Partida Rol por web

Un magnífico local donde sirven las mejores cenas. O lo sería si no estuviese en el culo del mundo, su cocina no hediese a grasa y productos en mal estado y Jim no fuera tan rematadamente gilipollas.

Pero por lo demás, es un sitio estupendo para tomarse un café...o una tapa de morros.

-Buenas noches. ¿Qué le apetece tomar? Tenemos como plato estrella hoy huevos fritos con doble ración de bacon, el alimento de los campeones.

Lo cierto es que Cindy no es fea. Tampoco es extremadamente bella, pero su piel tostada y sus ojos oscuros hacen una convinación que tiene un no-sé-qué. Aunque el traje azul que lleva no le hace ningún favor a su figura, ocultando la mayor parte de las curvas que parece tener pero que nadie estáseguro de qué existan.

Esta noche el bar estaba más bien vacío. Un par de parroquianos habituales, un paleto con gafas, una chica rubia, un motero, un cura y un tipo totalmente normal parecían formar la clientela del día.

-Ponme un café con leche, por favor.

El tipo tenía unas pintas un tanto homosexuales, con sus gafitas y su pelo medio largo. En cualquier pueblo medio de EEUU, ya le habrían crucificado. Un pueblo medio como el que está ahora...

Habia recorrido muchos kilometros, y ví éste pueblo de casualidad, necesitaba echar gasolina, y no esta de más comer de vez en cuando algo caliente y con colesterol.

-Ponme un especial de la casa y una cerveza.- La digo a la mujer -Soy tatuador, no sabrás de alguien que quiera un tatuaje verdad?- Pregunto, pues mi economia no es que esté muy bollante, y algún dinero extra nunca viene mal.....

La dedico una sonrisa encantadora mientras juego con el Zippo esperando una respuesta.

Harold Söderström lleva un rato sentado en la barra, dándole vueltas al vaso de café mientras se fija en la ligera película de gotitas de grasa que flotan en el mismo. Levanta la vista al oír el ruido de la puerta cuando entra Jeff, y eso le saca de su ensimismamiento.

- Perdona - le dice a Cindy mientras empuja con un dedo la taza de café - ¿Puedes servirme algo que venga embotellado, por favor?

Acto seguido, saca de su bolsillo su edición en islandés antiguo del Landnámabók y empieza a leer, sin fijarse demasiado en su entorno.

-Un especial y dos Bud, Jim

Se acercó a Jeff con las cervezas en la mano y le entregó una de ellas con una media sonrisa.

-Pues la verdad es que no, no necesitamos ninguno que yo recuerde.- estira la sonrisa de lado a lado, mostrando una dentadura un tanto amarilleada por el tabaco, pero a todas luces bien cuidada.

Sigue su camino hasta Harold, al que le deja en la mesa con un movimiento seco la botella de Budweiser.

-Aquí tiene.

El gafitas se acerca a Harold, mirando con interés su libro. Cuando está al lado, levanta el libro que él mismo está leyendo, The shotgun Dude e intenta trabar conversación con Harold.

-Buenas. Por tu acento deduzco que eres europeo. ¿De donde exctamente?

El padre O'Ciann entra en el café de Jim tras volver de un rancho a unos cuantos quilometros al que acudió a dar la extrema unción a una ancianita que a estas alturas ya se ha ido a reunir con Dios Padre.  Mira a su alrededor y frunce el ceño ante alguno de los parroquianos. Un tipo tatuado con pinta de macarra y dos con pinta de pervertidos homosexuales. ¿Donde está yendo America?

Aún así saluda a la concurrencia con un "Buenas noches hijos mios". Se sienta en una de las mesas y levanta la mano dispuesto a llamar la atención de la camarera y pedir un café. Quizas algo de comer.

Con paso ligero Cindy se acerca al Padre O'Cian, dispuesta a servirle en lo que haga falta.

-Dígame, Padre, ¿qué desea tomar? Tenemos como plato estrella hoy huevos fritos con doble ración de bacon, el alimento de los campeones.

Al Padre puede que no le sonase extraño, pero a aquellos que llevais allí más de diez minutos os parece más una letanía aprendida que el plato del día.

EL padre pidió un café y el especial del dia. Acto seguido rebuscó en el portafolio hasta sacar su biblia y su libreta para tomar algunas notas para el sermon de mañana. En el portafolio seguia llevando tambien la estola, el hisopo para el agua bendita y el receptaculo de los santos oleos. Abrió las escrituras por la segunda carta de Juan pues pensaba que su sermon se dedicara a las señales del fin de los dias y los peligros de la depravación moral.

