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Crónicas de Hyboria: Grilletes rotos

I: La caravana

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18/08/2018, 18:42
Cronista

 

A cientos de metros bajo el vuelo del halcón, observados a vista de pájaro, se encuentran la gran pradera y el enorme y frondoso bosque que sirve de antesala a la escarpada sierra montañosa del este. Ambos separados por un serpenteante sendero. Desde ésta altura, no se aprecian poblaciones humanas en ninguno de los horizontes. 

La caravana avanza por dicho camino llevando consigo el ruido sordo de los cascos de los caballos golpeando sobre la tierra polvorienta. Detrás y alrededor, una nube de polvo la persigue y acompaña cubriéndola de un falso halo de misterio, cual húmeda niebla entre árboles sombríos.

Se compone de cuatro carros tirados por caballos y dos jinetes delante sobre sendos animales, en la vanguardia. El ave la mira, pero no está interesada en los devenires de los hombres. Gira su cabeza hacia otro lado, con los ojos atentos, en busca de algo que cazar; entonces la ve...

Una enorme escolopendra surge de entre la maleza de la pradera y se introduce en un pequeño socavón alojado en mitad del camino. El halcón cae en picado, se abalanza sobre su presa con las garras por delante, pero no calcula correctamente el tamaño del gran miriápodo y éste se enrosca alrededor de su cuerpo, inoculándole veneno e impidiendo que huya.

En en ese instante, una robusta rueda de carro entra bruscamente en el pedregoso agujero para salir de golpe, con un crujido sordo, produciéndose la rotura de su eje. El resultado en el interior del bache es una masa de plumas, quitina y sangre, de los animales que allí luchaban por la supervivencia. Sobre el camino, la rueda se tambalea, avanzando a duras penas, durante unos metros más, tirada por los cansados caballos. 

 

-¡AAALTOOO...! -Se oye el grito de un hombre. La rueda se detiene, en muy mal estado.

Despertáis, saliendo de vuestro letargo. Cinco de vosotros por el grito del hombre. El otro por el terrible tropezón que ha sufrido la jaula en la que se aloja, al pasar sobre la roca. Ahora, toda la caravana se ha detenido. Observáis que el sol, en su ocaso, se oculta tras el lejano horizonte occidental, pintando el cielo de un fuego anaranjado, como si éste estuviera a punto de abrirse y dejar paso a un mal supremo. Es el atardecer. El viaje ha debido de ser largo desde la fatídica noche anterior. No sabéis dónde estáis ni hacia dónde os dirigís. 

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10/09/2018, 22:27
Cronista

El olor es nauseabundo e insoportable. Os encontráis hacinados y polvorientos como si fuerais vulgar ganado. Vuestras ropas se componen de taparrabos y poco más, vuestros pies y manos con grilletes llenos de sangre seca u óxido. Es difícil de saber.

Tal'Ngoro se encuentra de rodillas y junto a los barrotes que dan al lado del bosque. El suelo de la minúscula celda rodante, se encuentra cubierto de orín antiguo y heces. A su lado, un anciano tose y el sudor del hombre se mezcla con el del gigante negro, que despierta con un fuerte dolor de cabeza, la boca pastosa llena de polvo.

Ren lo pasa aún peor. Reposa sentado en un rincón y debido a su estatura, su cara se encuentra a la altura del trasero de una mujer que, ya antes de encontrarse en ésta situación, no acostumbraba a lavarse. Hasta ahora estaba durmiendo y al despertar fue como un reinicio de su cerebro, el cual intentaba juntar las piezas de todo lo ocurrido hasta ahora. En ese momento se percata de que un reguero de líquido corporal se ha secado hace algunas horas mientras resbalaba por su mejilla.

Tal y como os encontráis ahora mismo, sólo podéis intuir a través del polvo el camino por que veníais circulando. De espaldas a la cabeza de la caravana, tenéis el bosque a vuestra derecha y la pradera a vuestra izquierda.

