Partida Rol por web

El padre levanta la cabeza cuando uno de los homosexuales, el rubio, habla. Por el acento parece europeo, alemán o algo así.  Por ahi todos son unos pervertidos, sodomitas, seropositivos y depravados, todos están enfermos. El Señor no se complace, seguro, en sus pecaminosos actos.

Al parecer Junior ha conseguido un pleno bastante aceptable esta noche. ¿De donde vendra la niña? Muy alegre como para haberse escapado de casa y (cosa rara en la juventud) no parece ir bebida ni drogada. Ya se verá de que pie calza...

-Pues nada. Yo soy de Kansas City, y voy camino a Los Ángeles para un trabajo. Estaba cansado y decidí pasar la noche en este pueblo. Como me aburría decidí pasear y tomarme un café.

Dejó el libro en la barra, se acercó su café (bastante más limpio que el de Harold) y se acomodó en un taburete al lado del europeo.

A espaldas de los dos supuestos homosexuales, un viejo codeó a otro y le musitó algo al oido. Debió ser algo divertido porque los dos empezaron a reirse.

El que había hablado al otro cloqueó en dirección a los dos de la barra.

-Cocoricoooooó...

Más risas, que poco a poco se extendían por el local.

George entro en el restaurante con una expresión de cansancio porque acababa de salir del trabajo. Los compañeros de trabajo le recomendaron que probara este restaurante que estaba a las afueras de Kansas pero George se conformaba con un plato ya que no tenia ganas de cocinar al llegar a casa. Al entrar vio gente bebiendo, comiendo y hablando, el busco una mesa orientada al escaparate y ver el paisaje. Cuando encontro una mesa libre se sento y cogio el menú con los platos y espero a la camamera para que cogiera nota.

Cindy se acercó al tipo que acababa de entrar. Por su aspecto, y por la ropa que llevaba, era un bombero. Y parecía estar reventado de trabajar.

-Buenas noches, ¿qué desea tomar? Tenemos como plato estrella hoy huevos fritos con doble ración de bacon, el alimento de los campeones.

Otra vez la letanía.

El padre esbozó una sonrisa cuando los parroquianos hicieron mofa de los pervertidos. No todo estaba perdido en America pues. Tomó otro sorbo de su cafe mientras alguien más entraba en el café. Parecia un tio fornido, quizas un policia o un bombero. Pasó las paginas y se detuvo en la lectura de los pasajes del escalofriante capitulo 9 del Apocalipsis de San Juan.

Harold hizo un gesto de indiferencia cuando oyó el cacareo, un paleto de Kansas no iba a hacerle perder los nervios.

La camarera me trae la comanda, doy un largo trago a la cerveza y empiezo a comer, veo que entra una chica rubia, bastante atractiva, y me pongo a mirarla como si de un paisaje se tratara, focalizando toda mi atención sobre ella...

Tan sumamente focalizada está tu atención sobre la belleza rubia que un trozo de huevo con yema incluida se desliza desde la comisura de tus labios y va a parar a tus pantalones, pringándote toda la entrepierna.
La verdad es que ahora parece que has violado a un pollito.

-¿Y estás casado?

Lo cierto es que el chico se esmeraba en intentar tener una conversación con Harold, pero todos sus intentos eran un tanto infructuosos. Vamos, que mejor se estaba calladito.

Los viejos volvieron a reirse, esta vez de forma muy estridente.

-Mi'a tú, como sh'arrejuntan los tórtolos estos. Pa'ecen hechos a medida.

Las risas arreciaron aun más.

El resto de comensales de la cafetería miraban con cara extrañada a ambos viejos, entre divertidos y molestos por la situación que estaban creando.

- Espera, Stan - dijo Harold interrumpiendo al americano. Se giró sin decir palabra, levantando de la silla su más de metro noventa de estatura, y se giró hacia los dos viejos mientras les clavaba la miraba.

- "Tyven mener at alle er som sam" - les soltó con su mejor acento vikingo.

Mientras todo el mundo se gira hacia la puerta, impelidos por el olor a sangre que desprende el pavo que acaba de entrar, tu lapidaria frase que nadie ha entendido hace callar a los paletos.
Encojen los hombros, miran hacia otro lado, y musitan algo entre dientes. Algo que te suena como:
-Y ento'avía tién los huevos de no hablar nuestro idioma, estos maricones...

George le dice a la camarera "Buenas noches, no no quiero los huevos fritos con doble ración de bacon, prefiero tomar una ensalada y una Coca cola, gracias" "Espero que haga una buena noche porque vivo lejos de aquí". Después yo mira a su alrededor y observa los clientes: comiendo, charlando, mirando a los demás. George piensa (por la hora que es no se llenara el restaurante).

Las puertas del local se abren una vez más. Golpean en sus batientes, dejando paso a un extraño tipo rubio...

El tipo blande en su mano una columna vertebral aun unida a una pelvis. La carne se desprende de la columna a cada paso que da, regandolo todo con sangre y suciedad.
El hedor que desprende su cuerpo es infame. Sangre, semen, sudor, orina... dolor, odio, locura... Vuestras narices se encojen involuntariamente al respirar el ambiente a su alrededor. Uno de los clientes, sin poder aguantar más, vomita en el propio suelo los huevos con bacon anteriormente consumidos.

Con un simple gesto, el rubio deposita en una mesa los restos del torso de algún desgraciado. La pareja sentada en dicha mesa es literalmente dichada por los restos. En todo momento el tipo sonríe dirigiéndose a la barra sin hacer caso de quienes estais mirándole con cara de asco y morboso interés.

Levantado la mirada de la plancha, se gira hacia la puerta. Con cara de extrañado, Jim abre su enorme boca:

-¿Qué es esta idiotez?- grazna. Con tono de befa, añade:- No es Halloween, hijo. Si vas a una fiesta es un traje muy impresionante, asi que no nos dejes retenerte. ¿Me escuchaste?

La arcada que me produce bien me indica que de disfraz tiene poco, maldigo el haber parado en éste pueblo de mierda y que posiblemente me retenga, sin pensarmelo dos veces saco la glock de la parte de atras del cinturón y cuando se acerca el tipo le pego dos tiros en la cabeza.

Vale, se que mis metodos son un poco gansta, pero coño, lleva una columna vertebral humana y sangrante que esta poniendo el suelo perdido...

El padre O'Ciann levanta la vista de las Escrituras golpeado por tan inmundo hedor. ¿De que va disfrazado ese chaval? ¿Es uno de eso EMO que hoy en dia salen por la tele haciendo posturitas y berreando? Lo que sea el tio no parece estar en sus cabales, como gran parte de esta nación alejada de Dios.

El padre trata de volver su atención de nuevo hacia el texto de San Juan cuando se oye un disparo.

¡Por el amor del buen Dios! ¿Que diablos?