Harold estaba muy concentrado en la historia de Ari Thorgilsson como para percatarse de nada especial, tardó un segundo en entender que el tipo de las gafas se estaba dirigiendo a él y entonces alzó la vista. Se disponía a responder cuando entró el padre.

Respondió a su saludo con un movimiento de cabeza y estaba punto de volver a la lectura cuando se encontró con la mirada del tipo. "Vaya, uno con ganas de charlar" pensó, y se forzó a esbozar una sonrisa mientras respondía automaticamente, sin dejar de pensar en las visicitudes que afrontó Ingólfur Arnarson para poblar Islandia.

- Has acertado, soy Harold Söderström - dijo tendiendo la mano y esforzandose por sacar su mejor acento nórdico al pronunciar su nombre - Nacido y educado en Estocolmo. ¿Y tú?

Mientras decía esto, su mirada vagó por el bar, encontrandose un momento con los ojos inquisitivos del padre.

-Yo me llamo Stan, nacido y criado en Kansas. ¿Qué le trae por aquí?

Estrechó la mano y esperó la respuesta. Parecía un tipo extraño, demasiado inteligente para la clase de tugurio infecto con disfraz de cafetería como en el que estaba. Un tipo con un cierto valor intrínseco, pero que ahora mismo no valía nada de nada.

-Cindy, esto ya está.Mierda de gentuza que infecta mi cafetería. SI no es porque pagan mis facturas...Venga, niña, muévete.

Jim es un tipo gordo, de cara redonda como un pan y un tanto estúpida. La verdad es que eso demuestra lo que lleva dentro: estupidez a más no poder. Debe ser de esas familias d ecerdos endogámicos que dan lugar a aberraciones de la naturaleza como a que podeis ver aquí.

Cindy se acercó a la barra y en cuestión de segundos ya había servido al cura y a Jeff. Cuando terminó, se volvió detrás de la barra a esperar la siguiente orden, aburrida de todo.

Master... ¿En que parte de los USA estamos? ¿Kansas?

EDIT POR EL MASTER: Sí, estamos en Kansas.

El padre O'Ciann se pone a comer alternando los bocados con sorbos al café caliente. Levanta una ceja viendo como esa parejita de deprevados flirtean. Satanas los ha apartado de la decencia y la moral y los ha arrojado al pecado nefando. La culpa de todo son los malditos democratas. Pervirtiendo el pais des de la Casa Blanca.

Toma otro sorbo y se sumerge en la lectura de la Biblia.

Entro al bar con la bolsa en el hombro. Veo a un cura leyendo su biblia, un tipo con pintas de duro y dos con pintas de demasiado blanditos.

Me siento al fondo de todo, apartada del resto y miro por la ventana con cierto aburrimiento. Cuando se acerca la camarera pienso por un momento que es sin duda un varon por sus rasgos duros pero no es asunto mio despues de todo.

- Hola ¿Tiene algo con mucho chocolate?.- pregunto sin dejarla hablar.- Si es asi ¿Podria traermelo con una racion doble de chocolate por encima... por favor?

Pongo cara de niña buena mientras coloco la bolsa de deporte a mi lado.

Cindy se agacha detrás de la barra, trajina un momento, y extrae lo que parece ser un paquete de chocolate soluble. Sin contonerase, sin movimientos femeninos de ningún tipo, camina hacia la cafetera y echa el chocolate en una de las entradas. Al cabo de unos instantes el olor del chocolate caliente inunda las fosas nasales de todos los parroquianos.

Con cuidado de no quemarse lo coge y lo pone delante de Danna.

-¿Vas a querer nata o nubes?

- No, muchas gracias, asi esta bien.- digo sonriendo antes de atrapar el chocolate entre mis manos, disfrutando del aroma mientras mis ojos pasean con curiosidad entre todos los presentes.

Di un sorbo muy pequeño, era como una niña y queria que me durase, ademas estaba muy caliente como para tomarlo de un trago.

- Nada especial, estoy dando unas conferencias en la Kansas University - alzó el libro, mostrando la tapa - Literatura nórdica. Volvía al hotel y pensé en tomar algo, pero ya me estoy arrepintiendo. - añade Harold mientras observa atentamente la botella de cerveza, pensando si beber o no... "¿Cual es el límite de alcohol en sangre en este país?" Era básicamente lo que le pasaba por la cabeza.

- ¿Y tú, Stan? No pareces el típico Joe Miner que se ve por aquí. - "Ya lo estás haciendo otra vez Harold, esto de ser amable nunca sale bien. Luego se piensan que eres gay... ¿Y porqué me mira así ese cura? La gente cada día es más rara."

La entrada de la muchacha y su actitud casi infantil le arrancan una sonrisa, luego sujeta la cerveza, leyendo la etiqueta, y piensa de nuevo en si echarle un tiento o no.