Partida Rol por web

Crónicas de Cuatro Aventureros

Prólogo. Haciendo Amistades.

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24/04/2013, 21:59
Quarion Ringëril

Quarion asintió ante el comentario de que fueran los dos y se dedicó a buscar por las caras opuestas al viento de los árboles, aquellas que habrían hecho de escudo en una zona y buscó pro las ramas bajas que estuvieran en ese lado y ocultas por ramas más grandes.

Ya tenía suficiente mirada ligera, para encender y que secara la madera que tenían cuando escuchó gritar a la humana- no saben ser discretos -murmuró para sí en élfico y se dirigió hacia su posición.

-Volvamos, ya no podremos hacer mucho más -dijo el druida a la humana.

Cuando regresaron a la cueva, Quarion se dirigió hacia el fondo, y cuando estuvieron lo suficientemente dentro hizo un montón con las ramitas ligeras y encima lo que parecía una pirámide con las ramas medianas que había conseguido, y esto lo rodeó con varios troncos grandes de los que estaban húmedos, para que se secaran. Dejó su mochila a un lado y sacó pedernal y acero y se dispuso a prender las ramitas pequeñas, que lo hicieron tras dos intentos- Ves preparándote las cosas para dormir y cenar algo, yo haré guardia durante casi toda la noche, cuando amanezca te despertaré para que hagas guardia tu en lo que yo descanso un poco, ¿de acuerdo?.

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25/04/2013, 12:20
Haizti

El silencio de la muchacha solo podía tener un significado. Y ante ello, asintió para sí mismo con un gesto de cabeza. Pero qué significado tenía, solo él lo sabía.

-Tú decías que para aprender hay que preguntar. Dado que pregunto y no respondes, no eras sincera. O desconoces la respuesta -dijo-. De ser así, para aprender como un humano, debo preguntar a quien tiene sabiduría. Es bueno saberlo.  Pero, ¿ignoras la respuesta, me engañabas o has decidido no compartir lo que sabes?

 

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25/04/2013, 13:10
Asha

Asha entornó los ojos ligeramente, aún buscando su retazo de cielo aunque prestó atención tanto a las palabras de Hielo  como al camino.
Inspiró hondo diciéndose que no debía ser hiriente, no le reportaría nada hacer daño al mestizo.
-Godrek diría que tú no puedes comprenderlo porque no eres humano y no te has mezclado con ellos-dijo-son actos que son parte de su naturaleza pues tienden a pensar lo peor de los demás y sin embargo los hay que eligen confiar pese al daño que eso implique, por eso a ellos les gusta en parte su compañía, los humanos les provocamos curiosidad, tenemos vidas breves y les gustan nuestros guisos, disfrutan con nuestra forma de ver la vida pues hace más llevadera la longevidad.

Quizá Godrek no le habría dicho eso. De hecho, casi con toda seguridad el dragón se habría limitado a mirarla con una sonrisa benevolente en el rostro humanificado para que ella misma pensara y se hiciera el lío sola, en busca de la respuesta correcta.

-... creo que no he respondido a nada-comentó con voz suave llevándose una mano al labio, pellizcando suavemente la ligera depresión en el centro de su labio inferior.

-No justificaría que fueras violento conmigo pero quizá después de todo no está en tu naturaleza de seas lo que seas-y dudaba seriamente que Hielo fuera capaz de sentir nada escudado en su tono de indiferencia y la frialdad de sus ojos de jade-sólo se pregunta lo que uno realmente quiere saber.Ignoro la respuesta correcta a tu pregunta, aunque no entiendo para qué quieres saber eso.- ni el para qué ni a ti.

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25/04/2013, 14:51
Berhanu

El elfo se ofreció a hacer la primera guardia. El bosque era un lugar bastante pacífico, y no hacían falta demasiadas precauciones. Además, tengo el sueño lo bastante ligero como para que solo alguien sigiloso se acerque sin que me dé cuenta. Pero siendo dos, o tres si contáramos al lobito, era la solución razonable, así que no rechisté. Él vigilaría durante la noche, cuando su visión era más apropiada, y yo cuando el amanecer estuviera sobre nosotros, y hubiera suficiente luz para mis ojos humanos.

