Partida Rol por web

La noche de ayer fue dura.

Cómo siempre, la noche de fin de año es tanto por los humanos cómo para los Vástagos una noche de fiesta y celebración, dónde la gula, la lujuria y la diversión son grandes momentos de lo más normales a cada fiesta de la ciudad.

Pero no para todos los Vástagos ésta vez ha significado lo mismo. En los Elíseos de todas las ciudades del mundo gobernadas por la Camarilla, al igual que entre las manadas del Sabbat y clanes independientes, la celebración ha sido menos intensa que otros años. Sólo los neonatos, los novatos y algun que otro ancillae lo han vivido cómo lo llevan haciendo desde que la no-vida inunda sus cuerpos, mientras que para los más antiguos ha sido una noche más de trabajo y oscuras negociaciones a la sombra.

No sabeis porqué, pero unos pocos lo habeis notado, entre ellos vosotros. Quizá por el tiempo que llevais con ésta realidad, porqué empezais a conocer mucho más las tradiciones y costumbres de vuestros clanes, quizá por casualidad,... ¿quien sabe?, pero la cuestion es que lo notasteis, aunque cómo siempre, éstas cosas no os atañen a vosotros, y habeis seguido la fiesta cómo habias hecho años atrás, sin preocupaciones, pero con una duda y a la vez temor. ¿Será éste el último año que podré celebrarlo? ¿Realmente, tendría que estar preocupado?.

Quien sabe. Pero la realidad actual es que seguisteis bebiendo del ganado ya totalmente alcoholizado, disfrutando de la noche cómo si fuera la primera en que vivisteis vuestra condena.

SABADO 1 DE ENERO (23:10 horas)

Después de oír unos extraños ruidos en la puerta empiezas a despertarte. Miras hacía tu alrededor y ves las altas paredes de piedra de la cripta dónde desde hacía un tiempo despertabas cada noche. Era una pequeña iglesia del siglo XII de la ciudad de Compostela.

Aún ayer por la ciudad habían estado llegando peregrinos para conmemorar el año Xacobeo, pero con su fin suponías que sus llegadas irían disminuyendo. Para ti eso será un alivio, ya que al llegar menos gente te será más fácil pasar desapercibido aunque eso tambien significaba una disminución del numero de ganado del que alimentarte.

Te sentías raro, los golpes en la puerta habían parado y tu no habías dado ninguna señal de haber despertado. Quizá solo fuera el viento pero te extrañaba, tu fino oído nunca te jugaba esas malas pasadas. Terminaste de incorporarte de ese frío pero confortable ataúd de madera de roble dónde dormías, pero aún así era confortable. La habías hecho creer al sacristán que eso era para sentirte más próximo a la muerte pero en realidad era sólo por seguridad para protegerte de cualquier rendija de sol que pudiera entrar por el día. El edificio era antiguo y nunca se había agrietado ninguna pared, pero era mejor prevenir. El pobre iluso pero se lo tragó. Desde que le diste parte de tu vitae todos sus males habían desaparecido y, ¿por que no creerte en todo? Era un hombre mayor, alejado de la vida mundana que nunca había salido de esa ciudad, que se podía esperar de él. Pero aún así era servicial.

De golpe otra vez esos golpes, y al decir a ver si pasaba algo entró Simón en la sala. Era un hombre de poca estatura y aún menos pelo. Su cojera aún estaba presente y empuñaba un bastón de madera para apoyarse. Esa noche vestía sotana negra con su alzacuellos blanco que le hacía parecer un poco más alto, pero sólo parecer.

Buenos noches señor Araziel,¿ha pasado bien el día? Dijo en forma de pregunta retórica cómo cada noche. En la sacristía está Romina, una de nuestras feligresas. Llego hace 2 años de Rumanía pero aún y ser joven siente un profundo miedo a la muerte y ha oído hablar de su “beso divino”. Le está allí esperando.

Además, acuérdese de que en media hora empieza la misa de año nuevo, nuestros feligreses esperan poderle ver hoy, a parte de que es posible de que haya “amigos” suyos esperando oír el primer sermón del año.

