Partida Rol por web

Ambientación del Episodio Segundo.

El bosque es un lugar amplio donde las colinas se suceden de manera ininterrumpida, en su margen oeste está cercado de montañas que lo separan del río en toda su extensión con excepción de los pasos labrados hace miles de años en la roca misma por los enanos en los lugares más aptos formando pasillos escarpados.

Los animales se hacen notar a medida que la distancia con el castillo es mayor y es comprensible por las zonas de caza asignadas a los pobladores. Los árboles son en su mayoría pinos que cubren como una carpeta toda la superficie. Abajo la vida bulle al compás del viento y los animales corretean buscando comida o escapando de sus predadores. Ciervos, conejos, zorros colorados y aves coloridas.

El grupo tras la misión asignada por el Rey se ven inmersos en una nueva aventura pero con dos ausencias. Enda y Tharyn que se alejaron para atender cuestiones ajenas a esta empresa. La enana es el referente religioso de los enanos en la fortaleza y Tahryn no puede dejar los bosques descuidados por tanto tiempo y más siendo su motivo de visita al lugar la búsqueda de ayuda y no ira a brindarla en otra dirección.

La cuestión parece más que simple, lo cual les hace pensar que no debe serlo sino los mismos guardias le pondrían fin a la situación pero si la vida no tuviera riesgos no sería aventura. Se ven inmersos en un camino que va directo hacia el norte con el premio a medias, unas no pocas cincuenta piezas de oro para cada uno, por no haber capturado a Goldie pero con suficiente comida variada como para alimentarse por una semana y más todavía.

El día está despejado y tranquilo, es mediodía y la temperatura es agradable. Es la estación donde da gusto estar en los caminos recorriéndolos de un lugar al otro hasta que las estaciones pasen y se comiencen a sentir los vientos fríos del norte. Pero para esa época falta mucho tiempo y el camino está libre para ustedes.

Están acampando y comiendo tranquilamente hablando sobre lo duro que es subir o bajar el camino que circunvala la montaña y como sólo esa estructura hace destacar el ingenio enano manteniéndolo por encima del resto de las razas conocidas.

Râgnar espetó un par de conejos en una estaca de madera y los puso a asarse sobre el fuego de la hoguera. Por la noche, el fresco arreciaba y era mejor dormir con el buche bien lleno. Habían partido hacia unos días de la ciudad de piedra y caminaban dirección a un agreste y frondoso bosque. El norteño se sentía feliz. Tras varios días conviviendo con los sureños en sus casa de piedra, necesitaba sentirse nuevamente bajo el manto de las estrellas.

Mientras la caza se hacía al fuego, el mocetón extrajo su enorme espada bastarda y comenzó a afilarla. El filo de Nirthul debía morder como un lobo en la taiga, por eso, cada noche antes de marchar a dormir, el bárbaro propinaba los cuidados mínimos para que su espada de acero estuviera siempre presta.

Con un nuevo propósito mas que mendigar por las callejas de Toldoth, la joven con sueños de un pasado olvidado, se propone construir su futuro.
-Aventurarse a salir de los muros es un gran paso. Bien por ti.- Se habla a si misma, como si tuviera dos personalidades en pugna.
Con el vasto bosque de pinos ante el ellos, frenan dispuestos a comer y descansar. La joven maga, delgada como una sílfide, suelta con mucho cuidado la pesada carga de su mochila, pues ahí lleva sus mas preciados tesoros, sus tres libros.
Luego de comer de los conejos asados por el norteño junto con el pan y queso que convido de sus reservas, la joven maga se acerca al fuego arrastrando su carga. Saca su preciado grimorio y abriéndolo en ceremonia, estudiaba algún hechizo, los cuales eran pocos los escritos en el libro, pero de mucha utilidad si se sabia elegir con sabiduría. El conocimiento de las artes mágicas, era un recuerdo de su pasado, perdido en algún hueco de su mente, y quizás... sea mejor así, la magia es peligrosa, y mas aún cuando no se sabe de donde proviene. Con su habitual lectura finalizada, revisa la encuadernación de los tres libros(Es una obsesionada del cuidado de estos), asegurada de que estén en condiciones, los guarda con extrema diligencia, y mirada recelosa.
Lista para descansar, se acerca al musculoso hombre del norte, pues desde que lo conoce le da seguridad y no se siente juzgada, eso es mucho para una joven indigente, olvidada en la vorágine de una ciudad en guerra y de creciente pobreza. Solo se sienta, y observa con curiosidad, como el guerrero trabaja para hacer su espada mas peligrosa, que ya es bastante letal con solo ser empuñada por él. Y mirando y mirando empieza a conciliar el sueño, olvidando que pronto estarán en peligro.