Así, me quité la armadura, dejé mis armas a un lado y me acosté cerca de la agradable calidez de la hoguera, y me dormí enseguida. Como decía, si el tipo no me había daño cuando lo tenía tan fácil, no iba a hacerlo ahora, lo cual me daba suficiente confianza como para quedarme indefensa en esa cueva.

No recuerdo qué soñé esa noche, pero fue lo bastante bonito como para despertarme con una sonrisa, a pesar de lo intempestivo de las horas.

El elfo dormía plácidamente, o eso me pareció. Lo cierto es que no le presté demasiada atención. Papá me había enseñado a tomarme este trabajo en serio desde muy pequeña. “Las guardias son algo serio. Mantén los ojos bien abiertos, ni siquiera parpadees. Claro que se te van a secar, por eso cierras un ojo y luego, cuando vuelve a estar húmedo, el otro, niña.”

Los negros no estaban bien considerados antes de que yo naciera. Una banda de jóvenes fuertes se había asentado más al sur y se había ganado una infame reputación con actividades de bandidaje. Se contaban historias sobre ellos que helaban la sangre de algunos y hacían hervir la de otros. Una reputación que había llegado incluso hasta estas tierras, donde la abuelita y papá se habían establecido, él un enano, y ella una joven vigorosa.

La abuelita se había quitado de comer para darle a él, y cuando más grande era, menos quedaba para la mujer. Sí que, en cuanto fue lo bastante mayor, antes incluso de tener mi edad, se escapó de casa y se alistó en el ejército. Aunque era alto para su edad, no dejaba de ser un chaval de doce años, y algún oficial compasivo lo había mandado con los batidores. Reconocer el terreno y el enemigo, y tender trampas cuando fuera necesario, eran trabajos más adecuados para un crío ágil, callado y ligero de pies. Diez años de su vida dedicó a la tarea, antes de regresar a casa, recibir una paliza de la abuelita, conocer a mamá y engendrarme.

Papá me educó tal y como él había aprendido, más como soldado que como cazador o montaraz. Y las guardias son muy importantes, especialmente cuando operas tras las líneas enemigas. Y los hábitos son difíciles de matar, aunque estés en una cueva en medio de un territorio donde el mayor peligro es que un orejudo te detenga para preguntarte por tu vida.

Y llegó la hora de partir. Como solía ocurrir, llevaba tanta tensión en el cuerpo que si no la descargaba de alguna forma, me iba a pasar el día con los nervios a flor de piel. Pero lo primero era lo primero. Aprovechando que el elfo seguía dormido, me retiré a unos pasos de la cueva, me bajé las calzas y dejé allí un par de regalos para la tierra, que luego cubrí con un poco de nieve.

Cuando regresé a la cueva, llevaba en la mano una bola de nieve helada, pero lo bastante blanda como para no hacer daño a quien la recibiera. ¡Despierta! grité, con el arco en una mano y la otra escondida. ¡Enemigos!

En cuanto el elfo levantó la cabeza, le tiré la bola, golpeándole en plena frente, y me dejé caer de culo al suelo mientras me partía de risa

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25/04/2013, 16:06
Haizti

El semielfo seguía caminando mientras la muchacha hablaba. Desconocía quien o qué era Godrek, por lo cual, lo que pensara o dijera realmente carecía de importancia. Pero en cualquier caso, al joven no rechazaba lo que este debía haberle dicho en algún momento. Los humanos juzgaban negativamente a los demás, fueran humanos o no. Un pobre destino y una pobre naturaleza la de aquel pueblo. Y atendiendo a aquel hecho, no comprendía que un guiso o su forma de ver la vida, negativa en base a lo dicho, pudiera aliviar a nadie de nada. Era más, ¿por qué la longevidad era un problema? ¿Acaso al fugacidad era un beneficio? ¿Debían aspirar todos a ser como las Efímeras, cuya vida se media por horas? Ridículo a todas luces. Sólo un tonto que no aspirara a comprender las maravillas del mundo renunciaría a una larga vida. Sí, sin duda era la fugacidad, la consciencia de no poder abarcar lo todo, la pena de no poder aprender por no contar con el tiempo suficiente lo que hacia de los humanos seres violentos, que sólo veían lo peor en los demás. Seres sin esperanza.

