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Crónicas de los Condenados. [+18] Cap 2: Intrigas Palaciegas

[Capitulo 2] León en madriguera Ajena.

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08/02/2018, 03:50
Director

El, León Velázquez del Valle Calavera, Invicto en más de ocho duelos de espada, y Veterano de la Guerra contra el invasor, que participo en la batalla del puente, la única que hizo retroceder al extraño enemigo hasta la Batalla de las Tres encrucijadas, donde combatió con el Rey, el Señor de los Paladines del Martillo y una enorme coalición de nobles Meridianos contra el invasor, y donde fracasaron y fueron derrotados irremediablemente, ingreso en el castillo de la Brisa de Zafiro. No estaba allí por capricho. Tampoco estaba bajo su condición de noble, no aun. Estaba allí, porque era la única forma de recuperar el honor, y salvar a su mujer, y quizás, salvar al Reino.
Había sido descastado, intentado asesinar y alejado de su esposa, y sus hijas, lo que más amaba en el mundo, su pariente y Rival, Augusto Velázquez, en su afán de quedarse con el Señorío del Valle Calavera, había enviado asesinos a por él en la mitad de la batalla impidiendo que pudiera dirigir su caballería, en el movimiento de pinza que había solicitado el Rey. Lo había hecho, y había batallado herido, desde su corcel, peleando como la fiera que lleva su nombre, pero ya era tarde. Vago por el campo de batalla herido, hasta que finalmente, su leal subalterno, Ferro, lo encontró y curo sus heridas, mientras huían del organizado invasor.
Ferro le comento que vio morir al rey, y a dos de sus hijos, y por lo menos a tres de los siete paladines que quedaban, intentando salvar al último de los hijos de su majestad, pero la marea de armaduras negras se los trago, por lo que no sabían si el último de ellos estaba aun vivo, o capturado, o muerto, junto a sus padres o en una tumba anónima.
Tal era su deshonra, que quiso morir allí, y si no fuera por su leal amigo, tal vez lo habría hecho. Pero este recorrió el campo de batalla entre muertos y moribundos, hasta encontrar la hoja característica del Noble, una con una guarda en forma de escorpión, que la había ganado pagando el costo de la sangre a su rival Florian. Como antes, sabía que Augusto estaba detrás de ello, pero no había podido demostrarlo. Ferro no vino solo, trajo a su asesino, moribundo. No hizo falta torturarlo, el solo pidió una muerte rápida como parte de pago. Y el pago era una información exclusiva.
Había una información, cartas secretas entre el Duque de Yannur, y el Baronet Velázquez, pero el correo había sido interceptado por fuerzas del ejército invasor, refugiándose en una caravana diplomática del ejercito de Vania. Se sabe que el correo apareció muerto unos días después, sus pertenencias robadas. Ferro se ocupo de darle una muerte rápida y sin dolor, su hoja debidamente afilada. Así fue como recuperaron sus caballos, y dieron una rápida cabalgata, ya no hacia el sur de las tierras, hacia el Valle Calavera, sino directo hacia el Oeste, en una cabalgata desesperada, apretando los dientes para no dirigirse hacia las tierras de su primo, donde vivían su amada esposa y sus tres adoradas hijas.