La inmensidad del bosque mantenia entretenida a Isbell, quien entre zancadas y corridas trepaba en los arboles y daba grandes saltos desde las ramas de estos.
La pequeña ladrona se lanza con ansias ante los conejos que tan hábilmente el norteño habia cazado,pues tanta caminata, habia abierto su apetito y cuando se quiere dar cuenta su barriga estaba a punto de explotar.Tomando una bocanada de aire, un regueldo se escapa de su boca,pero parece que nadie se da cuenta o al menos eso espera.
Acercandose un poco más al fuego, observa a Tres Libros estudiando sus hechizos y un pensamientos corre por su cabeza…mmm si tan solo ella pudiera convertir barro en oro… Pero sabia que la joven maga aun tenia un largo camino por recorrer junto con la magia…Algun dia quizas…
Apartando sus incoherentes reflexiones, presta atenciòn al estoque de Ragnar y como éste lo afilaba…
-¡Eeeeeyyyy Titan! Tu no eres el único que necesita afilar su acero jajajajaja –
Le espeta al grandulon guiñandole un ojo mientras saca su daguita y la hace bailar como si portara una gran espada.

El bárbaro miró a la pequeña mediana y su chuchería. Luego sonrió antes de contestar a la ladrona, mostrando sus blancos dientes:

- Con esos cuchillitos juegan los bebés de mi pueblo cuando comienzan a andar, jajajaja- Dijo de forma socarrona antes de tender su brazo y coger la daguita entre sus enormes manos. Acto seguido, dejó apoyada su espada sobre su hombro y comenzó a afilar el arma de Isbell. - Mejor que tengas tu chuchería a punto para el próximo embate, mi reina. Jajajaja- 

Râgnar estaba de buen humor. Salir de aquella ciudad de piedra y túneles había suavizado su temperamento. Esperaba pasar una buena aventura en aquel bosque. 

El caballero se sentía fuera de su elemento caminando por aquel bosque. Hacía mucho ruido al andar y no podía evitar caminar mirando a todas partes para detectar los posibles peligros antes de que estos hiriesen a Tres Libros o Isbell. El norteño era suficientemente capaz de defenderse el solo e insinuar otra cosa sería herir gravemente su orgullo. 

Cuando caminaba no podía dejar de mirar furtivamente la habilidad con la que la preciosa mediana trepaba a tal o cual árbol y saltaba entre las ramas de uno y otro. También se admiró de la habilidad con la que el barbaro había atrapado la que sería su cena de ese día. 

Cada uno de sus compañeros era un experto en su campo y Sir Mordred se mostraba contento de poder compartir el trabajo con ellos. Estaban sentados entorno a la hoguera, cada uno centrado en lo suyo cuando el norteño y la mediana comenzaron a bromear. El caballero no pudo evitar sonreír. - No la afiles mucho o se quedará sin daga. - dijo el caballero sin dejar de sonreír mientras añadía algo más de madera a la hoguera.

 La comida les sienta bien al ser de tan buena calidad todos los alimentos, será la ventaja de ser abastecidos por el personal de la cocina de su majestad, será un hombre de pocas palabras pero sabe reconocer el esfuerzo y la valía. Ustedes disfrutan y poco pasa, los animales que están más alejados a ustedes deambulan tranquilamente y todo es paz en el camino.

Con una situación así hace creer que sea impensado la idea de que alguien asalte a los mercaderes viajantes. Pero es algo que sucede y con tanta frecuencia que molesta a su majestad y por ello ustedes están aquí. Las directivas son pocas a pesar de las promesas de respuesta por parte del joven guardia arrogante. Un personaje que sin importar como se lo describa, si guardia joven arrogante o arrogante guardia joven y sus demás combinaciones, todas le sientan sin importar en cual en que palabra se ponga el énfasis.

Caravanas muy pequeñas de dos carros o solitarios mercaderes con sus guardias, mercaderes, carro, monturas e incluso en una iba un mago que empezaba a hacerse su nombre desaparecieron sin dejar mucho rastro más que las huellas que se perdían al llegar a las montañas. Seguro la banda de saqueadores se refugia en alguna cueva y opera desde ese lugar sabiendo o quizás con la fortuna de que casi todos los recursos están destinados a enfrentar la posible amenaza de guerra constante.

Así que están a la espera de que les surja un plan de acción en el medio del bosque sabiendo que cualquier lugar de aquí a un día de viaje más adelante les puede caer un ataque sorpresivo si resultan ser elegidos por los asaltantes.

Entre dormida y no querer perderse de que hablaban sus compañeros,Tres Libros, deja escapar un pequeña risa -Ji ji ji-, las ocurrencias de la pequeña Isbell y las divertidas cordialidades de sus compañeros,la entretenían haciendo ameno su sueño.

