Partida Rol por web

Preludio: El Sol de Medianoche.

Todos los vástagos libres de la ciudad de Jerusalén, habían sido convocados a esa reunión anual en la que el Príncipe celebraba el primer aniversario de su Reino Nocturno, además de al parecer su "cumpleaños". La morada del Principe, conocida entre todos como Villa Tortosa, era un lugar de aspecto romano con tintes arábigos, antiguo palacio del Sultán de la Corte Arábiga Nocturna. El lugar de la reunión per se, era el patio trasero, amplio, bien ornamentado con una fuente de la que manaba sangre, los cinco representantes del poder del Reino: Príncipe, Senescal, Hierofante, Bibliotecario y Consejero, estaban allí, en el punto prominente y centrado del lugar al principio del patio. Todos estaban cuchicheando hasta que los emisarios mandaron silencio, y el Príncipe Waldhar se puso en pié para dirigirse a todos:

“La situación en la ciudad santa era un caos que empezaba a dar sus primeros pasos. Apenas llevaban unos seis años en Tierra Santa y ya había sido derramada sangre para alimentar a cada vástago de la Tierra durante un año. Para los mortales reina Balduino I, Rey de Jerusalen, del mismo modo que para los hijos de la noche, yo, Walhdar Emelrich soy su Príncipe y regente. Os convoco en la noche de mi aniversario de nacimiento tanto como mortal como vampiro... Para deciros las condiciones con las que se consolida este reinado que espero que dure tanto como sea posible. En primer lugar, recordar las leyes más básicas que nos rigen: Primera, cultiva la mascarada tanto como sea posible, un humano es débil, mil pueden acabar con nosotros, pero vasta un humano con decisión y valor para reunir a mil. La irresponsabilidad en esta ley básica, traerá consecuencias acordes a la repetición del delito. La segunda, honra a tu sire, cuida a tu chiquillo, los actos de los que están a tu cargo hablan de ti mismo, los actos de los que tienes sobre ti están pensados para enseñarte el camino de la rectitud. A los chiquillos que aun bajo el cuidado del sire cometan delitos contra nuestras leyes se les enfrentará a penas que pueden ser para su sire o bien para él mismo... Dicho queda. Y al fin, la tercera de las leyes más básicas de un reino, queda terminantemente prohibida la terrible acción de beber la sangre del corazón de otro vástago, bajo pena de muerte inmediata o caza de sangre en su contra y la de aquellos que le cobijen. De todas las leyes, es la única en la que la piedad brillará por su ausencia. Ahora, pasemos a las leyes que yo he dictado con mis consejeros tras mucho estudio... Primera, no se engendrarán chiquillos en mis tierras sin permiso mio, aquellos que lo hagan pagarán la vida suya por la del recién llegado. Segunda, no se tolerará la lucha de ningún tipo en mis dominios, aquellos con luchas ideológicas deberán luchar fuera de las murallas, y aquellos que deseen reparar una ofensa, deberán presentarse aquí y exponer el caso. Tercero, queda prohibido el desangrar a los mortales del reino, aquellos que lo hagan, correrán con el peso de sus acciones... Quedando sin ayuda nuestra en caso de persecución por parte de los mortales. Cuarto, si alguno de los vástagos de la ciudad es visto inmerso en prácticas oscuras asociadas al Culto de Belial o incluso en asociación con los homicidas de VII, tenéis la obligación de denunciarle, por vuestra seguridad y la del reino. Quinta y ultima de las leyes por el momento, queda prohibido los escándalos políticos, los intentos de sublevación y demás por mis dominios. Jerusalen merece ser una ciudad de equilibrio, y así se hará.” Hace una pausa de unos segundos y prosigue.- “En cuanto a los recién llegados, sed bienvenidos y espero que vuestra visita en la ciudad santa sea grata. Si no tenéis donde alojaros, considerar el palacio como vuestra casa mientras estéis aquí, siempre que recordéis como ha de comportarse un vástago en el palacio del príncipe. Podéis entrar y salir de la ciudad libremente, siempre y cuando dejéis vuestras luchas fuera. Vuestros asuntos serán solo vuestros sin molestias ni interferencias, y si alguno quiere formar parte de mi séquito y se gana el derecho, bienvenido sea. Veo que tengo a vástagos ilustres hoy en mi corte y eso me alegra sobremanera... Espero que sean lo que se espera de ellos.” Hace otra pequeña pausa. “Por ultimo, deciros la situación en la que nos encontramos... Aunque muchos estáis al tanto de las noticias. Por un lado, el reino aun intenta alcanzar estabilidad, mientras los mortales persiguen sus sueños de grandeza. Por otro tenemos a la nueva cruzada, intentando expandir territorios... Algo que apenas nos atañe. Luego los rumores de progenie de Belial, de una cuadrilla de VII y de asesinos nizaríes... Son cosas que tenemos que confirmar pero de ser ciertas, amenazarían a la prosperidad que intentamos. Finalmente, deciros aquí, a mis súbditos, hermanos de la sangre, vástagos todos de la noche, que nuestros actos tienen su eco en la eternidad, y que si nos mantenemos firmes en nuestras convicciones, perduraremos por siglos... Y con esto me despido por hoy, recordad mis palabras, y buenas noches.”