El Gran camino que cruzaba el reino ayudo, hecho de adoquines y con posadas y tabernas que facilitaban el paso rápido, cambiar los caballos de posta, aunque dolio al principio desprenderse de sus corceles de guerra, recibió buen dinero a cambio de ellos. La reputación de León ayudaba, muchos lo consideraban un héroe y se prestaban a ayudar. Sabía que una comitiva de carroza reforzada y varios jinetes no podían ir muy rápido y por cada día cabalgando, el ganaba tres. Fue una ironía averiguar en una posada que el puerto del Sur había sido cerrado, y tomado por el enemigo, por lo que la única salida viable, era en el castillo de la Brisa de Zafiro, el mismísimo castillo Yannur, el mismo que había negociado con su primo para darle muerte. Ingresar en el castillo bajo su condición de noble, no tenía demasiado sentido, si el embajador de Vania no se encontraba allí. Presentarse obligaría al Duque a darle hospitalidad, pero podían “ocurrir accidentes” y aunque no temía a la muerte, primero quería asegurar de hacer lo posible por su mujer y sus hijas, y por el reino, por supuesto.
Ya se dio cuenta de que había llegado tarde. Las puertas del castillo estaban cerradas, preparándose para el Asedio, mientras los copos de nieve se acumulaban bajo su capa oscura. El estomago de Ferro hizo ruido, ese hombre podía comer ocho veces al día y seguir con hambre. Se mezclo entre la aglomeración de campesinos, mercaderes, que esperaban ingresar en la seguridad de sus muros, y salvarse del ejército invasor. Dos más entre cuatrocientos, sin contar con gallinas, mercancías, algunas vacas, animales de tiro, ovejas, barriles, y bolsas de grano en montones de carretas.
Noto un agradable perfume, y se dio cuenta de que había una mujer que le llamaba la atención, no solo por la belleza de sus rasgos, sino además, por la calidad de sus vestiduras. La reconoció a los pocos segundos, no era raro, era su vecina, Alanna del Bosque de Frutos, el Señorío vecino al Valle Calavera, durante unos meses, evaluaron la posibilidad de ambos contraer matrimonio, así que no le fue difícil recordar quién era, ni los ojos grises, ni tampoco que las curvas que ahora guardaba bajo tela y encaje, eran muy de su agrado. Una de las pocas conquistas que no llego a concretar León. Estaba por arriesgarse a comenzar una charla con ella, cuando observo llegar entre el gentío, a otra mujer llamativa. Ferro fue quien dijo su nombre. “La Dama Dalla del Lago Serpiente”. Era alta, fuerte y voluptuosa, llegando en un corcel de guerra, y con la espada ensangrentada. Uno de sus tres hombres, fornidos del norte, saco un cuerno y sonó tres veces. Los guardias de arriba de las almenaras, respondieron y al ver a dos nobles fueron a consultar. El ruido de las enormes poleas y las cadenas retrotrayéndose con contrapesos para elevar la reja de la puerta y abrir el paso a la gente, que empezó a agitarse y levantar los bultos del suelo, para ingresar al Castillo y al patio del mismo. Las dos nobles ingresaron rápidamente, permitiéndoles un paso franco hacia el interior del mismo. Ferro soborno a un mercader de especias y entraron como parte de su comitiva, el noble guardado bajo su capa, y su espada oculta en una carreta con mulas. Los guardias lo observaron, pero era tal la marea de gente que ingresaba que no pudieron hacer un registro propiamente dicho.
Acto seguido, cruzaron el patio de ingreso y lo refugiaron en un lugar destinado a proveedores de segunda categoría. Tenian techo, pero debían compartir camastro con otros treinta. Era el momento de empezar a actuar.