Era un poco pesado pero efectivo. Desde hacía 5 años, cuándo llegaste a ese lugar, Simón contó a la gente la historia de su milagrosa recuperación después de recibir ese beso divino. Además, hizo creer a la gente de que tu aspecto era debido a un accidente que padeció en África en tus días de misionero, llegando hacer que el aspecto por el que la mayoría se horrorizaba para vuestros feligreses fuera un sentimiento de notoria lástima hacia un “ser” tan benevolente.

- Muchas gracias Simon. Por favor, adelantate y empieza los preparativos para la misa mientras you me ocupo de atender a Romina. -

Azariel siguió con la mirada al sacerdote mientras éste salia de la habitacion cojeando y dedicó unos segundos a lo que le esperaba en los proximos minutos. Normalemente era Simon el que se encargaba de la celebracion de las misas debido a los obvios problemas de horario, pero Azariel tenia como costrumbre realizar el sermon en las ocasiones especiales. Tras su conversion en vampiro, esta no era una tarea que le resultara demasiado agradable, pero, le ayudaba a mantener su coartada.

Con un ultimo suspiro, salió de su ataud y se dirigió hacia la sacristia. Como siempre, sus pasos tranquilos resonando sobre el suelo de piedra, asi como el olor a cera e incienso le resultaron refrescantes.Como la mayoria de las iglesias, ésta tenia un aura de atemporalidad que, desde que era mortal, le hacia sentirse como en casa.

Cuando abrió la puerta de la sacristia, vio por primera vez a la mujer que Simon le había conseguido. Tenia cerca de cuarenta años y vestia de forma sencilla. Entre sus dedos, sujetaba nerviosamente un rosario de madera con el que parecia haber estado rezando hasta un momento antes. Al oir el ruido de la puerta, se volvió hacia el, y cuando sus miradas se cruzaron, Araziel pudo ver claramente la expresion de asco en la cara de la mujer. Todos sus feligreses tenian una idea aproximada de su aspecto, pero, nada les preparaba para cuando lo veian de cerca y captaban su hedor.

Intentado mostrar una sonrisa lo mas convincente posible, el vampiro dio un par de pasos para acercarse hacia la mujer - Buenas noches hija mia. Por favor, no te asustes por mi aspecto, no he venido aqui para hacerte daño, sino para ayudarte - Poco a poco, la mujer se iba tranquilizando, asi que Araziel continuó hablando - Simon me ha comentado que a pesar de que te comportas como una buena crisiana, tienes dudas acerca de tu destino en la otra vida. ¿Es verdad? - La mujer, todavia muy nerviosa, asintió rapidamente - Bueno, Dios es capaz de perdonar todos los pecados de una persona, siempre y cuando esa persona demuestre su compromiso con él. Su propio hijo Jesucristo derramó su sangre para la expiacion de los pecados de la humanidad. ¿Eres tu capaz de derramar tu propia sangre por Dios? - Un nuevo asentimiento por parte de la mujer, aunque, más debil que el anterior - En ese caso, mi querida Romina, acercate y confirma tu plaza para el paraiso. -

Araziel abrió los brazos, y la mujer, tras un momento de duda, la mujer se acercó a él y momentos despues, los colmillos del vampiro perforaron la suave piel de su cuello y el fluido vital de la mujer se derramó en su boca. Al principio, cada latido del corazon de la mujer resonaba en los oidos de Araziel como los golpes de un tambor, pero, tras unos pocos tragos, notó como los latidos empezaban a perder fuerza, así que con un jadeo se separó de su victima.

- Hija mia, ya es suficiente. Hoy has demostrado tu devoción, y estoy seguro de que eso te abrirá las puertas del paraiso, pero ahora necesitas descansar, asi que, deberias volver a tu casa y dormir.

Minutos despues, tras la marcha de la mujer, mientras se preparaba para sus feligreses, estuvo pensando en Romina y las otras personas en situaciones similares. La verdad es que no le gustaba mentirles, pero, no solo era la forma de alimentarse sin causarles ningun daño, sino que además, habia que reconocer que en general sus victimas volvian a sus casas más felices de lo que llegaban, asi que, en el fondo les hacia un favor....

En esos momentos, apareció Simon en la puerta para indicarle que todo estaba listo en la iglesia.