Ren, desde su rincón puede ver al enorme kushita, entre la gente, pero poco más desde ahí abajo. Ngoro se encuentra en un lateral, con los barrotes clavándose en su grueso brazo derecho, por la presión del hacinamiento y no ve a Ren, ya que la mujer maloliente tapa su diminuto cuerpo. Si mira hacia adelante, ve dos caballos entre la nube de polvo, con sus jinetes. Llevan la cara tapada con un trapo para evitar las partículas. Sin duda, son la retaguardia de la caravana. Por alguna extraña razón, ésta se ha detenido. Oís a vuestra espalda, la voz de algunos hombres hablando, discutiendo.

Entre las frases que dicen os parece escuchar "Eres un inútil", "Vamos a tener que" y "bosque".

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10/09/2018, 23:06
Cronista

El olor es nauseabundo e insoportable. Os encontráis hacinados y polvorientos como si fuerais vulgar ganado. Vuestras ropas se componen de taparrabos y poco más, vuestros pies y manos con grilletes llenos de sangre seca u óxido. Es difícil de saber.

Menkler se encuentra de rodillas y junto a los barrotes que dan al lado del bosque. El suelo de la minúscula celda rodante, se encuentra cubierto de orín antiguo y heces. A su lado, un anciano tose y el sudor del hombre se mezcla con el del mercenario, que despierta con un fuerte dolor de cabeza, la boca pastosa llena de polvo.

Lin Yi lo pasa aún peor. Reposa sentada en un rincón y debido a su estatura, su cara se encuentra a la altura del trasero de una mujer que, ya antes de encontrarse en ésta situación, no acostumbraba a lavarse. Hasta ahora estaba durmiendo y al despertar fue como un reinicio de su cerebro, el cual intentaba juntar las piezas de todo lo ocurrido hasta ahora. En ese momento se percata de que un reguero de líquido corporal se ha secado hace algunas horas mientras resbalaba por su mejilla.

Ivara aparta a empujones a un enjuto hombre al que le faltan más dientes de los que conserva, que intenta propasarse disimuladamente, incluso en ésta situación. Se encuentra en el medio de la jaula y su vista alcanza el exterior con dificultad. No puede evitar tambalearse por el mareo debido al golpe en su cabeza y el exceso de polvo en sus pulmones. 

Entre el resto de gente esclavizada, podéis ver delante, al otro lado de las rejas, otro carruaje tirado por dos caballos. ¿Cuántas personas hay encerradas en éste convoy? Mínimo tres jaulas, ya que detrás oís algarabía. A vuestra izquierda se encuentra la pradera, y a la derecha un denso bosque.

Al parecer, os habéis detenido por alguna razón. Un hombre se ha apeado de uno de los dos caballos que tiran de vuestro reducto y está gritando a otro. Podéis oír con algo de dificultad: -¡...Anu acabe con tu descendencia, inútil! ¡Deberías haberlo visto, ésto nos retrasará! -El otro hombre contesta algo que no podéis entender. Luego entra en escena otra voz. Más grave, extraña. Parece mencionar el bosque que se extiende por vuestra derecha hasta las montañas. 

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10/09/2018, 23:24
Cronista

El olor es nauseabundo e insoportable. Os encontráis hacinados y polvorientos como si fuerais vulgar ganado. Vuestras ropas se componen de taparrabos y poco más, vuestros pies y manos con grilletes llenos de sangre seca u óxido. Es difícil de saber.

Tarja se encuentra de rodillas y junto a los barrotes que dan al lado del bosque. El suelo de la minúscula celda rodante, se encuentra cubierto de orín antiguo y heces. A su lado, un anciano tose y el sudor del hombre se mezcla con el de la bárbara, que despierta con un fuerte dolor de cabeza, la boca pastosa llena de polvo. Un estruendo ha producido la rotura de algún elemento de la jaula en la que se encuentra. A su espalda, dos caballos que tiran de la pequeña prisión. Delante, al otro lado de los barrotes, entre el polvo circundante, otra jaula más tirada por sus respectivos caballos. A la izquierda, la pradera. A la derecha, el frondoso bosque.