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09/03/2018, 09:32
León Velazquez de Valle Calavera

Justo como si viviera en un cuartel. Pensó el noble mientras su mirada recorría lentamente el dormitorio comunal, dejando que su mirada barrera en derredor toda la habitación mientras su ojo crítico buscaba a posibles individuos con información útil para sus menesteres hasta que sus ojos se posaron sobre Ferro, un susurro acompañó su mirada inquisitiva mientras gesticulaba con ademanes suaves y fluidos.

 - Voy a ponerme a averiguar algo de información sobre la situación actual, si van a asediarnos debemos usar esto como una forma de presión para alcanzar al bastardo que ayudó a urdir mi asesinato y deshonra. - Sus gestos parecían indicar que hablaba sobre el peso de dos mercancías por como las movía, pero en realidad trataba de temas más serios, con un suspiro, seguido del universal gesto del dinero juntando los dedos y restregandolos entre si apuntando estos hacia arriba, prosiguió - Pero antes debemos comer, llevo escuchando tanto tiempo tu estómago que hasta a mi me ha entrado hambre y a buen seguro que alguno de los mercaderes tiene género para compartir o al menos vender.

 

Sin esperar a la contestacion de su compañero se separó de la pared sobre la que se encontraba reclinado y avanzó hasta el Mercader que más le llamo la atención y tras una reverencia formal le extendió la mano y se dispuso a comentarle si disponía de frutos secos o fruta para el y su amigo así por si sabía algo de interés sobre lo que podría acontecer durante el asedio, la disposición del noble o de si sabía de la capacidad de aguante que tenían o su fuerza militar. En todo momento lo comento bajo el disfraz y excusa de ser alguien que acompañaba al Mercader sobornado, fingiendo inocencia y genuina preocupación por su vida , la mercancía y luego la de los demás.

 

 

Notas de juego

Intento reunir información de algún Mercader que sea singular o parezca saber que está sucediendo y de paso conseguir algo que llegarse al estómago.

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12/03/2018, 20:06
Dama Harper

El Mercader que mas llamo su atención era una anciana, la cual estaba siendo atendida por varias personas. Probablemente en su juventud habia sido toda una belleza, pero en la actualidad, que rondaba los ochentas, si bien de muy buen ver, su rostro era mas un mapa de muchos caminos. Sus ojos, azules profundos, sin embargo, eran destellaban determinación. Lo evaluo como quien evalua una mercadería, y lo taso y peso con la mirada, al tiempo que le ofrecia la mano para que la saludara galantemente.
- Soy la Comerciante Harper. ¿Con quien tengo el placer? Y en que puedo ayudarlo joven…-

Notas de juego

Bienvenido.

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12/03/2018, 21:23
León Velazquez de Valle Calavera

Cogió su mano y se la llevo a los labios, dandole un beso suave y finalmente inclinandose ante la mujer en señal de respeto y cortesía, pese a que era una anciana, seguía siendo alguien merecedora de todos los respetos y florituras de los cuales él podía proveer, además agasajar a alguien de entrada solía ser una buena forma de comenzar el comercio.

 - Soy Alvaro Del Soto - Dijo con elegancia, sonriendola - Oriundo del Valle Calavera, un mercader que por azar del destino ha acabado aquí bajo la perspectiva de  un posible asedio y que...siendo juicioso quería relacionarme con alguien que pudiera  decirme como está la situación del lugar y usted mi señora Harper, parece que porta en sus ojos la experiencia y la sabiduría para ello. No obstante también quería negociar algunas vituallas para mi hambriento amigo y mi persona.

Tras el beso y su presentación, directa al grano y sin muchos rodeos mas allá de las lisonjas que le acababa de dar a la anciana, León sostuvo su mano  con la siniestra mientras la diestra reposaba sobre el dorso de esta, con un movimiento suave y final, bajo la mano de la mujer y la solto suavemente, esbozando una sonrisa amigable pero tenaz, pese a que había actuado de forma zalamera debía demostrar que no era alguien de mente débil y que sabía que tendría que pelear por aquello que acababa de preguntar, esto en resumidas cuentas era su carta de presentación, protocolaría, aduladora pero enseñando la cola del escorpion con su mirada siendo alguien que, en apariencia, actúa de frente.

