Partida Rol por web

Quien salió por un lado era una chica mas joven que tu, su ropa no era negra sino roja, pero traía la misma banda del brazo. No parecía tener hostilidad en su mirada, pero igualmente se puso en guardia. Traía un bastón largo de algún metal, y en sus manos desaparecían los restos de la energía verdosa.

-¡No pasarán! -Repitió, pero añadiendo algo mas, mirando a Angela encantada- ¡Eres muy linda! Quizá cuando esto termine puedas ser una de nosotras, ¿si? 

La tercera parecía estar en los 23 años, su expresión era seria, su mirada mas era fría y penetrante en comparación con las otras dos, y daba una sensación distinta...esta parecía realmente decidida a matar sin mas.

-...-No hubo palabras de su parte, solo se acomodó los guantes. Solo sacó fuera otra espada mas corta, tenia una bastante grande en una mano, la cual había sido responsable del ataque por la espalda. Traía la misma banda en el brazo que las otras.

Al sentir todos los ataques solo me quedé quieto, las tres mujeres aparecieron y en cuanto la pequeña le hablo a Ángela voltee a mirarla para ver como estaba.

A pesar de todo en esta misión estaba bajo mi cuidado y el daño había sido bastante grave, pero un buen profesional nos habría matado de un solo golpe.

Miré a las 3 mientras los kunais iban saliendo de mi cuerpo mientras yo me acomodaba los guantes de la misma forma que la otra chica y me ponía en batou.

-Bueno, esto parece que será rápido a pesar de su entrada...ninguna es lo suficientemente bonita como para vivir, así que todas probarán un poco de mi venganza...- comenté agudizando la mirada mientras una onda de aura brotaba violentamente de todo mi cuerpo.

La chica que parecía mas bien amigable se intimidó un poco ante tu despliegue, pero se mantuvo en calma. La mayor, pareció reparar en la seriedad de la pelea que se libraría y pareció temer un poco, pero se las arregló para mantener su compostura. De la joven fría, solo se movieron sus cabellos ante el estallido de aura.

-Yo he escuchado de ti...robaste esa niña. No me dan ganas de pelear así, pero no queda alternativa.

Las tres se lanzaron a la vez y en perfecta coordinación, se notaba que estaban acostumbradas a pelear juntas, rodeándoles. La chica del bastón inició con un salto alto, arremetiendo con el bastón mientras lo rodeaba de energía.

Edea pareció optar por quedarse lejos de momento, aparentemente esto desentonaba con los ataques físicos de las otras dos, pero aún así continuaron en sintonía, y su puntería era buena como para no herir a ninguna de sus compañeras.

La chica se lanzó a correr, sorprendentemente en completo silencio, tanto en sus pasos como en sus movimientos. Buscó acercarse a rango físico, y giró sus espadas en forma circular, una seguida de la otra, dando una sensación similar a la de un par de aspas afiladas. Todas estaban dirigiendo sus ataques hacia ti, ignorando a Angela.

Al verlas venir a todas contra mi aproveché y me envolví en mi aura para luego buscar hacerme fuego, notando que una se quedaba rezagada.

Intentaste desmaterializarte en fuego, La mayor y la menor se quedaron atrás, pero la mediana pareció aumentar la velocidad antes de que pudieras hacerlo del todo. Angela interceptó a la chica de ropas rojas frenandola, aunque no te alcanzó pudiste ver que venía con alguna téecnica preparada, la cual se perdió. Tu hija y ella comenzaron a intercambiar golpes de bastón y cuchillas de energía. Los kunai de la mayor no te alcanzaron... Pero la chica de guantes sin embargo, descargó un golpe bastante brutal cuando terminó de girar sus armas apresurándose antes de que pudieras evitarle volviendote inmaterial, con ambas a la vez, que descendieron sobre tu cuello sin titubear.

Al notar el fuego que ahora se extendía por la alfombra y paredes levanté la mano izquierda mientras absorbía las llamas y mi aura se incrementaba.

Sonriendo primero levemente comencé a brillar en rojo sangre al tiempo que mis ojos se iluminaron.

Solté una carcajada al sentir el poder corriendo por mis venas.

-JAJAJAJAJAJA juguemos ahora, perras- dije abriendo la guardia para que vinieran a atacarme.

Angela salió volando escaleras abajo cuando volviste a mirar, y la chica de vestimenta roja se acercaba a la de los guantes. Las chicas se posicionaron juntas, y colocaron una mano cada una en los hombros de la que portaba las espadas, transmitiéndole energía mientras mascullaban cosas en sus oídos. Esta levantó la espada principal, que brilló en energía azul profundo y llameante. Giró la misma en un poderoso corte, que desató una oleada de la misma energía de forma circular, cortando parte de los muros y apagando por donde iba pasando en dirección hacia ti. Se escucho el sonido como del mar embravecido, que recordaba a una ola gigantesca avanzando.

-De en serio?- dije más para mi mismo que para ellas.

Quizás habían escuchado cosas de mi, pero poco había peleado en este mundo y como bien me había dicho mi padre, mis llamas de Ira eran muy raras como para ser conocidas, como para saber que consumían todo, incluso el mismo fuego y evaporaban el agua.

Con la espada en la mano y bañándola completamente en llamas de ira me lancé contra ellas, dando un espadazo contra su espada y desapareciendo luego para cruzarlas a todas.

Aunque la técnica apagó parte del incendio y quizá te hubiese dañado si no la hubieses frenado. Golpeaste muchísimas veces a las 3, y cuando volviste a permanecer quieto sufrieron las consecuencias. La menos se estaba aferrando un brazo, parecía lo mas seriamente dañado que tenía y el corte era tan profundo, que estuvo cerca de cercenarlo. La mayor apoyó una mano en la pared, sangrando copiosamente con un gran corte en el pecho destacando, y la mediana se mantuvo en su sitio con varios cortes grandes, pero aún en guardia y con la espada en alto, ignorando el dolor y mirandote fijo, atenta a tus movimientos. Retrocedieron hasta el final del pasillo que finalizaba en un ventanal. Ya no tenían mas sitio en donde moverse.