Un hombre se apea de un caballo de la jaula contigua a la de Tarja. Otro hombre revisa la rueda del carro en el que ella se encuentra, que ha sido la accidentada. -¡Que Anu acabe con tu descendencia, inútil! ¡Deberías haberlo visto, ésto nos retrasará! -Dice el hombre recién llegado. -¡Me hubiera gustado verte a ti, hablas demasiado! -Responde el otro. 

De repente una grave y extraña voz proveniente de la vanguardia de la caravana. Al parecer, la jaula de Tarja es la primera:

-¡Callaos! ¡Sois igual de inútiles! Pasaremos la noche en el bosque y mañana la repararemos. 

Cuando miras hacia los hombres que discuten, como el resto de personas que se aloja en el cubil, no puedes evitar ver a un enorme bárbaro pelirrojo que te mira fijamente con cara de pocos amigos. 

Sólo algo así podía empeorar la situación. Un vanir de las tierras de Vanaheim aquí. Un enemigo de los cimmerios casi tanto como los pictos. 

Notas de juego

El vanir está encerrado en la jaula también. Con las manos engrilletadas, como el resto.

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11/09/2018, 00:30
Ren

Ren intentó evaluar la situación con sangre fría, como siempre hacía, pero le resultó imposible. El no saber donde estaba ni como había llegado hasta allí lo desconcertaba. Además, las gotas de sudor, la sed y los barrotes sobrecalentados no ayudaban a concentrarse. Ni el trasero pudiente que casi le golpeaba la cara, ya puestos. En aquello que Ren no había malgastado sus pensamientos era en intentar averiguar qué destino le aguardaba: esclavo, juguete sexual, carne de ritual... Nada de lo que le pudiese deparar la estancia en aquella caravana podía representar nada bueno.
Un plan iba formándose en su cabeza, uno sencillo: primero escapar de la jaula y luego sobrevivir fuera de ella.
Para la segunda fase estaba bastante seguro de que el kushita podía resultarle de ayuda. Pero antes, evidentemente, había de trabajar en la primera. El suelo era de madera y aquella mujer lo tapaba así que, disimuladamente, Ren comenzó a intentar arrancar una astilla con la que empezar a abrir sus grilletes.

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11/09/2018, 00:33
Ren
Sólo para el director

Mensaje solo para el director.

Notas de juego

Por defecto el post anterior no salía para nadie, he añadido a Tal'Ngoro.
¿Que tirada tendría que lanzar para arrancar una astilla con la que empezar a trabajar?
PD: Si es que es posible, claro, si me he pasado de listo en algo lo edito.

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11/09/2018, 00:38
Menkler (Muerto)

Así debía ser el infierno. Calor insoportable, la garganta seca, las manos, mis herramientas, atrapadas y al lado de un viejo que Omm sabrá que peste consume sus pulmones. Fui abriendo los ojos poco a poco para que se fueran adaptando al insensible sol que arrasa la pradera mientras trataba, inútilmente de generar algo de saliba con la que la respiración no sea una tortura para la garganta.

Cuando recuperé la conciencia miré alrededor tratando de recordar cómo había llegado a esta situación. La traicionera memoria no parecía querer complacerme así que me llevó más atrás. A las numerosas ocasiones en las que las tornas eran diferentes y yo era el que estaba fuera de la jaula y mis ojos aburridos se paraban por los capturados. A decir verdad, pocas veces había tratado de ponerme en su lugar. Nunca se había preocupado de que se podía sentir cuando estás abocado invetablemente a la muerte.

Me sorprendió estar tan tranquilo. Quizás fuera que aún no había salido del sueño o que aún corría el licor por su cuerpo pero no sentía miedo. Una extraña calma, llegando incluso a la indiferencia le poseía. Como si el trágico destino que sin duda me esperaba estaba tan marcado como las hendiduras que dibujaban la lejana sierra.

