Partida Rol por web

Nuestros héroes se dirigieron al lugar donde el representante de la banda los había citado. Un estadio de la estación Absallon donde darían un concierto. Los mayordomos se encargaban de la seguridad del lugar, pero no proporcionarían protección durante la gira. La banda se subió al escenario y un coro de aplausos y gritos histéricos les dio la bienvenida.

-Muchas gracias a todos nuestros fans de la estación Absallon por venir a vernos esta noche -dijo el guitarrista ni bien se acercó al micrófono- Comenzaremos cantando una canción de nuestro primer álbum que fue un gran éxito y seguro que ya la conocen. Espero que lo disfruten.

Y así, la banda comenzó a tocar una canción con una letra... un tanto triste...

Tu sonrisa brillaba
Como una estrella fugaz
Como duele saber
Que no pude protegerte
Semilla de la vida
No desaparezcas
A través del universo
Busco tu perfume
Escucha mi voz, te amo
¿Donde estás ahora?
Mi princesa
Respóndeme
Con tu dulce voz

El concierto continuó sin mayores problemas. Luego les presentaron a los miembros de la banda.

-Gusto en conocerlos. Me llaman Starsoldier -los saludó el guitarrista- Me alegro de poder contar con ustedes en esta gira. Con los atentados que hemos sufrido recientemente… ¡Es algo espeluznante! Sólo espero que la gran Desna, la canción de las esferas, bendiga nuestro viaje.

-Starbreeder para servirles -secundó el tecladista mientras pasaba su mano vanidosamente por su cabellera- Escucharé con gusto cualquier propuesta interesante y novedosa que tengan para reforzar nuestra seguridad. ¡El cambio es algo bueno en sí mismo!

-Starcleaner. Un placer -continuó el percusionista en un tono un poco más serio que el resto- Disculpen si no hablo mucho. Esto de emitir sonidos a través del aire es relativamente nuevo para mí.
 

Con los brazos cruzados, apoyado en una pared, observó detenidamente a los tres miembros de la banda, sin quitarse el casco, con un lacónico tono de voz les contesta “Mi nombre es Valaker”

Posa los dedos índice y anular de su mano derecha en la frente del casco, imitando el saludo militar, pero con aire de relajo “Seria bueno que nos dieran más detalles de los incidentes que han padecido anteriormente, por lo general las bandas musicales no lidian con amenazas armadas………”  titubeó unos segundos “Excepto ustedes, tal parece”

Vuelve a cruzar los brazos, tras lo cual mira sus compañeros.

Una nueva misión se presentaba para Kelgar, que tras varios meses ofreciendo sus servicios como guardaespaldas en Absalom, se había ganado cierto nombre.
De hecho, su peculiar arma lo hacía fácilmente distinguible, pues pocos individuos llevaban una espada con un filo a cada lado.
Eso, unido a su armadura pesada negra, con casco cerrado, le daban un aspecto algo siniestro.

En esta ocasión, debería proteger a una banda de rock que parecía gozar de una gran popularidad. Y también de algunos enemigos, si hacía caso a sus comentarios sobre un anterior atentado.

Escuchó su concierto con indiferencia, hasta que aquella canción de melodía triste le hizo reaccionar.
En cierto momento pensó en Yulia... estaba casi seguro de que aquella noche, la explosión se la había llevado por delante.
No había tenido tiempo de contarle sus sentimientos, pero tanto mejor. Su objetivo era ascender en las filas de los Caballeros de Golarion, y en última instancia volver a Athlan con el poder suficiente para cambiar las cosas.
En esos planes no tenía cabida aquella humana de cabellos anaranjados.

Una vez terminado el concierto, se reunieron en el camerino para conocerse y escuchar los problemas que había tenido la banda hasta ahora.
Soy Kelgar.
Coincido con Valaker en que deberíamos saber a qué os habéis enfrentado hasta ahora.
También saber qué sitios vais a visitar en la próxima gira.
Y por último, como recomendación, usaría ropajes que ocultaran vuestras identidades fuera de los conciertos. dijo Kelgar, en un tono serio, apoyado sobre una de las paredes.

El concierto se había terminado por fin, y Ky va de un lado para otro, investigando el camerino palmo a palmo. No es que le preocupen amenazas ni el trabajo, es simple curiosidad por saber sobre la banda y sobre la industria de la música. Es la primera vez que conoce a gente así. Debido a la telepatía de corto alcance de su especie el resto de los allí presentes pueden sentir de manera constante la fascinación de la joven Shirren por prácticamente todo lo que la rodea.

Cuando Starsoldier menciona a Desna la curiosidad deja paso otra emoción: una mezcla de júbilo y respeto.