-Oh, has respondido, sí. ¿Servirme? No todo lo que se sabe es útil y al mismo tiempo, llegará un momento en que lo sea. En mi caso, soy ignorante de muchas cosas. Y si mi destino es conocer a más humanos, deberé aprender. No deseo ser atacado tan solo porque me prejuzguen en base a una mirada o un movimiento. Aunque parece inevitable que así ocurra. Es más, lo que has dicho me lleva a pensar que como eres humana, tiendes a pensar lo peor de mí. 

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25/04/2013, 16:25
Asha

-Algo de humano has de tener si te quedas con lo peor de lo que hablo. También dije que hay quien elige confiar-replicó indiferente-pero eso no siempre es bueno y cuesta dejar de hacerlo.-Guardó silencio de nuevo, reprendiéndose. Quizá tras llegar al pueblucho o donde fuera que llevara el camino podría hacerse con una mascota, Bahamut sabía lo mucho que agradecería algo así. 

Se llevó las manos a la cabeza y se recogió el pelo retorciendo la larga cabellera negra hasta que ésta quedó pegada a su cráneo, sujetándosela con un pequeño accesorio dejando la nuca al descubierto y con ella parte del tatuaje. Pensaba de mala gana en el extraño personaje con el que iba, ese bichito de cabellos níveos y arisco comportamiento que parecía tener la inteligencia emocional de una piedra, tendría muchos problemas si no aprendía rápido y, aunque una parte de ella deseaba que así fuera, otra no podía evitar sentir lástima y querer ayudarlo.Tenía muy claro a quien pertenecía la parte benigna de su ser en esos instantes y retó a su tótem a continuar por ese camino, enfadada con el mestizo, con su tótem y consigo misma, por no aprender.

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25/04/2013, 21:50
Haizti

-Te muestras contradictoria. Dijiste que hay quienes confían en los hombres, no que los hombres confíen en otros. Tengo buena memoria y puedo repetir tus palabras una por una -dijo para después hacerlo-. Los hay que eligen confiar pese al daño que eso implique, por eso a ellos les gusta en parte su compañía, los humanos les provocamos curiosidad, tenemos vidas breves y les gustan nuestros guisos, disfrutan con nuestra forma de ver la vida pues hace más llevadera la longevidad. Así pues, son los longevos quienes confían en los humanos. En caso contrario, he vuelto a no comprenderte de forma adecuada.

Disfrutaba de la suave brisa, fría pese a todo, y que hacía deseara un fuego.

-No me quedo con lo bueno o con lo malo de lo que dices, sino con todas tus palabras. Por contra, no veo nada malo en ti. ¿Cómo hacerlo si desde que te conocí anoche nada hay que me induzca a pensar tal cosa?

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26/04/2013, 15:56
Asha

Asha negó con la cabeza. No entiendes nada, Hielo.

-Dije que los humanos no confían porque está en su naturaleza, con "los hay que eligen confiar" me  refería a otros humanos, después,con "ellos",me refería a mis dioses. Bahamut sabe que no todos se relacionan con los humanos, quizá solo los plateados y los bronce sean los más sociales... aunque seguro que entre ellos  también los hay que no cumplen esa regla.-Hizo una pausa deteniéndose. Para ella sus palabras tenían todo el sentido del mundo; pero supuso que para el mestizo todo le sonaba como si le hablara en draconiano.- Dragones-resumió-eso si sabes lo que son...¿no?.

Se pasó una mano por la nuca frotándosela.

-Creo que no me estoy explicando ,cuando lleguemos al pueblo busca a alguien que te informe de las cosas mejor que yo, te hará bien.

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29/04/2013, 10:30
Haizti

La muchacha se mostraba esquiva y sus respuestas carecían de sentido. Era evidente que su mente no estaba equilibrada, como bien demostraban sus alusiones a dioses y dragones con los cuales parecía hablar. Incluso había dado nombre a uno de ellos. No, no parecía la compañía más oportuna y tal y como ella afirmaba, buscaría a otros humanos que fueran menos extraños y con mayor capacidad para expresarse con claridad. Su verborrea era confusa y su carácter volátil. Tan pronto se mostraba efusiva como encerrada en sí misma. Intuía que era alguien a quien nunca habían educado con severidad, demasiado acostumbrada a conseguir lo que deseaba. Y de algún modo intuía que él mismo no era la compañía que la joven deseaba, no ahora que ponía en entredicho cuanto afirmaba.