Tras esto, se vuelve a sentar en su trono improvisado, a comentar algo con sus lugartenientes, dejando a los vástagos de la ciudad comentar el discurso.

El viaje no habia sido lo que esperaba, Marcus estaba mas preocupado de lo normal y aquello hacia que yo me preocupara, aparte de sentirme ansiosa porque el volviera a ser el de siempre.

La pequeña parada que hicimos en el camino hizo que mi estado de animo mejorara pero aun asi necesitaba mas, era como si me hubiera dado un pequeño aperitivo para saciar el hambre. No me sentia comoda en aquella reunion, habia demasiada gente. Marcus se separo de mi con un suave beso llendo al lado del principe, en ese momento cogi una copa de sangre y pe aparte a un lado, intentando no llamar la atencion, escuchando aquel discurso, miranod los ojos de mi sire cuando trataban el tema de los creadores y sus chiquillos, aunqeu hacia ya unos años que no era una neonata.

Cuando finalizo el discurso segui en mi posicion sabia que Marcus me encontraria y realmente solo deseaba salir de alli con el.

Jarle aparece detrás de la muchedumbre, mientras el príncipe del territorio habla escucha tranquilamente, sigue con la mirada como el senescal toma su lugar, terminando echando un vistazo a los presentes, la mayoría los desconoce.

Pero no todos eran desconocidos, los rumores parecían ser ciertos, ella estaba ahí, y si ella estaba ahí Marcus también.

Ya al final de la presentación Jarle se deslizo entre los presentes y apareció por la parte de detrás de la columna que hacia de apoyo a la chica de pelo rubio.

Una mano fría como la muerte coge la cintura de la mujer y aprieta ligeramente. Que es eso de no saludar a tu hermano.

Hiba a responder de una forma poco grata al notar una voz a mi espalda y una mano en mi cuerpo, pero en tonces reconoci aquella voz... ¿Jarle? ¿Que hace..? Se me helo el cuerpo y me gire poco a poco mirandolo con cara de miedo, elevando una de mis manos para acariciar su mejilla - No... No... Si estas aqui... Tu no tenias que convertirte en esto... - Susurre mirandolo tristemente mientras intentaba controlas mi ansia de abrazarlo por todo los años que hacia que no lo veia, pero a su vez no queria dejar en evidencia a Marcus...

Finalmente el amor por mi hermano vencio y lo abrace con fuerza sin entender que habia ocurrido...

Jarle le abraza fuertemente, devolviendo su abrazo, la altura superior del hermano, le permite sacar la cabeza por encima de su hombro, aprovechando el abrazo, rastreando alrededor de los hermanos buscando un rostro con un interés nuevo hacia ellos.

Y dime hermanita, que hacéis aquí. Mientras se separa.