Me incorporé con calma moviendo las manos amarradas por los grilletes mientras miraba a los captores tratando de identificar si eran simples esclavistas o quizás alguien contratado para encontrar objetivos concretos. Había trabajado en el mundillo suficiente tiempo para saber quienes eran los grupos más activos en la zona.

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11/09/2018, 03:22
Lin Yi

Sólo existe la luz de Yun.

Malditos bárbaros, huelen peor que animales de granja.

Yun purifica mis pensamientos.

Cerdos sin educación, basura humana, que sus almas impuras sean atormentadas en los diez infiernos por la eternidad.

Yun trae la paz a la mente concentrada.

No puede hacer tanto calor, no es posible.

Yun da la verdadera libertad a quienes se muestran impasibles ante la adversidad.

¿Qué es ese olor? Voy a vomitar. ¿Qué tengo en la cara?

Lin abrió los ojos y se encontró frente a frente con el sudoroso trasero maloliente de una perra bárbara que debía desconocer la existencia del agua. Todo su esfuerzo por encontrar la paz interior mediante las técnicas de meditación que había practicado desde su infancia en el templo del dios de su tierra fue en vano. No era posible aislarse del calor, la incomodidad, el hacinamiento y el olor nauseabundo de aquella jaula. Aplastada por uno y otro lado por carne maloliente de bárbaro, se le hacía imposible adoptar la apropiada posición del loto, así que desistió por completo y apartó el culo de la mujer bárbara con un codazo y un gemido de asco. Se limpió como pudo, usando los harapos que la cubrían, lo que fuera que le había manchado la cara, sin molestarse en intentar identificar la sustancia. Sabía que era posible que sus nervios no soportaran el resultado de tal verificación.

¿Cómo había llegado allí? ¿Cómo estos bárbaros inferiores de piel pálida habían conseguido sorprender a sus agudos sentidos superiores, entrenados por los mejores maestros de la guerra, el sigilo y la concentración? No tenía sentido pensar en eso ahora. Lo importante era escapar. Bárbaros despreciables. Lamentarían ponerle una mano encima. Los mataría a todos y cada uno.

Se estrujó entre los cuerpos de los repugnantes bárbaros que abarrotaban la jaula, abriéndose paso a empujones y codazos e intentó llegar hasta los barrotes, para tener una mejor vista de lo que hacían sus captores.

"¡Apartáos, salvajes. Bestias asquerosas!" gritó en su lengua natal.

Trató de contener las náuseas que amenazaban con hacerla contribuir a la asquerosa pátina de sustancias corporales que ya impregnaban la jaula. Miró a su alrededor, intentando encontrar la salida de la jaula y el mecanismo usado para mantenerla cerrada.    

Notas de juego

Master: ¿Qué puedo ver de los captores? ¿Estamos a distancia de llamado de alguno de ellos? ¿Puedo recordar algo? ¿Cómo está cerrada la jaula? ¿De qué material es?

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11/09/2018, 11:36
Ivara

Ivara respiró profundamente para limpiar sus pulmones y aclarar su cabeza. Las sienes le palpitaban.

El ataque a la ciudad fronteriza había sido rápido y brutal. Cuando los incursores llegaron, Ivara se encontraba en una taberna celebrando el fin de un contrato e intentando encontrar uno nuevo. Los gritos y el olor a humo la atrajeron al exterior con el acero desenvainado sólo para encontrarse en medio de una carga de jinetes armados.

-Vigila esa mano, cerdo-siseó al hombre que la manoseaba-O te arrancaré la lengua.

Ivara sabía lo suficiente de estrategia como para saber que la caballería siempre tenia ventaja sobre la infantería. Había intentado ponerse a salvo, encontrar un lugar seguro donde calibrar sus opciones pero de repente le habian tirado una red encima. Se la intentó quitar pero un jinete pasó a su lado y le golpeó la cabeza. Se había despertado en una jaula encadenada como un animal.