Una vez Simón cerró la puerta te despediste de Romina, no sin antes darle la bendición divina, señarla y ofrecerle el cuerpo de Cristo. Así recuperará un poco de azucar -pensaste-. Te fijaste que en el suelo había un poco de sangre. Debiste tomar más de la cuenta pero por suerte habías parado a tiempo. Le dás algo para comer y un poco de vino que le había sobrado a Simón a la hora de prepararte la misa. Le dices a Romina que se acueste encima de un banco a descansar, que a veces el pecado hace que la gente reaccione mal a la cura.

Te pusiste una sotana negra y el alzacuellos típico y saliste para fuera.

La sacristia estaba justo al lado del altar, Simón así lo había preparado para que tubieras que estar el mínimo tiempo posible cerca de los filigreses y así ocultar un poco tus deformidades y tu molesto olor. Cuandó llegaste cerca del pedestal y abriste la Bíblia Simón te ofreció una cinta morada con bordes dorados que te pusiste alrededor del cuello, caiendo por los lados de tus hombros. Te señaste, alzaste la mirada y observaste al rebaño.

Te diste cuenta de que la iglesia estaba más llena que otras noches, la gente estaba preocupada por la creciente violencia y corrupción que estaba invadiendo las calles de todas las ciudades y buscaban en Dios la salvación a todos esos males. Cuándo querías empezar a hablar viste el porque de que hubiera tanto feligrés.

Ocultados entre los humanos había diversos vástagos sentados en silencio. Aunque no reconocias a muchos a algunos te parecia haberlos visto en el Elíseo. Había antiguos de bastante posición en la Camarilla y algún que otro nosferatu cerca de las columnas.

Te giraste hacia Simón para decirle que Romina se estaba recuperando en la sacristia, que en un rato fuera a ver cómo se encontraba, y te giraste de nuevo, hacía la gente, dándote cuenta de un detalle más. Zacarías estaba entre los presentes.

Una vez Simón cerró la puerta te despediste de Romina, no sin antes darle la bendición divina, señarla y ofrecerle el cuerpo de Cristo. Así recuperará un poco de azucar -pensaste-. Te fijaste que en el suelo había un poco de sangre. Debiste tomar más de la cuenta pero por suerte habías parado a tiempo. Le dás algo para comer y un poco de vino que le había sobrado a Simón a la hora de prepararte la misa. Le dices a Romina que se acueste encima de un banco a descansar, que a veces el pecado hace que la gente reaccione mal a la cura.

Te pusiste una sotana negra y el alzacuellos típico y saliste para fuera.

La sacristia estaba justo al lado del altar, Simón así lo había preparado para que tubieras que estar el mínimo tiempo posible cerca de los filigreses y así ocultar un poco tus deformidades y tu molesto olor. Cuandó llegaste cerca del pedestal y abriste la Bíblia Simón te ofreció una cinta morada con bordes dorados que te pusiste alrededor del cuello, caiendo por los lados de tus hombros. Te señaste, alzaste la mirada y observaste al rebaño.

Te diste cuenta de que la iglesia estaba más llena que otras noches, la gente estaba preocupada por la creciente violencia y corrupción que estaba invadiendo las calles de todas las ciudades y buscaban en Dios la salvación a todos esos males. Cuándo querías empezar a hablar viste el porque de que hubiera tanto feligrés.

Ocultados entre los humanos había diversos vástagos sentados en silencio. Aunque no reconocias a muchos a algunos te parecia haberlos visto en el Elíseo. Había antiguos de bastante posición en la Camarilla y algún que otro nosferatu cerca de las columnas.

Te giraste hacia Simón para decirle que Romina se estaba recuperando en la sacristia, que en un rato fuera a ver cómo se encontraba, y te giraste de nuevo, hacía la gente, dándote cuenta de un detalle más. Zacarías estaba entre los presentes.

Ver a tanto vampiro en su iglesia le confundió momentaneamente. Ya era bastante poco frecuente que un cainita acudiese a misa, pero, el que hubiese tantos al mismo tiempo era una clara indicacion de que estaba pasando algo gordo. La primera idea que le vino a la cabeza fue que tal vez el Principe había decidido deshacerse de él, aunque no se le ocurrían las razones para hacerlo. Luego vio a Zacarias.

La presencia de su amigo y mentor aun le resultó más dificil de entender. Si el Principe fuese a acabar con él y Zacarias lo supiese le habría avisado de alguna forma, ¿O tal vez no? ¿Seria capaz de quedarse de brazos cruzados mientras era ejecutado?