No podia separarme de el, apesar de que el abrazao hbia terminado amntenia mi cuerpo pegado al suyo y mis manos acariciando sus mejillas, como intentando creer que realmente era el...

- Si ambos estamos aqui es porque... - Lleve una de sus manos a mi pecho y yo otra al suyo - ¿Cuando? ¿Por que? - Le pregunte sin saber si aquello era bueno o malo...

La reunion estaba comenzando ahora que el discurso de nuestro principe habia terminado. Los extraños vampiros que se agrupaban y hablaban eran extraños para mi y sus diversos idiomas, incluyendo el que hablaba el hombre al que ahora servia, era aun mas extraño e ininteligible. Aun asi, la velada prometia ser abundante, pues la sangre sobraba y mas de alguna persona ofreceria una buena historia para contar.

La atmosfera se mantenia mientras yo deambulaba hacia la fuente y observaba su hermoso brillo carmesí en esta luz. Me siento en una silla mientras observo a la gente en silencio, dudo que alguien de aqui hable mi lengua, pero aun asi observo y escucho por si noto el exquisito y rudo acento sajon que tanto extraño oir.

Jarle mira a su hermana desde un palmo mas arriba, siempre había sido así...y por lo que parece, hasta que las trompetas suenen del valhala, lo sera para siempre.

Porque...sabes perfectamente que no debería haber pasado.

Mi mirada busco de Reojo a Marcus, esto no estaba bien, no iba bien El... ¿Lo sabia? No, si lo hubiera sabido me lo habria contado, el no me ocultaria algo asi, sabe lo importante que es mi hermano para mi...

- ¿Quien te transformo? ¿Porque? - Le pregunte aun con un torbellino de emociones en la mirada - Yo lo elegi Jarle... pero tu que razon tendrias para esto...

Fingí escuchar con aparente   interés el largo discurso del monarca, aunque en realidad mi mente se hubiera distraído antes de llegar a la mitad del mismo. Aquellas formalidades me eran tan superficiales que de no mediar la necesidad con gusto me dispondría a omitirlas en su totalidad. Pero la no vida en sociedad tiene esa clase de obligaciones, tan tediosas por cierto.

Con algo de suerte el resto de velada podría ser provechosa o al menos no perjudicial. Cualquiera de las variantes sería "aceptable" para una recíen llegada...

Jarle mira al fondo de los ojos de su hermana. Recordando como los años fueron pasando cuando nació ella, apenas se llevaban algunos años, pero recuerda como si fuera ayer el dia que le pusieron un pequeño cuerpo con algo de pelo envuelta de una piel de venado.

Acaso tengo una mejor razón que mi propia hermana.?

Aprete mas sus mejillas haciendo que me mirara directamente a los ojos - Jarle... no... yo... soy feliz... decidi esto porque.... - Baje la mirada avergonzada por lo que estaba apunto de decirle - ... porque amo al hombre que me creo... queria estar a su lado... - Le dije haciendole entender, pero sabiendo que ahora ya no habia marcha atras, que no podia volverlo humano de nuevo...

El arabe era uno de los vastagos que mas destacaba en la reunion, aunque le agrado comprobar que no era el unico cuya piel no era totalmente blanca. La bestia se removia en su interior con sentimientos encontrados, por un lado sentia las bestias mas debiles y el cazador que llevaba dentro le pedia que se abalanzara sobre ellas. Por otro lado, la presencia de los vampiros mas antiguos aplastaba a su propia bestia y le hacia desear desaparecer de la sala sin mirar atras. Solo el contacto fisico de su sire, cuando este le aviso que iva a dialogar con otros vastagos, le hizo salir de este trance.

Paseo por la estancia, buscando una copa que poder llenar de sangre, hacia ya mucho que se habia convertido al cristianismo pero aun asi, ver todas esas mujeres con el pelo al descubierto no le parecia correcto, claro que... Tampoco eran mujeres en el termino habitual de la palabra.

Como al parecer muchos de sus congeneres Tarek no era un ser especialmente social, asi que decio quedarse quieto donde estaba y no hablar si no se dirijian a el.

