va a ser al final? No parece que mas animales se quieran unir a la causa, les aterra el aura que irradia este lugar y hasta Lobo esta incomodo aquí... los aullidos de Shinobu por otro lado llaman algo la atención de las patatas, pero poco, que haya animales en el bosque es normal y no las altera mas que unos momentos antes de que vuelvan a su rutina de patrullaje.... 
Así que... que vais a hacer al final? 
Por favor ponerme el plan lo mas completo posible incluyendo posibles planes de contingencia, de huida, de lo que sea... así avanzaremos mas. 

La joven druida un poco frustrada, no tiene demasiadas ideas más, salvo una que espera que el grupo sepa aprovechar.

- seré el cebo, prepararos para entrar - acariciando a su compañero, le pide ayuda, sabe que no le gusta ese lugar, y para ser sincera a ella tampoco, pero si no hacían algo eso empeoraría. Se retiró atravesando la zona cubierta por la maleza. Se alejaba lo suficiente como para preparar su ataque montado.

La idea era simple, velocidad de embestida no detenida y guadaña baja para arrasar mayor cantidad de patatas, se separaría un momento del grupo, y tal vez llegaría tarde para ser ella quien hablara con la bruja y luchara de ser necesario, pero esperaba quitarles problemas de pasar inadvertidos. Después de todo una druida sanando el bosque podría verse lógico y normal.

Observó como iban discutiendo un plan tras otro, rechazando unos, burlándose de otros y dejando para el debate un par de ellos. La bomba aunque una idea interesante era lenta de fabricar, y no les sobraba el tiempo; al menos no a ella, que estaba cansada de tanto bosque.  

Por otro lado, la druida, joven e inocente, quería hacer de cebo. ¿Estaba loca? Si el maldito lobo tropezaba con una de las hortalizas aquellas se iba a quedar sin premio, y eso no podía permitirse. No, tenían que pensar en otra cosa, un plan que les permitiera pasar a todos juntos y rápido. O... simplemente matarlas. Eran menos de dos veintenas de patatas y sólo tres calabazas rabiosas. Ellos eran cinco y un chucho asustado, tenían pólvora y fuego, y jugaban con la ventaja de que aquellos vegetales no muertos eran unos suicidas. ¿Qué podía salir mal si prendían un círculo a su alrededor y dejaban que se fueran asando solas? 

Lo cierto es que le estaba cogiendo gusto a eso del fuego, era francamente divertido y estaba deseando quemar algo más. Suspiró. Esperaría un poco la decisión de los demás y luego, si no le gustaban los otros planes, pues iban a ver cómo era divertirse de verdad.

¡Un momento! ¿Dónde se había metido Shinobu? ¡Mierda!