Estos pensamientos le impidieron concentrarse en el presente, por lo que, acabó haciendo uno de los sermones más cortos de su carrera. Habló unos pocos minutos sobre la parábola del hijo prodigo (la lectura del dia) y de la misericordia divina, y en cuanto pudo, abandonó el púlpito y volvio a la sacristia. Por el camino, le hizo una pequeña señal con la cabeza a Zacarias para que se reuniese con él.

Cuándo Zacarias vió tu señal asintió con la cabeza y te pareció ver que hablaba con el chico de su lado. Aparentaba unos 50 años de edad y por la palidez de su piel y su vestimenta clásica suponiste que se trataba de un Ventrue. ¿Qué hacía él con alguien de la Camarilla? ¿Tanto había cambiado durante el tiempo que no os vistéis? Andabas cómo perdido entre tus pensamientos hácia la sacristia hasta que Simón, susurrandote al oído te volvió a la realidad. Romina ya se ha recuperado y ha marchado. Si eso voy a terminar la misa y repartir el sagrado cuerpo del Señor. Asentiste con la cabeza sin casi ni parar en sus palabras y abriste la puerta de la sacristia, mientras cerrabas oíste como Simón a la lejanía te disculpaba asociando ésa marcha a un problema de salud.

Al cabo de unos minutos llamaron a la puerta y entro Zacarias.

Perdón por mi tardanza -te dijo una vez dentro-. Veo que durante mi ausencia tu vida a sido provechosa. Has conseguido levantar de nuevo una iglesía casi derruida y ser escuchado por tus feligreses. No se cómo lo has hecho pero siempre me sorprendes.

Siento no haberte avisado antes de venir -te dijo mientras se sentaba a tu lado en el mismo banco dónde hace un momento estaba Romina- pero la situación requería de estas prisas. Desde hace unos días el Elíseo está muy movido. No es de los mejores momentos que hayamos pasado los vástagos y toca trabajar. El hombre con el que estaba antes era uno de los consejeros del Círculo Interior de la ciudad, y precisan de la ayuda de todos.

Se que estás un poco perdido pero tengo que pedirte que me acompañes al Elíseo para que nos cuenten exactamente cómo está la situación. La preocupación de Zacarías era cierta. No sabias que decir por el bombardeo de información sesgada que estabas padeciendo y al mirar bajo tus pies viste la mancha de sangre que había dejado Romina en el suelo.

Y bien, ¿qué me dices?

Despues de todos estos años, no me sorprende que te presentes aqui sin avisar, de hecho, lo extraño seria que llamases antes de venir. Sin embargo, lo que no entiendo es que pintan todos esos vampiros en mi iglesia. ¿Acaso pensabais que ibais a tener que llevarme por la fuerza? Joder, despues de tantos años, ya deberias saber que si necesitas cualquier cosa no tienes mas que pedirmelo. -

Araziel se levanto y empezo a sacar algo de ropa de uno de los armarios. - Dame un minuto para cambiarme y nos vamos. Puedes ponerme al dia de todo por el camino - Se quito la sotana, y en su lugar, puso una cazadora negra con capucha, sobre sus pantalones, tambien negros. Entre las ropas del armario habia tambien un cuchillo y una pistola, pero, tras dudar unos segundos, decidio dejarlos donde estaban

Cuando estaban a punto de abandonar la sacristia, entro Simon, que ya habia acabado de recoger la iglesia despues de la misa. - Ah, Simon, justo a tiempo. Voy a salir un rato, y no se a que hora volvere, asi que asegurate de cerrar todas las puertas antes de marcharte. - entonces recordo la sangre del suelo - Se me olvidaba, ¿podrias encargarte tambien de esta mancha antes de irte?

Salisteis por la puerta trasera de la sacristía con Zacarias minutos más tarde. Por el camino podías ver cómo los transeuntes te miraban, algunos con miedo y otros porqué te reconocían. Decidisteis ir andando por la proximidad del lugar, hecho que aprovechó tu mentor para ponerte un poco al día. Disculpame por el hecho de haber invadido tu territorio, pero el Príncipe de Compostela así nos lo ha pedido. Sabes que soy bastante contrario a vuestras tradiciones dentro de la Camarilla. Corrompen la libertad de nuestra condición cómo hijos de Caín, pero se tiene que reconocer que su unidad ha sido clave en situaciones difíciles. No sé cuales són sus planes, lo único que se es que te queían conocer, por eso hoy ha venido parte del Círculo Interior de Compostela y algunos de los secuaces del Príncipe a tu lectura nocturna.