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13/03/2018, 01:16
Dama Harper

Tal vez le creyó, tal vez no, pero la mujer no pareció darle importancia demasiada.
Pues realmente tenéis modales para ser un simple comerciante, Maese del Soto. Acompañadme. Vos y vuestro… lacayo.dijo sencillamente.
Yo misma también soy una comerciante, como habréis adivinado con facilidad. Especias sobre todo. ¿Decidme, cuales son los productos con los que comerciais?
A pesar de que era una escalera, la anciana se mantenía a buen ritmo, eso si no demasiado rápido. Llegaron a un primer piso luego de unos treinta escalones, y comento.
- Yo comi recientemente, pero no me molestaría hacerlo de nuevo. ¿Podra pasar con una merienda?, pues no es hora aun de la cena.
En el lugar habia una mesita en la cual habían llegado unos comensales, pero la anciana dijo a un siervo en librea.- Trae mas de esos esquisitos pastelitos, y algo para acompañarlos, un buen te, café o cocoa, como guste el Señor del Soto.-[/b]

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13/03/2018, 02:49
León Velazquez de Valle Calavera

Hizo un gesto a Ferro para que les siguiera, mientras avanzó tras la anciana, observando sus gestos y como se movía, esperando a que terminara de tratar con los mozos que la atendían hasta que, comenzó a hablar sin perder la calma y sobre todo con una sonrisa en los labios.

 - Generalmente me he dedicado a hacer de intermediario, cuando alguien necesita algo recurro a los mercaderes que confían en mis servicios y consigo los mejores precios, quedándome con un pequeño porcentaje. Mis modales vienen del trato con algunos hombres de alta alcurnia - Acompaño dicho gesto con un pesado suspiro como si recordase algo que le hiciera sentir pesados sus hombros - Ya sabe que son gente que desea de buenos modales y gustan de disciplinar a aquellos que ven con potencial para hacer de ellos unos buenos recursos.

 

Cuando se paró se sorprendió por la pregunta y el propio dialogo interno de la mujer al que siguió con cautela, dicha pregunta podría tener mas significado del que en un principio pretendía.

 - Un pequeño picoteo mantiene en pie al soldado antes de la batalla - Dijo, riendo suavemente - Así que...en vistas a que quizás en un futuro debamos pasar algo de hambre, mejor será preparar nuestros cuerpos para la que se avecine con una buena merienda. Para mí un Té, el café podría alterar demasiado y quedo muy agradecido por su ofrecimiento Dama Harper

 

Harper, Harper, ¿He conocido a alguna persona así? - Pensó para si mismo volviendo a estudiar a la anciana mujer y echó una mirada significativa a Ferro, esperando a que este le indicara algo de la mujer, espero el momento oportuno para sentarse, haciendolo por el lado adecuado y siempre despues de que su "anfitriona" se acomodase.

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14/03/2018, 19:00
Dama Harper

Ferro se dedico a comer, casi sin ningún decoro, la mayoría de las masitas que había sobre el plato. A la mujer, en lugar de disgustarle, pareció divertirle. Luego pareció causarle gracia el comentario de que “un pequeño picoteo mantiene el soldado antes de la batalla”.

- Querido Señor Velazquez, muy mala seria en mi trabajo, si no supiera quien es usted. Lo siento, pero no quiero engañarlo manteniendo una charada. Le he vendido a todo noble a lo largo de mis muchos años y el vuestro no es un rostro que pase desapercibido. Ha dicho una bonita charada, pero lo cierto es que se le escapa su porte noble por cada uno de sus poros. Cuenteme en que puedo ayudarlo en este difícil lugar.- indico con la mano que trajeran mas masitas, porque Ferro habia dado cuenta de la mayoría, y cuando lo hicieron, lo hicieron con el te humeante que sirvieron en tazas de porcelana.Puede contar con mi discreción, obviamente, pero me parece que seria un buen paso para usted mostrarse como quien es. Seguramente asi, estará mas protegido ante el Duque que siendo un común dedicado al comercio.

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14/03/2018, 23:14
León Velazquez de Valle Calavera

La sonrisa impoluta de su rostro no desapareció es más, se ensanchó lentamente mostrandose incluso complacido por la sagacidad de la anciana, ella no era alguien con quien se pudiera jugar a la ligera y seguramente fuese la titiritera tras muchas sombras en este lugar.