Ante tal situación solo cabía encogerse de hombros.

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29/04/2013, 10:37
Haizti

Haizti se encongió de hombros. Tal y como la muchacha afirmaba, no se estaba explicando. No para con él. Se sabía ignorante y desconocedor de demasiadas cosas, fruto de su aislamiento durante muchos años y de su nulo contacto con los diferentes pueblos. Y si bien trataba de aprender, Asha mencionaba cosas que solo planteaban nuevas preguntas en una espiral creciente. Sin embargo, había saturado a la joven y esta había cerrado el camino a nuevas preguntas, derivándolo a otros humanos que ni siquiera sabía si llegaría a conocer o si estarían más dispuestos que ella a hablar con sencillez. Cosa que dudaba, pues como ella había afirmado, tendían a desconfiar y a prejuzgar. Suspiró quedamente. Nunca se había sentido solo pese a contar solo con la compañía de quien le crió. Pero intuyó que en su viaje iniciático, pronto conocería la soledad.

-No te preguntaré más en ese caso -dijo, obviando que ella había señalado que preguntar era la única forma de aprender. Se equivocaba, pues una pregunta sin respuesta tan solo acrecentaba la sensación de ignorancia y de vulnerabilidad-. Dragones. Nunca los he visto. Tampoco sé si existen. Pero sé pocas cosas -dijo sin que sonara a excusa sino como una afirmación de su naturaleza, una contra la que no podía ir como hacían por lo visto algunos humanos, en lo que era un nuevo sinsentido acerca de aquel pueblo-. Soy un legajo en blanco y con pocas líneas escritas.

La senda seguida empezaba a clarear. Los árboles estaban más espaciados y arbustos y matas los sustituían en las orillas del camino conforme avanzaban.

-El bosque desaparece. Y hay tocones de árboles talados -comentó y su voz pareció momentáneamente triste-. Dejo atrás el camino a mi hogar y me adentro en el mundo del hombre.

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29/04/2013, 15:07
Asha

-claro que existen los dragones. Godrek era uno.-afirmó con algo de emoción- una vez creí verlo en su forma original, pero puede que fuera solo un sueño por el tótem.

En el horizonte aparecían los primeros tejados como confirmación a las palabras de Hielo que parecía melancólico, si es que podía sentir algo. Asha no le dio más importancia, asegurándose que eran imaginaciones suyas y apretó el paso con renovadas energías.

-Te gusta demasiado hablar de los hombres como si tú no fueras uno- le dijo con la mirada puesta en las primeras muestras de edificación. Con suerte, estarían ahí a mitad de jornada.

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29/04/2013, 19:02
Quarion Ringëril

Un grito le despertó más que sobresaltado. Se incorporó y miró hacia todos los lados y se llevó un impacto frío en la cara. Miró hacia todos los lados y vio a esa humana que se reía a mandíbula batiente. Con movimientos lentos se quitó la nieve de la cara como si se estuviera quitando algo pegajoso del mismo lugar y, tras eso, se levantó y sin decir nada más recogió sus cosas y salió de la cueva.

-Vamos, tenemos que irnos ya -dijo mientras miraba a todo alrededor y miraba de nuevo a la humana- Si queremos llegar pronto tenemos que irnos ya.

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29/04/2013, 22:04
Haizti

Meditó unos segundos ante aquella respuesta.

-No me agrada hablar de ellos. Pero tampoco me desagrada hacerlo. Pero yo no soy un humano, Asha. No del todo al menos. Solo la mitad de mi sangre lo es. Pero nunca vi a uno antes de encontrarme contigo ayer. Y pronto será lo único que vea -su voz fue bajando hasta silenciarse. Siguió caminando, en la dirección de las techumbres que anunciaban la proximidad del poblado-. Siento temor ante mi nuevo camino -acabó diciendo.