El Príncipe, el Círculo Interior, las tradiciones,... no comprendías cómo Zacarias hablaba con tanta naturalidad de cosas de las que siempre había renegado. ¿Qué habría pasado para que sucediera eso?

Al llegar cerca de la Catedrál de Compostela girasteis a la izquierda. Nunca habías acudido al Elíseo, ni te habías preocupado por saber dónde era, pero hoy todo era dístinto. ¿Habría llegado el momento de independizarte?.

Cuándo llegasteís a la puerta de una antigua casa de la ciudad, seguramente del siglo XV o XVI, bastante deteriorada os detubisteís.

Bíen Araziel, llegó el momento. Detrás de éstas puertas está el lugar dónde son tomadas la gran mayoría de las decisiones de la ciudad. ¿Tienes alguna pregunta?

Las explicacion de Zacarias, aunque aclaraba algunas cosas, como lo identidad de los vampiros de la iglesia, todavia dejaba muchas preguntas en el aire. ¿Por que de repente el Principe habia habia desarrollado tanto interes por el como para enviar a la corte a su refugio? ¿Que es lo que buscaba de el?

- Tengo muchas preguntas, pero, si como dices no conoces los motivos del Principe para actuar asi, no creo que vayas a poder respondermelas asi que ¿por que no entramos y escuchamos lo que nos tenga que decir? -

Pues así perfecto -te dijo Zacarias antes de dar 3 golpes lentos en la puerta y 2 de largos- Parecía una señal. Poco después viste como la puerta se abria lentamente, y os invitaban a entrar. En ese momento viste una pequeña entrada con suelo de madera y paredes de piedra viva. Allí había 2 brujah, bastante corpulentos, que os observaron detenidamente y os registraron en busca de algun arma. Todo bien, pueden pasar, os dijo el que parecía de mayor edad. Os abrió una puerta de madera que estaba trás una cortina negra, y lo que vistes realmente te sorprendió. Parecía un bar de finales de los años 30, con diversas mesas de madera acompañadas de bancos para sentarse, una amplia barra con variedad de bebidas, tanto alcoholicas cómo sanguineas y deviersos reservados para reuniones o solamente por privacidad, a parte de una zona chill out en la terraza. Parecía más un local de ocio que un sitio de tanta importancia, con vástagos de todas las generaciones y clanes. Sigueme, nos estan esperando hijo -te dijo amablemente Zacarias-. Sabía que no era tu sire, pero se sentía cómo si realmente fuera tu padre, y a ti eso te daba una gran seguridad. Al entrar en esa sala víste sentados a dos hombres. Uno era el Ventrue que habías tenido antes tan cerca en tu iglesia, y a otro más joven, que te parecía un Toreador. Buenas noches Araziel, quería conocerte para poderte felicitar por el sermón de hoy. Creo que ha sido muy enriquecedor para tus fieles, y más en tiempos turbulentos como los que tenemos ahora -te dijo amablemente el Ventrue-. Mi nombre es Juan Severiano, Regente del Consejo de la Ciudad. Realmente no sabías lo que era eso de las regencias, pero por la imponencia con que lo había dicho creías que era algo importante.

Dentro de unos días, en Barcelona, habrá una importante reunión para intentar forjar una tregua entre las sectas cainitas para deturar la Yihad mientras no se nos sea rebelada la profecía de nuestro libro sagrado que nos muestra que los creadores de la dichosa guerra son nuestro posible temor, y queremos perdir la intervención del Príncipe de Barcelona para salvar el Principado de nuestra ciudad, tras los últimos ataques del Sabbat, todos tendremos un papel importante, el tuyo principalmente será el de utilizar la religión debido al alto grado de fe cristina que tiene Montoya, el principe de barcelona.

Hemos hablado con el Bisbado de la ciudad condal y han accedido a que te encargues de una iglesia del Gótico de la ciudad, con tu ghoul Simón, tu sacristan.

¿Podemos contar contigo?