Desperezándose se empieza a alistar para la caminata, hacia donde?? Pues eso no lo sabe la joven maga, solo sabe que hará todo lo posible por ayudar sin convertirse en un estorbo. Preparando una infusión para todo el grupo, se pregunta que es lo que harán.- Buenos días, aquí tiene un té de mi reserva personal. ¿ ahora seguiremos el camino así sin más?- Consulta inocentemente, ella no tiene ningún entrenamiento militar, es más, es un bicho de ciudad, tanto bosque a su alrededor le produce inseguridad, pero...algo familiar hay en ello, quizás algo de su pasado perdido.¿Quién sabe?

- Es la mejor forma de encontrar a esos bandidos...- respondió el norteño a la maga sin llegar a comprender muy bien por qué los hombres de aquel gran clan se robaban entre ellos mismos. En la tierra de Râgnar, los habitantes de un mismo clan no se quitaban las cosas los unos a los otros. A veces, incluso compartían el amor de sus esposas o amadas. El concepto de posesión era muy diferente al que mostraban aquellos sureños...

- Tal vez tengamos suerte y quieran robarnos a nosotros, jajajaja... ¡¡Nos ahorraría tiempo y quebraderos de cabeza!!- dijo el bárbaro recogiendo su equipo y cruzando el escudo en su enorme espalda. 

Con un gran bostezo,Isbell se despierta echa una bolita cerca del fuego ya extinto y antes de si quiera,pronunciar una palabra prueba el filo de su daga,la cual habia dormido entre sus manos.-¡Vayaaaaaaaaaaaa si que corta como el frio hielo!Exclamo con una gran sonrisa en su rostro,que iba dirigida al mocetón.
Tomo el brebaje que la joven maga habia preparado y le dio un gran sorbo pensando en un sabor delicioso,pero para su sorpresa esa bebida no era mas que agua caliente con aroma a botas sucias y cuando nadie miraba escupió aquello y derramo sobre la tierra el restante.Haciendo un ademan agradeció a Tres Libros mintiendo con soltura.
-¡Si eso!Que vengan esos malhechores a intentar arrebatarnos nuestro oro...HHHHMMMMMM...¡Jamas lo tendran!
Gruñio, mientras se disponia a organizar sus pertenencias para seguir camino.
Me pregunto donde sera su cueva y cuanto oro tendran alli escondido...

Mucho me temo que si han durado tanto tiempo es porque son más listos que todo eso. - dijo el caballero que se había levantado algo más temprano que los demás para hacer sus oraciones. Estaba completamente vestido y se podía notar algo de sudor por su frente. Con sus rezos hechos y un ligero calentamiento con la espada Sir Mordred estaba listo para partir. 

Se acercó a la hoguera y tomó el te que le ofrecía Tres Libros. Olía bien y sabía aún mejor, Sir Mordred acostumbraba a tomar toda clase de infusiones cuando necesitaba relajarse pero le pareció que nunca había tomado aquella variedad. - Está bueno, ¿Que tipo de té es señorita? - preguntó con una sonrisa amable mirando a los ojos de la joven. 

La pequeña mediana prestò mucha atenciòn a las palabras de sus compañeros,pues si bien de aventuras vivia, sabia que aquellos dos hombres corpulentos habian sobrevivido a duras acometidas y sus musculos no mentian,como tampoco sus armas.Si algo les sobraba a aquellos bravos hombres era corage.
-Si vamos al encuentro de esos ladrones sin un plan,no creo que los derrotemos, al menos eso creo yo...conozco bien a los de su clase,soy como ellos.Estoy segura que estan organizados, desparramados y acechando desde los arboles y las malezas espesas donde se pueden camuflar...

Sorbiendo de la infusión, Tres Libros piensa en toda la situación.-Es verdad, si aparecemos así sin mas, no creo que logremos nada. Tiene que haber otra forma...- medita con el cálido sabor de las hierbas, elegidas por la maga con un propósito, en base a sus propiedades.-Yo creo que Isbell tiene mucha razón en lo que dice, esos bandidos deben de acechar desde lugares que no tenemos ni idea, pues ellos deben conocer este bosque como la palma de su mano,y ahí, estamos en desventaja.- Bebe otro sorbo y huele el perfume del mismo, para dejar trabajar a las poderosas hierbas y así aclarar su mente.-Creo que tenemos que hacer que la situación se ponga a nuestro favor, quizás darles un sorbo de su propia medicina. A traerlos a una trampa, yo puedo aportar algo de mi escasa magia. Conozco un conjuro en el que puedo crear un gran charco de grasa y quien caiga en el le sera difícil escapar, o Sir mordred podría hacerse pasar como mi escolta por este bosque, e Isbell y Râgnar vigilar ocultos nuestra marcha, y si todo sale mal y somos capturados, por lo menos ellos pueden rescatarnos.- suelta todo lo que piensa, no hay mejor manera de armar un plan que soltando ideas al azar.- ¡Ahh! por cierto, las hiervas son Abedul de La Luna, muy difícil de adquirir.- Le comenta a el caballero, que se había mostrado interesado en la infusión.- Son poderosas si uno las deja trabajar en su interior.- Continua explicando al joven que muy amable siempre le regala una sonrisa, forjando aún mas el vinculo de confianza entre ellos.

