Partida Rol por web

La mansión Giovanni es incluso más suntuosa que la de la fiesta de Hardestadt, sus robustas paredes de piedra llenas de estatuas y filigranas se levantan por más de 3 plantas, y varios senderos que atraviesan los jardines se pierden hacia la oscuridad en la parte trasera de la finca.

La puerta principal de la casa se abre como por arte de magia cuando Bernini se acerca a ella con paso apresurado, y entonces ves que detrás de la misma hay un mayordomo vestido de rojo y negro.

- ¿Se encuentra el señor Mario en la casa?

El mayordomo asiente en silencio

- Necesito recoger algunas cosas, no quisiera importunarle

Entre la breve conversación aprovechas para colarte al interior de la mansión por la puerta abierta, al momento notas como la temperatura baja de golpe varios grados. Bernini que parece tener mucha prisa se mueve con presteza por los pasadizos, sube una escalera de caracol interior hasta llegar a otro extenso pasillo alfombrado y con una de sus llaves abre la tercera puerta a mano izquierda.

Se trata de una sala pequeña con un escritorio austero y cajas amontonadas a sendos lados. Un montón de documentos yacen esparcidos sobre la mesa coronada por una reluciente balanza dorada. Bernini ahora parece trabajar a toda velocidad: de uno de los cajones del escritorio saca un pequeño joyero y echa todo su contenido en uno de los bolsillos interiores de su chaqueta, luego trastea entre las decenas de documentos; pliega algunos y se los mete en otro bolsillo. Finalmente abre una cesta de mimbre y empieza a comprobar las marcas de las esquinas superiores de algunos pergaminos que allí hay enroscados. Cuando encuentra el que andaba buscando también lo saca y lo guarda con cuidado justo a tiempo de oír unos golpes en la puerta que acababa de abrir hacia solo unos instantes.

- El señor Giovanni solicita su presencia.

Era el mayordomo de antes. Puedes leer en el rostro de Bernini que aquella noticia no le agrada lo más mínimo, y aún así asiente y se dispone a salir del despacho y cerrarlo con llave.

Al ver que dos de vosotros avanzáis hacia ella, ésta se retira rápidamente hacia atrás como si vuestra cercanía la repeliera y no hace ningún intento de esconder su precavido miedo.

Los ojos de la nosferatu brillan negros en la oscuridad y con la cabeza baja os mira fijamente. Notáis su reticencia a parlamentar hasta que todos quedéis quietos donde estáis. Presentís que, como si se tratara de un animal salvaje, otro movimiento en falso podría ahuyentarla definitivamente.

No albergo malas intenciones hermana  pero si te vas a sentir mas segura mantendre las distancias .Digo retrocediendo unos pasos y manteniendo en todo momento las manos  a la vista. Tu diras que nos quieres 

Observo como Bernini hace sus preparativos, parece que efectivamente piensa marcharse así que todo va bien y apenas me despisto un poco con un par de sombras 

Pero entonces el señor de la casa, Mario Giovanni supongo, le reclama y un ramalazo de inquietud recorre mis tripas (similar al que debe sentir Bernini) 

Me apresuro a salir de la habitación antes de que Bernini me encierre en ella y luego continuo siguiendole, desde una distancia prudencial y mayor que antes

- No me gustan estos juegos Madame Cloaca. - le digo. Dinos de una vez que quieres.

- Más vale que no huyas o te perseguiré hasta acabar contigo. - pienso.

- Tu compañero me pagó para reunirme con unos amigos que tenían la necesidad de contactar con "los míos"

un huesuda dedo apuntaba a Jäger des de la posición rezagada de la mendiga

- Os dije que nos volveríamos a encontrar y... ellos deben ser esos amigos de los que hablasteis.

ahora mueve el dedo entre los arapos para señalar a User, Aricia y Milos

Bernini se dirige hacia una sala magna, donde tras una puerta de doble hoja hay una magnífica habitación repleta de cuadros con marcos dorados en las paredes donde no hay estanterías llenas de libros debidamente ordenados y encuadernados con exquisitos tonos oscuros.