En sus años de mercenaria había visto muchas situaciones parecidas: en una guerra, los prisioneros valiosos eran intercambiados por otros prisioneros o por oro pero la chusma no podía esperar eso. Los hombres acabarían en trabajos forzados; las mujeres, violadas y los niños, por lo general, asesinados. Muchos morirían, en cualquier caso, e Ivara no estaba dispuesta a ser uno de ellos.

Se agarró a los sucios barrotes. Un guardia cerca de la jaula observaba los intercambios de gritos de sus compañeros en silencio.

-Noble señor, ¿qué vais a hacer con nosotros?-preguntó en su mejor tono de cachorrillo herido.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Me gustaria probar una tirada si se me permite. Asumo que llamar la atencion de un guardia no es descabellado. Intento camelarme un poco al guardia mas cercano con el rollo de "dama en apuros". Imagino que es una tirada de Apariencia y, si se me permite, intento parecer desvalida y humilde, cosa que aprendi en mi infancia de esclavitud. La pongo oculta asi, si no me permites la tirada, no causo daños colaterales.

Me imagino que la espada no la tengo pero ¿quizas a los tios estos se les pasara registrarme las botas y no descubrieron mi daga?

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11/09/2018, 15:13
Cronista

Notas de juego

Puedes hacerlo. El suelo es de tablones de madera bastante gruesa y ancha con una pequeña rendija de separación entre uno y otro. No está en muy buen estado, así que puedes hacerlo. Si quieres tirar, puedes hacerlo con 3D6 + Destreza. 3d6 por usar tu ventaja "manos de Bel" que te ayuda en tareas de manipulación fina. Estás de acuerdo?
No tienes nada con qué arrancar la astilla, supongo que usas el grillete de tus manos, que son de metal.
La dificultad es la básica. 9+. No es necesario que vuelvas a postear. Tira y ya actualizo con lo que ocurre. Bien por añadir a Ngoro, gracias. Porque estais los dos en la misma jaula.

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11/09/2018, 15:54
Ren
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Por mi todo perfecto, a ver como sale la tirada xD
Vale, no había que desglosarla por que el + 3 se ha vuelto un +9 u_u.
Sin desglosar tendría un 2+6+6(+3) con lo que sí supero la dificultad.
Edito
Tras ver la explicación de las tiradas de ventaja supongo que quedaría un 6+6(+3)= 15 (supero la dificultad de 9)
Ay que contento estoy con mi primera tirada! a ver si es verdad que Lo que bien empieza, bien acaba xD

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11/09/2018, 20:38
Tal'Ngoro

Tal'Ngoro observa la situación. "Qué desastre" piensa. Intuye varias formas de escapar, entre ellas la de machacar a sus compañeros de celda para así llamar la atención de los guardias y poder salir de la asquerosa prisión rodante. "No debo... matar" le dice su consciencia.

-Anciano... ¿dónde estamos? -pregunta el gigante de ébano.

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12/09/2018, 16:28
Cronista

El pequeño muchacho, ignorando lo que ocurre a su alrededor, se concentra en intentar arrancarle al suelo una astilla. Con la esperanza de poder abrir sus grilletes con un afilado pedazo de madera y, de cuclillas en el suelo de la prisión rodante de gruesos barrotes metálicos, increpa a la madera con el metal de sus ataduras sin prisa y sin pausa, produciendo un siseante ruido que nadie parece escuchar.

Mientras tanto, el enorme kushita pregunta al hombre que se encuentra obligatoriamente a su lado. 

-Ah, por fín has despertado, no parabas de roncar. -Le contesta, malhumorado, el anciano.