¿La Yihad?¿El Sabbat? La historia de del regente resultaba un poco abrumadora al principio, por lo que Araziel se tomó unos momentos para asimilarla antes de contestar.

Por un lado, no le gustaba la idea de verse involucrado en las luchas de poder del Principe, pero por otra parte, una vez que el Principe se había fijado en él, ya no había vuelta atras. Si no colaboraba, probablemente, no viviría mucho tiempo.
Casi sin darse cuenta, descubrió que ya había tomado un decision, y en ese momento se arrepintió de no haber abandonado la ciudad tiempo atras antes de llamar la atención.

Por dentro, se consoló pensando que en el fondo Barcelona tampoco estaba tan mál. Una iglesia en el gotico significaba más feligreses, incluyendo muchos turistas, por lo que no deberia tener muchos problemas para alimentarse.

- Esta bien. Os ayudaré con el Principe de Barcelona, pero necesito más detalles de cual va a ser exactamente mi cometido. Para empezar, ¿tiene el Principe la costumbre de acudir a misa?, y en caso de que sea así ¿tengo que influenciarle con mis sermones o buscais algun enfoque más directo? ¿De qué le tengo que convencer exactamente? ¿Cuando empezamos? Siento hacer tanta pregunta, pero no me gusta lanzarme a ciegas en empresas como estas, espero que lo comprendais.

Mirastes a los lados, pasando tu mirada de Severiano a Zacarías, y volviendo a mirar al regente. No entendías por qué ese momento de silencio, hasta que al fin se decidieron a empezar a hablar, siendo Juan quien empezó. Bien Araziel, pocas veces el señor Montoya sale de su feudo cerca del Castillo de Monjuíc, una vieja mansión románica en la que había vivido el propio conde de Barcelona y Emperador de Austria, Carlos IV. Pero por lo que sabemos, el día siete de éste mes han preparado una reunión entro los líderes de los clanes y algunos elejidos por ellos. Por lo que sabemos, Javier Montoya acostumbra a iniciar esos Cónclaves con una misa, para bendecir el acto, hecho que hemos aprovechado para que se haga en tu nueva iglesia, dónde tendrás que trabajarte un buen sermón, que despierte la sensibilidad de los presentes para que nos presten su ayuda en nuestra humilde causa en Compostela, sobretodo a Montoya. Consigue su favor, trabaja para él, para así poder ayudar a nuestro antiguo y malherido Principado.

En ese momento fue cuando empezó a hablar Zacarías. Allí es dónde entramos nosotros. Pasado mañana, sobre las nueve de la noche saldrá un jett que nos ha prestado el Príncipe con destino a Barcelona. Tengo concertada una cita con el líder de mi clan en la ciudad condal para el día siguiente para que nos pueda dar unos detalles sobre el asunto.

Irte en apenas dos días, dejar a tus feligreses, iniciar una nueva vida,... y todo sabido en un momento. Miraste el reloj que había en la pared de la sala de reuniones. Apenas eran las 3 de la madrugada y te aterrabas sólo de pensar que pudieran pasar más cosas esa noche. Eras hombre de costubres y tranquilidad, pero ni un rastro de eso se mostraba hoy. ¿Quizá allí recibirias algun tipo de información sobre la identidad de tu sire?, quien sabe.

Bien, si no hay ninguna duda podemos dejar la reunión aquí. Espero que ésta no sea la primera y última vez en vernos Araziel.

¿Dudas? Claro que las tenia, y muchas, pero el tono de voz del Regente dejaba bien claro que la reunion había terminado. Ojalá Zacarias pudiese aclararle algunas cosas antes del viaje

- Ha sido un placer conocerle señor Severiano, y yo tambien espero que nuestra relacion sea larga y fructífera -

Con un último gesto de despedida, se volvió y se dirigió a la salida acompañado en silencio por Zacarias. No fue hasta que estuvieron de nuevo en la calle que volvió a hablarle.

- ¿Que he hecho para acabar en esta situacion? Sabes que siempre he intentado mantenerme al margen de la política, pero aqui estoy, metido hasta el cuello en los juegos de poder de los Principes. Soy consciente que intentar huir seria un suicidio, asi que no me queda otra opcion que seguir adelante con esto -

Lanzó un suspiro de resignacion mientras levantaba los ojos al cielo. La luna lucía casi llena, bañando la ciudad con una gran claridad

- ¿Sabes qué?, ya nos preocuparemos del Principe y sus tejemanejes mañana. Es una noche maravillosa, y hace años que no nos vemos, asi que, ¿por que no damos un paseo por la ciudad y aprovechamos para ponernos al dia?