Una enorme butaca del mismo terciopelo carmesí de las cortinas deja a sus espaldas el gran ventanal cuyo paisaje muestra uno de los montes que rodean la ciudad.

- ¿Hay algún negocio especialmente suculento del que no me haya hecho eco?

Los ojos de Mario Giovanni miraban fijamente uno de los varios bolsillos pesadamente llenos de la chaqueta de Bernini

- Ha salido algo, un viaje inesperado. Es una oportuni...

 - ¿Y cuándo pensabas decírmelo? creía que teníamos un trato,

 - Mi señor, ha sido algo completamente inusitado de...

 - Shh, shh, shh.... cállate amigo,

Mario Giovanni corta al mercader y pasea su mirada por la habitación, durante unos breves segundos te da la impresión que su mirada se posa en tu figura ofuscada pero sigue dando una vuelta por la sala

- Tus trabajos siempre han sido muy apreciados por nuestra familia como bien sabes. Tienes razón, no necesito oír tus explicaciones, estás en el derecho a llevar tus propios negocios sean de la naturaleza que sean y no voy a inmiscuirme en ellos, siempre y cuando no nos perjudiquen a nosotros ni a nuestro buen nombre.

Giovanni se acerca a una de las estanterías y saca de allí una caja, y mientras la abre sigue charlando

- Siempre has colaborado en bien nuestro y se que lo seguirás haciendo, y nosotros hemos sido más que razonables con nuestros pagos. Para que estés seguro de mi personal confianza en ti, incluso estoy dispuesto a financiar personalmente este viaje, sin saber de lo que se trata.

Mario saca un pequeño monedero de cuero de la caja y se lo extiende a Bernini quien inspeccionando su contenido responde con una expresión de incredulidad.

 - Pero señor, esto es...

 - Una parte es para ti: nuestro agradecimiento por tu lealtad, no espero que se nos sea devuelta. El resto consideralo una inversión de la familia.

 - Por supuesto señor Giovanni, sabe usted que su dinero está en buenas manos.

 - Buen viaje.

Bernini se inclina ante el imponente aristócrata y se dispone a marcharse.

No puedo negar que la presencia de Mario Giovanni me causa gran inquietud, aunque es algo que he sentido con frecuencia en mi no vida frente a otros vastagos con poder.

Afortunadamente no llega a descubrirme lo que llevaría a una situación muy incomoda. Pero su comportamiento me parece cuanto menos curioso y decido obserbarlo con mas interes enfocando mis dones en el

De repente un halo pálido se manifiesta alrededor de la figura de Mario Giovanni, no es ninguna novedad que se trate de un vampiro; sin embargo el color que empieza a tomar aquel tenue humo es el de un inconfundible esmeralda intenso y penetrante que contrasta a la perfección con el rojo de sus vestimentas.

"interesante" de mi experiencia con este don deduzco que ese color no augura nada bueno, mas bien que Mario Giovanni es muy bueno engañando.

Solo espero que Bernini pueda salir de la mansión sin inconvenientes porque sin duda el Giovanni acabará actuando, y mas nos vale que sea fuera de aquí

Siempre sigiloso tras mi manto de sombras sigo a Bernini hacia la salida, atento a nuevas sorpresas

El Brujah se mantuvo todo lo calmado que pudo: esto es, no actuando.

-A mí no me mientes, vieja zorra -dijo- o esta vez no tendrás tanta suerte.

Desvanecimiento o no, seguía pudiendo lanzarse sobre ella y arrancarle el cuello de un mordisco. Técnicamente matar vampiros era ilegal. Ténicamente eliminar a un Nosferatu siendo un miembro de los Grandes Clanes, especialmente si te estaba siguiendo, podía acabar siendo un caso ganable. Técnicamente... bueno, técnicamente esas cosas se le ocurrirían a posteriori, ahora estaba ocupado tratando de mantenerse calmado.