El bárbaro escuchó atento los planes que uno tras otro iba enumerando Tres Libros. Râgnar no era un tipo de planes muy elaborados, pero siempre dejaba hablar a aquellas personas que solían dedicarse a la parte cerebral del grupo. Él, manejaba mejor la espada que su mente para según qué cosas. Tampoco era aficionado a beber el agua sucia que surgía de limpiar las hierbas con agua caliente, a diferencia de esos sureños que parecían encontrarla sublime.

- Yo creo que hagamos lo que hagamos nos asaltarán.- quizás era un razonamiento simple y escueto, pero eso era lo que realmente pensaba el fornido muchacho del norte. -Igualmente, haré lo que me pidáis.

La joven ladrona observa como el hombre de armadura y el barbaro se alejan en busca de los usureros.Sus corpulentas figuras, se pierden entre los arboles del camino.Suspirando profundamente, se esconde un poco mas entre el follaje y lanza una mirada a la joven hechicera,quien estaba tan bien camuflada que apenas pudo distinguirla.
-¡Psttt!Tres Libros¿Te encuentras bien?-

Con muchas inseguridades, Tres Libros asiente conforme al plan formulado entre todos.
Viendo alejarse a los mas fuertes del grupo, la joven maga y la intrépida pícara debían seguir sus pasos, pero desde la seguridad que les brindaba el follaje.- Si, todo a la perfección, solo no me dejes sola, no soy muy diestra en estos asuntos silenciosos. Sigo tus pasos.- le susurra a la pequeña picara, casi en un hilo de voz, por miedo a ser oídas por los bellacos. La joven tiene la teoría que ellos también van a estar ocultos en el follaje al acecho, solo queda esperar y que la suerte este de lado de los heroicos aventureros.

Y tras mucha charla y muchas opciones definen un plan de acción con el cual seguir adelante siendo las dos mujeres el elemento sorpresa mientras los hombres irían por el medio del camino esperando que algo o alguien los "sorprenda" en el trayecto.

Pero la tarde pasa sin pormenores y ya la noche se les está acercando sin tener noticia alguna de asaltantes de caminos. Quizás la cosa no sea tan grave o peor aun, se dieron cuenta de que es una trampa y no los atacarán. Sea como fuere nadie los ha molestado por ahora pero la noche es suficientemente larga como para que se de la oportunidad.

Sin pormenores los aventureros pasan el día caminando buscando ser emboscado, pero nada de eso sucedió...y la noche cayo. Decepcionada por su flaca estrategia, la maga decide salir de su escondite. Asomando de entre unos arbustos cercanos a los guerreros- Pssst - Los llama con cautela. - Y...¿ahora? - susurra, pensando que quizás puedan estar observandodolos, pues al parecer la joven aun no pierde esperanzas de que el plan funcione.

Râgnar comenzaba a estar cansado de pasear por aquel boscoso paraje, sin hallar el rastro de la banda que asolaba la región. El musculoso norteño se detuvo para coger su pellejo de agua y dar un buen trago. La marcha, aunque no había sido demasiado dura, sí que había sido constante.

Al cabo de un rato escuchó el susurro de Tres Libros. Llevaban horas caminando y nada. 

- ¡¡Por Kjeldöran el Viejo!! ¡¡Comienzo a estar cansado!!...- rugió malhumorado por no encontrar indicios que los llevará hasta la guarida de los bandidos que debían atrapar. - ¡¡Tengo los pies hinchados de caminar entre raíces, piedras y arbustos!! Brrrrrr...

Isbell estaba acostumbrada a las largas caminatas,pero al no tener noticias de los malhechores, el cansancio se hacia sentir y tambien estaba aburrida de que nada sucediera.
Al escuchar las voces de sus compañeros, saca su pequeña cabeza de entre las hojas y susurra:
-Ufffff estoy aburrida y agobiada...pero la noche cae y tengo esperanzas de que estos bandidos nos daran un indicio de su guarida, quizas con algun fuego o quizas...piensa para sus adentros...quizas esten esperando la oscuridad para atacarnos, al menos es lo que yo haria...o quizasssss nos esten jugando un sucio juego...-