-Ojalá que así sea, y recibamos muchas de sus bendiciones. Dice con una voz sin tono ni inflexiones. La comunicación sólo por sonidos es muy limitada, pero sin conocer bien al resto de personas que están en la habitación no se atreve a usar su telepatía de un modo más directo. Al parecer muchas especies tienen bastantes problemas lidiando con emociones, y especialmente compartiéndolas con los demás, así que no quiere hacer sentir incómodo a nadie.

Encuentra un botón de colores brillantes en el suelo y lo recoge. Comienza a atarlo en su báculo junto con al menos otra docena de pequeños recuerdos que ha ido recogiendo en sus viajes. El tener las manos ocupadas hace que se olvide de concentrarse en hablar sólo con sonidos, y su siguiente comunicación es mitad palabras mitad pensamientos y emociones proyectados.

-Si algo tienen los viajes es que se van dejando cosas atrás, verdad? Ahora que se comunica de manera más abierta se puede apreciar su tono alegre y dulce. Dejaremos atrás esos atentados... de una manera o de otra. Aunque físicamente su rostro no puede sonreír todos a su alrededor pueden sentir la calidez de sus palabras.

-Uy, que se me olvida -emite unos chasquidos que seguramente sean una risa- me llamo Ky´xysie´j.... con Ky vale, encantada.

Alan podía oír la música desde tres calles de distancia mientras se acercaba al concierto. No era especialmente fan del eyebite rock, y a decir verdad el estilo punk eterno de la estación Absalom le acababa resultando un poco tedioso si pasaba allí largas temporadas. Por fortuna, no solía hacerlo, ya que su trabajo le llevaba de un sitio a otro por su verdadero hogar: el espacio, las estrellas y el interior de las naves. 

Aquel trabajo no parecía especialmente apetecible ni emocionante, y se preguntaba qué clase de amenazas podía sufrir un grupo de música. Esperaba no tener que pasarse meses golpeando con la culata de su rifle las caras enajenadas de las grupis locas que se saltaran los cordones de seguridad.

Alan evitó como pudo a los Senescales en su camino, tratando de que no le vieran la cara en lo posible. Durante lo que quedaba de concierto estuvo más pendiente de los Senescales que de la propia banda, ya que allí la seguridad estaba cubierta.

Finalmente se reunió con los demás, y con los tres miembros alienígenas de la banda. Todos pudieron ver a un humano con una pesada armadura, gastada pero cuidada, una abultada mochila y un rifle a la espalda. Alan miró a sus compañeros: la Shirren le cayó bien de inmediato, con su entusiasmo y fascinación, y el resto parecían profesionales. Aquello lo haría más fácil, aunque había algo en Kelgar que no le acababa de gustar.

Pronto quedó claro que no era el único al que le preocupaba la naturaleza de las amenazas que estaban sufriendo. Miró a los tres músicos.

-Me sumo a la petición de mis compañeros. Si queréis que os protejamos, primero debemos saber contra qué. 

Me llamo Alan Howlett, encantado de conoceros.

Ante las preguntas por los ataques anteriores, el guitarrista se puso algo nervioso.

-Pues… sabemos que a veces envían muertos vivientes… 

Luego, cuando le preguntaron por el itinerario se tranquilizó un poco.

-Por supuesto. Nuestra gira incluye Verces, Bretheda, Castrovel, Idari y puede que surja algún evento de último momento. Ya saben como es esto del show business...

Luego, cuando reconoció a otro devoto de Desna, se puso muy contento.

-¡Oh, sí!¡Alabada sea ella!

Ante la propuesta de ocultar sus identidades, Starbreeder se emocionó mucho.

-¡Qué buena idea!¡Me encanta cambiar mi apariencia!

-¡Ay, por favor! -regañó a su amigo- ¡Conociéndote, vas a termiar poniéndote algo incluso más llamativo que lo que estás usando ahora!

Luego se dirigió a nuestros guardaespaldas

-Aunque, dejando de lado el histrionismo de mi compañero, sigue siendo una buena idea...

A Alan le parecía imposible que Starbreeder se pusiera algo más llamativo aún de lo que llevaba, y no entendía muy bien su obsesión con el cambio. Meneó la cabeza, aquel trabajo se le iba a hacer un poco largo. Además, parecía que no querían entrar en detalles sobre qué era lo que les atacaba, lo cual no era para nada buena señal. Deberían ser los primeros en estar deseosos de compartir detalles que ayudaran a su seguridad. Solo dijo que eran muertos vivientes. 