Atravesar todo el mediterraneo en barco es bastante pesado, con tanto tiempo se termina por conocer a la mayoría de las personas del navío; pero sin duda, poder encontrase en esta reunión es todo un privilegio.

Damian se encuentra en Jerusalem, y escuchando al mismisimo Príncipe, no puede creerselo, rodeado de cientos de otros vástagos.

Tras escuchar al principe me fijo en todas las caras de cuanto me rodean, esperando conseguir contactos importantes.

Hecho un vistazo esperando ver a alguien o algo que me llame la atención.

Hermanita, el no te quiere, solo te ha utilizado...dejando pasar unos segundos, y aunque me duela decírtelo, ningún hombre quisiera que muriera su amada para estar con el.

Aunque me alegro verte de nuevo. Dice para suavizar la situación.

No me enfade por sus palabras, ironicamente sonrei y acaricie con mimo su mejilla - Mi querido Jarle... ¿Utilizado? ¿Para que? Ahora sabes lo que podemos hacer, con su poder mental podria conseguir cuando quisiera de mi cuando era humana sin necesidad de convertirme... - Abrace su cuerpo recordando su olor, notando como aun era permanente en el y haciendome sentir tranquila, pues mi hermano siemrpe se habia encargado de cuidarme...

- Lo amo Hermano y el me ama... - le dije esperando que me creyera.

Jarle no sabe que decir, se limita a tener cerca a su hermana mientras mantiene la cabeza levantada buscando algo o a alguien. Finalmente cierra los ojos disfrutando del encuentro momentáneamente.

 Los vástagos se encontraban divididos entre varios grupos comentando cada uno sus intrigas de corte, otros reencontrándose después de mucho tiempo sin verse, los nuevos iban y venían entre charlas y saludos, la noche avanzaba lentamente, hasta que el Senescal rompió el murmullo con sus palabras y todos se giraron a escucharle.

- El Príncipe siempre protector, ha recibido noticias de una incursión de los Belial en la ciudad, por ello, solicita los servicios de los recién llegados como prueba de lealtad y amistad, para erradicar a esas bestias y devolver la seguridad a este nuestro reino. Los elegidos para esta misión se distribuirán en varios grupos, quedando del siguiente modo. - Dice entregando un pergamino a uno de los heraldos, que lo muestra en el centro del lugar, donde los nuevos se van acercando.- Se espera de vosotros que hagáis un trabajo eficaz y que traigáis una muestra de que el problema ha sido resuelto. Si necesitáis algo, hablad conmigo en unos minutos, os espero en el patio delantero. Os acompañarán algunos miembros de la guardia... Fuerza y honor. - Dijo como saludo, denotáis que romano, antes de desaparecer hacia el patio delantero de palacio, tras la reverencia de cabeza al Príncipe.

La fiesta habia sido una soberana perdida de mi noche. En vez de aburrirme con una copa de sangre en la mano, podria haber estado en algun campo de batalla destrozando enemigos. Aun asi, mis esperanzas estaban depositadas en el Principe, el cual sabria guiar mi talento en un camino de gloria y grandeza.

Cuando el senescal habló, no entendí nada de lo que dijo, pero su tono me dejó en claro que la hora de demostrar mi fidelidad habia llegado y que esté sería el principio de mi carrera a la cima. Me acerqué al emisario que me habia traducido el discurso del Principe y le pregunté qué era lo que el senescal decia, emocionandome al escucharle.

Cuando supe quienes eran mis compañeros y supe que yo seria el lider de escuadron, evalué a mis compañeros con la mirada. Luego de un pequeño momento, les hice gestos para que se reuniesen conmigo. Una vez todos estuvieron a mi lado, le dije al emisario que tradujese lo que decia en mi idioma, el ingles:

 - "Well, we are the chosen to exterminate the fucking Belials in the north zone. Meet me in the front yard to get the necesary to the mision. We'll go inmediatly."

Luego de eso, me doy vuelta y parto hacia el patio a recuperar mis armas.