 - Dicen que los muertos no hablan, Dama Harper. - Comento con un ademán mientras cogía la taza de té y se la acercaba a su nariz para olerlo como si de alguien refinado que disfruta del aroma de las hierbas se tratase, aunque si notaba algún olor acre o de castañas amargas, simplemente no bebería - Así que lo mejor es que por ahora siga muerto ante los ojos de otros nobles, quizás sea divertido ver sus rostros cuando aparezca dando un taconazo y esgrimiendo mis mejores galas, ¿no cree?

Tomo aire lentamente y ladeo la cabeza antes de comer una de las pastas mientras que por debajo de la mesa le daba un toque en la espinilla a su camarada Ferro para que se contuviese.

 - A decir verdad mi venida aquí es fruto de la casualidad, tras la ardua batalla que sufrimos y el acoso enemigo así como el de ciertos elementos no esperados que no aventaron nuestra vida así que finalmente pudimos reunirnos y comenzar el camino de vuelta, pero todos los caminos parecen cortados y el único lugar que podía albergar cobijo era este -Dijo gesticulando a su alrededor - Desgraciadamente, esta apunto de ser asediado y parece que nuestro anfitrión es alguien que puede dar mas problemas que soluciones. ¿No creeis? 

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17/03/2018, 20:34
Director

- Joven Señor, has lo que quieras, lo mio es solo el consejo de una anciana. Sin embargo, eres una figura notable, fácil de reconocer, y será tu condición de noble la que te proteja aquí. Si Leon Velazquez figura entre los hombres, no solo les dara animo a los nuestros, también el Duque deberá ofrecerte hospitalidad. Si solo eres Alvaro del Soto, tu muerte no levantara la menor ceja de inquietud.-

El codo del Noble hizo dar un respingo a su compañero, quien bajo la cabeza, algo avergonzado, pero siguió masticando los dos o tres bollos que tenia en su boca, mientras su rostro se llenaba de color y rubor algo infantil.

- Mi relación con Yves- fue algo extraño para Leon que Harper llamara al noble por su nombre de pila, ya que ella misma no era de la nobleza. viene de larga data. Le he provisto muchas cosas a lo largo de muchos años. Este Castillo guarda muchos secretos, en sus jardines, en sus sotanos, y en las habitaciones del Duque, entre otras cosas. Hay muchas zonas prohibidas, y otras custodiadas por simples mercenarios. Quizas este castillo resista el embite del exterior. Los otros reinos, Vania y Grendopolan, probablemente no gusten de Meridian, pero estoy seguro que no querrán al ejercito de Negro en sus puertas si pueden evitarlo. Todo se trata de pragmatismo, y equilibrio, Mi Señor Velazquez. Quiero ayudarlo. ¿Por que? No por altruismo, estese por seguro. Su presencia aquí equilibra otras, y tenerlo cerca me ayuda en mis planes. Asi que podríamos considerarnos aliados, si asi usted lo desea.

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17/03/2018, 20:49
León Velazquez de Valle Calavera

 - Evaluare sus palabras señora Harper, pero coincido en que si trabajamos juntos podremos lograr nuestros objetivos, sin embargo le conmino a que los comparta conmigo, no suelo gustar de ser un títere y si quiere mi cooperación tendrá que ser de igual a igual. Motivo por el cual por ahora deberé aguantar un poco mas encubierto hasta saber si nuestro amigo no está implicado en "los imprevistos" que sufrí durante la batalla -Mustió con desagrado por unos momentos - Podría sorprendernos el hecho de que incluso él estuviera aliado con el Ejercito Negro y todo esto solo ser una pantomima para mantener su mascarada para con sus aliados y mantenerle encubierto. ¿Lo ha ponderado? 

León dio otro sorbo al té, vigilando los movimientos de su alrededor y finalmente los de la anciana, sus instintos no le habían fallado pero sí el era un escorpión, ella erar una víbora de cascabel cuya cola estaba empezando a agitarse con mayor vehemencia, anunciando su siguiente ataque. Ahora, mas que nunca, debía mostrar cautela y sobre todo mediar por una alianza favorable.