El resto de la noche transcurrió tranquila. Ambos amigos fueron contandose como habían pasado los ultimos meses mientras paseaban por las calles de Santiago. Unas calles que tal vez no volviesen a ver en bastante tiempo...

DOMINGO 2 DE ENERO (22:30 horas)

Escuchas de nuevo el sonido de la puerta retumbando Cada noche igual piensas, y al levantarte de tu ataúd, perfectamente acolchado, ves a Simón entrando por la puerta a la crípta.

Buenas noches Araziel. Su bienallado Zacarias me ha contado todo lo de nuestro traslado a Barcelona -te dijo el sacristán con ilusión en los ojos-, será la primera vez que salgo de Compostela desde que fuí ordenado sacristan de ésta vieja iglesia. Al fin nos han recompensado por sus buenas acciones y milagros.

Veías que tu mentor no le había contado los motivos reales a Simón, de vuestro "ascenso", cuando te dijo: Está esperandole en la sacristia mientras descansa, voy a ver si necesita algo en especial. Hoy de la misa de las doce me encargaré yo señor, si no es de su desagrado, ya que así cuento a nuestros feligreses nuestra partida a nuevas tierras y usted tiene tiempo para sus asuntos. Y se fue.

Mientras buscabas por tu humeda crípta algo que ponerte sólo podías pensar en las palabras que te dijo Zacarias la pasada noche, cuando entrabais a la crípta para descansar. Si el Principe te ha elejido es porqué en el caprichoso camino del destino nos tiene a todos reservados un sitio especial. Te era imposible olvidar ésas palabras sin respuesta, ya que lo máximo que te dijo después es que ya hablarías hoy, que descansar porqué el dia había sido algo duro.

Mientras Simón se alejaba, Araziel se planteó si seria buena idea llevarse a su sirviente con él a Barcelona. Aunque se le notaba que tenia buena intencion, nunca había sido demasiado listo (lo que fue una de las razones que le llevó a elegirle) y con la edad se estaba volviendo cada vez más simplón, hasta el punto de que su servilismo en algunos momentos resultaba algo irritante.

Por otra parte, como decia el refrán, mejor malo conocido que bueno por conocer. Al menos, con Simón no tenia que precuparse de los asuntos cotidianos de la iglesia, incluyendo la mayoria de las misas, y a estas alturas de su existencia, Araziel no se veia con ganas de asumir todas esas responsabilidades.

Tras rebuscar por la cripta se dio cuenta de que la unica ropa que tenía era la misma que habia llevado la noche anterior (y con la cual se habia acostado). Probablemente Simón habia recogido el resto en la sacristia antes de marcharse por la noche. Debido a su olor corporal, ahora seguro que espantaría a cualquier mortal, asi que se dirigió a la sacrisitia para reunirse con Zacarias y, de paso, coger algo de ropa limpia y desodorante.

Al llegar a la sacrisita, se encontró al vampiro admirando un crucifijo de plata con incrustaciones de marfil, que a dia de hoy era el tesoro de más valor de la iglesia.

- ¿Te gusta? Fue parte de una herencia que recibimos hace un par de años de una mujer que, tras perder a su marido por un cancer buscó consuelo en la fe.

Sabes que no soy muy deboto -te dijo Zacarias sin apenas girarte- pero la verdad es que ésta cruz me ha llamado bastante la atención. Acabo de terminar de concretar los horarios de mañana con Severiano, saldremos a las 11 de la noche en camino directo a la ciudad condal. Veías a tu mentor ilusionado por esa pequeña aventura a tu lado, cómo en los viejos tiempos. Me ha comentado Simón que hoy se encargaria de despedirse de los fieles, supongo que mañana vendrá tambien con nosotros. Siento si le he comentado más de lo que debía pero es que, la verdad, lo hice de forma totalmente involuntaria. Podías notar arrepentimiento en sus ojos. Él sabía que Simón era tu criado y que al darle esa noticia abanzandose a ti podía haberte incomodado.