-Corinthia. Esas son las montañas Karpash, las conozco bien. -Contesta una bella y esbelta mujer, de cabellos negros como la noche, desde el rincón de la celada más próximo a la pradera, apuntando con un dedo hacia las montañas que se intuyen tras el bosque. -Vamos hacia el sur. 

 

¡Clonk, clonk, clonk! -¡Silencio! -Grita uno de los jinetes de vuestra jaula, golpeando los barrotes con su arma. -Eres muy lista, perra brythunia, ya daré cuenta de tí después. -Seguidamente soltó un sonoro escupitajo dirigido a la mujer, que alcanzó no sólo a ella, sino a varios reclusos más. Luego lanza una mirada desafiante al kushita para volver a mirar hacia adelante, dándoos la espalda de nuevo. 

En ese instante, el ruido constante producido por los grilletes de Ren cesó. Había terminado su tarea. Una enorme astilla saltó del húmedo tablón dejando a la intemperie una retorcida y oxidada púa lista para ser extraída. Sin duda, más útil que el trozo de palo afilado.

Notas de juego

Ren, sacaste crítico (6 + 6), así que, los dioses te han sonreído.

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12/09/2018, 17:10
Cronista

El asesino mira al exterior, sopesando al enemigo. Como tantas otra veces. Extrujándose un cerebro curtido en situaciones similares e incluso peores. Esos hombres... Parecen medianamente organizados, pero la voz grave proveniente de la vanguardia del convoy denota ser la de un líder. Sin embargo, otros hombres han discutido entre ellos, echando la culpa uno a otro, de un suceso imprevisto. Sin duda no se comportan como disciplinados sirvientes de un culto divino. 

Descartado el hecho de que vayan a ser pasto de algún dios-bestia, o de terribles e insondables rituales corruptos, Llega a la conclusión de que, lo más probable es que se trate de un grupo de esclavista.

Mientras ese cerebro zamorio elucubra, se percata de que es extraño que no recuerde nada de la noche anterior. Menkler reúne la máxima saliva posible en el interior de su boca para expulsarla de un escupitajo. Instantes antes de que el líquido salga despedido hacia el exterior, nota un sabor extraño en su boca. Es como si una sustancia extraña hubiera permanecido en los recovecos de su paladar desde hace tiempo, hasta que ha sido removida involuntariamente.

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12/09/2018, 17:35
Ren
Sólo para el director

Notas de juego

La tirada sería la siguiente:
Forzar una cerradura: 2d6 + Destreza (3) + Ladrón (2)

Un par de preguntas.
¿Con una tirada sobraría o hago 4, una por cada grillete?
¿Cual es mi situación respecto a la de Tal'Ngoro y la puerta de la jaula?

Gracias por anticipado y perdón por preguntar tanto u_uU

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12/09/2018, 17:45
Cronista

La khitana se incorpora malhumorada y avanza de forma brusca entre los sucios cuerpos de sus momentáneos compañeros de celda, hasta que sus manos agarran los barrotes del extremo posterior de la jaula. Ante ella, a unos metros de distancia, los jinetes pertenecientes la siguiente celda rodante. Sus atuendos son claramente civilizados, aunque no uniformados. Eso descarta a los soldados y a los sirvientes de algún oscuro y corrupto culto. 

La mujer del profundo oriente inspecciona rápidamente lo que parece ser la puerta de la minúscula prisión, la cual tiene barrotes cruzados formando cuadrados de grueso hierro oxidado, con una cerradura que parece necesitar una tosca llave. 

Al poner su boca en marcha tras ejecutar improperios en su idioma natal, una sustancia que se mantenía en los recovecos del paladar desde hace tiempo, aflora para amargar sus papilas gustativas con un sabor reconocible. Un recuerdo viene a la mente de Lin Yi. Los bosques de Khitai. Sin duda, ese amargo sabor es el del loto negro mezclado con alguna otra sustancia...

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12/09/2018, 17:49
Cronista

Menkler permanecía en silencio, observando su alrededor. Lanza un sonoro escupitajo que aterriza en el polvoriento camino.