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29/04/2013, 22:20
Asha

Asha se giró un instante hacia Hielo y abrió los labios para decir algo; pero se volteó de nuevo, siguiendo el camino.
-Lo nuevo siempre da algo de miedo. Encontrarás alguien majo con quien compartir tu camino, Hielo-parpadeó y ladeó la cabeza preguntándose si realmente había dicho Hielo en vez del nombre del semielfo- ¿qué eres entonces?- por Bahamut, que no me diga que es medio témpano y medio hombre, que me lo creo.

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30/04/2013, 17:10
Haizti

Haizti no sentía temor por lo nuevo, pero no tenía sentido afirmarlo. Había comprobado en el poco tiempo que llevaban juntos que la joven humana tendía a hacer sus propias interpretaciones y tampoco era importante. Y ante la nueva pregunta, que ya había sido formulada la víspera, frunció el ceño, intentando comprender a qué se refería. Dado que había afirmado no ser humano, supuso que quería saber a qué pueblo pertenecía.

-No tengo pueblo al que llamar propio. Fue un humano quien derramó su semilla sobre mi madre, que era elfa. ¿Era eso lo que querías saber?

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30/04/2013, 17:34
Asha

...pues que poco impresionante, pensó con sinceridad. No es que hubiera visto muchos elfos en su camino desde que dejó el poblado, de hecho no había visto a ninguno y sentía cierta vergüenza ante su provincianismo, pero desde luego se los había imaginado más... menos...
Menos como Hielo.
Ante su pregunta se encogió de hombros.
-Despertaba mi curiosidad, no pretendía ser entrometida-respondió con sequedad. El camino tenía todo tipo de huellas, pisadas, ruedas, herraduras... no le habría sorprendido que una caravana les alcanzase y quizá, solo quizá, debería tener cuidado con los posibles salteadores de caminos. No se imaginaba a Hielo luchando, de hecho , tampoco se imaginaba entregando sus posesiones, le veía capaz de mirar con esa expresión pétrea a cualquiera que pretendiera robarle y preguntarle el significado de lo que le decían.

Por cautela, solo por eso echó una mano hacia atrás hasta que los dedos rozaron el mango del espadón que llevaba a la espalda en una funda de cuero ajado que, sin duda, había visto días mejores. No es que fuera a usarlo por las buenas, si perdía el control de lo último que se preocuparía sería de usar el arma. Hielo era como una especie de mascota de esas que a la gente le gustaban tanto pero que tenían el encanto de una piedra.
No podría compararlo con un gato, pero sí con un pez... o quizá un lagarto. Sí, sin duda era el parecido más razonable que Asha encontraba en sus cavilaciones.

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01/05/2013, 22:21
Berhanu

Podía haberse reído, de verdad que hubiera sido fantástico. Podía haberse enfadado, que era lo que me esperaba. Pero no, ni una cosa ni la otra. Se levantó sin reaccionar y empezó a meter prisa. Así no había forma de divertirse. Pero de todas formas, no estaba haciendo el viaje para divertirme, así que me tocaba resignarme.

Abandonamos la cueva los tres, el elfo, el lobo y yo, y nos pusimos en marcha hacia el sur. Era evidente que conocía el bosque mejor que yo, así que dejé que me guiara entre las coníferas, y me limité a echar vistazos fugaces al cielo para comprobar la posición del sol. Al mediodía habíamos descendido lo bastante como para no volver a ver rastros de nieve por ninguna parte.

Cuando nos detuvimos a comer, decidí que iba siendo hora de presentarnos en serio. Podía haber continuado con la broma, pero la falta de reacción del elfo era un obstáculo demasiado escabroso para mi diversión. Me llamo Berhanu, dije señalándome. Suena raro porque procede de la tierra de mi padre, que está muy al sur. Prácticamente en la otra punta del continente, según un mapa que tenemos en casa.

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01/05/2013, 22:38
Quarion Ringëril

Quarion se agachaba y parecía recoger algo del suelo durante el camino, pero no paraba más de un segundo. Había ido en silencio casi todo el trayecto, mirando o hablando solo para indicar algún punto de referencia o algún cambio de dirección. Cuando la nieve empezaba a desaparecer parecía que empezaba a mirar más alrededor, como si estuviera algo desorientado, y entonces fue cuando pararon a almorzar. 