Este comentario final era un golpe de efecto al ver que ella mencionaba el nombre de pila del anfitrión, la provocación para hacer un movimiento agudo y alcanzar su objetivo era algo que los esgrimistas debían hacer para desatascar un duelo, pero ¿Quien llevaba la delantera?, estas fueron sus pensamientos al acabar su dialogo, mientras observaba a la anciana con un gesto amigable pero alerta, encubriendo una sonrisa combativa tras la taza de té, cerca de su rostro al dar un último trago.

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19/03/2018, 20:07
Dama Harper

La mujer incito a Ferro con gestos a seguir comiendo, y este se encontró en una duda mortal, si hacer caso a la anfitriona, o a su señor. Con una mano tímida, agarro y tomo una masita mas, que León debía reconocer, estaban deliciosas.

- No pido más de lo que estoy dispuesta a ofrecer, Señor Velazquez, no quiero tenerlo de títere, para eso tengo gente que ya sirve a mis planes, me sirve un aliado fuerte que pueda ayudarlo y quiera ayudarme.

Llego el turno de la explicación del noble donde ella comió con verdadero deleite, y el se dio cuenta de que evito incluso comerse las miguitas. Luego bebió abundante Te.

- Me sorprende usted positivamente, Señor. Y esta es mi respuesta. No necesito ponderarlo. Me extrañaría mucho que no lo haya hecho. Por supuesto que Yves Yannur tiene puesto un dedo en cada porción del pastel. Pero usted me parece uno de los heroicos, de aquellos espadachines que piensan y viven por el acero. No se engañe. Yves no lo es, por más que no dudo que sea excelente con la misma. Si tuvo que ver con alguna clase de atentado contra usted, y fracaso, lo más probable es que ya lo haya olvidado. Era negocios para él, algo relacionado con el pragmatismo.

Bebió un poco para aclarar la garganta.

- Tal vez me he acostumbrado a hablar un poco crípticamente, así que deje que me aclare. Conozco mucho a Yves. Sé que se entromete en cosas, por lo que si hay algo turbio, seguro que tuvo algo que ver, o pudo tenerlo, pero del mismo modo se que no se casa con nadie. El ve las cosas desde un punto de vista de pragmatismo y utilidad. Le daré un ejemplo claro: Ha intentado matarme ya en tres ocasiones en el pasado, y luego de fracasar, le he seguido vendiendo mis productos, y el los ha seguido comprando. La situación fue favorable, y la intento aprovechar y no lo culpo por eso. En retrospectiva, le agrega algo de emoción a la vida. Si yo no supiera defenderme, el habría ganado. Yo he hecho algo parecido a el y el sobrevivió. Es el Gran Juego, Mi señor del Valle Calavera. Y esto es la Corte, quizás la última Corte del Reino. Eso quiere decir que además del Duque hay al menos otros cinco nobles ante los que debe mantener las apariencias, por eso mi acertada sugerencia de mostrarse

Lo observo a los ojos. Quedaba una última masita. Sirvientes llegaron y trajeron algo de bebida similar a un espumante.

- Entiendo su desconfianza, y la aprecio, mucho me disgustaría aliarme con un inocentón. Su desconfianza me hace pensar que es el adecuado. Dígame que desea saber, y yo le responderé lo mejor que pueda. agarro la masita y la arrojo por la ventana Que el diablo la aproveche! dijo, al tiempo que Ferro la miraba irse con algo de tristeza en el rostro.

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21/03/2018, 19:45
León Velazquez de Valle Calavera

 - Una estrecha relación, no me cabe duda - Hizo gesto a Ferro para que siguiera a lo suyo, ligeramente incomodado por su actación, pero sin darle mayor importancia - Mantendré el perfil bajo durante un día o dos para seguir tanteando el terreno pero, en cuanto vea que la seguridad de mi persona y la de aquellos a los que pueda defender esta asegurada, me mostraré como noble para actuar a cara perro.