Alan había luchado alguna vez contra los no muertos, y eran unos enemigos duros de pelar, difíciles de destruir. Incluso unos pocos necroplaneadores de la Flota Cadáver podían suponer un problema mortal, y los zombies del vacío habían acabado con más de una tripulación entera. 

-Nos vendría bien más información. ¿Qué tipo de muertos? ¿Eoxianos? ¿Tenéis algún problema con los Sabios de los Huesos? ¿o solo son piratas de la Flota Cadáver?

El comentario de StarBreeder  le resultó gracioso, pero contuvo la carcajada, era un profesional, o eso quería creer, de igual forma, el casco escondía sus expresiones faciales a los demás.

"Si pudieron contactarme..." mira al grupo "Bueno, contactarnos, no creo que desconozcan el historial.....como decirlo......profesional? de cada uno de nosotros"  toma un tono de voz demandante y apremiante "Entiendo  que no sea su especialidad el saber a qué amenazas armadas se enfrentan, pero....." al notar lo nervioso que se encontraban los músicos, se tranquilizó y dijo con calma "Jummm, ya nos darán más detalles en el camino, cierto? esconder sus identidades es buena idea.

Tras decir esto, levanta el visor de su casco, y se dirigió a la entrada del camerino, no quería ponerlos nerviosos, pero ante el desconocimiento de que les atacaba, Valaker asumió que mejor sería estar en guardia.

"Y ustedes? Que piensan de todo esto?" preguntó a sus compañeros.

-Al principio, los organizadores de la gira sospecharon de Eox. Pero el embajador de los elebrianos se entrevistó personalmente con nosotros y nos aseguró que su gente ve con buenos ojos a la banda y nunca harían nada contra nosotros. Sinembargo, no pudo asegurarnos que la flota cadavérica no estuviese involucrada en los incidentes. A ellos mismos les ha resultado imposible controlarlos y tuvieron que declararlos fuera de la ley. Claro, también hay quienes sospechan que el gobierno de Eox los apoya secretamente, pero no hay nada confirmado. Sólo rumores.

-Sí -dijo el tecladista, como queriendo ayudar a su amigo- Hemos oído que la flota cadavérica ataca frecuentemente a las naves. Pero no estamos seguros de que sean ellos tampoco.

Alan suspiró. Al principio parecía que no les iban a dar más datos, pero cuando finalmente uno de los músicos lo hizo, la cosa no fue a mejor. Si les perseguía la Flota Cadáver, el asunto era más complicado de lo que se presentaba en un principio, más que los habituales piratas de turno o los monstruos estelares. Los eoxianos eran duros, y sus naves aún más, desprovistas de presurización y otros sistemas, eran difíciles de abatir. 

Como cualquier aventurero de los Mundos del Pacto, Alan había oído los rumores de que los eoxianos apoyaban en secreto la Flota Cadáver, pero era imposible de saber. Lo del embajador era sorprendente, y podía ser algo bueno o malo, según cómo se mirase. 

-¿Qué pienso de todo esto?-respondió a Valaker-Que más nos vale que su nave tenga unas armas decentes, y mantener las nuestras cargadas. No quiero asustaros, pero los eoxianos no son enemigos cualquiera. 

Durante la conversación Ky ha ido recogiendo unos cuantos botones más, a cada cual de un color más llamativo que el anterior. A juzgar por la apariencia del grupo y los comentarios de Starbreeder, llevar un atuendo lo más destacado posible era una de las señas de identidad de estos músicos.

- Pienso que el universo es un lugar muy grande, demasiado para que una sola persona pueda entenderlo, o prevenirse de todos sus peligros. Responde a Valaker mientras deja de nuevo los botones sobre una mesita, no tiene intención de llevarse ninguno. -Que algo parezca o no una amenaza no significa que lo sea. Mientras pronuncia estas palabras extiende una mano, y uno de los botones queda suspendido en el aire. Luego hace un leve gesto y el botón sale despedido y se clava en una pared con fuerza, como si fuera el proyectil de un arma de bajo calibre. Se gira hacia el resto y todos pueden notar el sentimiento de disculpa que emana de ella.

- Lamento la demostración, dice en el tono más dulce que puede. No era mi intención sobresaltar a nadie sino exponer un punto de vista. Hacer conjeturas ahora no parece muy útil, y nuestros patrones no tienen demasiada información que darnos. Por lo menos sabemos que los ataques no han sido demasiado intensos, dado que los tres siguen aquí y la gira parece continuar sin problemas. A partir de ahí todo es terreno desconocido.

- Igual deberíamos centrarnos en lo que sí sabemos. Quienes somos, que podemos hacer... la cara de la shirren prácticamente se ilumina ante la posibilidad de conocer historias interesantes y personas aún más interesantes. -Eso nos podría ayudar a decidir el mejor curso de acción. Por supuesto que esto incluye a todos, a los seis que estamos siendo contratados y a los tres miembros de la banda.