Comían y, entonces, la chica comenzó a presentarse, Berhanu decía llamarse, nombre raro pero todos los nombres humanos eran raros para él. Quarion buscó algo en su mochila y de repente... ¡ZAS! Una bola de nieve semiderretida y que no era más que media mano y que se deshizo en el aire impactó en la cara de la chica, mojandola ligeramente. Quarion reía un poco- Tardé demasiado. Pensaba que cuando paráramos había más para recoger y poder lanzarte dos o tres.

Su voz, ligeramente cantarina por el acompañamiento de la risa era bastante suave y amigable- Mi nombre es Quarion Ringëril y el es Skoll -dijo señalando al lobo. Continuó comiendo pero sin apartar la vista de la chica, por si acaso cambiaba las bolas de nieve por bolas de barro del suelo en el que estaban.

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02/05/2013, 22:40
Berhanu

Me quité la nieve de la cara de un manotazo y me sequé la humedad con la manga mientras el elfo se presentaba. Debo reconocer que no me lo esperaba de un tipo aparentemente tan serio y solemne, pero ya que se había molestado en vengarse, tenía que haberlo de hecho de forma exagerada. Si te tiran una bola de nieve, tú lo entierras en nieve. Y como venganza de la venganza, provocas una avalancha en el lugar por el que esté pasando. Es la lógica de la vendetta, como todo el mundo sabe.

Y así se lo expliqué. Mal, muy mal, le dije. Así no tiene gracia. Has empezado bien, esperando un buen rato hasta pillarme desprevenida, aunque siendo un elfo, perfectamente podrías haber esperado sesenta años más, y aparecer de repente mientras dormitaba en un banco del patio de mi casa. Esa hubiera sido buena, lástima no ser elfa. Se supone que la venganza tiene que ser a lo bruto. Nada de tirarme otra bola de nieve. Si te salpico agua mientras me lavo, por lo menos me tienes que tirar a los rápidos de un río. ¿Entiendes?

Apuré la carne de venado seca, que de tan seca que estaba se convertía en arenilla de bajo mis bocados, y me puse en pie de un salto. Descansar estaba bien, pero tendríamos tiempo cuando saliéramos del bosque y nos dirigiéramos a nuestros respectivos destinos. Y por cierto, aún no había decidido si tirar hacia un pueblo u otro.

Encantada de conoceros, Quarion y Skoll, dije al darme cuenta de que el elfo se había presentado. ¿Seguimos? Si vamos a buen ritmo, dormimos poco y presumiendo que he interpretado bien el mapa, podríamos estar saliendo del bosque mañana a estas horas. Y por cierto, podrías contarme algo de ese viaje que tienes que hacer para amenizar el camino, si es que no es secreto.

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02/05/2013, 22:44
Quarion Ringëril

El druida asentía mientras comía un poco de cecina a los comentarios de la chica sobre la venganza, aunque le sorprendía un poco las proporciones que estaba diciendo- Bueno, yo solo quería devolvértela y que no vieras que todos los elfos somos unos estirados -esbozó una sonrisa mientras decía esto.

Terminé de tomar un poco de comida y bebí un trago de agua para refrescar la garganta, que siempre se resecaba al comer carne seca.

-Me parece bien lo de llegar a un pueblo, nunca he estado en un pueblo no élfico -sonrió de nuevo- y respecto al viaje, verás, la naturaleza no se puede estudiar y aprender como hacen lo magos, no puedes aprender nada de un libro, bueno sí, espera, empiezo de nuevo -mientras caminaba cogió una ramita y la partió un par de veces y se la guardó para hacer la siguiente hoguera- La naturaleza es cambiante y equilibrio, por lo que en realidad no puedes aprenderlo todo con los libros o con clases. Puedes aprender ciertas circustancias, hechos que suelen preceder tormentas, por ejemplo, pero no porqué esa tormenta y porqué esas cosas son de esa forma. Para eso cada uno tiene que hacer un viaje y encontrar sus propias respuestas, pues cada uno somos diferentes y cada uno buscamos unas respuestas distintas.

Quarion miró a la chica humana- No se si me he explicado bien, es que nunca se me ha dado bien explicar esas cosas. Son cosas que se sienten no hay conceptos para definirlos.