"¡Clonk, clonk, clonk! -¡Silencio! Eres muy lista, perra brythunia, ya daré cuenta de tí más tarde." 

 

 

Oís cómo uno de los jinetes pertenecientes a la celda posterior, a unos metros de la vuestra, golpea su jaula y grita para callar a alguien que ha hablado más de la cuenta. 

POco después, una extraña mujer de ojos rasgados, se desliza ante Ivara haciendo uso de felinos movimientos, hasta acabar en lo que parece la puerta de la agobiante jaula. 

La bárbara aquilonia, viendo que el jinete que grita, ha girado su torso para gritar, decide hablar, usando sus encantos, al compañero de éste, el cual, cae rendido ante semejante belleza salvaje. 

 -Sssshhh, baja la voz, no podemos hablar. -Le susurra el hombre a la bárbara. -No te pasará nada... El hombre calla cuando su compañero vuelve a mirar hacia adelante, sobre su caballo. 

 -¿Qué decías, con quién hablabas? Mira hacia la jaula que tienen delante, la vuestra. Luego vuelve a mirar a su compañero. -Espero que no hayas estado haciendo el idiota, por Anu. No traiciones la amistad que me une con tu padre, ¿me oyes?

- Tiradas (1)

Notas de juego

Si, puedes hacer la tirada, Ivara. Todos podéis. Sacaste un 11, el cual he añadido como dificultad a la tirada enfrentada. La cual ha fallado el tipo, como has visto. 

Y no, no llevas cuchillo ni botas. Estáis descalzos y sin ropa (con lo que tuvierais de ropa interior), no son imbéciles xD. 

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12/09/2018, 18:21
Cronista

Notas de juego

Ok. No olvides usar tus ventajas si quieres, que para algo las tienes.

Veo lógico hacer una tirada desafiante primero (dificultad 11), porque al tener las manos atadas, te resulta más difícil. Luego puedes hacer tres tiradas más, si quieres. O también puedes ir con un grillete puesto. Lo que consideres. 

Tal está a unos pasos de tí, en un lado de la jaula. La puerta está al frente tuyo, en el extremo opuesto a donde estás. Da hacia el camino y a través de los barrotes de lo que sería la puerta, a unos metros en el exterior de la jaula, hay dos jinetes. Parece que sois la última celda de la caravana. 

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12/09/2018, 21:10
Tal'Ngoro

-El Sur.... Me gusta el Sur. Tal'Ngoro devuelve la mirada desafiante a su captor. Tarde o temprano saldría de aquella celda y en ese momento los mataría a todos. Pero aún no era ese momento. Seguiría esperando. Igual cuando llegara la noche y fueran sus guardias los que durmieran...

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12/09/2018, 22:48
Ren

Ren se había ido acercando, poco a poco, hacia el enorme kushita. No se había acercado lo suficiente como para invadir su espacio personal y levantar sospechas; pero si lo suficiente como para poder susurrarle.
-Creo que puedo quitarnos esos grilletes, puede que incluso abrir la puerta de la celda. ¿Si te ayudo aquí dentro, me ayudarás ahí fuera?
Era evidente que la petición era por interés, por supervivencia. Ren no intentaba esconder sus intenciones porque no había tiempo -ni necesidad- para ello. Seguramente habría muchas otras personas que merecerían ser salvadas en aquel carruaje, pero no eran cosa suya. Si cargaban con demasiado lastre acabarían pagándolo cuando sus captores los persiguiesen para recuperar su inversión.
La posición de Ren era la de un niño asistado, con las rodillas pegadas contra el pecho y los brazos abranzando sus piernas, con las manos dejadas caer sobre el suelo. Su cabeza, gacha, con sus cabellos medianos tapandole el rostro. Todo en él daba la imagen de abatimiento y derrota.
Realmente sus cabellos escondían unos agudos ojos con los que supervisaba el trabajo de sus manos sobre los grilletes.