Una noche cualquiera en un lugar cualquiera, pues todos te parecen iguales. Te encuentras cazando junto con tu sire en ese lugar que los de tu clan llaman "su feudo", ese apestoso pedazo de ciudad que el resto de clanes os dejan por falta de interes.
Haciendo llenar mi cuerpo de la tan agradable vitae, comienzo a sentirme cada vez mejor hasta estar satisfecho.
Los demas se han quedado en el refugio, verdad? digo a mi sire mientras me acerco a ella -Tienes pensado hacer algo mas por esta noche?
Disculpa me olvide de ponerlo xD.... Lena Laloux
-Estoy cansada de este antro. Creo que es hora de que cojamos algo más de lo que nos pertenece. Me parece que vamos a firmar un par de paredes con sangre rural para conquistar lo que es nuestro.
Te mira con ojos llenos de orgullo y regocijo.
El resto ya está cazando rurales, y tú, mi chiquillo predilecto, es hora de que seas bautizado en la sangre de los traidores al clan. Ya eres un gran guerrero. Ahora falta que te inicies.
Ante las palabras de Lena me lleno de orgullo y luego me pongo en pie lo mas derecho posible y demostrando el respeto que he sabido llevar durante todo este tiempo hacia ella.
Bien... hare lo que sea necesario para salir adelante y hacernos un lugar en este sitio. Es lo que merecemos... Llevare la causa con el mayor de los honores. Digo mientras inclino mi cabeza en señal de sumision hacia ella. Ahora es cuando todas mis habilidades iban a ser testeadas. Era hora de demostrar mi valia y comenzar la caza...
Estoy preparado Lena... donde deberiamos comenzar? De seguro sabes donde se encuentran esos traidores
Un gesto rápido con la mano te indica que la sigas.
Avanzais entre bloques de edificios y entre casas, hasta llegar a un parque bastante grande. La principal característica del parque es que tiene elevaciones de terreno, lo que dificulta el movimiento para alguien no acostumbrado y lo facilita para sus moradores. No se ve a nadie más que a una pareja dándose un revolcón en el cesped. A su lado un perrillo caniche juega con su pelota.
-Ofúscate y ve por la derecha. Yo iré delante de ti. Cuando me veas aparecer y hacerte un gesto, sal y lucha como el Gangrel que quieres ser.
Ante las ordenes de Lena me ofusco y gasto un punto de sangre para que a medida que voy caminando crezcan garras de mis manos.
Sigo caminando por la derecha a unos pocos metros de Lena.
El paisaje es curioso. Hay palas y tierra removida en la zona, y un par de tipos están vigilándola. Llevan cazadoras de cuero y botas militares, y portan en sus manos linternas. A su lado puedes ver perfectamente un par de escopetas de caza un tanto antiguas, como si fuese lo mejor que se pudiesen permitir.
Tu sire se adelante hacia ellos y les hace un gesto de saludo. No lleva las garras fuera, y no sientes que esté desasosegada ni preocupada.
¿Qué pasa, hermana? ¿Buscas algo?
El tipo parece un tanto extrañado de ver a una mujer en ese lugar.
Me acerco sigilosamente a lo que esta ocurriendo ante mis ojos y aguardo ante la contestacion de mi sire... Si es necesario intervendre...
Antes de que tu sire haga ningún movimiento se oye un grito.
¡Es una de ellos! ¡Date prisa, Rube!
Tira la linterna al suelo y saca algo del bolsillo, que arroja al suelo acto seguido y se tapa los oidos.
La luz es mortalmente brillante, y el estampido que la sigue es ensordecedor. Tus ojos, acostumbrados a la oscuridad, sufren lo indecible, sintiéndo las afiladas agujas de la luz hasta en el propio cerebro. Lloras lágrimas de sangre, y a través del pitido de tus oidos escuchas el penetrante grito de una mujer acallado súbitamente. Reconoces la voz de Lena. El sonido de algún vehículo a toda velocidad corriendo por la tierra tapa todo menos el pitido.
Dos letales y cojera hasta que te los cures. Apenas puedes ponerte de pie.
Sientes el impacto del coche, que te hace añicos las piernas. Conforme se te quita la ceguera, ves que tu sire no está y que sólo queda uno de los tipos frente a tí. Te mira enseñando los colmillos, y en su mano blande una pala con el mango y cubierta de sangre.
-Estamos aquí para matar perritos y eso voy a hacer. No te preocupes, no te dolerá. Sonríe macabramente y se acerca hacia tí.