Se sienta tranquilamente esperando a que alguien continúe la conversación. Además, si alguno de los músicos comienza a hablar sobre su pasado quizás encuentren alguna pista de por qué están siendo atacados ahora.

Los miembros de la banda comenzaron a dar información concreta sobre sus atacantes.
Y estos parecían tener relación con los eoxianos y la Flota Cadaver; ambos eran facciones con las que era mejor no tener problemas.

Sea como fuera, les habían contratado para protegerlos y eso iban a hacer.
Miró a Valaker tras su pregunta.
Hay que estar alerta, posiblemente intensifiquen sus ataques a la que salgamos de Absalom. dejó ver el Azlanti.

Miró luego a Ky con sus largas explicaciones y ese aspecto... era un personaje muy peculiar.
Creo que está claro lo que puedo hacer... le dió un golpecito a su espada doble. No parecía que tuviera ganas de hablar mucho acerca de su pasado. ...ahora, señores de la banda... ¿qué interés pueden tener en vosotros los eoxianos? ¿Hay alguna letra de vuestras canciones que les ridiculiza? preguntó lo último en un claro tono irónico.

Cuando Alan vio el súbito gesto de Ky, y cómo uno de los botones salía disparado con la suficiente fuerza como para atravesar a alguien, Alan se llevó de inmediato la mano al cuchillo, el arma que tenía más a mano en un espacio reducido. No lo hizo porque pensara que la shirren fuese una amenaza, sino porque pensó que alguien les atacaba. 

Sin embargo, no fue ni lo uno ni lo otro. Cuando siguió hablando, quedó claro que había sido una especie de demostración, aunque sinceramente no le quedaba claro de qué. Habló sobre lo grande que era el universo y el peligro de las conjeturas. Si bien estaba de acuerdo más o menos, lo cierto era que él no había hecho conjeturas, sino expresado su preocupación. 

Alan se llevó la mano a un lateral del casco y lo abrió, dejando a todos ver con claridad su rostro. 

-Señorita Ky-dijo, no habría podido distinguir su género si ella no hubiera hablado en femenino antes-Que los eoxianos son enemigos duros no es ninguna conjetura sin probar. Los no muertos son enemigos que no necesitan dormir, comer o respirar, son inmunes al agotamiento y al frío. Si lanzas a un humano por una escotilla de descompresión, lo matarás, si lanzas a un eoxiano solo lo cabrearás. Haríamos bien en no subestimarlos. 

En todo caso, estoy de acuerdo con saber algo más de vosotros. Yo soy astromecánico: comprendo las naves, los motores y la mecánica en general. Puedo pilotarlas o repararlas. Además, he sido entrenado en combate, tanto en cuerpo a cuerpo como a distancia. 

Cuando Kelgar señaló su espada, le miró con más detenimiento y frunció el ceño, como si estuviera intentando acordarse de algo. 

- No subestimo a nadie, todo lo contrario, advierto de no hacerlo, Alan. Las antenas de Ky se mueven con rapidez y todo el mundo a su alrededor puede percibir lo halagada que se siente de que el astromecánico la haya llamado "señorita". - Tampoco es necesario que seas tan formal, dice emitiendo de nuevo unos suaves chasquidos que casi seguro son una risita.

- Lo que quiero decir es que el hecho de que los eoxianos parezcan la amenaza obvia no significa que lo sean. Puede ser justo lo contrario, alguien que quiere desviar la culpa, haciendo que ellos parezcan los causantes de los ataques. El peligro puede venir de cualquier sitio, no sólo del más evidente.

Vuelve a extender la mano y el botón regresa a ella, flotando inofensivamente a su alrededor.

 - Pueden ser los exoditas, o puede ser cualquier otra cosa. No me parece que este negocio vaya mal, y me da la impresión de que genera bastantes beneficios. Seguro que hay rivalidades. Y eso sin contar fanáticos religiosos, piratas y a saber qué más. Mi intención no es subestimar a las amenazas obvias, sino que no nos olvidemos de las menos evidentes.

- En cuanto a mi, señala su báculo y el hecho de que no lleva más armas encima, creo que queda claro a qué me dedico, no? Nací en una pequeña tribu en Akitonia, pero en seguida Desna me llamó a viajar, y hace ya tiempo que no pertenezco a ningún lugar concreto, sino a todos a la vez. Con un leve gesto señala todos los pequeños recuerdos que tiene atados en su báculo y en su ropa, cada uno de un origen diferente.