Y bien. Tenemos aún un día para disfrutar de ésta ciudad. Te recomendaría que intentaras atar todos los cabos seltos que quieras tener solucionados antes de partir. Creo que estaremos tiempo en volver, y ni Diós sabe si lo haremos algún día.

Esas palabras erizaron tu vello. Éstaba claro que no tenías pensado tu futuro, pero la forma en que Zacarias dijo la frase no es que te diera mucha confianza.

En un principio, las palabras de Zacarias resultaron un poco extrañas. Tal y como lo habia descrito Severiano, la mision que le habian encomendado iba a ser algo muy puntual, asi que, ¿por que Zacarias estaba tan convencido de que tal vez nunca volverian? Por suerte, Araziel era una persona bastante adaptable, asi que la idea cambiar de ciudad no le preocupaba demasiado.

- La verdad es que no tengo practicamente nada que me ate a esta ciudad. Si que tengo algunas pertenencias tanto de esta iglesia como mias que tendre que trasladar, pero Simon se va a encargar de eso. Hay un equipo de mudanza que va venir mañana a la mañana para llevarse todo, asi que, para cuando lleguemos, ya deberia estar todo ahi.

Por mi parte, antes de irnos, me gustaria investigar un poco acerca del Principe de Barcelona y su entorno para saber a que atenerme una vez estemos ahi. ¿Y tu? ¿Tienes algun plan para hoy?

En ese momento Zacarías te observó detenidamente. Creo que he estado tanto tiempo fuera que te has hecho mayor Araziel -te dijo burlescamente-. Me agrada que te quieras informar de la situación de Barcelona antes de partir, aunque allí tambien el líder de mi clan nos dará alguna que otra información creo que en Santiago hay algún que otro archivo sobre la Camarilla en la península. Quizá allí puedas conseguir alguna información interesante de la ciudad condal y el gobierno de su Príncipe. Tu mentor andaba sin deturarse por la sacristia, parecía que estubiera intentando recordar algo importante pero para alguien de tanta historia vivida era difícil conservar todos los detalles. Puede ser que si ésta "biblioteca cainita" existe sepan su ubicación en el Elíseo. Yo de mientras iré a hablar con Jibar. Es el primogenito Gangrel en Santiago, un viejo "amigo" que me podría dar algunos detalles del clan en Barcelona. Se paré delante de la silla dónde tenía colgada la chaqueta y se la puso. Cuándo llegues allí dile al portero que eres mi "chiquillo" y no habrá ningún problema. Quizá más tarde me pase un rato por allí.

Abrió la puerta y salió de la iglesia. Tu estabas contento, no sólo por el viaje sinó por las palabras de Zacarías, quien sin haber abrazado nunca te consideraba fruto de su sangre.

Una vez Zacarias se hubo marchado. Araziel se planteó las opciones que tenia. Tal y como zacarias le había comentado, era problable que en el Elíseo tuviesen informacion sobre la nobleza de Barcelona, sin embargo, cualquier informacion que le diesen iba a estar controlada por Montoya, y por el momento, no se fiaba mucho de él, así que antes de ir al Elíseo decidió hacer un poco de investigacion independiente.

Se puso ropa de calle y se dirigió hacia un ciber cafe cercano con la idea de investigar un poco en Internet. Una persona de tanta influencia como el Principe tenía que dejar algun tipo de rastro en la prensa, registro de propiedades...

Tras andar unos pocos minutos, llegó al ciber café, el cual, debido a la hora, no estaba demasiado ocupado. Tan solo unos pocos de los ordenadores estaban ocupados por adolescentes enfrascados en juegos online. Aunuque Araziel había adquirido algunos conocimientos de informatica en las últimas décadas, todavia le resultaba extraño ver que, algunos de éstos jóvenes podían pasarse noches enteras delante de la pantalla con este tipo de juegos.

El establecimiento lo regentaba un tipo gordo y bastante calvo que estaba sentado tras una barra con un libro en las manos y cara de aburrido. Araziel se acercó a él y dió unos suaves golpes en la barra para llamar su atención. Cuando él dependiente giró la cabeza para mirarle, Araziel utilizó su poder con él para alterar su percepción tal y como había aprendido a lo largo de los años de forma que, en lugar del aspecto real de Araziel, solo viese un rostro humano normal.

- ¿Cuanto por dos horas de Internet? -