Observó el gesto de la Señora Harper al tirar la última pasta, pero no le quito ojo de encima ni siguió la pastita con la mano, tal ardid podría quizás ser una artimañana para despistarle aunque fingió que andaba descuidado e hizo un cambio de postura tras ello, cruzandose de piernas y reclinandose en la silla finalmente.

 - Creo que ya sabe de sobra lo que busco y no es sino el estado del castillo, el tiempo que podrá aguantar durante el asedio que se nos viene encima y las posíblidades de escapar de aquí sin tener que hacer saltar todas las alarmas del lugar, ni las de nuestro enemigo. - Comentó, haciendo un aspaviento con la mano como si fuese algo obvio y trivial - Mi estancia aquí debe limitada y creo que si consiguiera llegar al Reino podría incluso pedir refuerzos para flanquear al invasor y aliviar el posible asedio. Aunque sea un hombre muerto, mi necesidad es para con la gente de mi reino y la mejor solución ahora es intentar que este sitio no caiga a manos de nuestros enemigos. Finalmente queda el asunto de mi asesinato, una afrenta que no pienso dejar atrás, como comprenderá deseo, no...anhelo que se imparta justicia por lo que este acto ha producido en contra de mi persona y que pudo acarrear la caída de nuestro amado Rey.

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23/03/2018, 20:22
Director

La Dama escucho respetuosamente, a Leon, mientras este hacia sus peticiones.
Espero no malinterprete mi ignorancia con respecto de algunos asuntos, con mis ganas de ayudarlo, Señor Leon, pero poco se de estado de fortalezas, excepto que esta parece ser bastante defendible. Si puedo decirle que no hay uno, no hay dos, ni tres, si no realmente varios pasillos secretos en este casillo, algunos lo sacan del exterior. Yo misma conozco alguno. Otra cosa que me animare a decirle es que el tiempo pasa aquí mucho más rápido. Mucho me temo que deberá definirse antes de lo que cree. Levanto la mano, dejando de hablar, y dando a entender de que el debía hacerlo también.
Efectivamente, el oído de la dama parecía ser bastante agudo, pues respetuosamente, ingreso un hombre en librea, y susurro algo a su oído. Ella asintió y el sirviente se retiro.
Vienen a invitarnos a una cena en el Castillo, con toda la nobleza del lugar y los comerciantes de la zona. Debe decidir si usted quiere ser El Señor del Soto, o León Velazquez del Valle Calavera. Quizás haya alguno que lo reconozca, quizás no. Decida con premura, estimadísimo señor.
En efecto, menos de un minuto después, ingreso como si fuera el dueño de la habitación un siervo en la librea de la casa, similar al anterior, pero de mayor rango, su librea amarillo opaco y marron impecable y afeitado perfecto, con arrogante mirar hacia la comerciante.
Dama Harper e … Invitado. Se les indica asistir de inmediato a la Cena del Ilustre Duque Yves Yannur, Señor del Castillo de la Brisa. Harper asintió, confirmando su invitación y el otro se fijo en Leon, observándolo con algo de desden [b] ¿A quien debo anunciar, Señor…?[]

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25/03/2018, 01:28
León Velazquez de Valle Calavera

 - Jugaremos pues al pequeño juego que me sugiere - Dijo finalmente mientras hizo un ademán hacia la Señora Harper, nuevamente haciendo gala de su educación para dejarle entender que estaba de su lado - Hay que ceder terreno para obtener a veces algo y quizás mi anonimato aquí sea algo innecesario frente a los demás nobles y con ello pueda abrirme algunas puertas más. Sin embargo Dama  Harper en cierto momento del día me gustaría reunirme con vos para los preparativos de mi marcha de este lugar en cuanto ambos obtengamos lo que queramos, si voy a aliarme con usted, será hasta el final.