La mujer aparta el dedo con el que os señalaba de forma siniestra

- Puedo entender cómo lo hacéis para ganaros enemigos tan rápido en la ciudad

Le reprocha la mujer a Jäger por su grosería a la hora de dirigirse a ella, aunque por su tono la mujer no parecía ofendida en lo más mínimo.

- He venido porque hice un trato con vosotros, si necesitáis algo es ahora el momento de negociarlo. De lo contrario esta será la ultima vez que tengamos trato alguno, hay gente interesada en cerraros todas las puertas posibles a la estirpe romana y no me gustaría contradecir a esa gente.

Nuestro compañero es algo brusco de maneras pero tu eres demasiado enigmatica , enemigos?.tratos ?Negociacion?.Me encojo de hombros .Nunca se puede gustar a todo el mundo pero no hemos tenido tiempo de buscarnos enemistades  que yo sepa ...o si?

Niego con la cabeza. A veces Jäger se ponía sentimental, solo que sus sentimientos no eran ni la compasión, ni la paciencia, ni el ser entrañable.

- ¿Qué sabes de Ambrogino Giovanni y sus tejemanejes con el robo de documentos, si eres tan amable? - digo, dirigiéndome por primera vez a la Nosferatu. - Seguro que los tuyos tienen esa información. Y nos vendría muy bien. Así de paso le damos un pequeño plantón en las narices a esos enemigos nuestros y de la Camarilla por ende, ya que al parecer les servimos a ellos.

La mujer primero escucha a User y después a Aricia con atención

- Puede que haya sido el mismo Ambrogino. - refiriéndose a la enemistad citada por User - Estos Giovanni son peligrosos... no deberíais ir husmeando en sus asuntos. De todos modos no me habéis pagado suficiente para buscarme yo misma su enemistad.

La nosferatu deja claro que no tiene intención de desvelar información alguna sobre el clan Giovanni por quien profesa cierto respeto ¿o es miedo?

- Sea quien sea, algo habéis hecho pues hay caínitas poderosos divulgando la misiva de negar cualquier tipo de cooperación al brujah Jäger y al gangrel que lo acompaña

El sonido de pasos acercándose por la calle interrumpe a la mujer que se voltea asustada

Bernini sale de la mansión sin problemas, y todavía con cierta prisa deshace el camino que habíais tomado para llegar hasta el barrio alto y de vuelta a los almacenes ves que tus compañeros esperan en medio de la calle, frente al almacén Giovanni. Bernini entra por la puerta de atrás.

Oír hablar de mi no me gusta y menos en esos términos.

Miro a Jäger intentando averiguar de que cojones habla la Nosferatu esa.

Cuando escuchamos pasos y Madame Cloaca se pone tensa me preparo para lo peor. Avanzo más allá de la Nosferatu y presto atención a todo lo que allí acontece.

Doy un paso hacia las sombras para desaparecer abrazado por la oscuridad.Si una nosferatu se sobresalta  es tiempo para un setita inteligente de ocultarse .Pego la espalda a una pared y casi por inercia mi cuerpo contiene  la respiración como cuando estaba vivo .

Milos se estaba divirtiendo. Después de cierta tensión vivida con el enano, la visita de aquella Nosferatu le reconfortaba. Siempre era reconfortante entender que, aún siendo un marginado, aún hay quien lo es más. Sus compañeros cainitas no se molestaban en mostrar ningún tipo de condescendencia por la recién llegada. No así, Milos entendía que algo había en ella que era interesante observar. Algo de información... algo de utilidad, al fin y al cabo. Pero dejó hacer a sus compañeros y no le defraudaron. El trato casi vejatorio a aquel amasijo de pústulas y eczemas no dejó lugar a un entendimiento. 

Y finalmente cuando el gitano estaba por intervenir, algo asustó a Madame Cloaca.

- ¿Qué demonios...? - resopló el ravnos mientras echaba la mano a la espada en un acto reflejo más humano que vampírico.

Algo se acercaba.